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peste porcina clasica: diagnostico y caracterizacion ... - Inicio - CENSA

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INSTITUTO SUPERIOR DE CIENCIAS AGROPECUARIAS DE LA HABANA<br />

FRUCTUOSO RODRIGUEZ PEREZ<br />

CENTRO NACIONAL DE SANIDAD AGROPECUARIA<br />

PESTE PORCINA CLASICA: DIAGNOSTICO Y<br />

CARACTERIZACION MOLECULAR DE AISLADOS<br />

VIRALES CUBANOS<br />

TESIS EN OPCION AL GRADO DE DOCTOR EN CIENCIAS VETERINARIAS<br />

Autor: Heidy Díaz de Arce Landa<br />

Tutor: María Teresa Frías Lepoureaux<br />

Cotutor: Francisco Sobrino<br />

La Habana, 1998


TABLA DE CONTENIDO<br />

11. . INTTRODUCCI<br />

I<br />

ION<br />

22. . REVI ISI ION BI IBLLI IOGRAFFI ICA<br />

3. .<br />

2.1. Características Generales del virus 7<br />

2.2. Relaciones entre Pestivirus 12<br />

2.2.1. Relaciones genómicas y antigénicas 12<br />

2.2.2. Especificidad de hospederos 14<br />

2.3. Diagnóstico 16<br />

2.3.1. Detección del virus 17<br />

2.3.2. Detección de anticuerpos 20<br />

2.4. Características clínicas y anatomopatológicas 21<br />

2.4.1. Infecciones post-natales 22<br />

2.4.2. Infecciones trasplacentarias 24<br />

2.5. Patogenia 25<br />

2.6. Epidemiología 26<br />

2.7. Control 30<br />

MATERI IALES Y METODOS<br />

3.1. Generales 34<br />

3.1.1. Cultivos celulares 34<br />

3.1.2. Virus 34<br />

3.1.3. Suspensiones virales 34<br />

3.1.4. Preparación de la muestra 35<br />

3.1.5. Preparación de antígenos laminares 35<br />

3.1.6. Experimento de infección 36<br />

3.1.7. Desarrollo y Validación de los ensayos 36<br />

33<br />

11<br />

66<br />

Pág.


4. .<br />

3.1.8. Secuenciación 36<br />

3.2. Inmunofluorescencia e Inmunoperoxidasa directas 37<br />

3.2.1. Obtención de conjugados 37<br />

3.2.2. Desarrollo y Estandarización 38<br />

3.2.3. Evaluación de criterios sobre el desempeño de los ensayos 40<br />

3.3. Aislamiento viral 41<br />

3.3.1. Preparación de los cultivos celulares 41<br />

3.3.2. Inoculación de los cultivos celulares 41<br />

3.3.3. Evaluación de la multiplicación viral 42<br />

3.4. Transcripción reversa acoplada a la reacción en cadena de la<br />

polimerasa<br />

3.4.1. Obtención de ARN 42<br />

3.4.2. Cebadores 43<br />

3.4.3. Desarrollo y Estandarización 44<br />

3.4.4. Evaluación de criterios sobre el desempeño de los ensayos 45<br />

3.5. Neutralización de la peroxidasa 46<br />

3.5.1. Desarrollo y Estandarización 46<br />

3.5.2. Evaluación de criterios sobre el desempeño del ensayo 48<br />

3.5.3. Análisis de correlación 48<br />

3.6. Caracterización genómica de aislados y análisis filogenético 48<br />

3.6.1. Virus 49<br />

3.6.2. RT-PCR 49<br />

3.6.3. Secuenciación 49<br />

3.6.4. Análisis de computación 49<br />

RESULTADOS Y<br />

DI ISCUSI ION<br />

5511<br />

42


4.1. Inmunofluorescencia e Inmunoperoxidasa directas 52<br />

ensayos<br />

5. .<br />

6. .<br />

7. .<br />

8. .<br />

4.1.1. Obtención de conjugados 52<br />

4.1.2. Desarrollo y Estandarización 52<br />

4.1.3. Evaluación de criterios sobre el desempeño de los<br />

4.2. Aislamiento viral 59<br />

4.3. Transcripción reversa acoplada a la reacción en cadena de la 61<br />

polimerasa<br />

4.3.1. Obtención de ARN 61<br />

4.3.2. Cebadores 63<br />

4.3.3. Desarrollo y Estandarización 64<br />

4.3.4. Evaluación de criterios sobre el desempeño del ensayo 68<br />

4.4. Ensayo de neutralización de la peroxidasa 72<br />

4.4.1. Desarrollo y Estandarización 72<br />

4.4.2.Evaluación de criterios sobre el desempeño del ensayo 75<br />

4.5. Diagnóstico 77<br />

4.6. Caracterización genómica de aislados y análisis filogenético 78<br />

DI ISCUSI ION GENERALL<br />

CONCLLUSI IONES<br />

RECOMENDACI IONES<br />

REFFERENCI IAS BI IBLLI IOGRAFFI ICAS<br />

57<br />

8866<br />

9999<br />

110022<br />

110044


1. INTRODUCCION<br />

Entre los principales objetivos del desarrollo del país, se destaca el control de las<br />

enfermedades infecciosas que causan enormes pérdidas al afectar especies animales -<br />

fuente natural de proteínas para el hombre - de interés económico.<br />

El control efectivo de estas enfermedades depende, en gran medida de la disponibilidad<br />

de medios y métodos para la detección, identificación y clasificación de sus agentes<br />

causales.<br />

El género Pestivirus de la familia Flaviviridae está conformado por los virus de la <strong>peste</strong><br />

<strong>porcina</strong> clásica, de la diarrea viral bovina (BVDV) y de la enfermedad de la frontera (BDV)<br />

(Francki y col., 1991), pequeños virus de simple cadena de ARN que constituyen<br />

importantes patógenos en medicina veterinaria. Los hospederos primarios de estos tres<br />

virus son los cerdos, bovinos y ovinos, respectivamente, aunque los primeros pueden ser<br />

infectados de forma natural por las tres especies virales (Paton, 1995).<br />

Entre los pestivirus, se destaca el agente causal de la <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong> clásica (PPC),<br />

enfermedad de notificación obligatoria de la Oficina Internacional de Epizootias (OIE), por<br />

el impacto económico devastador que causa en la industria del cerdo.<br />

Los pestivirus están biológica, antigénica y estructuralmente relacionados (Francki y col.,<br />

1991; Terpstra, 1996) y comparten el mismo rango de hospederos (Paton, 1995). Esto<br />

explica que no puedan ser diferenciados por los métodos de diagnóstico tradicionales<br />

(Terpstra, 1996).<br />

El diagnóstico de laboratorio tradicional de infecciones causadas por pestivirus se basa en<br />

ensayos inmunohistoquímicos (Terpstra, 1996), que emplean conjugados elaborados a partir


de anticuerpos específicos policlonales, que no son capaces de diferenciar la especie pero<br />

son útiles en la detección del género viral.<br />

Entre las enfermedades rojas del cerdo se encuentran, además de las causadas por el virus<br />

de la PPC y por pestivirus de rumiantes, la <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong> africana (PPA), la salmonelosis, la<br />

erisipela y la streptococcosis que pueden ser confundidas entre sí (Terpstra, 1996). Por lo<br />

tanto, un diagnóstico tentativo, basado en signos clínicos y lesiones post-mortem, debe ser<br />

confirmado por investigaciones de laboratorio.<br />

De las infecciones por pestivirus en cerdos la más importante es la causada por el virus de la<br />

PPC, que transcurre con un curso clínico agudo, con mortalidad cercana al 100%, en la<br />

forma clínica aguda. No obstante, el cuadro clínico y las lesiones post-mortem en cerdos son<br />

variables, debido a diversos factores como la virulencia de la cepa, dosis y período de<br />

infección y otros relacionados con el hospedero -fondo genético, condiciones nutricionales y<br />

estado inmunitario- que dan lugar a la forma clínica crónica o atípica y en ocasiones<br />

subclínica, que en cerdas preñadas provocan infecciones prenatales (síndrome de la cerda<br />

portadora), de las que se derivan crías inmunotolerantes (Liess, 1987). Estos animales con<br />

infecciones atípicas e inmunotolerantes se convierten en reservorios y fuentes de<br />

diseminación del virus (Westergaard, 1996 y Depner, 1996).<br />

Por otra parte, las infecciones de cerdos por pestivirus de rumiantes tienen una amplia<br />

distribución mundial y generalmente transcurren sin signos clínicos de enfermedad. No<br />

obstante, se han reportado infecciones naturales en cerdos con virus de la diarrea viral<br />

bovina, asociadas con signos clínicos y lesiones post-mortem indistinguibles de <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong><br />

clásica crónica.<br />

La PPC es una enfermedad de importancia global, que es enzoótica en Centro y Sudamérica<br />

y en gran parte de Asia, mientras que en los países de la Unión Europea -grandes<br />

productores de cerdos-, a pesar de los programas de erradicación que emprendieron hace<br />

algunos años, continúan presentándose importantes epizootias con enormes pérdidas<br />

económicas (Westergaard, 1996),


Existen varias razones para que la enfermedad prevalezca, a pesar de las medidas de<br />

control tomadas. Entre ellas están el movimiento no controlado de cerdos, el síndrome de la<br />

cerda portadora, la circulación de cepas de baja virulencia y de pestivirus de rumiantes que<br />

pueden enmascarar el cuadro clínico y retardar el diagnóstico, fallos vacunales, el<br />

incremento de cerdos susceptibles y sobre todo, la no disponibilidad de herramientas diagnósticas<br />

adecuadas para cada caso, lo que puede impedir seriamente el progreso hacia la<br />

erradicación final.<br />

En Cuba, el programa nacional de control, que incluyó la vacunación con la cepa china o "C"<br />

lapinizada desde 1965, contribuyó a una disminución progresiva de la aparición de casos,<br />

hasta que desde 1974 no hubo más reportes. Sin embargo, a partir de 1993 se comenzaron a<br />

presentar brotes de enfermedad roja del cerdo, causada por pestivirus, según se diagnosticó<br />

por inmunofluorescencia directa, con diferentes cuadros clínico-epizootiológicos y la focalidad<br />

fue aumentando hasta adquirir características de epizootia, con lo que se llegó a 451 focos<br />

de la enfermedad hasta diciembre de 1997, distribuidos en la casi totalidad de las provincias<br />

del país, a pesar de haberse cumplido el programa de vacunación contra PPC establecido.<br />

