Política social y modelos de desarrollo - Estudios del trabajo
Política social y modelos de desarrollo - Estudios del trabajo
Política social y modelos de desarrollo - Estudios del trabajo
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Cabe preguntarse cómo y porqué la cuestión <strong>de</strong> la “<strong>de</strong>mocracia” ha llegado a instalarse en<br />
el epicentro <strong>de</strong> la preocupación y <strong>de</strong>safío <strong>de</strong> las políticas <strong>social</strong>es y especialmente <strong>de</strong> la<br />
educación, a esta altura <strong>de</strong> la historia chilena y latinoamericana. La respuesta se hace<br />
explícita en las palabras <strong>de</strong> Arturo Morales, <strong>de</strong>legado <strong>de</strong> E.E.U.U. a la Conferencia sobre<br />
Educación y Desarrollo Económico Social Latinoamericano, auspiciada por la UNESCO,<br />
CEPAL, OEA, ONU, FAO y OIT y realizada en Chile en marzo <strong>de</strong> 1962 en la Universidad<br />
Técnica <strong>de</strong>l Estado: “Reconocemos que estos son tiempos <strong>de</strong> urgencia, tiempo <strong>de</strong> esfuerzo<br />
y <strong>de</strong> siembra. Son también tiempos <strong>de</strong> <strong>de</strong>safío y <strong>de</strong> peligro. Existe la imperiosa necesidad<br />
<strong>de</strong> dar la batalla <strong>de</strong>cisiva a los aliados inevitables <strong>de</strong>l insuficiente <strong>de</strong>sarrollo económico, la<br />
aguda pobreza, la ignorancia, la <strong>de</strong>sesperación. Existe la inaplazable necesidad <strong>de</strong><br />
incorporar cuanto antes a millones <strong>de</strong> habitantes <strong>de</strong> nuestro continente a los beneficios y<br />
oportunida<strong>de</strong>s que brinda, a la educación y a la cultura, el <strong>de</strong>sarrollo tecnológico <strong>de</strong>l siglo<br />
xx. Los pueblos ya no esperan y su insatisfacción ya no pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>soída” 42 . Destacaban<br />
dos principios doctrinarios que inspiraban la Conferencia: a) “La educación es factor<br />
indispensable para acelerar el <strong>de</strong>sarrollo (...). La educación contribuye consi<strong>de</strong>rablemente al<br />
aumento <strong>de</strong> la productividad, sin embargo, sería un gravísimo error consi<strong>de</strong>rarla y usarla<br />
para este fin únicamente. La educación es formadora <strong>de</strong> valores éticos y morales en el<br />
individuo, elementos irremplazables para garantizar el or<strong>de</strong>nado funcionamiento <strong>de</strong> la<br />
<strong>de</strong>mocracia representativa; b) “La Comisión se da cuenta <strong>de</strong> que la población <strong>de</strong> América<br />
latina necesita y exige cambios <strong>social</strong>es inmediatos y que los sistemas educativos<br />
<strong>de</strong>sempeñarán un papel indispensable para su pacífica realización” 43 .<br />
Es <strong>de</strong>cir, la preocupación por la <strong>de</strong>mocracia, vía educación popular ampliada, era<br />
principalmente, la preocupación por el <strong>social</strong>ismo y formaba parte <strong>de</strong> las políticas<br />
norteamericanas y continentales para evitar y prevenir el influjo <strong>de</strong> la revolución cubana. El<br />
interés por la reforma y política educacional, como en los años 20, portaba una vez más, en<br />
sus objetivos <strong>de</strong>mocratizadores y <strong>de</strong> cambio <strong>social</strong>, intereses i<strong>de</strong>ológicos <strong>de</strong> conservación.<br />
Se trataba, claramente, <strong>de</strong> la contradicción que está instalada en el seno mismo, quizás, <strong>de</strong><br />
toda política <strong>social</strong>: una suerte <strong>de</strong> “<strong>de</strong>mocracia conservadora” es <strong>de</strong>cir, que incorpora<br />
ampliamente al pueblo a los beneficios <strong>de</strong> la civilización y mo<strong>de</strong>rnización, en la forma <strong>de</strong><br />
un movimiento concéntrico <strong>de</strong> incorporación institucional que, al mismo tiempo que<br />
potencia el <strong>de</strong>sarrollo y el sistema, frena los procesos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sagregación crítica que pue<strong>de</strong>n<br />
llegar a poner en cuestión las bases estructurales <strong>de</strong>l sistema. Pero, en tanto que se trata <strong>de</strong><br />
una relación contradictoria y no meramente funcional, la pregunta que salta a la vista es<br />
cuál es el límite <strong>de</strong> esta funcionalidad y cuál es la potencia <strong>de</strong> la política <strong>social</strong> para generar<br />
una <strong>de</strong>mocracia participativa real, que potencie el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la base <strong>social</strong>. Pero ésta<br />
es, a nuestro juicio, una pregunta por el proyecto político e i<strong>de</strong>ológico que anima y<br />
gobierna una sociedad histórica. A pesar <strong>de</strong> que creo que sería falso pensar que la política<br />
<strong>social</strong>, por sí misma, pue<strong>de</strong> ir más allá <strong>de</strong>l proyecto político que la implementa, sin<br />
embargo, la historia nos muestra que ella pue<strong>de</strong> contribuir a poner en movimiento actores<br />
<strong>social</strong>es que, a su vez, tien<strong>de</strong>n a apropiarse <strong>de</strong> dichas políticas para su propia constitución<br />
como sujetos. La década <strong>de</strong> los 60 y 70 en Chile y América latina fueron momentos<br />
históricos <strong>de</strong>cisivos don<strong>de</strong> esta contradicción se puso en tensión máxima.<br />
42<br />
Ercilla, Santiago, marzo 14, 1962<br />
43<br />
Ibid