LAS IDEAS, EL ARTE Y LAS.LETRAS - Ateneo de Madrid
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"Botijero", foto <strong>de</strong> Cataiá-Roca<br />
presente y el futuro, la taquilla y el recuerdo.<br />
Representan el maridaje <strong>de</strong> lo<br />
bello con lo útil, el término medio afortunado,<br />
aunque no glorioso. Piérdase un<br />
poco por este lado, para ganar otro poco<br />
por e! otro: y gánese un poco por este<br />
Jado, aunque se pierda un poco por el Otro.<br />
«La boca <strong>de</strong>l dragón» es una obra un<br />
poco pesada. Si no la firmara Priestley, se<br />
diría que aquello no es teatro," que aquello<br />
no tiene sentido dramático, ni carpintería<br />
escénica, ni todo eso que se dice. Sin embargo,<br />
aquello es teatro. Un señor dijo a<br />
mi lado: eEsto es una conferencia muy<br />
buena, pero <strong>de</strong>masiado larga.» Es una conferencia.<br />
O mejor, una discusión. Y es<br />
teatro. Porque una discusión es teatro.<br />
Lo <strong>de</strong> menos en «La boca <strong>de</strong>l dragón» es<br />
la situación, que a<strong>de</strong>más no está <strong>de</strong>sarrollada:<br />
dos hombres y dos mujeres que saben<br />
que uno <strong>de</strong> los cuatro va a morir, y no<br />
saben cuál. Lo <strong>de</strong> más es la discusión, el<br />
dinamismo <strong>de</strong> la discursión, como un mecanismo<br />
que se pone en marcha. Lo <strong>de</strong> más<br />
es la belleza y el sentido <strong>de</strong> la razón <strong>de</strong><br />
cada cuai, <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> esos interlocutores<br />
que todos tenemos <strong>de</strong>ntro (inteligencia,<br />
sentimiento, voluntad, sentidos). Lo <strong>de</strong><br />
más es la fuerza teatral (aunque no aparente)<br />
<strong>de</strong> la discusión, que vence la prueba<br />
<strong>de</strong>l espacio, porque pasa <strong>de</strong> la escena a<br />
nuestro interior y se encien<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro, que<br />
vence la prueba <strong>de</strong>l tiempo, porque continúa<br />
luego, cuando la función na terminado,<br />
y luego en el recuerdo.<br />
*La boca <strong>de</strong>l dragón» no será lo mejor <strong>de</strong><br />
Priestley, pero es una experiencia interesante.<br />
Obras como éstas no las veríamos,<br />
si no fuera por los teatros <strong>de</strong> cámara.<br />
Antonio <strong>de</strong> Cabo y Rafael Richart, directores<br />
<strong>de</strong>l Teatro <strong>de</strong> Cámara <strong>de</strong> Barcelona;<br />
han tenido con «La boca <strong>de</strong>l dragona un<br />
verda<strong>de</strong>ro acierto.<br />
<strong>LAS</strong> L rji AS<br />
José María Esputas, premio<br />
«Joanot Martorell»<br />
E<br />
L premio «Joanot Martorelí*. para Ha<br />
vela escrita en lengua catalana, lo ha<br />
ganado este año José María Espinas. Ha<br />
quedado finalista otro escritor <strong>de</strong> empaje,<br />
Manuel <strong>de</strong> Pedrolo. Como el campo <strong>de</strong> la<br />
novela no ha sido hasta ahora, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />
las letras catalanas,, el más cultivado,, precisamente,<br />
quizá, tenga interés acercarse un<br />
poco a esa nueva generación <strong>de</strong> novelistas<br />
que sale a escena por la puerta iluminada<br />
<strong>de</strong> los premios literarios.<br />
CRQN¡$TA, LORéHZO COMiS<br />
José María Espinas tiene<br />
cara y pipa <strong>de</strong> novelista.<br />
Y hay una cualidad, extraordinariamente<br />
agradable,<br />
que <strong>de</strong>staca en él: la sencillez.<br />
Le pregunto algunos datos<br />