La afectación económica que esta epizootia ha ocasionado, aunque aún no se ha<br />

cuantificado, ha sido elevada y está dada, en primer lugar, por las pérdidas directas por<br />

muertes debidas a la enfermedad (4 926), sacrificios sanitarios (58 755) y, sobretodo, por las<br />

más de 1 600 toneladas de carne desaprovechadas.<br />

Con la epizootia de enfermedad roja del cerdo causada por pestivirus, se puso en<br />

evidencia el poco desarrollo de nuestros medios de diagnóstico y la imposibilidad de<br />

identificar la especie de virus causal, así como de establecer las relaciones fiologenéticas<br />

entre los aislados virales, necesarias para detectar las posibles fuentes de infección y<br />

diseminación del virus.<br />

Los datos clínico-epizootiológicos apuntaban hacia el virus de la <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong> clásica<br />

como agente etiológico de la epizootia, no obstante el hecho de que la enfermedad se


presentara después de un silencio epizootico de casi veinte años, con un cuadro clínico y<br />

lesional variable y en una masa sometida a vacunación durante muchos años, dio lugar a<br />

numerosas interrogantes acerca de la posibilidad de una reintroducción externa, de que<br />

las infecciones se debieran a pestivirus de rumiantes y de que la cepa vacunal estuviera<br />

distante genéticamente de las variantes virales circulantes y por tanto no fuera capaz de<br />

inducir una protección efectiva contra estas.<br />

Considerando los elementos expuestos, esta investigación se desarrolló bajo la hipótesis<br />

de que la epizootia de enfermedad roja del cerdo que afectó nuestro país recientemente,<br />

se debió al virus de la <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong> clásica, no se originó por una reintoducción viral<br />

externa, ni por lejanía genética entre la cepa vacunal en uso y las variantes virales<br />

circulantes.<br />

Para desarrollar esta hipótesis se establecieron los siguientes objetivos:<br />

• Elaborar y evaluar medios y metodologías para la detección, identificación y<br />

caracterización molecular del virus, así como para la detección de anticuerpos<br />

específicos contra el mismo y su posterior aplicación en el Programa Nacional de<br />

Lucha.<br />

• Establecer la relación filogenética entre aislados virales sobre la base de su<br />

caracterización genómica.<br />

2. REVISION BIBLIOGRAFICA<br />

2.1. Características generales del virus.


La Peste <strong>porcina</strong> clásica (PPC) es la más importante de las enfermedades que afectan al<br />

ganado porcino, tanto desde el punto de vista económico como sanitario. Está<br />

ampliamente distribuida geográficamente, es altamente contagiosa y se caracteriza por<br />

causar morbilidad y mortalidad elevadas en los rebaños (Moennig, 1992).<br />

La enfermedad fue reconocida en Estados Unidos a mediados del siglo XIX, donde recibió<br />

el nombre de hog cholera. En los países europeos fue descrita usando nombres<br />

diferentes como classical swine fever (CSF) en Inglaterra, swinepest en Suecia, pneumoentérite<br />

infectieuse en Francia, schweineseuche en Alemania y <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong> clásica en<br />

España (Moennig y Plagemann, 1992).<br />

El agente causal de esta enfermedad es un virus ARN, pequeño y envuelto (Moennig,<br />

1988), que pertenece al género Pestivirus dentro del cual se incluyen además, el virus de<br />

la diarrea viral bovina (BVDV) y el virus de la enfermedad de la frontera (BDV) (Horzinek,<br />

1973; Mattthews, 1982), con los cuales está muy relacionado desde los puntos de vista de<br />

rango de hospederos, estructural y antigénico (Darbyshire, 1960, Dinter, 1963, Donis y<br />

Dubovi, 1987). Este género, anteriormente clasificado dentro de la familia Togaviridae<br />

(Westaway y col., 1985 ) por sus características morfológicas y la polaridad de su genoma,<br />

ha sido reclasificado taxonómicamente en la familia Flaviviridae sobre la base de la<br />

organización del genoma y la estrategia de replicación viral (Collet y col., 1988a ; Francki<br />

y col., 1991; Wengler, 1991; Collet, 1992). Esta familia comprende tres géneros, los<br />

llamados Flavivirus, el grupo de virus de la hepatitis C y los Pestivirus (Horzinek, 1991).<br />

En suspensiones purificadas del virus se han observado consistentemente al microscopio<br />

electrónico partículas esféricas, envueltas y con diámetros entre 40 y 60 nm (Horzinek,<br />

1981). Ocasionalmente, se encuentran proyecciones de forma irregular en estas<br />

preparaciones que son muy lábiles y consecuentemente se pierden en los procesos de<br />

purificación (Ritchie y Fernelius, 1968). Una envoltura lipídica, de aproximadamente 8 nm<br />

de ancho, rodea la cápsida de simetría icosaédrica, que posee un diámetro aproximado de<br />

30 nm (Horzinek y col., 1967; Francki y col., 1991).


Debido a la presencia de lipoproteínas en su envoltura, el virus se inactiva rápidamente<br />

con solventes orgánicos como cloroformo y éter, así como con detergentes, como Nonidet<br />

P-40, desoxicolato y saponina. También, es sensible a la acción de radiaciones<br />

ultravioletas y a pH entre 3-4 y entre 11-12 (Terpstra, 1991). La infectividad se pierde<br />

fácilmente sometiendo al virus a la temperatura de 60°C durante un mínimo de 10 min o a<br />

una temperatura menor si se aumenta el tiempo de exposición, por ejemplo 56°C por 60<br />

min, 50°C por 3 días o 35°C durante 15 días (Terpstra, 1991). Las enzimas proteolíticas<br />

como la tripsina ejercen una inactivación moderada de la infectividad (Liess, 1981).<br />

El virus es muy estable en un amplio rango de pH que va desde 5 hasta 10 (Terpstra,<br />

1991), a temperaturas de -20°C y -70°C y liofilizado. La inactivación del virus se alcanza<br />

con hipoclorito al 2%, cresol al 6%, fenol al 5% e hidróxido de sodio al 2% (Moennig y<br />

Plagemann, 1992).<br />

La supervivencia del virus en la naturaleza depende tanto del medio ambiente como del<br />

sustrato en que se encuentre (sangre, saliva, heces). Es relativamente resistente a la<br />

desecación, sobre todo, cuando se encuentra protegido en exudados, sangre, saliva o<br />

heces. Debido a la supervivencia del virus en un amplio rango de pH , la acidez cadavérica<br />

no lo destruye, por lo que se conserva durante un tiempo variable en carnes frescas,<br />

ahumadas y congeladas (Helwig y Keast, 1966; Stewart y col., 1979). La estabilidad del<br />

virus es de particular importancia práctica, porque el tiempo relativamente largo de<br />

sobrevivencia en productos cárnicos contribuye a la diseminación del mismo y a la<br />

aparición de brotes de la enfermedad en áreas libres de PPC (Terpstra, 1991).<br />

Las primeras investigaciones sobre el virus de la PPC estuvieron dirigidas hacia la<br />

identificación y caracterización del ácido núcleico viral y describieron que el genoma viral<br />

es una molécula de ARN de banda simple, con polaridad positiva y coeficiente de<br />

sedimentación de 40-45s (Enzmann, 1988). Estudios previos, que emplearon<br />

electroforesis en geles de agarosa después de marcajes metabólicos, representaron una


molécula de aproximadamente 12,5 kb de longitud (Moormann y Hulst, 1988; Rümenapf<br />

y col., 1989). Esto fue posteriormente confirmado al clonar y secuenciar los genomas de<br />

cinco cepas de pestivirus: tres cepas de BVDV, Osloss (Renard, y col., 1987), NADL<br />

(Collett y col., 1988b) y SD-1 (Deng y Brock, 1992) y dos cepas de PPC, Alfort (Meyers y<br />

col., 1989) y Brescia (Moorman, y col., 1990a).<br />

El genoma viral consta de un marco de lectura abierto, flanqueado por dos pequeñas<br />

regiones no codificantes conservadas (Moennig y Plagemann, 1992). El ácido núcleico del<br />

virus actúa como ARN mensajero (Purchio y col., 1984) y es traducido en una poliproteína<br />

de aproximadamente 4 000 aminoácidos que es procesada co- y post- traduccionalmente<br />

por proteasas, probablemente codificadas por la célula y por el virus (Stark y col., 1990;<br />

Wiskerchen y col., 1990; Wiskerchen y Collett, 1991).<br />

Se ha determinado la organización genómica completa del virus de la diarrea viral bovina<br />

