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Fibansa no fue la única sociedad de valores<br />
constituida por el Banco de <strong>Santander</strong> en este<br />
periodo. La siguiente en la lista fue Central de<br />
Inversiones de Valores S.A. (Ceivasa), creada<br />
en 1968 y cedida a los accionistas en octubre de<br />
1969. Luego vino la Sociedad Mobiliaria Internacional<br />
S.A. (Mobinter), formalizada en 1967 y<br />
ofrecida a los accionistas a finales de 1968. Esta<br />
sociedad estaba acogida a la normativa sobre sociedades<br />
de tenencia de valores emitidos por<br />
empresas extranjeras; en consecuencia a ella<br />
fueron las participaciones del <strong>Santander</strong> de<br />
sus tres filiales latinoamericanas, con sede en<br />
Argentina, Panamá y Brasil. La cuarta fue Cartera<br />
Mobiliaria S.A. (Carmosa), creada en 1970<br />
y ofrecida a los accionistas en 1976. La quinta<br />
fue Norteña de Valores S.A. (Norvasa), nacida<br />
en 1973 y cedida ese mismo año a los accionistas.<br />
Y la última, Bansaliber S.A., creada en 1973<br />
y ofrecida directamente al público en general,<br />
también en el mismo año de su constitución.<br />
Esta sociedad constituyó, pues, una excepción<br />
porque el Banco quiso captar nuevos clientes<br />
interesados en la Bolsa, en un momento en el<br />
que la mejora del nivel de vida y el alza de las<br />
cotizaciones llevaba a extensas capas de la población<br />
a intervenir en los mercados de valores.<br />
Las cinco sociedades de tenencia de valores nacionales<br />
siguieron proporcionando beneficios a<br />
sus accionistas, como empresas independientes,<br />
primero, y desde 1988 como parte del Grupo,<br />
tras la OPA lanzada por el propio Banco que se<br />
convirtió en su accionista mayoritario. En 2002<br />
todas ellas se fusionaron, siendo absorbidas<br />
por Carmosa. En 2005 esta sociedad se registró<br />
como SICAV, de acuerdo con la normativa<br />
aprobada este último año, y en la actualidad sigue<br />
formando parte del Grupo <strong>Santander</strong>.<br />
Para conservar clientela y captar inversores<br />
con una demanda potencial de nuevos servicios,<br />
el Banco de <strong>Santander</strong> también tuvo que<br />
desplegar sus buenas dosis de ingenio, en particular<br />
para contrarrestar el denominado proceso<br />
de «desintermediación», un fenómeno nacido<br />
al socaire de la liberalización del sistema financiero.<br />
Con este término de «desintermediación»<br />
se calificaba la desviación hacia sociedades y<br />
mercados no bancarios de amplios volúmenes<br />
de recursos financieros, que hasta entonces habían<br />
sido canalizados casi en exclusiva por los<br />
propios bancos. Para no perder comba ante la<br />
competencia que se avecinaba, los responsables<br />
de las entidades financieras tradicionales<br />
respondieron generando nuevos productos y<br />
servicios para atender a una clientela cada vez<br />
más sofisticada y exigente; la entrada de la banca<br />
extranjera en 1978, que introdujo métodos innovadores,<br />
contribuyó asimismo a renovar y<br />
modernizar los servicios financieros de las sociedades<br />
de crédito españolas.<br />
Como cabía esperar, el Banco de <strong>Santander</strong><br />
se apuntó pronto a la carrera de innovaciones<br />
financieras con toda una gama de nuevos<br />
servicios, con la esperanza de asegurarse<br />
un amplio segmento de este tipo de negocio. 36<br />
Los lanzamientos efectuados en aquellos años<br />
pretendían, además de atender esta nueva demanda<br />
especializada, atraer y fidelizar a nueva<br />
clientela en el sector tradicional de la banca<br />
minorista. Así surgieron el Crédito Personal, el<br />
Crédito Vivienda, el Crédito a Profesionales,<br />
el Crédito Coche, el Crédito a Pymes y otros con<br />
variopintas denominaciones, en verdad imaginativas,<br />
como lo fue el producto estrella de esos<br />
años, el «Banco en Casa». Una parte de la actividad<br />
innovadora se desarrolló en el seno de<br />
Con el objeto de mejorar la retribución a<br />
sus accionistas, el <strong>Santander</strong> fue muy<br />
activo en la creación de «sociedades<br />
de inversión mobiliaria»<br />
la propia entidad matriz, aunque también se<br />
crearon algunas filiales en aquellos productos,<br />
