Hernán Feldman.pdf - Saberes de Estado - IDES

sería difícil reconocerlo inclusive a lo lejos “por su paso seguro, por la firmeza de su mirada, el
desparpajo de su aspecto, y una cierta sonrisa maliciosa y provocativa con que muestra la
posesión de sí mismo, y hallarse en su patria y en su propia casa, la calle pública”. 28
El futuro ya llegó
A pesar de que el canillita es para Sarmiento claramente reconocible en la vía pública, su
modo de conducirse debe ser aprovechado para realizar el diagnóstico de problemas sociales
cuya mayor complejidad sí pueden llegar a eludir la percepción del cronista. Con el trazo
oblicuo de quien habla sobre Buenos Aires en clave de fácil acceso, Sarmiento se detiene a
describir los hábitos de los jóvenes vendedores de diarios de Nueva York, para así poblar el
cuadro de costumbres vernáculo de detalles que pusieran a Buenos Aires en diálogo con el
mundo del progreso. Como lo había hecho Rawson en sus analogías estadísticas para consumo
interno, Sarmiento observa que los pequeños vendedores de diarios neoyorkinos “[f]uman por las
calles, mascan tabaco, usan lenguaje impropio, y juegan a descamisarse”. 29 De cara a lo que se
viene, además, Sarmiento ve en la entidad económica del trabajo del canillita precisamente
aquello que lo seguirá manteniendo lejos del control normalizador de las instituciones
republicanas. “Lo que es seguro, lo que interesa a la sociedad, y es el objeto de estas
observaciones”, pronostica Sarmiento entonces, “es que jamás se instruirán, y que la profesión
que hoy ejercen, sin controles” es susceptible de generar problemas a futuro. 30 En efecto, en su
mismo gesto tranquilizador Sarmiento volverá a hacer chasquear el látigo cuando diga que,
aunque claramente identificable para el cronista urbano, la inclasificable divergencia del
newsboy “que se desenvuelve sin sujeción moral, religiosa o política, puede un día servir de
pábulo, o de viento a las chispas incendiarias que sobre las grandes ciudades arrojan tantos
millares de chimeneas encendidas”. 31
Hacia mayo de 1881, Ernesto Quesada se sumará a las preocupaciones centradas en el
estado de la niñez en el país cuando publique en la Nueva Revista de Buenos Aires una reseña
sobre un informe en el que Sarmiento daba cuenta del estado de la educación común durante el
año 1879. La valoración que realiza Quesada sobre las cifras volcadas en el informe insinúa una
sensación de alarma frente al creciente número de niños a quienes la escuela pública no acierta a
captar de manera plena debido a la escasez de recursos económicos. “Ese Informe”, dice
Quesada, tiene el mérito de mostrar el mal, y de pedir remedio: de probar que en esta materia no
28
Idem, p. 40.
29
Idem, p. 40. Si Sarmiento aspiraba a encontrar las claves del progreso argentino en los datos de color que Buenos
Aires y Nueva York podían tener en común, Rawson compartiría ese registro cuando se propusiera trazar
semejanzas y diferencias entre la información demográfica de las dos ciudades. “[C]reo mi deber disculparme ante
el Congreso Médico por la libertad que me he tomado de hacer comparaciones con el movimiento vital de
NuevaYork”, señala Rawson, “sin estar para ello autorizado por una larga observación personal”. 29 A pesar de la
falta de experiencia que esa observación continuada parece otorgar a los crecientes cuadros de etnógrafos que
lanzaban sus inquisitivas miradas sobre la ciudad de Buenos Aires, Rawson confiesa que no ha “podido resistir al
deseo de establecer algunas comparaciones” por dos razones principales. “Por una parte”, indica Rawson, “diría que
los argentinos siempre miran hacia esta parte del mundo como ejemplo y estímulo, y por la otra, que he notado tales
analogías antropológicas entre lo que he visto durante mi corta estadía en Nueva York y lo que ha sido objeto de mis
estudios en Buenos Aires”. Rawson, Guillermo: Estadística vital de la ciudad de Buenos Aires, La Nación, Buenos
Aires, 1877, p. 103.
30
Sarmiento, Domingo Faustino: Obras completas de Sarmiento, Editorial Luz del Día, Buenos Aires, 1953, t. 42, p.
42.
31
Idem, p. 42.