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ALACENA DE RECUERDOS<br />
Alberto Barranco Chavarría<br />
albertobarrancochavarria0@gmail.com<br />
MIXCOAC<br />
DE LOS MIL ECOS<br />
Catarata de ritos idénticos. Salva de recuerdos. Viento<br />
de mil ecos. Barrio de pelo tieso de limón, pantalón<br />
blanco, mantilla sevillana, chaleco, polvo<br />
picante, gladiolas, chocolates, matracas, rocío, visillos, palabras,<br />
espantos y fantasmas…<br />
Si la entraña nacía en la Plaza Valentín Gómez Farías,<br />
el confín alcanzaba el Manicomio General, cuyo constructor<br />
en jefe fuera el ingeniero Porfirio Díaz, propietario de<br />
una soberbia capaz de retar a la de su padre.<br />
Y si para los ingleses era el Colegio Williams,<br />
antigua mansión campestre del jefe de<br />
los científicos porfiristas, José Ives<br />
Limantour, para los españoles<br />
republicanos el Colegio<br />
Madrid; para los<br />
Larga historia.<br />
franceses el Colegio Francés del Zacatito; para los alemanes<br />
la Colonia Berlín, y para los árabes la mansión morisca<br />
de la familia Serralde. Mixcoac. ¿Quién retrató la<br />
historia plena de milpas, cementeras y ladrillos? ¿Quién<br />
se acuerda cuando la Avenida Revolución se llamaba<br />
Mixcoac; cuando había que tomar dos tranvías para llegar<br />
del centro de la ciudad; cuando la familia Torres Adalid<br />
compró las Haciendas de la Castañeda y la de Goycochea,<br />
convertida esta en club social con albercas para personas<br />
y caballos?<br />
¿Cuántas fábricas de ladrillo desfilaron antes de llegar<br />
ahí, al amanecer de los cincuentas, la planta de Cementos<br />
Tolteca a llenar el ala poniente del poema?<br />
Y aunque la leyenda se quedó cincelada en los ecos de<br />
la casa de Valentín Gómez Farías y el asombro en la de la<br />
familia Limantour, el orgullo se metió en los rincones del<br />
jardín de niños Fray Pedro de Gante, alguna vez la casa del<br />
abogado y periodista Irineo Paz.<br />
Menos famosa, pero más ubicable, era la llamada Casa<br />
Morisca, propiedad de la familia Serralde, parte de la cual<br />
es hoy una discoteca de Avenida Revolución. De la vastedad<br />
del terreno habla el trenecito eléctrico que recorría sus<br />
jardines simulando la ruta México-Veracruz, con sus montañas,<br />
sus cumbres, sus planicies, sus casitas<br />
de madera a escala, sus puentes, sus túneles…<br />
Mixcóatl<br />
A la mansión de ribetes árabes llegó el primer<br />
cine de Mixcoac, aprovechando un aparato adquirido<br />
en Francia. Cinco centavos la función,<br />
incluidas dos películas de Charles Chaplin, amenizadas<br />
por una orquesta local de peluqueros.<br />
De la colonia alemana que le dieran nombre<br />
al barrio de Berlín, edificada por alemanes<br />
para alemanes en el espacio entre las calles<br />
Botticelli y Tintoreto, donde alguna vez cruzaba<br />
apacible el río Becerra y en otra se levantaba<br />
un espeso bosque, Mixcoac recuerda la casa<br />
de Guillermo Evers, construida al estilo de la<br />
selva negra de la región germana.<br />
En la Calle de Recreo número 53 estaba<br />
la casa de Celestino Gasca, sus diez mil metros<br />
de terreno, sus fresnos y sus sauces, desde donde se veía la<br />
Hacienda de Narvarte.<br />
Y en la Calle de las Flores había, en 1910, una mansión<br />
con ruleta y mesa de póker.<br />
A lo que fue el palacio municipal de Mixcoac, restaurado<br />
en 1912 con el patrocinio de una empresa italiana, en las<br />
calles de Augusto Rodin y Campana, llegó el Centro Cultural<br />
Juan Rulfo, en cuyo vestíbulo hay un mural que representa<br />
la amalgama de las culturas indígena y española...<br />
Mixcoac, mixtli, nube, y coatl, culebra: la diosa de la casa<br />
y principal deidad de otomíes y matlazintlas. “En donde se<br />
adora a Mixcóatl”.<br />
Una larga historia.<br />
Archivo Colegio Williams<br />
79<br />
www.vertigopolitico.com