R - Col·legi de Notaris de Catalunya
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El notario en el arbitraje: un camino reabierto<br />
cia y capacidad podían indicarles como<br />
perfectamente a<strong>de</strong>cuados para ella, como<br />
catedráticos y <strong>de</strong>más juristas <strong>de</strong>dicados<br />
a la enseñanza, todo tipo <strong>de</strong> juristas<br />
que, por jubilación o por cualquier otra<br />
razón, no se encontraran colegiados como<br />
ejercientes y, por supuesto, notarios<br />
o registradores.<br />
Tal <strong>de</strong>spilfarro <strong>de</strong> capacidad ha venido<br />
a rectificarse en la reciente modificación<br />
<strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Arbitraje operada por<br />
la Ley 11/2011, <strong>de</strong> 20 <strong>de</strong> mayo, que expresamente<br />
ha pretendido, como dice su<br />
Exposición <strong>de</strong> Motivos, «abrir el abanico <strong>de</strong><br />
profesionales con conocimientos jurídicos<br />
que pue<strong>de</strong>n intervenir en el mismo, cuando<br />
se trate <strong>de</strong> un arbitraje <strong>de</strong> Derecho». Y<br />
es lógico: ¿quién pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que un catedrático,<br />
un magistrado o un abogado <strong>de</strong>l<br />
Estado exce<strong>de</strong>nte o jubilado, un notario,<br />
un registrador, etc., no ofrecen a priori garantías<br />
suficientes <strong>de</strong> formación y criterio<br />
como para ejercer la función <strong>de</strong> árbitro, al<br />
menos, en igualdad <strong>de</strong> condiciones a otro<br />
jurista que reúna la condición <strong>de</strong> estar colegiado<br />
como ejerciente, en las materias<br />
que son o han sido el campo <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong><br />
su profesión?<br />
De esta forma y frente a la condición <strong>de</strong><br />
la Ley <strong>de</strong> 2003, limitadora a los «abogados<br />
en ejercicio», la nueva Ley, mediante el<br />
empleo <strong>de</strong> la expresión juristas, permite<br />
que puedan ser <strong>de</strong>signados árbitros<br />
otros profesionales <strong>de</strong>l Derecho <strong>de</strong> capacidad<br />
técnica contrastada y, en todo caso,<br />
suficiente a juicio <strong>de</strong> los tribunales y las cortes<br />
arbitrales que los propongan a las partes<br />
o, cuando a ellas corresponda, los nombren.<br />
Y entre esos profesionales, claro está, se incluyen<br />
los notarios.<br />
Se atien<strong>de</strong> así a una necesidad frecuentemente<br />
sentida en los tribunales<br />
y cortes arbitrales, que frecuentemente<br />
se veían imposibilitados para proponer<br />
como árbitro a un jurista que les constaba<br />
que gozaba <strong>de</strong> una especialización<br />
excepcional en la materia <strong>de</strong> que versara<br />
un conflicto <strong>de</strong>terminado por el hecho <strong>de</strong><br />
no concurrir en esa persona la condición<br />
<strong>de</strong> abogado en ejercicio, viéndose en la<br />
necesidad <strong>de</strong> optar por otra opción que,<br />
a priori y por buena que fuera, no ofrecía<br />
las garantías que el currículum y la experiencia<br />
<strong>de</strong>l jurista inicialmente consi<strong>de</strong>rado<br />
proporcionaban. Tanto es así que la<br />
modificación legislativa ha venido propiciada<br />
por informes proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> estos<br />
organismos, concretamente, <strong>de</strong>l Tribunal<br />
Arbitral <strong>de</strong> Barcelona, habiendo sido<br />
aceptada la i<strong>de</strong>a sin fisuras (al menos,<br />
hasta don<strong>de</strong> sabe quien esto escribe) por<br />
los representantes <strong>de</strong> todos los partidos<br />
políticos integrantes <strong>de</strong> la comisión parlamentaria<br />
redactora <strong>de</strong> la Ley, que, por otro<br />
lado, obtuvo el unánime voto favorable<br />
<strong>de</strong> los integrantes <strong>de</strong> la comisión, en un<br />
fenómeno no <strong>de</strong>masiado frecuente en los<br />
últimos tiempos.<br />
Tampoco, que yo sepa, ha recibido<br />
esta novedad críticas <strong>de</strong> tribunales o<br />
cortes arbitrales, lo cual parece lógico,<br />
pues su prestigio (en <strong>de</strong>finitiva, son organismos<br />
<strong>de</strong> libre elección por los particulares)<br />
radica en la calidad <strong>de</strong>l producto que<br />
ofrecen y esta, a su vez, <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> fundamentalmente<br />
<strong>de</strong> la calidad <strong>de</strong>l laudo, por<br />
lo que es <strong>de</strong>l mayor interés para tales instituciones<br />
po<strong>de</strong>r contar con el elenco más<br />
amplio posible <strong>de</strong> profesionales <strong>de</strong> la mayor<br />
capacitación.<br />
Bienvenida sea, pues, la nueva redacción<br />
<strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Arbitraje en este punto,<br />
tanto por lo que <strong>de</strong> justicia y reconocimiento<br />
tiene para la nuestra y para otras profesiones<br />
afines como, sobre todo, por las ventajas<br />
que supone para la institución <strong>de</strong>l<br />
arbitraje en sí misma como medio alternativo<br />
<strong>de</strong> resolución <strong>de</strong> conflictos que,<br />
tanto en el ámbito internacional como<br />
en el nacional, y sobre todo en materia<br />
mercantil, va ganándose la confianza <strong>de</strong><br />
la sociedad.<br />
La función arbitral ha sido<br />
consustancial con la práctica<br />
profesional <strong>de</strong>l notario. Sin embargo,<br />
ha encontrado ciertos obstáculos<br />
cuando la función <strong>de</strong> árbitro<br />
se ha tratado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto<br />
<strong>de</strong> vista legal<br />
Ciñéndonos al caso <strong>de</strong> los notarios,<br />
y sin que ello quiera establecer diferencias<br />
respecto <strong>de</strong> otros profesionales, sino meramente<br />
afirmar las cualida<strong>de</strong>s que les acercan<br />
a la función propia <strong>de</strong>l árbitro, parece<br />
indiscutible que se cumplen las dos condiciones<br />
fundamentales exigibles a quien<br />
ha <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir en un conflicto ajeno: por<br />
un lado, la capacidad técnica, contrastada<br />
«oficialmente» mediante la superación <strong>de</strong><br />
unas duras oposiciones y confirmada por<br />
el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> un exigente ejercicio profesional;<br />
por otro lado, la imparcialidad,<br />
connatural a nuestra profesión y visceralmente<br />
sentida por el notario y reconocida<br />
por la sociedad.<br />
Y, por lo que respecta a la capacitación<br />
técnica, es evi<strong>de</strong>nte que la «especialización»<br />
<strong>de</strong>l notario atañe singularmente a los ámbitos<br />
civil y mercantil.<br />
LA NOTARIA | | 2/2011 23