(Wiskerchen y col., 1990; Wiskerchen y Collett, 1991), sin embargo, del virus de la <strong>peste</strong><br />

<strong>porcina</strong> clásica sólo se han mapeado los genes que codifican la proteína de la cápsida y<br />

las glicoproteínas de la envoltura (Moormann y col., 1990b; Stark y col., 1990; Thiel y<br />

col., 1991; Rümenapf y col., 1993).<br />

Las proteínas estructurales están localizadas dentro del tercio N-terminal de la poliproteína<br />

(Stark y col. 1990) e incluyen tres glicoproteínas llamadas E0, E1 y E2, según el orden en<br />

que aparecen en la poliproteína. Usando experimentos de marcaje radioactivo, se ha<br />

demostrado que se forma E012 para luego ser procesada en E0, E1 y E2 de manera<br />

ordenada (Rümenapf y col., 1993). El procesamiento es iniciado por una ruptura entre la<br />

proteína de la cápsida y E012, seguido por la proteolisis en el carboxilo terminal de E2<br />

(Van Zijl y col., 1991), E012 es entonces rápidamente escindido para formar E01 y E2.<br />

Después que E2 es liberado del precursor se procesa E01 en E0 y E1. Las secuencias<br />

alrededor de los sitios de proteolisis: cápsida/E0 y E1/E2, así como, la secuencia en el<br />

carboxilo terminal de E2 son los péptidos hidrófobos señales para las proteasas celulares<br />

(Rümenapf y col., 1993). La comparación de las secuencias alrededor de los sitios de


proteolisis de los pestivirus sugiere un esquema de procesamiento general para las<br />

glicoproteínas estructurales (Stark y col., 1993).<br />

En la secuencia del genoma la primera proteína codificada es una autoproteasa, no<br />

estructural (p 23), con pesos moleculares de 19-23 kD, según el sistema de electroforesis<br />

usado (Stark y col., 1993) , la cual es seguida por la proteína de la cápsida viral p14, con<br />

un peso molecular de 14 kD (Moormann y col., 1990b), que es liberada de la p23 en una<br />

fase temprana por una actividad autoproteolítica, que parece residir en la p23 (Thiel y col.,<br />

1991). La secuencia aminoacídica en la que ocurre esta proteolisis se determinó por la<br />

secuenciación de la p14, producida en diferentes sistemas de expresión. La comparación<br />

de las secuencias de aminoácidos deducida sugiere un sitio de procesamiento común<br />

entre la autoproteasa amino terminal y la proteína de la nucleocápsida de todos los<br />

pestivirus (Stark y col., 1993)<br />

A continuación, se encuentran las tres glicoproteínas del virión asociadas a la membrana,<br />

E0 (gp 44/48), E1 (gp33) y E2 (gp55) (Stark y col., 1990), las tres existen en forma de<br />

dímeros enlazados por puentes disulfuro que aparecen en las células infectadas y en los<br />

viriones; gp44 y gp55 cada una forma homodímeros, mientras gp55 se encuentra además<br />

dimerizada con gp 33. Tales interacciones de complejos covalentes entre proteínas<br />

estructurales no han sido descritos para ningún otro virus ARN, y su significado biológico<br />

real no se conoce en la actualidad (Thiel y col., 1991). La gp55 es la más antigénica de<br />

todas e induce anticuerpos monoclonales neutralizantes (Wensvoort y col., 1986;<br />

Wensvoort, 1989; Weiland y col., 1990a) y aunque, ciertos anticuerpos monoclonales<br />

contra la gp 44 también pueden contribuir a la neutralización del virus (Weiland y col.,<br />

1990b) la respuesta a la gp 55 sola confiere inmunidad protectora (Van Zijl y col.,1991;<br />

Hulst y col., 1993). La gp 33 es hidrofóbica y puede funcionar como una proteína<br />

transmembrana, sirviendo como ancla para la gp55 (Weiland y col., 1990a) y es la menos<br />

inmunogénica de todas. La función de la gp44 en el complejo de glicoproteínas virales no<br />

está clara. El resto del marco de lectura abierto codifica proteínas no estructurales, que<br />

incluyen una polimerasa putativa ARN polimerasa.


La replicación de los pestivirus se inicia a partir de la penetración de la célula por<br />

endocitosis mediada por receptor, seguida por la liberación del genoma viral en el citosol<br />

(Boulanger y col., 1992). Se sugiere, que para la interacción inicial y la subsecuente<br />

endocitosis debe ocurrir una interacción entre la gp55 y un receptor celular de 50 kD (Xue<br />

y Minocha, 1993). La segunda fase del ciclo de replicación se inicia con la liberación del<br />

ARN viral, en forma de un complejo de ribonucleoproteína, en el citosol de la célula. El<br />

complejo se pone en contacto con los ribosomas y subsecuentemente los factores de<br />

iniciación de la traducción son reclutados por el dominio no codificante de la región 5'<br />

(Poole y col. 1995). En tanto, la traducción del marco de lectura abierto progresa,<br />

proteasas virales y celulares escinden los polipéptidos nacientes en sitios específicos,<br />

para generar proteínas virales maduras o intermedias (Purchio y col. 1984).<br />

Una vez, que se producen las enzimas virales necesarias para la replicación del ARN por<br />

la traducción del genoma, el ciclo de vida viral entra en la fase de replicación de su<br />

genoma. Primero, se forma una cadena negativa del ARN genómico (ARNc) para servir<br />

de molde y segundo, se sintetiza la progenie del ARN genómico (ARNv), a partir del ARNc<br />

del paso previo. La replicasa viral aún no ha sido estudiada en detalle (Donis, 1995).<br />

Con el empaquetamiento del ARN progenie y el ensamblaje de los viriones, que ocurre en<br />

el retículo endoplásmico o en el Golgi, donde los viriones adquieren una envoltura lipídica,<br />

el ciclo entra en su etapa final. Los virus alcanzan el compartimiento extracelular por<br />

transporte vesicular (exocitosis) a las 10 horas post-infección (Donis, 1995).<br />

2.2. Relaciones entre Pestivirus.<br />

Los miembros del género Pestivirus están muy relacionados entre sí. Los viriones son<br />

morfológica y estructuralmente similares (Laude, 1979), el ARN genómico es virtualmente<br />

del mismo tamaño y los polipéptidos estructurales y no estructurales son muy similares<br />

(Coria y col. 1983), por otra parte, el género comparte un rango específico de hospederos<br />

(Bolin y col., 1994). Estos aspectos son de considerable importancia práctica para el<br />

diagnóstico y la epidemiología de estos virus.


2.2.1. Relaciones genómicas y antigénicas.<br />

El genoma de los pestivirus consiste de una molécula simple de una sola cadena de ARN,<br />

de polaridad positiva y de aproximadamente 12-13 kb (Collet y col., 1989). Se han clonado<br />

y secuenciado los genomas de tres aislados de BVDV - NADL, Osloss y SD1 - y dos del<br />

virus de la PPC - Alfort y Brescia -(Renard y col., 1987; Collett y col., 1988b; Meyers y<br />

col., 1989; Moorman y col., 1990a ; Deng y Brock, 1992). Las comparaciones de<br />

secuencias, asistidas por computadoras, entre estos genomas, han revelado un 66% de<br />

homología (Meyers y col. 1989), lo que resulta sorprendentemente alto, así como cierto<br />

número de regiones de divergencia interesantes (Collet y col. 1991), de las cuales la más<br />

importante es una inserción de 270 núcleotidos localizada en la secuencia del BVDV<br />

dentro de la región codificante para una proteína de 115-125 kD altamente conservada.<br />

Los 90 aminoácidos, derivados de esta secuencia adicional, reflejan exactamente la<br />

diferencia en capacidad codificante del largo marco de lectura abierto entre los genomas<br />

de BVDV y del virus de la PPC (Meyers y col., 1989).<br />

La apreciación de que los pestivirus formaban un grupo antigénicamente relacionado<br />

provino, de la observación histórica de Darbyshire, en 1960, de que el virus de la PPC<br />

formaba una línea de identidad con el BVDV en ensayos de agar gel difusión.<br />

Posteriormente, se comprendió que el BDV de los ovinos se encontraba también muy<br />

relacionado (Acland y col., 1972).<br />

Existe consenso acerca de que hay un espectro relativamente amplio de variaciones<br />

antigénicas solapadas entre las tres especies de pestivirus, más que la existencia de un<br />

punto de corte claro (Moennig, 1988). Los antisueros policlonales contra los pestivirus<br />

generalmente son incapaces de distinguir especies, cepas o aislados cuando se emplean<br />

en técnicas de inmunodifusión o inmunofluorescencia.<br />

Fue a través de ensayos de neutralización cruzada que se establecieron evidencias de la<br />

diversidad antigénica entre los pestivirus, y fueron los únicos capaces de diferenciarlos<br />

(Hafez y Liess, 1972; Wensvoort y col., 1989b). Pero, sólo con el desarrollo de anticuerpos


monoclonales contra el virus, en los últimos años de la década de los 80, fue posible<br />

definir la variabilidad con mayor precisión (Bolin y col., 1988; Edwards y col., 1988; Corapi<br />

y col., 1990).<br />

Muchos grupos han reportado anticuerpos monoclonales con especificidad pan-pestivirus,<br />

ellos detectan epitopes altamente conservados, que han sido encontrados en células<br />

infectadas con todos los pestivirus ensayados. La mayoría de ellos están dirigidos contra<br />

la proteína no estructural designada p125/80 (Cay y col., 1989).<br />

Los aislados de PPC poseen un dominio antigénico conservado importante en la<br />

glicoproteína 55 o E2, pues se preparan fácilmente anticuerpos monoclonales contra este<br />

dominio y tienen un poderoso poder diagnóstico al detectar todas las cepas del virus de la<br />

