19.04.2013 Views

LAS IDEAS, EL ARTE Y LAS.LETRAS - Ateneo de Madrid

LAS IDEAS, EL ARTE Y LAS.LETRAS - Ateneo de Madrid

LAS IDEAS, EL ARTE Y LAS.LETRAS - Ateneo de Madrid

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

"Botijero", foto <strong>de</strong> Cataiá-Roca<br />

presente y el futuro, la taquilla y el recuerdo.<br />

Representan el maridaje <strong>de</strong> lo<br />

bello con lo útil, el término medio afortunado,<br />

aunque no glorioso. Piérdase un<br />

poco por este lado, para ganar otro poco<br />

por e! otro: y gánese un poco por este<br />

Jado, aunque se pierda un poco por el Otro.<br />

«La boca <strong>de</strong>l dragón» es una obra un<br />

poco pesada. Si no la firmara Priestley, se<br />

diría que aquello no es teatro," que aquello<br />

no tiene sentido dramático, ni carpintería<br />

escénica, ni todo eso que se dice. Sin embargo,<br />

aquello es teatro. Un señor dijo a<br />

mi lado: eEsto es una conferencia muy<br />

buena, pero <strong>de</strong>masiado larga.» Es una conferencia.<br />

O mejor, una discusión. Y es<br />

teatro. Porque una discusión es teatro.<br />

Lo <strong>de</strong> menos en «La boca <strong>de</strong>l dragón» es<br />

la situación, que a<strong>de</strong>más no está <strong>de</strong>sarrollada:<br />

dos hombres y dos mujeres que saben<br />

que uno <strong>de</strong> los cuatro va a morir, y no<br />

saben cuál. Lo <strong>de</strong> más es la discusión, el<br />

dinamismo <strong>de</strong> la discursión, como un mecanismo<br />

que se pone en marcha. Lo <strong>de</strong> más<br />

es la belleza y el sentido <strong>de</strong> la razón <strong>de</strong><br />

cada cuai, <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> esos interlocutores<br />

que todos tenemos <strong>de</strong>ntro (inteligencia,<br />

sentimiento, voluntad, sentidos). Lo <strong>de</strong><br />

más es la fuerza teatral (aunque no aparente)<br />

<strong>de</strong> la discusión, que vence la prueba<br />

<strong>de</strong>l espacio, porque pasa <strong>de</strong> la escena a<br />

nuestro interior y se encien<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro, que<br />

vence la prueba <strong>de</strong>l tiempo, porque continúa<br />

luego, cuando la función na terminado,<br />

y luego en el recuerdo.<br />

*La boca <strong>de</strong>l dragón» no será lo mejor <strong>de</strong><br />

Priestley, pero es una experiencia interesante.<br />

Obras como éstas no las veríamos,<br />

si no fuera por los teatros <strong>de</strong> cámara.<br />

Antonio <strong>de</strong> Cabo y Rafael Richart, directores<br />

<strong>de</strong>l Teatro <strong>de</strong> Cámara <strong>de</strong> Barcelona;<br />

han tenido con «La boca <strong>de</strong>l dragona un<br />

verda<strong>de</strong>ro acierto.<br />

<strong>LAS</strong> L rji AS<br />

José María Esputas, premio<br />

«Joanot Martorell»<br />

E<br />

L premio «Joanot Martorelí*. para Ha<br />

vela escrita en lengua catalana, lo ha<br />

ganado este año José María Espinas. Ha<br />

quedado finalista otro escritor <strong>de</strong> empaje,<br />

Manuel <strong>de</strong> Pedrolo. Como el campo <strong>de</strong> la<br />

novela no ha sido hasta ahora, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

las letras catalanas,, el más cultivado,, precisamente,<br />

quizá, tenga interés acercarse un<br />

poco a esa nueva generación <strong>de</strong> novelistas<br />

que sale a escena por la puerta iluminada<br />

<strong>de</strong> los premios literarios.<br />

CRQN¡$TA, LORéHZO COMiS<br />

José María Espinas tiene<br />

cara y pipa <strong>de</strong> novelista.<br />

Y hay una cualidad, extraordinariamente<br />

agradable,<br />

que <strong>de</strong>staca en él: la sencillez.<br />

Le pregunto algunos datos<br />

<strong>de</strong> su historia literaria:<br />

—No tengo historia literaria.<br />

Podriamos hablar <strong>de</strong><br />

una prehistoria. Nacido en<br />

1927 en Barcelona. Naturalmente,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los diezaños<br />

