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Cruzan las principales ciudades del norte<br />
dejando en los cordones de miseria,<br />
caminos y vías de trasporte, la bitácora<br />
de su paso expresada en diseños y códigos<br />
cada vez más inteligibles.<br />
La llegada y concentración en la ciudad<br />
de México es casi obligatoria; hace<br />
30 años aproximadamente, el graffiti fue<br />
retomado por pandillas que marcaban su<br />
territorio mostrando los nombres de sus<br />
bandas, como los Panchitos o los Chacales.<br />
Fuerte, violento e ilegal, el graffiti<br />
anidó en la limítrofe mexicana y colonias<br />
populares, y es ahí donde se sigue gestando<br />
por necesidad pues tristemente,<br />
hasta la fecha, hay quienes lo único que<br />
tienen en el mundo es el anonimato y su<br />
nombre graffiteado con colores a lo largo<br />
de los muros de su ciudad.<br />
EL BOMBING<br />
El bombing o bomba es una traza con<br />
sombras y de mayor tamaño, quizás a<br />
dos colores; dependiendo del estilo o la<br />
dificultad de la tipografía, se podría realizar<br />
en unos 10 o 15 minutos aproximadamente.<br />
Esta es una segunda etapa en<br />
la vida de un graffitero y tal vez el punto<br />
donde realmente se comienza a distinguir<br />
de los demás por su creatividad, técnica<br />
y lugar. Los metros de las principales ciudades,<br />
puentes, callejones, espectaculares<br />
e espacios impredecibles fueron los<br />
lugares donde aparecían de una mañana<br />
a otra “bombas” tan grandes como una<br />
fachada, o tan complejas como letras entrelazadas<br />
con sombra, perspectiva y color,<br />
con la fuerza para aplastar cualquier<br />
dejo de comodidad de la ciudadanía que<br />
BITÁCORA<br />
camina por las calles. Se vivía en lo ilegal<br />
y eso era parte importante del juego, el<br />
anonimato era para algunos, pero otros<br />
ya volteaban a ver y a tratar de leer lo que<br />
aquellas pintas decían.<br />
Si bien el graffiti no dejaba de ser<br />
molesto para quienes se veían afectados<br />
en sus casas, autos, árboles o banquetas,<br />
también llamó la atención de muchos<br />
otros jóvenes de clases acomodadas<br />
quienes buscaban un espacio propio distinto<br />
a la tan esperada carrera de derecho<br />
que auguraba su papá.<br />
Sociólogos y urbanistas ven el graffiti<br />
como una señal que hay que aprender a<br />
descifrar a fin de atender las necesidades<br />
y problemáticas de una población grande<br />
que quiere ser escuchada tanto en<br />
México como en el mundo.<br />
DICIEMBRE <strong>2012</strong>-ENERO 2013 77