PPC y ninguno de los pestivirus de rumiantes (Wensvoort y col., 1989a ; Edwards y<br />

Sands, 1990).<br />

El alto grado de homología (85%) en cuanto a aminoácidos, entre las cepas de pestivirus<br />

indica un alto grado de conservación y por tanto, una similitud funcional de las respectivas<br />

proteínas (Rümenapf y col., 1991).<br />

Estos datos de alta homología a nivel genómico y aminoácidico indican una similitud<br />

elevada, en cuanto a la organización del genoma y al procesamiento de la poliproteína<br />

dentro del género Pestivirus (Meyers y col., 1989).<br />

2.2.2. Especificidad de hospederos.<br />

La especificidad de hospederos fue la base inicial para la subdivisión de los pestivirus, en<br />

los grupos porcino, bovino y ovino.<br />

Los hospederos naturales del virus de la PPC son el cerdo y el jabalí, aunque el virus es<br />

capaz de replicarse en otras especies animales, como rumiantes domésticos, venados y


animales de experimentación (Paton, 1995). Entre ellos el conejo, que se ha utilizado para<br />

la obtención de cepas vacunales (Bognar y Meszaros, 1963), y en los que provoca una<br />

reacción febril, prácticamente asintomática. Sin embargo, la enfermedad aparece sólo en<br />

cerdos domésticos y salvajes y nunca se han reportado casos naturales en rumiantes. No<br />

obstante, el virus de la PPC puede replicarse en bovinos inoculados experimentalmente<br />

(Loan y Storm, 1968; Dahle y col. 1987) y causa enfermedades reproductivas en ovinos<br />

experimentalmente infectados (Shimizu y Kumagai, 1989).<br />

Las primeras enfermedades causadas por pestivirus en rumiantes reconocidas fueron la<br />

enfermedad de las mucosas del bovino y la diarrea viral bovina, las cuales son ambas<br />

causadas por el BVDV. Algunas cepas del BVDV pueden además, causar enfermedad en<br />

otros rumiantes y en cerdos (Snowdon y French, 1968; Acland y col., 1972; Snowdon y<br />

col., 1975; Terpstra y Wensvoort, 1988; Carlsson, 1991; Loken y Bjerkas, 1991).<br />

La última de las enfermedades causada por pestivirus fue descrita en ovinos como<br />

enfermedad de la frontera (BD). Algunos pestivirus de ovinos tienen además, un amplio<br />

rango de hospederos y pueden infectar bovinos, chivos y cerdos, con consecuencias<br />

similares a las de la infección por el BVDV (Huck, 1973; Gibbons y col., 1974; Loken, y<br />

Bjerkas, 1991; Paton y Done, 1994). La similitud entre BVD y BD y el hecho de que los<br />

virus responsables de estas enfermedades no tengan hospederos específicos, ha llevado<br />

a especular que las mismas tienen un origen común (Terpstra y col., 1984).<br />

In vitro, algunos pestivirus pueden ser estricta o relativamente específicos para las células<br />

de sus hospederos naturales, mientras que otros se replican bien en cultivos de células de<br />

origen porcino, bovino y ovino (Wensvoort y col., 1989b; Liess y Moennig, 1990; Roehe y<br />

Edwards, 1994). De ahí que, la especificidad in vitro es un criterio para la clasificación de<br />

pestivirus, aunque la susceptibilidad in vitro de células de diferentes especies animales no<br />

refleja necesariamente la susceptibilidad de la especie a la infección (Roehe y Edwards,<br />

1994), ya que se conoce que puede ocurrir un proceso de adaptación. Este fenómeno<br />

parece estar relacionado con la capacidad del virus de enlazarse a receptores celulares<br />

específicos (Moennig, 1990; Paton y col., 1991). Tanto el BVDV como el virus de la PPC


pueden ser adaptados a crecer en conejos (Baker, 1946; Fernelius y col., 1969) y en<br />

cultivos celulares de gran variedad de especies animales (Horzinek, 1981).<br />

Los pestivirus pueden ser citopatogénicos o no citopatogénicos, en monocapas de cultivos<br />

de células. Las formas citopatogénicas son más comunes en aislados bovinos, mientras<br />

que, los aislados del virus de la PPC son casi invariablemente no citopatogénicos, aunque<br />

se han descrito cepas citopatogénicas (Gillespie y col., 1960). Los virus ovinos sólo<br />

exhiben citopatogenicidad ocasionalmente (Laude y Gelfi, 1979).<br />

2.3. Diagnóstico.<br />

Históricamente, la PPC se diagnosticó sobre la base de los signos clínicos y las lesiones<br />

que presentaban los animales. Sin embargo, estos datos aunque en ocasiones<br />

suministran la base para un diagnóstico presuntivo no son los recomendados.<br />

El cuadro clínico y de lesiones en esta enfermedad es altamente variable y por otra parte,<br />

las infecciones congénitas con BVDV en cerdos dan lugar a una enfermedad clínica<br />

indistinguible de la PPC (Vannier y Carnero, 1985; Wensvoort y Terpstra, 1988; Terpstra<br />

y Wensvoort, 1988), esto también ocurre con enfermedades como la <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong><br />

africana, la salmonelosis y la erisipela, que pueden ser confundidas con PPC aguda<br />

(Terpstra, 1996), por lo que para un diagnóstico inequívoco son imprescindibles los<br />

métodos de laboratorio.<br />

Los métodos de diagnóstico se basan en la demostración de la presencia del virus por<br />

métodos biológicos como son el aislamiento en cultivos celulares o por inoculación en<br />

cerdos y en métodos de detección de antígeno o ácido nucleico virales, a través de los<br />

ensayos inmunohistoquímicos, del ensayo ELISA para detección de antígeno y de la<br />

transcripción reversa con reacción en cadena de la polimerasa (RT-PCR), así como, a


través de ensayos serológicos, los cuales incluyen la neutralización de la<br />

inmunofluorescencia (NIF), de la inmunoperoxidasa (NPLA) y el ELISA. Estos<br />

procedimientos aparecen en las revisiones de Carbrey, 1988; Terpstra, 1996 y<br />

Vanderhallen y Koenen, 1996.<br />

2.3.1. Detección del virus.<br />

El método clásico para la detección de antígenos virales es la inmunofluorescencia directa<br />

en cortes criostáticos de órganos, que resulta rápida y sencilla. La amígdala es el órgano<br />

más adecuado, ya que es el primero en afectarse independientemente de la vía de<br />

infección (Ressang, 1973). Además se emplean, bazo, riñón, ganglios linfáticos y porción<br />

distal del ileum. Este último debe ser examinado porque frecuentemente contiene<br />

antígenos virales, en las formas subaguda y crónica de la enfermedad, y puede ser en<br />

algunos casos el único tejido que muestre reacción positiva (Terpstra, 1996).<br />

Los tejidos pueden ser colectados de varios animales y transportados sin preservantes en<br />

frío, pero no congelados. Las amígdalas pueden ser colectadas de animales vivos con el<br />

empleo de forceps de biopsia rectal humana.<br />

El ensayo de inmunofluorescencia utiliza un conjugado de fluoresceína, preparado a partir<br />

de anticuerpos policlonales, que no distingue entre los antígenos de diferentes pestivirus<br />

(Terpstra, 1996). Los cerdos infectados con BVDV pueden dar resultados falsos positivos,<br />

ya que las infecciones congénitas con este virus pueden causar signos clínicos y lesiones<br />

patológicas indistinguibles de las causadas por PPC crónica (Vannier y Carnero, 1985;<br />

Terpstra y Wensvoort, 1988; Wensvoort y Terpstra, 1988).<br />

Actualmente, se emplea un panel de anticuerpos monoclonales que permite la<br />

diferenciación de pestivirus, una vez realizado el aislamiento viral (Wensvoort, y col.,<br />

1989a; Edwards, 1991).


El aislamiento en cultivos celulares es aceptado como gold standard, es usado<br />

rutinariamente para permitir la posterior caracterización del aislado con anticuerpos<br />

monoclonales, es un método más sensible, pero más lento, que el diagnóstico por<br />

inmunofluorescencia en cortes de órganos y requiere facilidades de cultivo de tejidos y de<br />

contención para el trabajo con cepas virulentas. Debe realizarse en células en rápida<br />

división. Las células PK-15 recién sembradas son inoculadas con 2% de suspensión de<br />

órgano, posteriormente son examinadas por inmunofluorescencia directa a las 72 horas.<br />

En caso negativo, se deben dar hasta tres pases en células para confirmar el resultado<br />

(Terpstra, 1996).<br />

El aislamiento por inoculación en animales es muy sensible, (Carbrey, 1988) pero es<br />

costoso y consume mucho tiempo. La infección es confirmada por reaislamiento del<br />

virus en cultivos celulares. En los cerdos que sobreviven, la infección puede ser<br />

confirmada por la respuesta inmunológica de los cerdos inoculados.<br />

El ELISA para la detección de antígeno, ha sido descrito recientemente (Shannon y col.,<br />

1993), resulta adecuado para ensayos en mayor escala, no consume mucho tiempo y es<br />

de fácil manipulación.<br />

La reacción en cadena de la polimerasa, que involucra ciclos repetidos de amplificación de<br />

un fragmento del genoma, ha demostrado ser un método rápido y muy sensible para la<br />

detección de diversos patógenos en muestras clínicas (Liu y col.,1991; Wirz y col., 1993).<br />

El método de RT-PCR ha sido descrito para la detección del virus de la PPC (Liu y col.,<br />

1991; Katz y col., 1993; Wirz y col., 1993; Sullivan y Akkina, 1995) y se debe señalar que<br />

además de ser rápido, es simple y muestra elevadas especificidad y sensibilidad. Es muy<br />

útil, ya que es capaz de diferenciar las infecciones por el virus de la PPC y el BVDV en<br />

cerdos.