versos. A los veintidós se<br />

me ocurrió escribir el primer<br />

artículo <strong>de</strong> mi vida:<br />

habían convocado un concurso<br />

sobre (juimerá con<br />

motivo <strong>de</strong> su centenario.<br />

Al j urado se le ocurrió<br />

premiarlo. Por todos los<br />

artículos que lie escrito <strong>de</strong>spués<br />

me han oado ya mucho<br />

menos dinero, boy auogaao<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1949, y ejerzo,<br />

¿ni estilo <strong>de</strong> vida es burgués,<br />

qué le vamos a hacer,<br />

y no creo que camoie. saivo<br />

que me haga rico. Ya<br />

digo que no lo creo. Colaboro<br />

en la revista «Destino».<br />

Allí se han sorprendido un<br />

poco <strong>de</strong> que resulte ahora<br />

ser un novelista. Vo tambien,<br />

porque esperaba serlo<br />

<strong>de</strong> verdad <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> unos<br />

años,<br />

Su novela. la que ha ganado el premio<br />

se titula «Coro ganivets o flamess. use<br />

como cuchillos o llamas nos recuerda que<br />

Espinas es poeta. ¿Estará ia novela en la<br />

misma línea <strong>de</strong>l título?<br />

—«Com ganivets o llames» es un libro<br />

sencillo, que no preten<strong>de</strong> nada ni <strong>de</strong>scubre<br />

nada. A mis veintiséis años pue<strong>de</strong> significar<br />

mi afirmación <strong>de</strong> novelista vivo y<br />

prometedor, eso sí. Es, simplemente, una<br />

novela que hoy <strong>de</strong>bería ser normal en<br />

Cataluña, con su agilidad, sus inmediatas<br />

formas expresivas, su claro realismo. En<br />

la portadilla <strong>de</strong> la novela he copiado las<br />

palabras <strong>de</strong> Mallarmé: «Todo, en el mundo,<br />

existe para acabar convirtiéndose en un<br />

libro.» Quizá el mío ha <strong>de</strong>stacado por estar<br />

conforme, en su mo<strong>de</strong>stia, con la vida y la<br />

sensibilidad <strong>de</strong> hoy, huyendo <strong>de</strong>! peligro,<br />

cierto en Cataluña, <strong>de</strong> las novelas literarias<br />

<strong>de</strong> base falsa. ,<br />

Hablando <strong>de</strong> su concepto <strong>de</strong> la novela le<br />

había preguntado antes: ¿Novela poética,<br />

i<strong>de</strong>ológica, «narrativa» í Y la respuesta Hega<br />

ahora.<br />

José Marta Espinas<br />

—Novela «narrativa» como base indispensable.<br />

Y sí e! autor se ve con ánimos<br />

y las tiene, que meta algunas i<strong>de</strong>as en<br />

ella.<br />

Yo no he llegado todavía a este momento.<br />

Hablamos <strong>de</strong> la novela catalana y le<br />

invito a que escoja dos o tres obras.<br />

—Como crítico, escojo «Solicitud», <strong>de</strong><br />

Víctor Cátala, y «Laura a la ciutat <strong>de</strong>is<br />

sants», <strong>de</strong> Miguel Llor, porque respon<strong>de</strong>n<br />

honradamente al momento en que fueron<br />

escritas. Por ello mismo escojo también<br />

esas últimas novelas <strong>de</strong> José Pía. tan llenas<br />

<strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> hoy.<br />

Esa atención al momento histórico que<br />

manifiesta Espinas me incita a preguntarle<br />

sus preferencias <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la novelística<br />

universal. En un campo más ancho, la<br />

elección será más significativa,<br />

—Dickens. sólo por su «Pickwick»; los<br />

«Karamazov», <strong>de</strong> Dostoyevski. Y confieso<br />

que me impresionan los americanos mo<strong>de</strong>rnos,<br />

y que Simenon, aunque !o he leído<br />

poco {recuerdo ell pleut bergere») me hace<br />

saltar <strong>de</strong> entusiasmo y envidia.<br />

—;Y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la novelística española'<br />

