Revista-cuento

Irving Alonso Velazco de Jesús. 307
Las espadas angelicales y demoniacas.
Hace mucho tiempo en la tierra había un chico de 15 años llamado Kazuto el cual
vivía en una ciudad. El muchacho soñaba con proteger a la gente de los demonios
sin importar lo que le costara, incluso estaba dispuesto a dar su propia vida por su
familia, amigos y sus seres queridos. El muchacho vivía solo en un departamento
ya que su familia vivía en un pueblo cerca de la ciudad pero el decidió ir a estudiar
en la ciudad.
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Kazuto era un chico solo especial ya que podía ver a demonios pero no podía
hacer nada para ayudar a la gente; aunque él era muy bueno con la espada (ya
que su abuelo le había enseñado y su abuelo fue quien le conto sobre los
demonios y los ángeles y le enseñó a usar la espada para protegerse) pero él no
tenía un arma para poder matar a los demonios ya que una espada normal no les
hacía nada. Un día Kazuto decide visitar a su familia en su pueblo natal.
Mientras practicaba en el bosque con una espada de bambú cayó en un agujero y
cuando despertó vio una luz, entonces pensando que era la salida decidió
acercarse pero cuando se acercó hacia la luz vio que no era la salida sino una
cueva donde apenas alcanzaba a llegar la luz del sol. Cuando miro alrededor para
ver si no había una salida
vio una espada un poco
antigua enterrada en el
suelo.
Junto a la espada en una
piedra había un mensaje
que decía que solo una
persona sola pura de
corazón podría sacarla y
ser dueño de ella cuando Kazuto leyó eso se interesó en la espada ya que él
necesitaba un arma de verdad para poder proteger a la gente que le importaba de
los demonios malignos; pero tenía dudas si él era completamente puro de
corazón. Aun con sus dudas intento sacar la espada y cuando la jalo esta se
desprendió del suelo y entonces la espada empezó a brillar y en un abrir y cerrar
de ojos la espada tomo forma de una hermosa chica de pelo largo de color oscuro
la cual se presentó ante kazuto diciéndole que ella era una espada angelical y él