El ensayo de RT-PCR ha demostrado ser más sensible que el ELISA y las técnicas<br />

inmunohistoquímicas y por tanto permite detectar pequeñas concentraciones del virus<br />

como las que pueden estar presentes en sueros sanguíneos (Vanderhallen y Koenen,<br />

1996)<br />

Son los procedimientos para la identificación del virus en muestras clínicas los que<br />

permiten una detección temprana de la enfermedad, lo que es vital para su control<br />

(Vanderhallen y Koenen, 1996).<br />

2.3.2. Detección de anticuerpos.<br />

La serología es el método de selección para la vigilancia en un área aparentemente libre<br />

de la enfermedad y para asegurar que no haya focos residuales de infección durante un<br />

programa de erradicación, sobre todo, cuando circulan cepas de baja virulencia. Además,<br />

constituye una herramienta necesaria en la producción y evaluación de vacunas y en la<br />

determinación de los niveles de inmunidad de la masa sometida a vacunación. Sin<br />

embargo, el diagnóstico no puede basarse en la serología, porque, debido al efecto<br />

inmunosupresor del virus, los anticuerpos no pueden ser detectados hasta cuatro<br />

semanas después de la infección (Pearson, 1992).<br />

Una evaluación de los ensayos serológicos durante el brote de PPC ocurrido en Bélgica<br />

durante 1990, demostró que los mismos son de poco valor para detectar PPC en<br />

estadíos tempranos de la enfermedad (Vanderhallen y Koenen, 1996).<br />

Como la incidencia de infecciones por BVDV puede ser alta en los cerdos, los ensayos<br />

que discriminen pestivirus son los más útiles. La virus-neutralización y el ELISA con


anticuerpos monoclonales, satisfacen los requerimientos de especificidad y sensibilidad<br />

(Wensvoort y col., 1988; Pearson, 1992; Terpstra, 1996) del diagnóstico.<br />

Como las cepas del virus no son citopatogénicas es necesario detectar los virus no<br />

neutralizados después de su multiplicación en las células. Para este fin, un sistema<br />

indicador como la neutralización de la inmunofluorescencia (NIF) (Liess y Prager, 1976) o<br />

de la inmunoperoxidasa (NPLA) (Terpstra y col., 1984; Terpstra, 1996), son las técnicas<br />

empleadas y se realizan en placas de microtítulo. Por otra parte, el sistema peroxidasa<br />

tiene la ventaja de que los resultados se conservan de forma permanente y pueden ser<br />

leídos sin instrumental.<br />

Ocasionalmente, sueros de cerdo con anticuerpos frente al BVDV pueden reaccionar, en<br />

el ensayo de NPLA a bajas diluciones, como si los animales estuvieran infectados por<br />

PPC. Sin embargo, los niveles de anticuerpos que se alcanzan después de la infección por<br />

PPC incluyendo las producidas por cepas de baja virulencia, permiten el empleo de<br />

diluciones de suero relativamente altas, y de este modo se evitan las reacciones cruzadas<br />

(Terpstra y col. 1984; Terpstra y Wensvoort, 1988).<br />

Los ensayos ELISA que se emplean incluyen procedimientos competitivos, de bloqueo e<br />

indirectos (Have, 1984; Hulst y col., 1993; Mose y col., 1996). La sensibilidad de estos<br />

ensayos debe ser suficiente para detectar cualquier suero positivo por ensayos de<br />

neutralización. Si el ELISA no es PPC específico, entonces las muestras positivas deben<br />

ser examinadas posteriormente por un ensayo que discrimine entre PPC y otros pestivirus.<br />

2.4. Características clínicas y anatomopatológicas.<br />

El cuadro clínico y las lesiones post-mortem, en cerdos afectados por PPC, son muy<br />

variables debido a diversos factores como son, la existencia de cepas de baja<br />

virulencia, la dosis y vía de infección y factores del hospedero (edad, fondo genético,


condiciones nutricionales y estado inmunitario) (Liess, 1987; Van Oirschot, 1988;<br />

Moennig y Plagemann, 1992).<br />

Por otra parte, infecciones congénitas con BVDV pueden dar lugar a una enfermedad<br />

clínica indistinguible de la PPC (Vannier y Carnero, 1985; Terpstra y Wensvoort, 1988;<br />

Liess y Moennig, 1990; Paton y col., 1992), las infecciones bacterianas sobreañadidas<br />

pueden enmascarar el cuadro lesional, y la infección de cerdas gestantes por cepas poco<br />

virulentas dan lugar a infecciones intrauterinas, que provocan abortos, malformaciones<br />

fetales, nacidos muertos e infecciones persistentes e inaparentes. Debido a esto, no es<br />

posible con frecuencia establecer un diagnóstico solo sobre bases clínicas y patológicas<br />

(Terpstra, 1996).<br />

La PPC puede presentar diferentes formas clínicas en infecciones post-natales:<br />

hiperaguda, aguda y crónica. Además, la infección transplacentaria puede dar lugar a<br />

diversas afecciones fetales y neonatales, así como a infecciones persistentes, en<br />

dependencia del momento de la gestación en que se produjo la infección (Van Oirschot y<br />

Terpstra, 1989).<br />

La aparición de numerosas cepas y aislados de baja virulencia, que producen un cuadro<br />

clínico-lesional variable, (Dahle y Liess, 1995; Gruber y col., 1995; Depner y col., 1996 )<br />

dificulta seriamente el reconocimiento de la enfermedad y contribuye a la diseminación del<br />

virus (Van Oirschot, 1988).<br />

2.4.1. Infecciones post-natales.<br />

Los primeros reportes de la enfermedad describían un curso hiperagudo a agudo con un<br />

período de incubación de 2-3 días (Dahle y Liess, 1992). En la enfermedad hiperaguda los<br />

animales infectados no muestran más que un aumento de temperatura corporal de<br />

aproximadamente 41ºC antes de morir, 2-5 días después de la exposición al virus. En la<br />

necropsia, los cambios que se observan corresponden a los de shock, con congestión y


edema pulmonar, congestión del hígado y del tracto gastrointestinal y poca evidencia de<br />

hemorragias.<br />

Hoy, la forma hiperaguda de la enfermedad parece ser la excepción y predominan las<br />

formas aguda, crónica y subclínica. Esto puede estar relacionado con la aparición de<br />

cepas de moderada a baja virulencia, que emergieron en el curso de la historia de esta<br />

enfermedad, y sobre lo cual se especula que tiene que ver con la utilización de la<br />

serovacunación, introducida en 1908 en los EUA, lo que favoreció las condiciones para el<br />

desarrollo de mutantes virales. Por otra parte, los virus ARN de simple cadena son<br />

altamente variables y una selección natural de virus de baja virulencia parece ser una<br />

proposición plausible.<br />

La forma clínica aguda se caracteriza por morbilidad alta y muerte de los animales entre<br />

los 10 y 20 días después de la infección (Dahle y Liess, 1992). La tasa de mortalidad varía<br />

con el estado inmunológico de la población afectada y con la virulencia de la cepa, con<br />

cifras variables desde el 30-40% al 90-100%. El período de incubación es de dos a seis<br />

días. La fase clínica se caracteriza por fiebre, apatía o baja actividad, disminución del<br />

apetito y embotamiento. La temperatura puede llegar a 42ºC o más y la fiebre persiste. Se<br />

observan leucopenia y trombocitopenia. Posteriormente los animales se hacinan y<br />

manifiestan temblores, conjuntivitis con marcada descarga ocular y en algunos casos<br />

descarga nasal. Al comienzo de la enfermedad, puede existir estreñimiento, que acaba en<br />

diarreas. En la fase terminal, tienen una marcha ondulante por debilidad en el tercio<br />

posterior y afectaciones del sistema nervioso central con parálisis del tercio posterior y<br />

pedaleo. Un signo clínico característico que aparece en las primeras fases de la<br />

enfermedad es la hiperemia cutánea, en orejas, hocico, abdomen y extremidades, que<br />

puede progresar hacia la cianosis.<br />

En la necropsia, las lesiones corresponden a la de una diátesis hemorrágica, con<br />

hemorragias petequiales en la mayoría de los sistemas orgánicos, sobre todo, en riñones,<br />

vejiga urinaria, ganglios linfáticos, bazo, laringe, piel, mucosas y serosas. Las infecciones


acterianas secundarias pueden modificar o intensificar algunos hallazgos macroscópicos<br />

(Trautwein, 1988).<br />

La forma clínica crónica se define como una enfermedad letal, en la que los cerdos<br />

sobreviven más allá de los 30 días después de la infección (Mengeling y Packer, 1969;<br />

Liess, 1987). Como el cuadro clínico en estas infecciones puede ser no característico,<br />

también se denominan atípicas. Los factores que condicionan esta supervivencia<br />

prolongada, no se conocen con precisión y puede tener un curso de 2-4 semanas o aun<br />

meses. El curso es muy lento y suele haber afectación predominante de algún sistema u<br />