A Espinas no le asusta dar nombres.<br />

—Prescindo <strong>de</strong> ios históricos y <strong>de</strong> Baroja,<br />

Cela es seguramente el primer escritor, y<br />

Deiibes el primer novelista <strong>de</strong> hoy. Entre<br />

muchos autores <strong>de</strong> mérito, Tomás Salvador<br />

y José Luis Sampedro pue<strong>de</strong>n darnos<br />

cualquier día una obra gran<strong>de</strong>.<br />

Hablamos ahora <strong>de</strong> los problemas internos<br />

<strong>de</strong> la novela.<br />

—Lo más difícil <strong>de</strong> una novela es escribirla.<br />

Tampoco es fácil que, cuando esté<br />

escrita, resulte buena. Se trata, pues, <strong>de</strong> un<br />

esfuerzo largo que <strong>de</strong>be siempre rendir lo<br />

mejor. Quizá, aparte <strong>de</strong> este problema <strong>de</strong><br />

tiempo, el problema técnico más importante<br />

sea el <strong>de</strong> organizar ei material novelesco<br />

<strong>de</strong> manera que vaya madurando<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> exposición y se mantenga<br />

vivo el interés <strong>de</strong>l lector.<br />

De ios problemas <strong>de</strong> la noveia pasamos a<br />

los problemas <strong>de</strong>l novelista.<br />

—El problema fundamental <strong>de</strong>! novelista<br />

es !a pobreza. En Cataluña, por lo menos,<br />

hay que escribir <strong>de</strong> siete a nueve.<br />

Pero el novelista <strong>de</strong> vocación no se<br />

arredra. Espinas piensa ya en su próxima<br />

novela.<br />

—Estoy a punto <strong>de</strong> empezar otra novela.<br />

Se titulará «El gandul». Confío en ella.<br />

Confío, sobre todo, en la que escribiré<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esta que voy a e:cr.bir aho a<br />

Pienso (y se lo digo) si será una noveía<br />

autobiográfica. Pero resulta que no. Será,<br />

en todo caso, ia novela <strong>de</strong> lo que hubiera<br />

querido po<strong>de</strong>r ser. De una vocación frustrada...<br />

por el trabajo. Afortunadamente.<br />

Sr. Director<br />

<strong>de</strong>ATENEO<br />

Ü/ÍN quedado reducidas a poquita co-<br />

* J sa los terribles vaticinios que se<br />

formulaban hace dos o tres imtrOs, cuando<br />

i¡*s primeros ensayos <strong>de</strong>l (pentotal,.<br />

amitai sódico, hioscina y <strong>de</strong>más "drogas<br />

d? U verdad" parecían anunciar la posibilidad<br />

<strong>de</strong> conseguir en un ptoximo futuro<br />

productos inofensivos y fáciles <strong>de</strong> administrar<br />

bajo cuyo efecto las personas<br />

diñan todo lo que piensan, por inmoral<br />

o vergonzoso que fuese. Nadie estaría<br />

seguro <strong>de</strong>l secreto <strong>de</strong> sus propios pensamientos.<br />

