Izquierda
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32 <strong>Izquierda</strong> y democracia en Bolivia. Posiciones, perspectivas y críticas<br />
Pero te decía, en una reflexión autocrítica, que nunca apoyé a Evo Morales<br />
porque pensaba en lo que es la representación del movimiento cocalero. ¿Qué<br />
son los cocaleros? Desde una perspectiva marxista, stricto sensu, podríamos<br />
decir que son campesinos acomodados; pero, por definición, los campesinos<br />
acomodados no son una clase revolucionaria. Al contrario, siempre han apoyado<br />
a las oligarquías. Entonces me planteé la alternativa de que los cocaleros<br />
pudieran ser el proletariado del narcotráfico, que es otra oligarquía. Pero ahora<br />
me doy cuenta de que obviamente los cocaleros nunca fueron proletariado de<br />
nadie y que jamás estuvieron verdaderamente interesados en la revolución,<br />
sino en el lucro y la ganancia. Y lo que necesitan los cocaleros para ello es que<br />
haya más narcotráfico.<br />
¿Por qué es tan negativo para mí el proceso que estamos viviendo en Bolivia?<br />
Porque está ligado al narcotráfico. El movimiento cocalero quiere que<br />
haya más narcotráfico, eso es lo que representa tener un Presidente del Estado<br />
plurinacional que simultáneamente sea líder de las federaciones cocaleras del<br />
Chapare. Yo he visto que en Argentina y otros países se refieren a Bolivia como<br />
un Estado del narcotráfico. Y es la verdad.<br />
En Chimoré, según promete Evo Morales, vamos a tener un aeropuerto que<br />
opere las 24 horas del día, los 365 días del año, y Chimoré es la sede del narcotráfico,<br />
es un puerto abierto. Yo no sé cómo esto no es denunciado; nadie<br />
quiere decirlo abiertamente, pero es así.<br />
Vuelvo a lo que me preguntabas: qué veía como positivo y qué veía como<br />
negativo [en el primer Gobierno de Morales]. En 2005, cuando se conmemoraban<br />
los 25 años de la desaparición de mi hermano Juan Carlos Flores<br />
Bedregal, como no era posible lograr nada, pensé que aún “me quedaba la<br />
palabra”, como afirma el poeta. Y escribí un libro testimonial. Ahí explicaba<br />
precisamente por qué el peligro de apoyar a Evo, pero después me dejé llevar<br />
por el entusiasmo popular. Yo pensé: “bueno, la gente va a empujar a Evo y él<br />
va a ir más allá”. Pero tal cosa no ocurrió. Lamentablemente, el Gobierno del<br />
MAS nunca apoyó a las víctimas de las dictaduras. Por el contrario, se alió con