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Una sinagoga contemporánea a Jesús.<br />
to una unidad habitacional donde había producción<br />
de alimentos, hornos de pan, piedras para<br />
moler trigo y cebada. Ahora podemos entender<br />
mejor no solo la parte cívica, política o religiosa,<br />
sino también el contexto y el día a día de un pueblo<br />
que estuvo más de dos mil años oculto”.<br />
Lo que falta<br />
De las tres hectáreas que abarca el área asignada<br />
a Marcela Zapata-Meza apenas se han<br />
trabajado cinco mil metros. El camino es largo<br />
y las expectativas sobre lo que puede venir<br />
apuntan en dos direcciones.<br />
Una, de acuerdo a las fuentes del siglo IV,<br />
se refiere a una basílica. Los documentos informan<br />
que los peregrinos que iban a Tierra<br />
Santa pasaban por Galilea y Magdala, donde<br />
observaban una basílica en honor a María<br />
Magdalena construida sobre la que fue su casa.<br />
“Gracias a los mapas de geofísica detectamos<br />
un área cercana al mar con un trazo irregular;<br />
suponemos que puede ser la basílica”, adelanta<br />
la arqueóloga.<br />
La otra dirección apunta hacia el hallazgo<br />
de una sinagoga más. “La que descubrió el<br />
Departamento de Antigüedades es de 11m x<br />
11m, es decir, es muy pequeña para un pueblo<br />
de siete hectáreas y media”.<br />
Los estudios sobre otros pueblos detallan<br />
la existencia de dos o más construcciones en<br />
función de su número de habitantes. “Es posible<br />
que nos encontremos con otra sinagoga más<br />
grande y más cercana a<br />
lo que es el centro del<br />
pueblo. Independientemente<br />
de eso, la expectativa es seguir entendiendo<br />
a un pueblo del siglo I que fue visitado<br />
por Jesús; su presencia ahí es evidente inclusive<br />
para las fuentes no cristianas”.<br />
Los trabajos aportan conocimientos sobre<br />
el tipo de comercio que se tenía con Roma,<br />
ciudad a donde se llevaba pescado y con un<br />
papel importante en lo que fue el ocaso de<br />
Magdala. “Su desaparición está marcada por<br />
dos eventos —explica la doctora Zapata—:<br />
uno natural y otro cultural”.<br />
El primero obedece a un deslave del Monte<br />
Albert, un cerro ubicado al oeste del pueblo<br />
y que sirvió como protector y sepulturero del<br />
pueblo. El segundo tiene relación con el Imperio<br />
Romano, cuya expansión orilló al abandono<br />
paulatino de la región. Los mismos habitantes<br />
de Magdala taparon sus baños rituales y sellaron<br />
la sinagoga a fin de evitar su destrucción con la<br />
esperanza de en un futuro regresar.<br />
“Por muchos años fue un terreno de cultivo<br />
encima de una ciudad. Fue necesario que<br />
llegara el Proyecto Magdala, con un grupo de<br />
‘mexicanitos’ y el Departamento de Antigüedades<br />
para desempolvar su historia”, bromea.<br />
Investigación en zona de conflicto<br />
Sin ser un lugar ajeno al conflicto entre palestinos<br />
e israelíes, Galilea goza de relativa paz. “Sabemos<br />
Magdala: la Pompeya de Israel.<br />
que estamos en un país en guerra, pero nos enteramos<br />
de lo que sucede por nuestros familiares:<br />
nuestro lugar de trabajo es muy pacífico a pesar<br />
de que estamos cerca de la frontera con Líbano<br />
y Siria”, reconoce la arqueóloga.<br />
No obstante, investigadores y voluntarios<br />
están en contacto con sus respectivas embajadas<br />
o consulados.<br />
La delegación mexicana encargada de los<br />
trabajos se conforma por siete investigadores,<br />
a los que se agregan algunos estudiantes y 30<br />
o 40 voluntarios. La legislación de Israel permite<br />
que voluntarios extranjeros trabajen en<br />
proyectos arqueológicos siempre y cuando<br />
estén supervisados por un especialista. Entre<br />
2010 y 2015 han colaborado mil 700 visitantes<br />
de distintas partes del mundo.<br />
Marcela Zapata-Meza alterna su vida entre<br />
Oriente Medio y la Ciudad de México. Aquí<br />
es catedrática de la Universidad Anáhuac. Los<br />
tres primeros años los pasó íntegramente en<br />
Israel, pero ahora solo viaja para el trabajo de<br />
campo; el de laboratorio lo hace en nuestro<br />
país. Su próxima visita a Tierra Santa será en<br />
mayo de este año.<br />
Los recursos para sus labores están garantizados<br />
por el gobierno de Israel e inversionistas<br />
privados, implicados en la construcción de un<br />
complejo turístico cercano a la zona de Magdala,<br />
así como fundaciones interesadas en la<br />
divulgación de la importancia simbólica e histórica<br />
de la región.