órgano. Las afecciones bacterianas secundarias son muy comunes. Se caracteriza por<br />

períodos prolongados e intermitentes de fiebre y viremia. Esta infección puede estar<br />

confinada a solo unos pocos animales de una piara, que muestran signos típicos tales<br />

como debilidad, retardo en el crecimiento, diarreas intermitentes y anorexia. Los índices de<br />

mortalidad del rebaño pueden elevarse ligeramente por encima del nivel esperado.<br />

Morfológicamente, hay poca evidencia de hemorragias generalizadas, pero pueden estar<br />

afectados algunos órganos, en el intestino pueden verse ocasionalmente úlceras<br />

botonosas, los ganglios pueden mostrar hiperplasia y aparece una atrofia generalizada del<br />

tejido linfoide.<br />

2.4.2. Infecciones trasplacentarias.<br />

Al igual que el resto de los pestivirus el virus de la PPC se transmite congénitamente in<br />

utero (Van Oirschot y Terpstra, 1989). La afectación que sufre el feto depende, sobre todo,<br />

del tiempo de gestación y de la virulencia de la cepa. Después de una infección<br />

experimental de cerdas con un virus de baja virulencia, a diferentes momentos de<br />

gestación, se reconocieron tres grupos diferentes de cerditos: abortos o nacidos muertos,<br />

cerditos con viremia congénita desde el nacimiento hasta la muerte y cerdos normales no<br />

infectados con PPC (Liess, 1987).


A pesar de las variaciones se llegó a las siguientes conclusiones generales: infecciones<br />

tempranas (antes de los 41 días de gestación) usualmente resultan en abortos y crías<br />

muertas, mientras que inoculaciones posteriores (85 días de gestación) producen<br />

animales virémicos. El desarrollo del sistema inmune posibilita al feto combatir las<br />

infecciones después de aproximadamente 85 días de gestación (Van Oirschot, 1988).<br />

2.5. Patogenia.<br />

El virus penetra en el organismo normalmente por ingestión, inhalación o a través de la<br />

piel erosionada. El contacto genital con cerdos infectados puede además mediar la<br />

infección en las cerdas (Liess, 1987). Una vez en el organismo, el virus infecta las<br />

células epiteliales de las criptas de las amígdalas que son consideradas el órgano diana<br />

para la multiplicación primaria del virus independientemente de la vía de infección<br />

(Ressang, 1973).<br />

A partir de las amígdalas y utilizando los vasos linfáticos el virus llega a los ganglios<br />

linfáticos regionales. De ahí el virus pasa a sangre periférica, dando lugar a una viremia<br />

que facilita la diseminación de las partículas víricas, con lo que se produce una nueva<br />

multiplicación del virus en bazo, médula ósea y otros ganglios linfáticos.<br />

La fase virémica comienza a las 14-24 horas post-infección y puede durar hasta poco<br />

antes de la resolución de la enfermedad. Las hemorragias múltiples que caracterizan<br />

las infecciones por el virus de la PPC se deben, a la degeneración de las células<br />

epiteliales junto con una fuerte trompocitopenia y a la alteración de los mecanismos de<br />

coagulación de la sangre. Este virus afecta fundamentalmente a los tejidos epiteliales y<br />

al sistema reticulo-endotelial. La infección del endotelio vascular causa edema e<br />

inflamación, lo que resulta en la interrupción del flujo de los vasos sanguíneos e<br />

infartos.


Nuevos conocimientos acerca de la organización especial del sistema inmune del cerdo<br />

(Binns y Pabst, 1988) y el clonaje del genoma viral (Meyer y col., 1989) posibilitaron<br />

identificar los tejidos de replicación viral, por sondas moleculares, que han permitido<br />

profundizar sobre el efecto del virus de la PPC sobre el sistema inmune. Se demostró que,<br />

la dramática depleción de linfocitos B causada por la destrucción de los centros<br />

germinales en los tejidos linfoides, es la consecuencia patoinmunológica de la infección<br />

aguda por PPC (Milorad y col., 1992). La replicación del virus de la PPC, en los folículos<br />

B, es un evento temprano y específico y precede a la infección generalizada. Claramente,<br />

la depleción de linfocitos B no puede responder por todos los síntomas pleiotrópicos de la<br />

enfermedad, pero el tropismo del folículo B es un determinante importante en el curso de la<br />

infección.<br />

2.6. Epidemiología.<br />

El contacto directo entre animales infectados y susceptibles es la forma más común de<br />

transmisión del virus de la PPC. En condiciones naturales las vías oral e intranasal son<br />

las más importantes, también pueden ocurrir infecciones a través de la piel erosionada y<br />

por agujas (Terpstra, 1991).<br />

El virus puede excretarse incluso durante el período de incubación (Liess, 1987). En las<br />

infecciones agudas aparecen altos niveles de virus en sangre y otros tejidos. Se<br />

excretan grandes cantidades de virus en saliva y cantidades menores en orina y<br />

secreciones nasales y oculares (Ressang, 1973). La excreción viral continúa hasta la<br />

muerte o en los animales que se recuperan hasta que los anticuerpos se establecen<br />

(Terpstra, 1991).


En las infecciones crónicas, el virus es excretado continuamente o de forma intermitente<br />

hasta la muerte del animal (Mengeling y Packer, 1969). Las infecciones<br />

trasplacentarias pueden dar lugar a animales persistentemente infectados (Liess,<br />

1987), que excretan virus en grandes cantidades, durante meses, sin signos clínicos de<br />

enfermedad ni desarrollo de respuesta de anticuerpos (Van Oirschot y Terpstra, 1989).<br />

En la transmisión de la enfermedad desempeñan un papel muy importante las infecciones<br />

inaparentes, como son las crónicas, persistentes y de sintomatología atípica. Estos<br />

animales pueden actuar como fuente de virus no reconocida y durante meses mantenerse<br />

eliminando virus, por lo que suponen un reservorio de virus muy peligroso, que causa en<br />

muchas ocasiones nuevos brotes sin explicación aparente (Van Oirschot, 1988). El<br />

movimiento de cerdos no controlado constituye la manera de diseminación más común del<br />

virus (Terpstra, 1991).<br />

Otra fuente de infección muy importante son los productos cárnicos de origen porcino<br />

infectados con virus de la PPC. En la carne y productos cárnicos, el virus se mantiene<br />

infeccioso durante largos períodos que van desde los 27 días en el tocino hasta los 1<br />

500 días en la carne congelada. Sin embargo, en jamones y lomos elaborados, el virus<br />

desaparece antes de finalizar el proceso de curación comercial (Tapiador y col., 1993).<br />

No se han encontrado vectores biológicos de importancia epidemiológica, lo que sí se<br />

ha demostrado es que en ocasiones, los dípteros pueden servir de vectores mecánicos<br />

transportando el virus entre animales infectados y susceptibles (Bram, 1976).<br />

Experimentalmente, se ha visto que los tábanos transmiten la enfermedad en las dos<br />

horas que siguen a la picadura el animal infectado (Tidwell y col., 1972), así mismo las<br />

moscas pueden llevar al virus al menos durante 72 horas (Morgan y Miller, 1972). La<br />

transmisión mecánica por el hombre es de mayor significación en áreas con una<br />

elevada densidad de cerdos (Terpstra, 1991), él puede transmitir el virus a través de<br />

instrumentos contaminados y drogas de uso parenteral al no descartar jeringuillas y


agujas. La transmisión por ropas, calzado y roedores es rara, ya que la dosis de virus<br />

que puede ser transferida está usualmente por debajo de la dosis infectiva mínima para<br />

los cerdos (Terpstra, 1991).<br />

Los nuevos enfoques moleculares posibilitan que los análisis epidemiológicos se sustenten<br />

en un mayor conocimiento del genoma de los patógenos. Estos nuevos conceptos basados<br />

en la posibilidad de secuenciar los ácidos nucleicos, así como en el estudio de regiones<br />

polimórficas de los diferentes aislamientos permiten establecer cadenas filogenéticas entre<br />

éstos, para conocer la procedencia y las vías de diseminación (Lowings y col., 1994, 1996).<br />

Las técnicas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y de secuenciación de ácidos<br />

nucleicos, en conjunto con el análisis filogenético han generado información epidemiológica a<br />

escala molecular sobre diversos virus como el de la Inmunodeficiencia humana (Salminen y<br />

col., 1993), Dengue (Rico-Hesse, 1990), Influenza B (Rota y col., 1992) y fiebre Aftosa (Beck<br />

y Strohmaier, 1987), entre otros.<br />

Existen varios reportes de la utilización de métodos moleculares aplicados a estudios<br />

epidemiológicos de PPC (Edwards y Sands, 1990; Harding y col., 1994; Lowings y col.,<br />

1996), donde se demuestra la utilidad de estos estudios para la identificación individual y el<br />

análisis filogenético de las cepas involucradas en diferentes brotes, así como para<br />

comprender la patogénesis, evolución y diseminación de la enfermedad.<br />

Para el estudio molecular de cepas y aislados del virus de la PPC se han empleado<br />

diversos procedimientos, como análisis de patrones de enlazamiento de anticuerpos<br />

monoclonales (Edwards y Sands, 1990), de datos de restricción (Harding y col., 1994;<br />

Viçek y col., 1996) y de secuencias nucleotídicas (Hofmann y col., 1994; Lowings y col.,<br />

1994, 1996; Stadejek y col., 1996; Vilçek y col., 1996). Entre estos procedimientos la mayor<br />

discriminación se reporta con los datos obtenidos del análisis de secuencias (Lowings y<br />

col, 1996).


