LAS IDEAS, EL ARTE Y LAS LETRAS - Ateneo de Madrid
LAS IDEAS, EL ARTE Y LAS LETRAS - Ateneo de Madrid
LAS IDEAS, EL ARTE Y LAS LETRAS - Ateneo de Madrid
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
DOS ORIL<strong>LAS</strong> Y UN<br />
PUENTE DE SILENCIOS<br />
EN LA MÚSICA ESPAÑOLA<br />
crítica. Misión que én Salazar junta<br />
escritos, libros fundamentales y tareas<br />
<strong>de</strong> organización. La ilusión <strong>de</strong> la Orquesta<br />
Nacional está ya a la vista en<br />
los proyectos inmediatamente anteriores<br />
a la República.<br />
Con la llegada <strong>de</strong> la República la<br />
música española intenta una organización.<br />
Satazar aprovecha la coyuntura<br />
para bautizar a toda una generación<br />
<strong>de</strong> músicos jóvenes que pasaría<br />
ya a la historia con el título <strong>de</strong> «generación<br />
<strong>de</strong> la República». Hay en la<br />
<strong>de</strong>nominación intención política e intención<br />
estética; porque los compositores<br />
que en ella militan suelen mostrar<br />
republicanismo ferviente e iz~<br />
quierdísmo artístico, manifestado a<br />
veces con expresiones <strong>de</strong> grueso calibre.<br />
Dato curioso: Todos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el más<br />
conservador al más revolucionario,<br />
hacen un sitio aparte para don Conrado<br />
<strong>de</strong>l Campo, fiel, entonces como<br />
en su última obra, a casticismos a lo<br />
Bretón-Chapí y a romanticismos mo<strong>de</strong>rmistas<br />
europeos <strong>de</strong> signo germano,<br />
línea Wagner-Franck-Strauss. Quizá<br />
fuese la <strong>de</strong> los jóvenes una postura en<br />
la que resonaba la <strong>de</strong> Falla, bien diferente<br />
éh su credo artístico a don Conrado<br />
y, sin embargo, apasionado <strong>de</strong>fensor<br />
<strong>de</strong> él cuando llegó el momento.<br />
La generación <strong>de</strong> la República <strong>de</strong>saparece<br />
casi íntegra <strong>de</strong> la vida musical<br />
española cuando la guerra llega y la<br />
cruzada termina. «Tras los montes y<br />
los mares», queda un grupo <strong>de</strong> compositores<br />
cuya importancia, como ha<br />
hecho ver Sopeña, estriba mas que<br />
en la valoración individual, en el hecho<br />
<strong>de</strong> constituir una generación entera.<br />
, ¿ Qué sucedió c^n la pretendida organización<br />
musical? El mismo Salazar<br />
cuenta la sucesión <strong>de</strong> «<strong>de</strong>sastres» que<br />
dieron al traste con todo proyecto, serio<br />
Uno a uno fueron naufragando en una<br />
política partidista y provisional cada<br />
mes. Y así ni hubo Orquesta Nacional,<br />
ni ediciones, ni reforma <strong>de</strong> Conservatorios,<br />
ni renacimiento vivo <strong>de</strong>l<br />
«folklore». Tan sólo unas temporadas<br />
<strong>de</strong> «Teatro Lírico Nacional» trajeron<br />
dignidad para el montaje <strong>de</strong> nuestra<br />
mejor zarzuela, incluida <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />
ella alguna ópera española.<br />
• * *<br />
Con la ausencia <strong>de</strong> Salazar, con la<br />
<strong>de</strong> Falía, con la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> un<br />
Por<br />
ENRIQUE FRANCO<br />
grupo entero <strong>de</strong> compositores, «a<br />
nadie pudo extrañar —escribe Sopeña—<br />
que nos acogiésemos a quien era,<br />
sin disputa, el llamado a recluíamos<br />
cuando terminó la contienda: Joaquín<br />
Turina». De la zona nacional llegaban<br />
aires <strong>de</strong> intentos musicales con más<br />
ambición que realidad y cuando se<br />
consigue la España una, es Turina el<br />
encargado <strong>de</strong> dirigir y estructurar las<br />
nuevas y viejas ambiciones. Hoy no<br />
es necesario hablar <strong>de</strong>masiado, porque<br />
algunas <strong>de</strong> ellas están en la calle,<br />
en la piel <strong>de</strong> España y <strong>de</strong> América, en<br />
