Hernán Feldman.pdf - Saberes de Estado - IDES

El naufragio que La Nación anunciaba para estos millares de muchachos, además, parecía
incidir de manera contundente en el accidentado desarrollo de un umbral de ciudadanía deseable.
La columna editorial titulada “Ciudadanos, no habitantes” que el diario La Prensa publica el 7 de
febrero de 1875, precisamente, canaliza la preocupación acerca del estado de la ciudad y la
campaña de cara a la construcción de la ciudadanía nacional. 21 De acuerdo con los asertos del
autor de la columna, representantes de La Prensa se dieron a la tarea de recorrer la campaña para
levantar un censo a través del cual comprobaron el estado de miseria en el que se encontraba
tanto el hijo del gaucho como el hijo del inmigrante. “El mismo censo”, señala La Prensa,
“arroja una enorme cifra correspondiente a los niños que no reciben educación. Pero estos vicios
que se palpan en el seno de las dilatadas campañas, se descubren, como sombras temibles, como
instrumento de degradación social, en el seno de las ciudades”. 22
La razón de ser del déficit de educación ciudadana que sufren tanto el campo como la
ciudad, de esta suerte, parece tener que ver con dos problemáticas encontradas: la escasez de
recursos en la campaña y el exceso de importancia que se le atribuye a los bienes materiales en
los centros urbanos. “En la campaña falta la educación que forma al ciudadano, por la escasez
de recursos; en las ciudades falta esa educación por el exceso, abundancia y abuso de los
elementos pecuniarios. De ahí resulta que se está haciendo mal a la República en vez de
poblarla, porque se busca al hombre como agente material de trabajo y producción, y no como
ser moral capaz de alcanzar la riqueza del bolsillo y la del alma, que vive a pesar del ariete
demoledor de las edades”. 23
En su informe estadístico presentado en el Congreso Médico Internacional celebrado en
Filadelfia en 1876, por su parte, Rawson había abordado el tema de la niñez estudiando la
mortalidad infantil en Nueva York y en Buenos Aires, con el objeto declarado de refutar la
noción de que el niño es para la sociedad solamente una carga y no un capital. Justamente, para
Rawson el niño es un factor central para la asimilación de los valores de la patria a través del
contacto con la atmósfera vernácula que va a informar sus futuras aptitudes. “Socialmente”, dice
Rawson, “el niño es el vínculo moral y la esperanza de la familia; políticamente, es el ciudadano
del porvenir”. 24 Las inquietudes de Rawson de cara a la mortalidad, de esta forma, hacen centro
en un índice cuya importancia es directamente proporcional a la dificultad de su mensura. “Ya
sea que la mortalidad de argentinos en Buenos Aires y la de americanos en Nueva York aumente
o disminuya sus actuales proporciones”, advierte Rawson, “sería difícil determinar cuánto se
debilitarían las respectivas nacionalidades como poder regulador de la sociedad y en qué grado
21 En este sentido, Juan Carlos Tedesco sostiene que “a medida que las condiciones del país se iban convirtiendo en
una traba básica para el desarrollo del programa liberal, el contenido de la educación fue incluyendo, junto a la
tendencia utilitaria, un énfasis cada vez más sostenido en el papel político que le competía para la transformación del
habitante nativo en un ciudadano. Al asignársele este doble papel, la educación apareció como la clave para la
solución de todos los problemas”. Tedesco, Juan Carlos: Educación y sociedad en la Argentina (1880-1945),
Ediciones Solar, Buenos Aires, 1986, p. 25.
22 La Prensa, 7 de febrero de 1875. Preocupaciones análogas a la del editorial que publica La Prensa se pueden
encontrar, años más tarde, en Sarmiento y en Mansilla. Sarmiento publica en El Diario del 20 de enero de 1888 un
editorial titulado “Una nación sin nacionales: los extranjeros en Santa Fe” en donde advierte que los residentes
extranjeros adquieren más propiedades que los nativos, pero no se nacionalizan ni participan en asuntos públicos.
Mansilla publica desde París su libro Un país sin ciudadanos, obra en la que señala la necesidad de crear incentivos
para que los residentes extranjeros consideren conveniente nacionalizarse. Tanto para Sarmiento como para
Mansilla, el problema radica en que en la Argentina los residentes extranjeros gozan de protección consular, de
todos los derechos inherentes a los argentinos nativos y de ninguna de las cargas que pesan sobre éstos.
23 Idem.
24 Rawson, Guillermo: Estadística vital de la ciudad de Buenos Aires, La Nación, Buenos Aires, 1877, p. 94.