Revista-cuento

contra esa neblina, los niños pidieron que un par de "butterflies" los acompañara
para asegurar su camino de regreso.
Cesy les dijo que sus mejores amigas Lya y Cloe que se fueran con ellos,
recibieron instrucciones y un mapa y se aventuraron a Tomorrowland.
En el camino que se encontraron un par de duendes, gigantes que estaban en un
túnel que tenían que atravesar para llegar a su destino, aquellos duendes parecían
inofensivos pero en realidad eran un impedimento. Los duendes les dijeron que
por órdenes no tenían que dejar pasar a nada ni a nadie por esa cueva. Saraí les
dijo a sus amigos que esperaran a que anocheciera y se durmieran para poder
pasar.
Y así lo hicieron, comenzó a oscurecer y los duendes gigantes se quedaron
dormidos fue en ese momento en el que Saraí y sus amigos pasaron por aquella
cueva fea y llena de malos olores.
Amaneció y siguieron caminando, llevaban prisa pues ya solo les quedaba un día
para salvar a Wonderland.
Conforme siguieron avanzando fueron teniendo retos y obstáculos que tenían que
confrontar. Al fin llegaron a Tomorrowland y se enfocaron en buscar aquella flor
que era la que hacia el polvillo morado, no fue difícil pues aquella flor era única
entre todas lo que les fue difícil era conseguirla ya que tenían que ir a pedirla con
la reina.
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La reina les dijo que se las daría solo con tal de que cumplieran unos retos que les
asignaría. Ellos cumplieron y regresaron a Wonderland.
Cesy se alegró de verlos sanos y salvos y comenzó a preparan esa fórmula para
crear esa barrera del árbol.
Llego la neblina y no puedo destruir Wonderland así que la bruja se rindió y se fue,
Wonderland vivió con esa barrera y Martín junto con Saraí se fueron de ese
mundo pero Cesy les dijo que podían regresar cuantas veces quieran.