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Juan Díaz Covarrubias y El diablo en México como ... - Spanish

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Alejandro Cortazar<br />

moral, y así, un cambio de m<strong>en</strong>talidad social. <strong>El</strong>ige la v<strong>en</strong>a pesimista para<br />

destacar lo antirromántico de lo romántico <strong>en</strong> <strong>México</strong>—lo nada idealista<br />

del instructivo s<strong>en</strong>tim<strong>en</strong>talismo de autores europeos que favorecía mayoritariam<strong>en</strong>te<br />

la oligarquía criolla—, lo que debe ser eliminado por falso, por<br />

pret<strong>en</strong>der ser una calca de modales extranjeros, por ser parte de una m<strong>en</strong>talidad<br />

clasista y desarraigada de todo s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de amor por lo mexicano.<br />

Esto era para <strong>Díaz</strong> <strong>Covarrubias</strong> lo que se t<strong>en</strong>ía que solucionar: “el<br />

<strong>diablo</strong>” que se había radicado <strong>en</strong> <strong>México</strong>, una preocupación alarmante—<br />

eso sí muy a lo romántico—<strong>como</strong> testimonio de su des<strong>en</strong>canto social de la<br />

nación con el que le daría su adiós a la vida.<br />

Notas<br />

1 Era una g<strong>en</strong>eración de jóv<strong>en</strong>es, <strong>en</strong> su mayoría prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de las ciudades de provincia, faltos de<br />

recursos, pero ll<strong>en</strong>os de optimismo y de un bagaje cultural y político considerable. Cabe destacar<br />

<strong>en</strong> esta etapa combati<strong>en</strong>te el nombre de Nicolás Pizarro Suárez, qui<strong>en</strong> sería el primer escritor <strong>en</strong><br />

novelar con detalle los objetivos de la Reforma (ver Cortázar, Reforma, capítulos 1 y 2).<br />

2 Durante el primer romanticismo mexicano el propósito nacionalista—mexicanizar la literatura—<br />

se vio opacado, <strong>en</strong>tre otra de las razones, por la predilección que gozaban las obras de escritores<br />

europeos, particularm<strong>en</strong>te aquellas que trataban de castillos medievales, av<strong>en</strong>turas de viajes y<br />

s<strong>en</strong>tim<strong>en</strong>talismos ori<strong>en</strong>tados hacia la consagración de la moral y la honorabilidad de la familia.<br />

Dicha predilección correspondía con la m<strong>en</strong>talidad y los intereses de qui<strong>en</strong>es formaban la mayor<br />

parte del reducido público lector de la época, esto es, “‘las señoritas mexicanas’, pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes<br />

a una oligarquía criolla de aspiraciones aristocratizantes” (Ruedas de la Serna 63). Por esta razón<br />

el ideario de fuerza libertadora, de justicia y de movilidad social de las clases marginadas <strong>en</strong> el<br />

romanticismo europeo no llegó a t<strong>en</strong>er un gran impacto <strong>en</strong> la obra literaria <strong>en</strong> <strong>México</strong> anterior a<br />

esos años de la Reforma. Como ya se m<strong>en</strong>cionó anteriorm<strong>en</strong>te, el primer escritor que se ocupó<br />

debidam<strong>en</strong>te de esta temática <strong>como</strong> asunto principal fue Nicolás Pizarro Suárez <strong>en</strong> su novela <strong>El</strong><br />

monedero (1857; 1861).<br />

3 Picard divide el romanticismo francés <strong>en</strong> tres etapas: “el periodo militante, de 1815 a 1830, el del<br />

triunfo, que va de 1830 a 1843 (fracaso de Los burgraves) y el del ocaso, que empieza hacia 1848”<br />

(<strong>El</strong> romanticismo social 19).<br />

4 También se incluía a él mismo cuando se refería a “esta juv<strong>en</strong>tud que estudia y progresa al<br />

estru<strong>en</strong>do del cañón fratricida” (“Discurso Cívico” 16).<br />

5 De acuerdo con la lista cronológica que hace <strong>en</strong> su libro clásico <strong>México</strong> <strong>en</strong> su novela, Brushwood<br />

<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra que de 1855 á 1860 <strong>Díaz</strong> <strong>Covarrubias</strong> es el único novelista que publica. Brushwood<br />

advierte que esta lista no es exhaustiva, sin embargo las palabras de Altamirano sugier<strong>en</strong> que<br />

posiblem<strong>en</strong>te ningún otro escritor haya publicado su obra durante esos años. Altamirano apunta<br />

que para 1857 Nicolás Pizarro Suárez ya había escrito La coqueta y parte de <strong>El</strong> monedero pero que,<br />

debido a la guerra civil, el autor tuvo que dejar su obra interrumpida hasta 1861; ya para <strong>en</strong>tonces<br />

“había concluido y rejuv<strong>en</strong>ecido su Monedero, y había escrito nuevam<strong>en</strong>te su Coqueta, dos novelas<br />

que llamaron mucho la at<strong>en</strong>ción y que se leyeron con avidez” (Obras completas, XII: 66).<br />

6 La descripción de este personaje refleja <strong>en</strong> gran medida la biografía de <strong>Díaz</strong> <strong>Covarrubias</strong> (véase<br />

“Datos biográficos” <strong>en</strong> Gil Gómez el insurg<strong>en</strong>te o la hija del médico). Sólo que, a difer<strong>en</strong>cia de la<br />

preocupación social del autor, este personaje se resigna y vive cont<strong>en</strong>to <strong>en</strong> su marginado círculo<br />

social— ¿el nuevo idealismo de <strong>Díaz</strong> <strong>Covarrubias</strong>?—poni<strong>en</strong>do por <strong>en</strong>cima de lo material los<br />

valores humanos y sociales de su clase.<br />

7 <strong>El</strong> “círculo” de los marginados socialm<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> particular la clase media por vivir a la sombra<br />

de qui<strong>en</strong>es cu<strong>en</strong>tan con bi<strong>en</strong>es (influ<strong>en</strong>cias, puestos y riquezas). Esta es la queja implícita, por<br />

omisión, del autor ya que aquí su objetivo no es ocuparse de la clase media sino de lo inicuo e

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