el mar que junta las dos orillas.<br />
La Orquesta Nacional nace audaz<br />
al principio, hermosamente audaz,<br />
queriendo recogerlo todo y albergar<br />
en sus inmenso brazos nada menos<br />
que a las Orquestas anteriores. Un<br />
crítico joven, nacido a la profesión<br />
justamente el día en que Manuel <strong>de</strong><br />
Falla nos <strong>de</strong>jaba, Fe<strong>de</strong>rico Sopeña recoge<br />
la herencia <strong>de</strong> Salazar con una*<br />
mayor alegría y una especie <strong>de</strong> locura<br />
juvenil que en cuatro días levanta el<br />
«Retablo», repasa lo fundamental <strong>de</strong>l<br />
ha poco muerto Mauricio Ravel, estrena<br />
«Juego <strong>de</strong> cartas» y pone al<br />
frente <strong>de</strong> la Nacional, para darnos a<br />
conocer su música, la figura latina y<br />
europea <strong>de</strong> Alfredo Caseíla. La Orquesta<br />
se organizaría luego, normalmente,<br />
seria vehículo <strong>de</strong> la música<br />
nueva <strong>de</strong> Joaquín Rodrigo, <strong>de</strong> Halffter,<br />
<strong>de</strong> Guridi. Des<strong>de</strong> el otro lado <strong>de</strong>l<br />
mar, manos españolas tienen que haber<br />
aplaudido la realización <strong>de</strong> lo<br />
tantas veces intentado como —<strong>de</strong><br />
grado o con disgusto— tuvieron que^<br />
rendir aplauso y emociones a la presencia<br />
viva <strong>de</strong>l «folklore» en la Ronda<br />
Española <strong>de</strong> la Sección Femenina <strong>de</strong><br />
la Falange. {Emociona leer en el libro<br />
<strong>de</strong> García Serrano la constante reverencia<br />
<strong>de</strong> los exilados españoles ante<br />
los Coros y Danzas, el entusiasmo,<br />
por ejemplo, <strong>de</strong> un coronel Casado<br />
atite la hazaña <strong>de</strong> la Falange femenina.)<br />
La postguerra española saca al<br />
primer plano el nombre <strong>de</strong> un compositor,<br />
que ya había estrenado en <strong>Madrid</strong>,<br />
antes, obras con valor alto <strong>de</strong><br />
anuncio. Joaquín Rodrigo, mantiene<br />
—Seguimos a Sopeña—, día a día, el<br />
fuego sagrado <strong>de</strong>l riesgo, <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad,<br />
<strong>de</strong> la inquietud. Ño es tan sólo<br />
su contribución musical con el «Concierto<br />
<strong>de</strong> Aranjuez», las «Ausencias»,<br />
o la «Música pava un códice salmantino».<br />
Es su significación como figura<br />
central <strong>de</strong> todo un movimiento renovador.<br />
Joaquín Rodrigo ha reunido<br />
en torno los más valiosos afanes juveniles;<br />
en gesto altanero y gritón,<br />
como <strong>de</strong> «gallo mañanero»,<br />
ha sostenido actualidad<br />
y espaf-o ismp, nacionalismo<br />
y universalidad<br />
para nuestra música.,<br />
Ernesto Halffter, con<br />
la «Rapsodia», con<br />
«Dulcinea», con aportacio<br />
nes valiosas en el<br />
campo cinematográfico,<br />
con su última «Fantasía<br />
Española», enlaza a un<br />
ritmo lento con su brillante historia<br />
pasada. Otro tanto podría <strong>de</strong>cirse <strong>de</strong><br />
Jesús Guridi, cuyas «D ez m;lodías»<br />
ponen acaso la contribución sinfónica<br />
más valiosa en el terreno <strong>de</strong> lo<br />
directamente folklórico; <strong>de</strong> Osear Esplá,<br />
con su «Sonata <strong>de</strong>l Sur» para piano<br />
y orquesta y su «Sonata Española»<br />
para piano, continuadoras a gran<strong>de</strong>s<br />
rasgos <strong>de</strong> su línea anterior; <strong>de</strong> Fe<strong>de</strong>ri*<br />
co Motnpou.<br />
José Muñoz Molleda y Jesús Leoz<br />
hacen hueco en su diaria actividad <strong>de</strong><br />
compositores cinematográficos para<br />
darnos obras como el oratorio «La<br />
resurrección <strong>de</strong> Lázaro» o el «Cuarteto<br />
con piano». Conrado <strong>de</strong>l Campo aña<strong>de</strong><br />
títulos nuevos a música apasionada y<br />
romántica, <strong>de</strong> lírica exaltada como fue<br />
