Revista-cuento

Vianey Chavez (306)
Esto sucedió en un lugar tan lejano y hace tanto tiempo que ya casi no me
acuerdo…
Hace miles de años en una de las mejores ciudades existía aquel chico
guapo, pero no siempre lo era. Todo mundo decía conocerlo pero la verdad
es que casi nadie lo veía, todo mundo decía hablarle pero la verdad es que
nadie se atrevía… Poca gente lo conocía, menos de esa poca le hablaba y la
mayoría, le temía. Pensaban que era un psicópata, ellos tenían razón.
Aquella mirada que tenía no le favorecía en nada a pesar de que sus ojos
eran un verde hermoso;
era oscura, dura y fría.
Les gustaba asesinar, en
especial a mujeres, las de
17 y 25 años eran sus
favoritas, le gustaba
hacerlas sufrir, era su
mayor vicio y no podía
dejarlo. Cada semana lo
hacía. Las secuestraba,
golpeaba, hacia sufrir y
finalmente de un beso
mágico las mataba.
86
Todos los viernes por la
noche salía a dar una
vuelta en busca de su próxima víctima. Ya le había echado un vistazo, ya
sabía todo de ella.
Al otro día la victima ya estaba atada en aquella silla de madera, era lo
mismo de siempre, la chica lloraba, gritaba, pataleaba y finalmente
después del beso mágico, ella moría con el cuchillo enterrado sobre el
corazón. La mato antes de tiempo
- ¡que aburrida fuiste! –gritó desesperado- siempre hacen lo mismo
–se dijo a si mismo
Él era un monstro. Lo era. No comía, no bebía agua, no dormía, no lloraba o
reía. No sentía nada, era una bestia. No podía salir a la luz del sol y cuando
lo hacía tenía que beber sangre fresca, si no moría. No. No era un vampiro.
Era un completo fenómeno en el cuerpo de un chico inocente.