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utpl modalidad abierta guia Expresión Oral y Escrita - Universidad ...

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42<br />

Guía didáctica: <strong>Expresión</strong> <strong>Oral</strong> y <strong>Escrita</strong><br />

UNIVERSIDAD TÉCNICA PARTICULAR DE LOJA La <strong>Universidad</strong> Católica de Loja<br />

PRIMER BIMESTRE<br />

Sírvase de la técnica del subrayado para que extraiga los aspectos más importantes que fundamentan a<br />

cada subunidad. No desarrolle el ejercicio 4 si aún no comprende bien el contenido de cada subunidad.<br />

El desarrollo de cada uno de los numerales propuestos en el ejercicio en mención exige un sólido<br />

fundamento teórico; por ello, proceda a desarrollar los ejercicios del texto y el que aquí consta a<br />

continuación.<br />

Ejercicio 4<br />

UNIDAD 4<br />

1. Elabore el resumen de la lectura siguiente:<br />

Redacción de documentos académicos<br />

¿QUIÉN SE HA LLEVADO MI QUESO?<br />

Galo Guerrero Jiménez<br />

Alguna vez el señor alcalde del cantón Loja, doctor José Bolívar Castillo Vivanco, les dijo a los<br />

transportistas de nuestra ciudad que deberían leer el libro ¿Quién se ha llevado mi queso? del<br />

psicólogo y médico Spencer Jonson. Y tenía mucha razón al recordarles la lectura de este pequeño<br />

gran libro que hoy se ha convertido en un best sellers universal, traducido a 26 idiomas y con<br />

millones de ejemplares vendidos en todo el planeta.<br />

Pues, ¿de qué trata este texto tan comentado y recomendado para toda clase de público? Su<br />

historia es muy simple. Se trata de un relato que en forma de parábola o de fábula muy sencilla<br />

nos narra la vida de dos ratoncitos y de dos personitas u hombrecillos que vivían en un laberinto y<br />

que para su subsistencia dependían de un enorme queso que, por arte de magia, había aparecido<br />

en una de las habitaciones del laberinto. Los cuatro personajes vivían muy felices disfrutando de<br />

su queso que no les había costado ningún esfuerzo conseguirlo: el queso estaba ahí y lo único<br />

que tenían que hacer era comer y comer sin que nadie los moleste. Pero un buen día el queso<br />

desapareció y empezaron a sufrir los efectos. Las personitas, Kif y Kof, se pusieron furiosas y se<br />

culpaban unas a otras y discutían buscando a más culpables por la desaparición del queso. Los<br />

ratoncitos, en cambio, sin discutir, ni cortos ni perezosos, se desplazaron en busca de un nuevo<br />

alimento.<br />

Esta es toda la historia. Muy simple, ¿verdad? Pero cuánta profundidad en la sencillez del relato.<br />

La primera reflexión es la de que los ratoncitos resultan más inteligentes que las personitas; el<br />

mismo indicador de “personitas” es irónico; pues, mientras éstos discutían por la falta de queso,<br />

los ratoncitos se desplazaron enseguida en busca de su subsistencia. Las personitas no estuvieron<br />

preparadas para el cambio. Se habían acostumbrado a una vida fácil y sin esfuerzo.<br />

¿Cuántas personas en la vida real acaso no se han acostumbrado a melar de su queso? De pronto<br />

viene el cambio, el queso ya no está; las cosas y los hechos no permanecen para siempre estáticos.<br />

Frente a un mundo en constante cambio hay que saber adaptarse a sus circunstancias, y antes de<br />

que se nos acabe el queso. Por supuesto, si no estamos preparados es muy fácil buscar culpables<br />

y lamentarnos por todo. ¿Cómo es posible, si ya vivo feliz con el puesto que he conseguido, con<br />

el nombramiento que tengo, con la comodidad que he alcanzado y que de pronto alguien venga y<br />

me robe mi queso? Si ya me creo con derecho a él, es decir a la vida fácil que llevo, y de improviso<br />

saber que el queso ya no está, que las cosas han cambiado y que yo ya no puedo cambiar, ¿por<br />

dios, qué tragedia?<br />

Cuánta gente se resiste al cambio porque le da miedo, porque le cuesta esfuerzo volver a adaptarse,<br />

o ir a buscar otro queso. Si tengo el queso seguro, cuánta felicidad; no me falta nada, me vuelvo

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