<strong>de</strong> su historia literaria:<br />
—No tengo historia literaria.<br />
Podriamos hablar <strong>de</strong><br />
una prehistoria. Nacido en<br />
1927 en Barcelona. Naturalmente,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los diezaños<br />
versos. A los veintidós se<br />
me ocurrió escribir el primer<br />
artículo <strong>de</strong> mi vida:<br />
habían convocado un concurso<br />
sobre (juimerá con<br />
motivo <strong>de</strong> su centenario.<br />
Al j urado se le ocurrió<br />
premiarlo. Por todos los<br />
artículos que lie escrito <strong>de</strong>spués<br />
me han oado ya mucho<br />
menos dinero, boy auogaao<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1949, y ejerzo,<br />
¿ni estilo <strong>de</strong> vida es burgués,<br />
qué le vamos a hacer,<br />
y no creo que camoie. saivo<br />
que me haga rico. Ya<br />
digo que no lo creo. Colaboro<br />
en la revista «Destino».<br />
Allí se han sorprendido un<br />
poco <strong>de</strong> que resulte ahora<br />
ser un novelista. Vo tambien,<br />
porque esperaba serlo<br />
<strong>de</strong> verdad <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> unos<br />
años,<br />
Su novela. la que ha ganado el premio<br />
se titula «Coro ganivets o flamess. use<br />
como cuchillos o llamas nos recuerda que<br />
Espinas es poeta. ¿Estará ia novela en la<br />
misma línea <strong>de</strong>l título?<br />
—«Com ganivets o llames» es un libro<br />
sencillo, que no preten<strong>de</strong> nada ni <strong>de</strong>scubre<br />
nada. A mis veintiséis años pue<strong>de</strong> significar<br />
mi afirmación <strong>de</strong> novelista vivo y<br />
prometedor, eso sí. Es, simplemente, una<br />
novela que hoy <strong>de</strong>bería ser normal en<br />
Cataluña, con su agilidad, sus inmediatas<br />
formas expresivas, su claro realismo. En<br />
la portadilla <strong>de</strong> la novela he copiado las<br />
palabras <strong>de</strong> Mallarmé: «Todo, en el mundo,<br />
existe para acabar convirtiéndose en un<br />
libro.» Quizá el mío ha <strong>de</strong>stacado por estar<br />
conforme, en su mo<strong>de</strong>stia, con la vida y la<br />
sensibilidad <strong>de</strong> hoy, huyendo <strong>de</strong>! peligro,<br />
cierto en Cataluña, <strong>de</strong> las novelas literarias<br />
<strong>de</strong> base falsa. ,<br />
Hablando <strong>de</strong> su concepto <strong>de</strong> la novela le<br />
había preguntado antes: ¿Novela poética,<br />
i<strong>de</strong>ológica, «narrativa» í Y la respuesta Hega<br />
ahora.<br />
José Marta Espinas<br />
—Novela «narrativa» como base indispensable.<br />
Y sí e! autor se ve con ánimos<br />
y las tiene, que meta algunas i<strong>de</strong>as en<br />
ella.<br />
Yo no he llegado todavía a este momento.<br />
Hablamos <strong>de</strong> la novela catalana y le<br />
invito a que escoja dos o tres obras.<br />
—Como crítico, escojo «Solicitud», <strong>de</strong><br />
Víctor Cátala, y «Laura a la ciutat <strong>de</strong>is<br />
sants», <strong>de</strong> Miguel Llor, porque respon<strong>de</strong>n<br />
honradamente al momento en que fueron<br />
escritas. Por ello mismo escojo también<br />
esas últimas novelas <strong>de</strong> José Pía. tan llenas<br />
<strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> hoy.<br />
Esa atención al momento histórico que<br />
manifiesta Espinas me incita a preguntarle<br />
sus preferencias <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la novelística<br />
universal. En un campo más ancho, la<br />
elección será más significativa,<br />
—Dickens. sólo por su «Pickwick»; los<br />
«Karamazov», <strong>de</strong> Dostoyevski. Y confieso<br />
