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Pablo Martín Aceña - Santander

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La fundación del Banco<br />

de <strong>Santander</strong> en 1857 1<br />

En la mañana del 25 de enero de 1856, en el paseo<br />

del Muelle, el neurálgico centro mercantil<br />

de la ciudad de <strong>Santander</strong>, tuvo lugar una trascendental<br />

reunión para la historia del Banco<br />

de <strong>Santander</strong>. Treinta y dos destacados comerciantes<br />

de la Montaña 2 acudieron a la cita convocada<br />

por uno de ellos, Jerónimo Roiz de la<br />

Parra, a la sazón vicepresidente de la Junta de<br />

Comercio. El cónclave tenía por objeto fundar<br />

un banco de circulación y giro que resolviera los<br />

agudos problemas de liquidez y de falta de medios<br />

de pago que arrastraba la plaza desde hacía<br />

tiempo. En la reunión se procedió a la lectura<br />

de los estatutos del Banco de Barcelona,<br />

uno de los más antiguos de España, y tras un<br />

debate animado se acordó adoptarlos con modificaciones<br />

para la futura entidad que tomaría<br />

el nombre de la ciudad de <strong>Santander</strong>. 3<br />

Culminaba así un largo y espinoso camino<br />

iniciado dos años antes por tres ilustres prohombres<br />

de la región, Antonio Gutiérrez Solana,<br />

Juan Alberto Casares y el barón de Araneta,<br />

quienes, tras la llegada al poder de los progresistas<br />

con la revolución de julio de 1854, se<br />

apresuraron al Ministerio de Hacienda para<br />

presentar, el 28 de marzo de 1855, una solicitud<br />

de apertura de un establecimiento bancario<br />

de emisión y descuento. Entonces su petición<br />

no encontró eco en el general Espartero,<br />

líder indiscutible de los progresistas, aunque<br />

contó con el informe favorable de Pascual<br />

Madoz, ministro de Hacienda; tuvo enfrente,<br />

4 UN BANCO LOCAL DE EMISIÓN, 1857–1874<br />

sin embargo, al Banco de San Fernando, la todopoderosa<br />

entidad semioficial que gozaba<br />

del monopolio de emisión de billetes desde<br />

que fuera creado en 1829 y que se oponía con<br />

todas sus fuerzas a la aparición de competidores.<br />

4 Su gobernador, Ramón Santillán, redactó<br />

una serie de informes demoledores tratando de<br />

defender los intereses del San Fernando. Tampoco<br />

la legislación daba cabida a un proyecto<br />

El 25 de enero de 1856 los más<br />

destacados comerciantes de la<br />

Montaña se reunían con el objeto<br />

de fundar un banco<br />

tan innovador como el defendido por Gutiérrez<br />

Solana y sus colegas. Las leyes vigentes en nada<br />

facilitaban la instalación de nuevos bancos e<br />

impedían desde luego su establecimiento en<br />

aquellos lugares donde el San Fernando ya estuviese<br />

instalado o mostrara intención de abrir<br />

sucursales. La solicitud de los santanderinos<br />

fue, por tanto, rechazada, como lo fue también<br />

otra petición similar presentada por los comerciantes<br />

de Málaga en las mismas fechas.<br />

Pronto, sin embargo, los progresistas se<br />

dieron cuenta de que la modernización económica<br />

del país requería la existencia de potentes<br />

resortes que movilizaran el ahorro; se<br />

precisaban bancos de emisión y sociedades de<br />

crédito capaces de financiar inversiones en ferrocarriles,<br />

en yacimientos mineros, en altos<br />

hornos y máquinas de vapor. La iniciativa la<br />

tomó el ministro de Hacienda, Juan Bruil, un<br />

convencido liberal, que llevó a las Cortes un<br />

proyecto de ley bancaria de nuevo cuño para<br />

terminar con el monopolio y permitir la libre<br />

emisión de billetes.<br />

El debate comenzó el 4 de enero de 1856,<br />

poniéndose de relieve dos posturas contrapuestas:<br />

la de los partidarios de la pluralidad<br />

—que reunía a los hombres de negocios de las<br />

provincias—, quienes deseaban acabar con el<br />

monopolio, frente a los «banqueros madrileños»,<br />

aglutinados en torno al San Fernando.<br />

En <strong>Santander</strong> los debates se siguieron con<br />

inusitado interés; los diputados de la Montaña,<br />

tanto de uno como de otro signo político,<br />

defendieron la misma postura y apoyaron al<br />

Gobierno. José María de Orense, marqués de<br />

Albaida, diputado en las Cortes Constituyentes<br />

de 1854 por la provincia, señaló que en su<br />

circunscripción las gentes en «plaza tan importante,<br />

están pagando a metálico y llevando<br />

dinero de unos escritorios a otros, sistema que<br />

ya no se ve en las naciones civilizadas». En las<br />

mismas Cortes, el diputado Udaeta, de ideología<br />

contraria a la de Orense, concurría con él en<br />

lo tocante a que «<strong>Santander</strong>, pueblo de mucha<br />

importancia comercial, necesita un Banco, y yo<br />

convengo en que nada hay más desagradable<br />

Solicitud de crear un banco emisor en <strong>Santander</strong>, 1855<br />

Antonio Gutiérrez Solana, Juan Alberto Casares y el barón<br />

de Araneta solicitan al Ministerio de Hacienda la<br />

creación de un banco de emisión en la ciudad de <strong>Santander</strong><br />

el 28 de marzo de 1855. La consecuencia más importante<br />

de la pluralidad de bancos de emisión y descuento fue el<br />

enorme incremento de la circulación de billetes en toda la<br />

nación, que se cuadruplicó en sólo catorce años.

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