1 Celia, Fidel y Haydée, sentados en un secadero de café, en la ...

connotaciones mundiales, tome por sorpresa al pueblo cubano expresa como…“…saber la
verdad a tiempo es para nuestro pueblo lo más importante. No importa que casi todos por
natural instinto, podría decirse que el 99,9 por ciento o más de mis compatriotas,
conserven la esperanza y coincidan conmigo en el deseo sincero de estar equivocado. He
conversado con personas de los círculos más cercanos y a la vez recibido noticias de
tantos ciudadanos nobles, abnegados y cumplidores de su deber, que al leer mis
Reflexiones, no impugnan en lo más mínimo sus consideraciones, asimilan, creen y
tragan en seco los razonamientos que expongo, sin embargo, dedican de inmediato su
tiempo a cumplir con su trabajo, al que consagran sus energías” (267)
El papel de las guerras, nacionales, regionales o mundiales, en el propio decursar de la sociedad
humana, unas justas y otras de agresión, casi como algo inevitable, peculiariza los tratados de
historia. ¿Serán estos un hecho inevitable dado por la propia esencia humana o por causales
socio-políticos, económicos e ideo-culturales fatalmente inevitables? El propio Fidel Castro
expresaba en el discurso pronunciado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en
New York, en septiembre de 1960, como la propia existencia de la filosofía del despojo, es el
causal determinante de la filosofía de la guerra. Evidentemente tal filosofía del despojo, como
hilo conductor subyacente, está presente en todos los conflictos que nos relatan los
historiadores, lo que nos lleva a considerar, que en el origen de las mismas existen profundas
raíces en las contradicciones clasistas, lucha por el hegemonismo mundial, conflictos de carácter
interétnico y religioso, mayormente.
Referido a ello, el líder cubano valora como…“…en casi todas las guerras una de las partes
desea evitarlas, y a veces las dos. En esta ocasión se produciría, aunque una de las
partes no la desea, como sucedió en las dos guerras mundiales en 1914 y 1939, con solo
25 años de distancia entre el primer estallido y el segundo.
Las matanzas fueron espantosas, no se habrían desatado sin errores previos de cálculo.
Las dos defendían intereses imperialistas y creían que obtendrían sus objetivos sin el
costo terrible que implicó.
En el caso que nos ocupa; una de ellas defiende intereses nacionales, absolutamente
justo. La otra, persigue propósitos bastardos y groseros intereses materiales.
Si se analizan todas las guerras que han tenido lugar a partir de la historia conocida de
nuestra especie, una de ellas ha buscado esos objetivos. Son absolutamente vanas las
ilusiones de que en esta ocasión, tales objetivos se alcanzarán sin la más terrible de todas
las guerras” (268)
Respecto al papel racional que debe desempeñar el Presidente Barak Obama, para no provocar
el estallido de un conflicto que puede desembocar en una guerra de catastróficas
consecuencias, no sólo para la región, sino para el mundo en general, incluso su propio pueblo,
el dirigente cubano analiza como…“…el poder político real en Estados Unidos lo ostenta la
poderosa la poderosa oligarquía de los multimillonarios, que gobiernan no sólo a ese país
sino también al mundo: el gigantesco poder del Club Bilderberg que describe Daniel
Estuli, creado por los Rockefeller, y la Comisión Trilateral.
El aparato militar de Estados Unidos con sus organismos de seguridad, es mucho más
poderoso que Barack Obama, Presidente de Estados Unidos. El no creó ese aparato, ni
tampoco el aparato lo creó a él. Fueron las excepcionales circunstancias de la crisis
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