que me impresionan los americanos mo<strong>de</strong>rnos,<br />
y que Simenon, aunque !o he leído<br />
poco {recuerdo ell pleut bergere») me hace<br />
saltar <strong>de</strong> entusiasmo y envidia.<br />
—;Y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la novelística española'<br />
A Espinas no le asusta dar nombres.<br />
—Prescindo <strong>de</strong> ios históricos y <strong>de</strong> Baroja,<br />
Cela es seguramente el primer escritor, y<br />
Deiibes el primer novelista <strong>de</strong> hoy. Entre<br />
muchos autores <strong>de</strong> mérito, Tomás Salvador<br />
y José Luis Sampedro pue<strong>de</strong>n darnos<br />
cualquier día una obra gran<strong>de</strong>.<br />
Hablamos ahora <strong>de</strong> los problemas internos<br />
<strong>de</strong> la novela.<br />
—Lo más difícil <strong>de</strong> una novela es escribirla.<br />
Tampoco es fácil que, cuando esté<br />
escrita, resulte buena. Se trata, pues, <strong>de</strong> un<br />
esfuerzo largo que <strong>de</strong>be siempre rendir lo<br />
mejor. Quizá, aparte <strong>de</strong> este problema <strong>de</strong><br />
tiempo, el problema técnico más importante<br />
sea el <strong>de</strong> organizar ei material novelesco<br />
<strong>de</strong> manera que vaya madurando<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> exposición y se mantenga<br />
vivo el interés <strong>de</strong>l lector.<br />
De ios problemas <strong>de</strong> la noveia pasamos a<br />
los problemas <strong>de</strong>l novelista.<br />
—El problema fundamental <strong>de</strong>! novelista<br />
es !a pobreza. En Cataluña, por lo menos,<br />
hay que escribir <strong>de</strong> siete a nueve.<br />
Pero el novelista <strong>de</strong> vocación no se<br />
arredra. Espinas piensa ya en su próxima<br />
novela.<br />
—Estoy a punto <strong>de</strong> empezar otra novela.<br />
Se titulará «El gandul». Confío en ella.<br />
Confío, sobre todo, en la que escribiré<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esta que voy a e:cr.bir aho a<br />
Pienso (y se lo digo) si será una noveía<br />
autobiográfica. Pero resulta que no. Será,<br />
en todo caso, ia novela <strong>de</strong> lo que hubiera<br />
querido po<strong>de</strong>r ser. De una vocación frustrada...<br />
por el trabajo. Afortunadamente.<br />
Sr. Director<br />
<strong>de</strong>ATENEO<br />
Ü/ÍN quedado reducidas a poquita co-<br />
* J sa los terribles vaticinios que se<br />
formulaban hace dos o tres imtrOs, cuando<br />
i¡*s primeros ensayos <strong>de</strong>l (pentotal,.<br />
amitai sódico, hioscina y <strong>de</strong>más "drogas<br />
d? U verdad" parecían anunciar la posibilidad<br />
<strong>de</strong> conseguir en un ptoximo futuro<br />
productos inofensivos y fáciles <strong>de</strong> administrar<br />
bajo cuyo efecto las personas<br />
diñan todo lo que piensan, por inmoral<br />
o vergonzoso que fuese. Nadie estaría<br />
seguro <strong>de</strong>l secreto <strong>de</strong> sus propios pensamientos.<br />
¡Vaya <strong>de</strong>claraciones Que h*.<br />
rían a la prensa les personajes <strong>de</strong> alia<br />
categoría moral a quienes un camarero<br />
d» aprensivo hubiera disueho "golas <strong>de</strong><br />
sinceridad" en una taza <strong>de</strong> café...!<br />
Se anunciaba moda menos que el próximo<br />
fin <strong>de</strong> ía hipocresía humana, recordando<br />
lo que dijo un filósofo: "Si<br />
en la frente <strong>de</strong> cada individuo pudiera<br />
verse en cédit momento lo que va imaginando<br />
y pensando, la vida social seria<br />
un sarcasmo," Y algo <strong>de</strong> esA? ocurrirá<br />