En la literatura se encuentran análisis de comparación de secuencias, realizados en<br />

diferentes regiones del genoma viral, como el gen putativo de la polimerasa (NS5B) en<br />

el extremo 3´ (Lowings y col., 1994), la región no codificante (NCR) del extremo 5´<br />

(Hofmann y col., 1994; Stadejek y col., 1996) y el de la glicoproteína más importante E2<br />

(gp55) (Lowings y col., 1996; Viçek y col., 1996). Un estudio de comparación de estas<br />

regiones reveló que de estas tres, la E2 produjo la mejor discriminación y fue capaz de<br />

distinguir entre muchos de los virus que resultaron idénticos por análisis de las otras<br />

dos regiones (Lowings y col., 1996).<br />

Los análisis filogenéticos realizados en esta región y en otras regiones genómicas,<br />

(Lowings y col.,1996; Viçek y col. 1996) muestran que las cepas y aislados de PPC se<br />

dividen en dos grandes grupos. El grupo l está representado por la cepa Brescia e incluye<br />

todos los virus anteriores a 1964, aislados más recientes de cepas no europeas (América<br />

y Asia) y todas las cepas vacunales analizadas y el grupo II está representado por la cepa<br />

Alfort e incluye los virus aislados después de 1970, la mayoría europeos y posteriores a<br />

1985.<br />

2.7. Control.<br />

Después de su primera descripción en 1830 en Ohio, EUA, el virus de la PPC ha sido<br />

reportado en la mayor parte del mundo, hoy, es enzoótico al menos en áreas de<br />

Sudamérica y Asia del Este (Liess, 1981; Terpstra, 1991; Dahle y Liess, 1992). Los<br />

programas de erradicación de las últimas décadas han resultado exitosos en<br />

Norteamérica, Australia y en países europeos. Sin embargo, a pesar de los grandes<br />

esfuerzos que se han realizado para su erradicación, continúan ocurriendo repetidos<br />

brotes epidémicos dentro de Europa central (Westergaard, 1996).


En muchos países la enfermedad prevalece con riesgos de reemergencia ante fallos en el<br />

control, a pesar de las medidas tomadas, por lo que la aparición de brotes agudos tiene<br />

que ser tomada como indicador de infecciones clínicas no advertidas, con significación<br />

epidemiológica (Moennig, 1990), sobre todo, en países como el nuestro con programas de<br />

vacunación establecidos. Las razones para esto son diversas y varían de un país a otro.<br />

Entre ellas está el movimiento no controlado de cerdos, el síndrome de la cerda portadora<br />

(Van Oirschot y Terpstra, 1989), la circulación de cepas de baja virulencia (Dahle y Liess,<br />

1995) y de pestivirus de rumiantes que pueden enmascarar el cuadro clínico y retardar el<br />

diagnóstico, fallos vacunales, el incremento de cerdos susceptibles y sobre todo, la falta<br />

de disponibilidad de herramientas diagnósticas adecuadas para cada caso, que pueden<br />

impedir seriamente el progreso hacia la erradicación final.<br />

El control de la enfermedad es intentado bien por vacunación o por erradicación. Para la<br />

vacunación se han desarrollado cepas “C” lapinizadas de PPC y mutantes sensibles a la<br />

temperatura, los cuales han sido usados exitosamente en numerosos países (Aynaud y<br />

Jones, 1988). Sin embargo, la Unión europea prohibió la vacunación en 1990, sobre todo,<br />

porque la respuesta de anticuerpos a la vacunación o a infecciones de campo no pueden<br />

ser discriminadas. Este último aspecto se está tratando de solucionar con el desarrollo de<br />

vacunas por subunidades o por vectores recombinantes (Rümenapf y col., 1991; Van Zijl y<br />

col. 1991; Hulst y col., 1993).<br />

En los países en que la PPC está presente de forma enzootica se debe proceder a la<br />

vacunación sistemática, con el fin de controlar la enfermedad y reducir la pérdidas. Las<br />

vacunas que se vienen utilizando en las dos últimas décadas sin problemas son cuatro<br />

vacunas vivas modificadas: la cepa “C” lapinizada, la japonesa adaptada a cultivo celular<br />

de cobayo, la cepa francesa Thiverval adaptada a la linea celular PK-15 y la PAV-250 en<br />

PK-15. Estas cuatro vacunas no presentan virulencia residual y están consideradas como<br />

inocuas, tanto para las cerdas preñadas como para los lechones de más de dos semanas.


Estas vacunas confieren una inmunidad rápida y duradera (Correa y col., 1992; Gómez-<br />

Tejedor y Martínez-Orozco, 1994).<br />

Para un control efectivo de la PPC deben aplicarse una serie de medidas de orden<br />

sanitario, como son la eliminación de todos los cerdos en las granjas afectadas, la<br />

desinfección de las mismas, la prohibición del movimiento de animales, la vigilancia<br />

epizootiológica y las normas de repoblación.<br />

La experiencia de muchos países, es que un programa de vacunación estricto y<br />

sistemático llevado a cabo durante un tiempo prolongado y acompañado de las medidas<br />

zoosanitarias oportunas, hace desaparecer los brotes de PPC. Una vez que el país esté<br />

libre de la enfermedad, se debe tender a la erradicación prohibiendo las vacunaciones y<br />

efectuando un seguimiento serológico a los dos años de la prohibición (Gómez-Tejedor y<br />

Martínez-Orozco, 1994).<br />

La mejor medida para que un país libre de PPC siga siéndolo es la prevención, atendiendo<br />

a los mecanismos de transmisión expuestos anteriormente, y aplicar un buen sistema de<br />

vigilancia, basado en el diagnóstico efectivo de la enfermedad.<br />

3. MATERIALES Y METODOS<br />

3.1. Generales.<br />

3.1.1. Cultivos celulares: Se emplearon líneas celulares de riñón de cerdo PK-15 (ATCC<br />

CCL 33) y de riñón de ternero MDBK (ATCC CCL 22), certificadas libres de BVDV, en medio<br />

esencial mínimo de Eagle (MEM), suplementado con penicilina-estreptomicina 100 UI-µg/mL<br />

en el caso del medio de mantenimiento y con el mismo medio pero suplementado además,


con 5 % de suero fetal bovino (Gibco, certificado libre de virus y micoplasmas), en el caso del<br />

medio de crecimiento. Las células se utilizaron tanto en suspensión celular como en<br />

monocapa establecida.<br />

3.1.2. Virus: Se utilizaron las cepas del virus de la PPC, de referencia: Alfort y Ames y<br />

vacunales: PAV-250 y “C” (Labiofam, S.A.), así como de BVDV, de referencia: NADL,<br />

Oregon y Singer y vacunal: Mucossifa (Rhône-Mérieux, Francia). Además, fueron<br />

incluidas dos colecciones de 16 y 7 aislados virales de PPC y BVD respectivamente, de<br />

diferentes regiones de Cuba, identificados por anticuerpos monoclonales (CVL-Weybridge,<br />

UK).<br />

3.1.3. Suspensiones virales: Se utilizaron suspensiones virales para la elaboración de<br />

antígenos laminares e inmunógenos, así como, para la extracción de ARN empleados en<br />

los diferentes experimentos. Para su obtención, se propagaron las cepas/aislados de PPC,<br />

a una multiplicidad de infección de 0,001 DICT50/célula, en células PK15 durante 48-72 h y<br />

las cepas/aislados de BVD, a la misma multiplicidad de infección, en células MDBK hasta<br />

que el efecto citopático afectó el 70-80 % de la monocapa celular. Los virus fueron<br />

extraídos por congelaciones y descongelaciones repetidas de las células y se separaron<br />

los restos celulares del sobrenadante de las células infectadas por centrifugación.<br />

3.1.4. Preparación de la muestra: Se emplearon muestras de órganos, procedentes<br />

de animales sacrificados en brotes de PPC en Cuba, que se prepararon, tanto para<br />

intentar el aislamiento viral como para la obtención directa del ARN, como se describe a<br />

continuación.<br />

Luego de cortar 1-2 g de una muestra de tejido - amígdala, ganglio linfático o bazo -<br />

en pequeñas porciones, se evaluaron diferentes métodos de homogenización que<br />

fueron, la maceración del tejido con arena lavada estéril en mortero, el empleo del<br />

homogenizador eléctrico (Janke & Kunkel, IKA-Labortechnik) por 1 min a alta velocidad<br />

y del homogenizador manual de vidrio.


