LAS IDEAS, EL ARTE Y LAS.LETRAS - Ateneo de Madrid

LA EXPOSICIÓN DE LIBROS
ESPAÑOLES EDITADOS EN 1953
E H
el cuadro de la política C5pctio>a del libro, constituye mi acontecimiento
de primer» importancia esia I Exposición Nacional tíei Libro Español,
corro también hubiera potinfo titularse oficialmente, y- que se fia celebrado
entre los días 17 y 24 de djcKatbre en el madrileño Circulo de Belitó
Artses, organizada p»? el Ministerio de información y Ttarísm» {Oireccáóa Ge*
ñera! tíe ítiírínacíóa), en estrecho contacto con los servidos técaicos del las-i
i Nacional de! li&ro Espaáoí, organismo aaíonoiiKJ de ia misma Dirección,
servicio üei ijíea COÍBMÉÍII"., viene teniendo en los aíiimos años una serie* constante
ile manifestaciones positivas y de estimulo, tanto económica como cal-
En príñter lugar,. la tradicional Feria Nacional del Libro, que antes se céb
cada dos años 3? casi síempie en Madrid, ha pasado a ser anual desde
que es la primavera efe Í952 tuvo lujar en Barcelona y con carácter es-,
peciaíiiíado, en consonancia COn el magno ac»aísecltnient3 religioso ínfentaciosal
de afjaelías fechas; {teatro de SH«S ifias sera anunciada ía Feria Nacioaaí
así libro correspondiste a Í954. Vienes luego fós Ferias Regionales que,
nuestras tanto, han Ido celebrándose
en Santander, Valencia, Sevilla y
Eí ministro de Información y
Ha sido adamas la asistencia a la
Feria Internacional de Francfort, d»nde
en 1953 España lia estado por primera
vez présenle después tíe nuestra
guerra; es sabido que dicho cer-
Jamen, creado por Jos alemanes de
Europa para sustituir a la lamosa Feris
de Leipzig, reúne con fines informativos
y comerciales la producción
ediíeríai de todas las grandes casas
tís las naciones de Occidente.
Por úHimo, ese ano de 1953, en
eí que los editores españoles obtuvieron
también excepcionales medida?
de Gr-bierno para la compensación de
sus exportaciones a ios mercados americanos,
ha culminado eti esta Exposición
Nacional, limitada ó los libros
impresos en e! aóo, y que ha constituido
el mejor exponente selectivo de
fos casi seis millares tíe volúmenes
que eo 1953 han salido de las prensas
españolas. La Exposición, que ha
sido visitada por dos mil personas
diarias (fe promedio, ha alcanzado sa
mayor éxito en los asedios culturales
y en los indostrlaies de las Artes Crá-
«s de febrero es-
tá prevista* la ejtbibftáéíí de estos !*-
-VICENTE CACHO
eí director generar de
E., durante la apertura
LF
ENC SOBRfl
OPINAN UN POLÍTICO, UN AUTOR, UN
CRITICO, UN EDITOR Y UN LIBRERO
LA política es, en los pueblos modernos, y especial mente en la urgencia
de la historia presente, conciencia popular tanto como sistema de
ideas y de acción (i© gobierno. Por eso el iibro político tiene hoy una
difusión especial.
jCtímo debe ser el libro político? jQué preferencias tiene el público
lector de esta clase de Hteratura2 Nuestro colaborador Juan Sampelayo
ha pedido opiniones sobre el libro político a Javier Conde, José Marín
Fontaua, Antonio Valencia, al editor Luis de Caralt y ai librero .losé
García Perona.
«EN LA VIDA INFLUYE LA DOC-
TRINA, NO EL PANFLETO*,
dice Javier Conde.
— ¿Valor de los libros políticos?
—En literatura política, como en
toda dase de literatura, los libros
que valen son los buenos. Muchos
de los que se escriben no lo son.
Ocurre que mientras los libros de
física o de matemáticas tienen por
autores a técnicos en la materia, los
de política frecuentemente son escritos
por aficionados, en el mejor
de los casos, como si la política no
fuera un saber muy específico y dificultoso.
El saber político es complejo
y requiere adecuada preparación;
los libros de política no pueden
entregarse a la improvisación.
—Los libros políticos, ¿deben ser
puramente doctrinales o más bien
literarios y apasionados?
—La Historia nos pone de manifiesto
que los libros que influyen de
verdad en la vida son los de un alto
nivel intelectual, no los panfletos ni
los libros que son meros artilugios
de propaganda. Han influido más
La Política, de Aristóteles, o los
Seis libros de la República, de Bodino,
que otros -—innumerables—
escritos de segunda mano y no radicados
en la realidad de la naturaleza
humana. Un libro influyente
surge de una experiencia radical,
como El Príncipe, El Contrato Social,
el Tratado sobre el Gobierno
Civil o el Leviathan. En ellos se
unieron felizmente un atuendo científico
impecable, una gran sencillez
expresiva y una radicalidad profunda.
En ellos, y por eso influyeron
decisivamente, se recoge una realidad
política y se la transfiere al
plano conceptual como si fuese conforme
a la razón. Esta autenticidad
es la que los hizo convertirse en clásicos.
— ¿Por qué en nuestro pals'^e escriben
pocos libros políticos?
—La primera causa de este hecho
evidente es la tensión que existe
siempre entre la realidad y el pensamiento
político. Además, la realidad
contemporánea es muy fluida y
cambiante, lo que hace difícil someterla
a un cuadro de categorías conceptuales.
Por este motivo, el que
escribe, o se limita a una pura descripción,
o corre riesgo de caer en la
utopía. Para muchas observaciones
precisas falta el conocimiento pormenorizado
de los datos reales.
— ¿Y por qué el español es poco
aficionado a los libros políticos?
-—Habría que decir lo primero
que el español lee, desgraciadamente,
pocos libros en ¡general. Tampoco
hay verdadera afición a la ciencia
política, y no olvidemos que los
libros empiezan a ser caros.
«HAY QUE ESCLARECER LA
SIGNIFICACIÓN DE LOS HE-
CHOS POLÍTICOS», dice José
María Fontana.
— Cómo debe ser el libro político,
¿doctrinal o literario?
—Creo que el libro político doctrinal
—-dice el autor de En el Piri-
Máscara mortuoria de Rousseau
neo se vive de pie— es de una alta
eficacia; pero estimo que el que lleva
una cierta envoltura literaria cumple
una mejor función al llegar a un
mayor número de lectores.
—fEs fácil hacer tal libro político?
—Yo creo que sí. Mis dos libros
son dos muestras de este sistema,
imperfectas por ser mías, pero muestras.
Entre nosotros, el idealismo
quijotesco lleva a que el libro politico
no se halle muy en primer plano.
Pero no se concibe una política de
realidades sin realismo.