siempre la suya. Títulos: «Ofrenda a<br />
los Caídos», «La pra<strong>de</strong>ra», «Fantasía<br />
castellana» «Lola la Piconera», música<br />
<strong>de</strong> cámara.<br />
Falla primero, Turina luego, Conrado<br />
<strong>de</strong>l Campo, García <strong>de</strong> la Parra,<br />
la Viña, entre los mayores. Inesperadamente,<br />
Leoz, entre los <strong>de</strong> la que po<strong>de</strong>mos<br />
Hamir generación intermedia,<br />
murieron. Con ellos, otras figuras que<br />
aportaron su quehacer al conjunto<br />
que un día pudo pesar en nuestra música<br />
y <strong>de</strong>l que se <strong>de</strong>stacó el nombre <strong>de</strong><br />
Falla para <strong>de</strong>jar herencia e hilo <strong>de</strong><br />
continuidad.<br />
Luego... lo que está ya ahí al lado.<br />
Los que alborotábamos el 39 en el<br />
Conservatorio y lo queríamos todo en<br />
un día, hemos doblado la treintena.<br />
Otros, más jóvenes aún, han salido<br />
ya <strong>de</strong> las aulas. Otra, vez un Halffter<br />
se alza prometedor para la música española:<br />
Cristóbal, con su «Antífona»,,<br />
su «Concierto» premiado el año paraso.<br />
Calés, catedrático ya <strong>de</strong> Contrapunto<br />
y Fuga, Carra, Castillo.<br />
La Radio, primero incitada por Rodrigo,<br />
luego por sus continuadores, se<br />
abre <strong>de</strong> par en par para la música española<br />
y para la música última <strong>de</strong><br />
todo signo y nacionalidad. Con Coros,<br />
Cuarteto <strong>de</strong> Madrigalistas, Orquesta<br />
Cuarteto <strong>de</strong> cuerda, la Radío Nacional<br />
española es también algo que soñaron<br />
los que están «tras los montes y los<br />
mares» y que no pudieron tocar con<br />
la mano.<br />
La enseñanza musical sufre una<br />
completa reforma; en la Universidad,<br />
Joaquín Rodrigo es catedrático <strong>de</strong><br />
Música en la «Cátedra Manuel <strong>de</strong> Falla»;<br />
en el Bachillerato se tendrá ya<br />
para siempre estudio y compañía musical.<br />
Un director, Ataúlfo Argenta, triunfa<br />
en Europa, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberse hecho<br />
en España. Des<strong>de</strong> París, Lisboa,<br />
Roma o Berlín, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Festival internacional<br />
<strong>de</strong> Granada, Argenta se<br />
yergue como cima <strong>de</strong> nuestra historia<br />
directorial y es para los más jóvenes<br />
meta ilusionada y solicitado consejo<br />
diario.<br />
¿Y los <strong>de</strong> fuera? Salazar publicó<br />
cuanto llevaba <strong>de</strong>ntro. Hace alguna<br />
temporada publica libros —como la<br />
«Música <strong>de</strong> España»— mucho más «fabricados»<br />
y sin mensaje nuevo. Libros,<br />
a<strong>de</strong>más, con mucha dosis <strong>de</strong><br />
triste amargura que los invalidan un<br />
tanto.<br />
Por distintos países hispanoamericanos,<br />
la generación <strong>de</strong> la República<br />
ha <strong>de</strong>jado y <strong>de</strong>ja atrás más días que<br />
positivos hechos. Rodolfo Halffter trabajó<br />
en medida <strong>de</strong> importancia <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong> su nacionalización mejicana. Los<br />
menos —como Bacarisse, en París—<br />
se quedaron en Europa, cerca <strong>de</strong> una<br />
patria cuyos oidos buscan con la mayor<br />
ilusión para la música que escriben.<br />
Treinta años <strong>de</strong> música española.<br />
Quince <strong>de</strong> anteguerra y quince <strong>de</strong><br />
postguerra. Dos orillas con un puente<br />
<strong>de</strong> silencios que salva probablemente<br />
la gran sombra unificadora <strong>de</strong> nuestra<br />
música, la figura y la obra <strong>de</strong> don<br />
Manuel. Hace treinta años se esperaba<br />
su música y el «Concierto» con inquietud;<br />
hoy, todavía, esperamos sus<br />
últimos pentagramas <strong>de</strong> «La Atlán.<br />
tida» con ilusionada y temerosa <strong>de</strong>sazón.