como los fondos de inversión y de pensiones,<br />
en los que la gran banca pretendió «intermediar<br />
lo desintermediado».<br />
Por orden cronológico de nacimiento, los<br />
fondos de inversión encabezaron la lista de<br />
productos lanzados por el Banco de <strong>Santander</strong>.<br />
En 1971 apareció Gesbansander, una Sociedad<br />
Gestora de Fondos de Inversiones totalmente<br />
independiente del servicio de valores del Banco,<br />
para hacerse cargo del Banserfond, un fondo<br />
constituido y lanzado poco después. Su trayectoria<br />
estuvo marcada por los avatares de la<br />
Bolsa, la principal materia prima de su negocio<br />
y, a juzgar por los datos disponibles, tuvo un<br />
éxito fulgurante mientras duró la pujanza en los<br />
mercados de valores. En 1977 al patrimonio de<br />
Banserfond se incorporó Banserval, propiedad<br />
del Banco, y en 1985 se lanzó un nuevo fondo<br />
con la denominación de Banserfond II, en este<br />
caso especializado en valores de renta fija.<br />
Un curioso antecedente del servicio de asesoramiento<br />
especializado en la promoción de<br />
fusiones y absorciones fue la creación, en 1972,<br />
de IMC Española S.A., siglas de International<br />
Mergers Service, en asociación con IMS, AG,<br />
de Zúrich. También ese año se tomó una participación<br />
mayoritaria en LICO, Central de<br />
Leasing, actividad por la que el Banco de <strong>Santander</strong><br />
mostró temprano interés, posiblemente<br />
por ser muy utilizada por los exportadores<br />
e importadores de bienes de equipo, clientes<br />
muy especiales y muy cuidados por la División<br />
Internacional de la entidad. A continuación se<br />
creó Bansafina, en 1972, una entidad de financiación<br />
que durante algún tiempo se dedicó<br />
preferentemente a la financiación de la compra<br />
de bienes de equipo. Absorbida por Hispamer<br />
en 1999, tras la fusión con el Central Hispano,<br />
forma parte del hoy exitoso grupo de empresas<br />
que integran <strong>Santander</strong> Consumer Finance. En<br />
1973 se formó Gesbansa, Sociedad Gestora de<br />
Carteras Bansander —más tarde llamada <strong>Santander</strong><br />
de Patrimonios—, dedicada a la gestión<br />
de patrimonios mobiliarios por cuenta de terceros.<br />
Ya metidos en los años ochenta los responsables<br />
del <strong>Santander</strong> fundaron Hipotebansa,<br />
Sociedad de Crédito Bansander dedicada a la<br />
concesión de créditos con garantía hipotecaria<br />
para la adquisición, edificación y rehabilitación<br />
de viviendas y construcciones en general. Poco<br />
después surgió Bansaleasing, y al final de la<br />
frontera que separa a este periodo del siguiente<br />
nació Bansander-Noble Lowndes, fundada<br />
con el grupo del Reino Unido del mismo nombre<br />
y dedicada a la gestión y asesoramiento de<br />
fondos de pensiones.<br />
En resumen, a lo largo de estas dos décadas y<br />
media los responsables del Banco de <strong>Santander</strong><br />
respondieron a los diversos cambios en el marco<br />
legal y en los mercados financieros esgrimiendo<br />
nuevas armas e ideando mecanismos para no<br />
perder ni negocio ni clientela. Frente al desafío<br />
que supuso la ley de Bases de 1962, reaccionó<br />
creando una entidad verdaderamente modélica:<br />
Bankinter, una de las instituciones bancarias españolas<br />
más innovadoras, más dinámicas y más<br />
rentables de nuestra reciente historia económica.<br />
De manera simultánea el <strong>Santander</strong> puso en pie<br />
una serie de sociedades de inversión mobiliaria<br />
para operar en los cada vez más activos mercados<br />
bursátiles y también para compensar a sus<br />
accionistas los reducidos ingresos que recibían<br />
por sus aportaciones de capital, a causa de las<br />
múltiples regulaciones administrativas que<br />
limitaban el reparto de dividendos. Asimismo,<br />
el Banco respondió con agilidad al desafío de la<br />
desintermediación, un fenómeno surgido como<br />
consecuencia de la aparición de sociedades<br />
y mercados no bancarios y alentado por el desarrollo<br />
de la Bolsa. En este caso la respuesta fue<br />
ofrecer a ahorradores e inversores una nueva<br />
gama de productos e instrumentos financieros,<br />
seguros y a la vez rentables.<br />
LOS CIMIENTOS DEL ÉXITO, 1963-1985 225