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Pablo Martín Aceña - Santander

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Puerto franco<br />

En la década de los veinte, el Banco de <strong>Santander</strong><br />

intervino en importantes iniciativas ligadas a la ciudad,<br />

como la creación del Puerto Franco. El objetivo de esta<br />

empresa era reactivar y favorecer la economía cántabra<br />

a través del puerto. En la imagen, el trasatlántico<br />

Siboney atracado en el puerto.<br />

Bolsa de Madrid en los años veinte<br />

El Banco de <strong>Santander</strong> contaba con una importante<br />

cantidad de títulos bursátiles, tanto del Estado como<br />

de distintas compañías, aparte de acciones en varias<br />

instituciones financieras. También gestionaba una<br />

abultada cartera de títulos por cuenta ajena.<br />

familiar, relacionados con el comercio al por<br />

menor, almacenistas, talleres, pequeños fabricantes,<br />

colectivos dedicados a actividades<br />

pesqueras, propietarios de inmuebles, compañías<br />

especializadas en el tráfico de exportación<br />

e importación, empresarios agrícolas;<br />

y entre sus clientes de mayor fuste aparecen<br />

sociedades mineras, de ferrocarriles, eléctricas,<br />

químicas, de servicios urbanos y también<br />

organismos públicos, como el Ayuntamiento<br />

y la Diputación Provincial. 23 En estos años el<br />

Banco intervino en iniciativas estrechamente<br />

vinculadas a la ciudad de <strong>Santander</strong>, como<br />

la puesta en marcha del Campo de Golf de<br />

Pedreña, el Puerto Franco y el Hotel El Sardinero,<br />

además de continuar con su especial<br />

vinculación al Hotel Real.<br />

Pese a ser una institución financiera eminentemente<br />

comercial, la cartera de valores<br />

del <strong>Santander</strong> no era en absoluto despreciable;<br />

más abultada a principios de este periodo<br />

la de títulos públicos (Deuda del Estado<br />

y Obligaciones del Tesoro) que la de valores<br />

privados (acciones y obligaciones de empresas),<br />

hacia 1930 ambas alcanzaban una proporción<br />

similar y en conjunto representaban<br />

casi un 40 por ciento de los activos rentables.<br />

Las inversiones muestran una gran variedad,<br />

reflejo de una política meditada de diversificación<br />

cuyo propósito fue, sin duda, evitar una<br />

excesiva concentración de riesgos. Las operaciones<br />

de cartera, aseguramiento de emisiones<br />

y nuevas suscripciones eran competencia<br />

directa de la Junta de Gobierno, que dedicaba<br />

un buen número de horas a esta cuestión<br />

en sus reuniones mensuales. Los consejeros<br />

seguían de cerca las cotizaciones bursátiles,<br />

tanto en el Bolsín de <strong>Santander</strong> como en las<br />

bolsas de Madrid y Bilbao, mientras que el<br />

director general, Gómez García, se ocupaba<br />

personalmente de la administración de la<br />

cartera; montó además una Sección de Bolsa<br />

y otra de Cartera, de la que dependían tres<br />

negociados. El <strong>Santander</strong> poseía una buena<br />

cantidad de títulos del Estado de diferentes<br />

fechas de emisión y una variada gama de acciones<br />

y obligaciones de compañías industriales<br />

(metalúrgicas, químicas, navales, azucareras,<br />

agroalimentarias), mineras, eléctricas,<br />

ferroviarias, de construcción y de servicios<br />

urbanos; también acciones de una docena de<br />

instituciones financieras españolas. Asimismo<br />

gestionaba, como cualquier otra entidad<br />

de su género, una voluminosa cartera de títulos<br />

por cuenta ajena, cuyo monto se englobaba<br />

en la cuenta de valores nominales. 24<br />

Las cuentas acreedoras son asimismo un<br />

buen reflejo de la vocación mercantil del Banco<br />

de <strong>Santander</strong> durante esta etapa de entreguerras:<br />

predominio de los depósitos a la vista sobre<br />

los depósitos a plazo y una presencia testimonial<br />

de los denominados en moneda extranjera.<br />

La identificación entre clientes de activo y de<br />

pasivo es casi completa, si bien es cierto que muchos<br />

particulares y familias de la ciudad y de los<br />

pueblos próximos, sin relación comercial con la<br />

entidad, también le confiaban sus ahorros, por<br />

ser la más antigua y estable de la región.<br />

Las cifras del balance muestran con claridad<br />

meridiana lo expuesto más arriba, así<br />

como la senda de moderada expansión seguida<br />

por la entidad. Pese al retroceso experimentado<br />

a mediados de la década, el activo total pasó de<br />

59 a 98 millones de pesetas entre 1920 y 1930,<br />

gracias al avance del crédito comercial, que se<br />

duplicó, así como el de la cartera de inversiones,<br />

cuyo peso al final de la década alcanzaba<br />

ya casi el 40 por ciento de los activos rentables.<br />

Y aunque luego comentaremos con más<br />

detalle las cifras de la cuenta de resultados,<br />

Como reconocía la Memoria de la<br />

entidad correspondiente a 1926,<br />

la economía regional daba muestras de<br />

«potencialidad» con la multiplicación<br />

de industrias alimentarias y con el<br />

establecimiento de nuevas fábricas<br />

dejemos constancia aquí de que los beneficios<br />

netos de la entidad crecieron ininterrumpidamente<br />

de 1920 a 1923, luego descendieron hasta<br />

1926 y se recuperaron con firmeza el resto de<br />

la década. En conjunto, se mantuvieron tanto<br />

en la primera parte de la década, como en la<br />

segunda, en torno a 1,1 millones de pesetas.<br />

Desde la perspectiva del accionista, la buena<br />

marcha de los negocios se tradujo en una excelente<br />

remuneración para su capital, de forma<br />

que en los ocho ejercicios transcurridos entre<br />

1920 y 1927 recibió un dividendo medio del<br />

20 por ciento, un porcentaje que cabe calificar<br />

de elevado, de lo cual se mostraban orgullosos<br />

los responsables de la entidad, que no ocultaban<br />

su satisfacción en sus comparecencias en<br />

las juntas anuales donde insistían tanto en la<br />

solidez como en la prosperidad del establecimiento.<br />

Luego los porcentajes se redujeron a<br />

la mitad, pero ello no fue consecuencia de un<br />

retroceso de los negocios o de una mala gestión,<br />

sino efecto del desembolso en 1929 de la<br />

LA EXPANSIÓN REGIONAL, 1920–1935 95

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