—<strong>de</strong>cían— H dia en que tod'os estemos<br />
expuestos a ser vktimas <strong>de</strong> un amigo<br />
bromista que disimrdadimente disuelva<br />
drogas <strong>de</strong> la verdad en la comida o licor<br />
que vamos a tomar. ¡Cuántos divorcias<br />
y tragedias conyugales, amista<strong>de</strong>s rotas,<br />
faltas graves contra la urbanidad, traerá<br />
consigo la impru<strong>de</strong>nte confesión <strong>de</strong> la<br />
verdad sin tapujos I<br />
Estj pensaban los misántropos y resentidos,<br />
alegrándose por anticipado <strong>de</strong><br />
la futura catástrofe <strong>de</strong> la civilización<br />
producida por la sinceridad <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s<br />
personajes; pero tal pronóstico dista<br />
mucho <strong>de</strong> la realidad, fnie,s el efecto <strong>de</strong><br />
las drogas por ahora es dudoso, y aunque<br />
con el tiempo lleg.jen a ser más<br />
eficaces que actualmente, no creemos<br />
que j# produzca la catástrofe anunciada.<br />
Toda se reduciré a tener que reajustar<br />
un poco las -normas <strong>de</strong> urbanidad al no<br />
po<strong>de</strong>r contar con ías amables hipocresías,<br />
que tanto endulzan la vida.<br />
Otros fármacos hxy que amenazan con<br />
wd-dzarla dtmasiitdo. "í^boizedrina dn\pierta<br />
singularísima euforia; hace alegres<br />
y optimistas a ^ meLanc/Jico-s.,-", dice<br />
u n psiquiatra español a I enumerar<br />
una ¡serie <strong>de</strong> medicamentos euforígenos<br />
para cc-mbatir la melancolía. Tales drogas,<br />
si llegaran a perfeccionarse y aumentar<br />
su eficacia, podrían constituir un<br />
peligro ato SÓ¡o contra los ¡sistemas <strong>de</strong><br />
filosofía pesimista, sino, sobre todo, contra<br />
la buena educación yociaL Empiezan<br />
a registrarse casos alarmantes.<br />
Nú hace mucho, un señor catatán, que<br />
tenía un hijo gravemente enfermo-^ dijo<br />
al doctor que su esposa, apen-xdísima<br />
p-úT la enfermedad <strong>de</strong>l niño, mo quería<br />
cerner, ni saUr, ni ver a nadie. El médico,<br />
<strong>de</strong> memento, ,no podía ir a verla.,<br />
y receA) para ella un preparado euforígeno<br />
—que llamaremos X para no hacer<br />
la propaganda comercial—. Pero d día<br />
siguiente o al otro se entera p&r la prenxíu<br />
<strong>de</strong> que d niño m cuestión ha muerto,<br />
y acudí a dar el pésame a la familia,<br />
pues era amigo particular. Salió « recibirle<br />
la señora, con cara jovial <strong>de</strong> incontenible<br />
alegría.<br />
—Ah, perdone —dijo el doctor—. me<br />
habré equivocado, es <strong>de</strong>cir, estaré mal<br />
heformado. Me habían dicho que su<br />
hijo... ,<br />
Sí replicó eUa con franca risa—,<br />
le han dicho que mi hijo ha muerto,<br />
y usted se extraña <strong>de</strong> que yo me alegre<br />
<strong>de</strong>l acontecimiento. _ _<br />
El doctor, que se proponía acompañar^<br />
a la señora en el sentimiento, no creyó<br />
oportuno hacerlo en aquellas cmdmones,<br />
y <strong>de</strong> U mejor manera que supo se<br />
<strong>de</strong>spidió. Ya en la calle se acordó <strong>de</strong>l<br />
medkamzntu que había recetado unos<br />
días antes, y lo comprendió todo; tf<br />
pobre mujer habría tomado urna dosis<br />
excesiva, coincidiendo con la muerte <strong>de</strong><br />
su hijo.<br />
Dejo las <strong>de</strong>ducciones a cargo <strong>de</strong><br />
usted. Creemos que Sn este punto, como<br />
en tanto* Otros, es difícil saber si los<br />
bienes que reporta la ciencia superan<br />
realmente a los perjuicios morale¿ que<br />
pue<strong>de</strong> acarrear.<br />
RAMÓN RIERAS