17.04.2013 Views

Opio en las nubes

Opio en las nubes

Opio en las nubes

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

guevón súbase y claro a Daisy se le aceleran <strong>las</strong> hormonas, bota el<br />

cigarrillo, lo estripa con los tacones rojos, qué cosa tan escandalosa, se<br />

sube al auto y le dice a la voz, oye n<strong>en</strong>e haz conmigo lo que quieras y<br />

mierda el auto se aleja con esa figura ll<strong>en</strong>a de humitos tristes que no<br />

se sabe si es hombre, mujer, burro o elefante. La calle. La noche. Unas<br />

babas. Dos babitas. Tres babitas trip trip trip.<br />

Cuando Daisy nació su mamá lo primero que dijo fue, mierda<br />

esta vaina qué es. Al principio no sabían qué era. Una mañana la<br />

mama se acercaba a ese bebé que lloriqueaba y <strong>en</strong>tonces le parecía<br />

que era como un hombrecito. Sin embargo, a la mañana sigui<strong>en</strong>te le<br />

parecía, <strong>en</strong> cambio, que era más bi<strong>en</strong> una mujercita. Al cabo de dos<br />

meses decidieron que era un hombre y <strong>en</strong>tonces apresuraron al cura<br />

del barrio para que lo bautizara. Fue una ceremonia s<strong>en</strong>cilla. Vino<br />

Sansón. Galletas de sal. Una lágrima. Dos lagrimitas. Agua b<strong>en</strong>dita,<br />

aceite. En nombre del Padré, del Hijo y del Espíritu Santo. Lo<br />

llamaron Rodrigo. Pero al año, puta mierda, <strong>en</strong>tre <strong>las</strong> piernas t<strong>en</strong>ía<br />

más bi<strong>en</strong> como una rajita, yo no sé trip trip y claro que llam<strong>en</strong> de<br />

nuevo al cura. Fue otra ceremonia. Más s<strong>en</strong>cilla. Vino Sansón.<br />

Galletas de Sal. Una lagrimita no más. En el nombre del Padre, del<br />

Hijo y del Espíritu Santo. La llamaron Daisy. La calle. La noche.<br />

Unas babas. Dos babitas. Tres babitas. A medida que crecía Daisy fye<br />

siempre difer<strong>en</strong>te. Un cuco. Un cuquito. Tres cuquitos para Daisy, que<br />

ella o él mismo lavaba <strong>en</strong> el lavadero mi<strong>en</strong>tras fumaba tranquilam<strong>en</strong>te<br />

sin afán bajo el aire de la noche hasta que decidió putearse de una vez<br />

por todas, qué cosa tan extraña trip trip trip.<br />

Una noche Daisy se acercó a un auto y claro, dijo a través del<br />

humo azul del cigarrillo oye n<strong>en</strong>e no te he visto antes?, y la voz<br />

contestó mariquita claro que te he visto antes súbete y <strong>en</strong>tonces Daisy<br />

se subió, se acordó de los consejos de su mamá, que pi<strong>las</strong>, que no se<br />

metiera con extraños, pero qué va, le pudo más la noche, el olor de <strong>las</strong><br />

babas, de la gasolina y <strong>en</strong>tonces, qué vaina tan t<strong>en</strong>az trip trip trip se<br />

subió y buscó a la voz que prov<strong>en</strong>ía del interior y se dejo llevar por<br />

los perfumes, por un poco de whisky, por un poco de música, por un<br />

cigarrillo, por la lluvia, <strong>las</strong> luces, los semáforos. La calle. La noche.<br />

Unas babas. Dos babitas. Tres babitas. Mierda. Lo amarraron a un<br />

árbol. Lluvia. Un poco de sangre. Una gillete. Primero le rasgaron el<br />

vestidito de carritos rosaditos y Daisy les dijo que por favor no le<br />

dañaran el vestido, que era el único dec<strong>en</strong>te que t<strong>en</strong>ía, el único traje<br />

20

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!