¡Vaya <strong>de</strong>claraciones Que h*.<br />

rían a la prensa les personajes <strong>de</strong> alia<br />

categoría moral a quienes un camarero<br />

d» aprensivo hubiera disueho "golas <strong>de</strong><br />

sinceridad" en una taza <strong>de</strong> café...!<br />

Se anunciaba moda menos que el próximo<br />

fin <strong>de</strong> ía hipocresía humana, recordando<br />

lo que dijo un filósofo: "Si<br />

en la frente <strong>de</strong> cada individuo pudiera<br />

verse en cédit momento lo que va imaginando<br />

y pensando, la vida social seria<br />

un sarcasmo," Y algo <strong>de</strong> esA? ocurrirá<br />

—<strong>de</strong>cían— H dia en que tod'os estemos<br />

expuestos a ser vktimas <strong>de</strong> un amigo<br />

bromista que disimrdadimente disuelva<br />

drogas <strong>de</strong> la verdad en la comida o licor<br />

que vamos a tomar. ¡Cuántos divorcias<br />

y tragedias conyugales, amista<strong>de</strong>s rotas,<br />

faltas graves contra la urbanidad, traerá<br />

consigo la impru<strong>de</strong>nte confesión <strong>de</strong> la<br />

verdad sin tapujos I<br />

Estj pensaban los misántropos y resentidos,<br />

alegrándose por anticipado <strong>de</strong><br />

la futura catástrofe <strong>de</strong> la civilización<br />

producida por la sinceridad <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s<br />

personajes; pero tal pronóstico dista<br />

mucho <strong>de</strong> la realidad, fnie,s el efecto <strong>de</strong><br />

las drogas por ahora es dudoso, y aunque<br />

con el tiempo lleg.jen a ser más<br />

eficaces que actualmente, no creemos<br />

que j# produzca la catástrofe anunciada.<br />

Toda se reduciré a tener que reajustar<br />

un poco las -normas <strong>de</strong> urbanidad al no<br />

po<strong>de</strong>r contar con ías amables hipocresías,<br />

que tanto endulzan la vida.<br />

Otros fármacos hxy que amenazan con<br />

wd-dzarla dtmasiitdo. "í^boizedrina dn\pierta<br />

singularísima euforia; hace alegres<br />

y optimistas a ^ meLanc/Jico-s.,-", dice<br />

u n psiquiatra español a I enumerar<br />

una ¡serie <strong>de</strong> medicamentos euforígenos<br />

para cc-mbatir la melancolía. Tales drogas,<br />

si llegaran a perfeccionarse y aumentar<br />

su eficacia, podrían constituir un<br />

peligro ato SÓ¡o contra los ¡sistemas <strong>de</strong><br />

filosofía pesimista, sino, sobre todo, contra<br />

la buena educación yociaL Empiezan<br />

a registrarse casos alarmantes.<br />

Nú hace mucho, un señor catatán, que<br />

tenía un hijo gravemente enfermo-^ dijo<br />

al doctor que su esposa, apen-xdísima<br />

p-úT la enfermedad <strong>de</strong>l niño, mo quería<br />

cerner, ni saUr, ni ver a nadie. El médico,<br />

<strong>de</strong> memento, ,no podía ir a verla.,<br />

y receA) para ella un preparado euforígeno<br />

—que llamaremos X para no hacer<br />

la propaganda comercial—. Pero d día<br />

siguiente o al otro se entera p&r la prenxíu<br />

<strong>de</strong> que d niño m cuestión ha muerto,<br />

y acudí a dar el pésame a la familia,<br />

pues era amigo particular. Salió « recibirle<br />

la señora, con cara jovial <strong>de</strong> incontenible<br />

alegría.<br />

—Ah, perdone —dijo el doctor—. me<br />

habré equivocado, es <strong>de</strong>cir, estaré mal<br />

heformado. Me habían dicho que su<br />

hijo... ,<br />

Sí replicó eUa con franca risa—,<br />

le han dicho que mi hijo ha muerto,<br />

y usted se extraña <strong>de</strong> que yo me alegre<br />

<strong>de</strong>l acontecimiento. _ _<br />

El doctor, que se proponía acompañar^<br />

a la señora en el sentimiento, no creyó<br />

oportuno hacerlo en aquellas cmdmones,<br />

y <strong>de</strong> U mejor manera que supo se<br />

<strong>de</strong>spidió. Ya en la calle se acordó <strong>de</strong>l<br />

medkamzntu que había recetado unos<br />

días antes, y lo comprendió todo; tf<br />

pobre mujer habría tomado urna dosis<br />

excesiva, coincidiendo con la muerte <strong>de</strong><br />

su hijo.<br />

Dejo las <strong>de</strong>ducciones a cargo <strong>de</strong><br />

usted. Creemos que Sn este punto, como<br />

en tanto* Otros, es difícil saber si los<br />

bienes que reporta la ciencia superan<br />

realmente a los perjuicios morale¿ que<br />

pue<strong>de</strong> acarrear.<br />

RAMÓN RIERAS

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!