Se preparó una suspensión del tejido homogenizado al 10 % en medio MEM y se<br />

evaluaron dos métodos para evitar la contaminación de los cultivos celulares con la<br />

muestra, la filtración del extracto de órgano por filtros de 0,22 µ previa centrifugación a<br />

1 000 g por 15 min y, el tratamiento de la muestra con antibióticos - penicilina G<br />

potásica 1 000 UI/mL, estreptomicina 500 µg/mL y gentamicina 500 µg/mL -, a<br />

temperatura ambiente por 1 hora o a 4ºC toda la noche, con posterior centrifugación en<br />

las condiciones descritas.<br />

3.1.5. Preparación de antígenos laminares: Las monocapas de células de cultivo<br />

infectadas y no infectadas, se lavaron dos veces con solución salina tamponada con fosfato<br />

pH 7,2 (PBS), posteriormente se tripsinizaron, se lavaron de nuevo las células con PBS, se<br />

dispensaron 30 µL de una suspensión ajustada a 5 x 10 5 células/mL en PBS sobre láminas<br />

portaobjetos, se secaron las células a temperatura ambiente, se fijaron posteriormente en<br />

acetona fría (calidad reactivo) por 10 min y finalmente se conservaron a - 20ºC hasta su<br />

evaluación.<br />

3.1.6. Experimento de infección: Se seleccionaron 20 cerdos comerciales entre 12 y 15 kg<br />

de masa corporal, negativos serológicamente a pestivirus, y se les administró una dosis de la<br />

vacuna contra la PPC (Labiofam, S.A.). Los animales fueron sangrados antes de ser<br />

vacunados, y desde los 30 días de vacunados y cada 10 días hasta los 90 días para la<br />

detección de anticuerpos en suero por las técnicas de NPLA y ELISA (Rhône-Mérieux,<br />

Francia).<br />

Para la detección de virus en fluidos biológicos por ELISA (Rhône-Mérieux, Francia) y RT-<br />

PCR los animales se sangraron a los 4, 7, 10, 15, 21 y 30 días post-vacunación. Para la<br />

detección de antígenos virales en amígdalas por inmunofluorescencia directa y ELISA


(Rhône-Mérieux, Francia), se sacrificaron dos animales cada día, a los 4, 8, 10, 15 y 24 días<br />

post-vacunación.<br />

3.1.7. Desarrollo y Validación de los ensayos: Se realizaron de acuerdo a las normas para<br />

la validación de ensayos serológicos para el diagnóstico de enfermedades infecciosas de la<br />

OIE (Jacobson, 1996). En estas, se establece lo referido a la selección de muestras, reactivos<br />

y protocolos, la estabilidad de los medios diagnósticos, la evaluación de las concentraciones<br />

óptimas de los reactivos y de los parámetros de las reacciones, la determinación de la<br />

sensibilidad y especificidad analíticas, la sensibilidad y especificidad diagnósticas, la<br />

sensibilidad y especificidad diagnósticas relativas y la evaluación de la repetibilidad como<br />

estimado de la precisión de los ensayos.<br />

3.1.8. Secuenciación: Para la secuenciación directa de los productos de la RT-PCR, estos<br />

fueron analizados por electroforesis en 2 % de agarosa, conteniendo 0.5 µg/ml de bromuro de<br />

etidio y los ADNc fueron purificados directamente de la mezcla de reacción utilizando el kit<br />

Wizard PCR Preps (Promega). Para las reacciones de secuenciación fueron usados 50 ng<br />

del ADN recobrado, 10 µCi de 35 S-dATP y 20 ng de bien, el cebador sentido o el antisentido,<br />

estas reacciones fueron realizadas usando el ƒmol DNA cycle Sequencing System<br />

(Promega).<br />

Las muestras se analizaron en un gel de acrilamida al 8 % en tampón TBE (Tris-borato 45<br />

mM, EDTA 1 mM, pH 8,0) y urea al 42 %. Los geles son secados y expuestos a una película<br />

para autoradiografía, luego de revelado se procede a su lectura.<br />

3.2. Inmunofluorescencia e Inmunoperoxidasa directas (IFD e IPD).<br />

3.2.1. Obtención de conjugados: Se obtuvo un suero policlonal específico, mediante la<br />

inmunización de cinco cerdos comerciales de aproximadamente 90 kg de masa corporal,<br />

negativos serológicamente a los virus de la enfermedad de Aujeszky, y encefalomiocarditis, así


como a pestivirus, con cepas vacunales y virulentas de <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong> clásica a través del<br />

siguiente esquema de inmunización.<br />

Los cerdos se vacunaron con una dosis (2 mL) de la cepa vacunal “C” (Labiofam, S.A.) por vía<br />

intramuscular. Tres meses después se inocularon con 2 mL de la cepa vacunal PAV-250 por vía<br />

intramuscular y 25 días más tarde se aplicó una segunda dosis de esta vacuna. Luego, durante<br />

tres semanas (una vez por semana) se desafiaron con 1 ml de la cepa virulenta Ames por vía<br />

intramuscular y a continuación con 1 mL de la cepa virulenta Alfort por vía intramuscular<br />

semanalmente por dos ocasiones, siete días después de la última inoculación se procedió al<br />

sangrado total de los cerdos.<br />

El suero obtenido se empleó para la obtención de inmunoglobulinas G específicas, por<br />

cromatografía de afinidad en Proteína G - Sepharosa (Guss y col., 1986). Las fracciones que<br />

mostraron mayor concentración de proteínas (31 mg/mL) y mayor reactividad específica por<br />

inmunofluorescencia indirecta (IFI) (>1:200) se marcaron con isotiocianato de fluoresceína<br />

(Hurrel, 1982) y peroxidasa de rábano picante (Wilson y Nakane, 1978).<br />

La IFI se realizó según lo descrito por Coba y Correa (1993) sobre antígenos laminares<br />

(ver acápite 3.1.5), preparados sobre células PK-15 no infectadas e infectadas con la<br />

cepa Alfort.<br />

3.2.2. Desarrollo y Estandarización: Para la estandarización de las condiciones de los<br />

ensayos se emplearon antígenos laminares (ver acápite 3.1.5), preparados a partir de células<br />

PK-15 infectadas con la cepa Alfort y no infectadas, así como cortes por congelación -<br />

obtenidos según está normado por la Oficina Internacional de Epizootias (OIE) (Terpstra,<br />

1996) - de órganos procedentes de animales infectados con PPC y sanos. Estos ensayos se<br />

emplearon tanto para la detección directa de antígenos virales en cortes por congelación de<br />

órganos de animales infectados, como para revelar la multiplicación de cepas/aislados de<br />

PPC en cultivos celulares.<br />

El ensayo de IFD se realizó según establece la OIE (Terpstra, 1996), con modificaciones<br />

orientadas a optimizar el ensayo, según se describe a continuación: sobre el corte por


congelación de tejido o las células de cultivo preparadas como antígenos laminares -<br />

según se describe en el acápite 3.1.5. -, se depositaron 30 µL del conjugado fluorescente<br />

diluido en PBS con 25 % del volumen final de dilución de azul de Evans al 0,01 %.<br />

La incubación se realizó en cámara húmeda protegida de la luz y se evaluaron la<br />

temperatura - temperatura ambiente y 37ºC - y el tiempo - 30 min y 1 hora - de<br />

incubación. Posteriormente, se realizaron tres lavados por inmersión, de 10 minutos cada<br />

uno, del corte de tejido o las células de cultivo en PBS, se añadió una gota de solución<br />

montante - glicerina tamponada con fosfato pH 9,6 -, se colocó un cubreobjeto y finalmente,<br />

se examinaron las células bajo microscopio de fluorescencia con aumento de 400x, para<br />

detectar focos fluorescentes.<br />

Las condiciones del ensayo de IPD se establecieron según se describe a continuación: se<br />

evaluó el tratamiento previo de los cortes de tejidos con una solución de peróxido de<br />

hidrógeno al 3 % en PBS, para consumir la actividad de peroxidasa endógena que puede<br />

estar presente en los tejidos animales. Se dispensaron 30 µL del conjugado enzimático<br />

sobre el corte por congelación o células de cultivo, previamente diluido en diferentes<br />

diluentes, sometidos a evaluación con relación a la intensidad y nitidez de la tinción, que<br />

fueron solución salina tamponada con fosfato pH 7,2 (PBS); tampón TBS (Tris 10 mM;<br />

NaCl 250 mM, pH 8,0) y PBS con albúmina de huevo (OVA) al 1 %.<br />

Se realizó la incubación en cámara húmeda cerrada y en condiciones de oscuridad, se<br />

evaluaron las condiciones de temperatura - temperatura ambiente y 37ºC - y el tiempo - 30<br />

min y 1 hora - de incubación del conjugado enzimático, con relación a la mayor intensidad<br />

de la tinción y el fondo de reacción más bajo.<br />

Se lavaron las células por inmersión del portaobjeto en PBS, tres veces 10 min cada vez,<br />

se dejaron secar a temperatura ambiente y se recubrieron con 30 µL de la solución de<br />

sustrato-cromógeno, para lo cual se evaluaron dos cromógenos, el tetra hidrocloruro de<br />

diaminobencidina (DAB) (1 mg de DAB diluida en TBS) y el 3-amino-9 etil-carbazol (AEC)


(1 mL de 0,4 % de AEC en N,N-dimetil-formamida, 19 mL de acetato de sodio 0,05 M pH<br />

5,0), en ambos casos se empleó peróxido de hidrógeno al 0,01 % como sustrato de la<br />

enzima. Se incubaron las células en cámara húmeda y oscuridad a temperatura ambiente<br />

por 15 min, se lavaron con agua corriente y se cubrieron con una gota de solución -<br />

montante (glicerina tamponada con fosfato pH 9,6) y con un cubreobjeto. Finalmente, se<br />

observaron las células al microscopio óptico con un aumento de 400x y un filtro azul.<br />

Una vez estandarizadas las condiciones de los protocolos y determinado el título de los<br />

conjugados obtenidos (<strong>CENSA</strong>/C-Kure), por diluciones frente a células PK-15, inoculadas<br />

con una multiplicidad de infección de 0,001 DICT50/célula, y no infectadas, se evaluaron la<br />

especificidad y sensibilidad analíticas y la estabilidad de los conjugados (ver acápite<br />

3.1.7).<br />

Para evaluar la especifidad analítica de los conjugados, se enfrentaron a antígenos<br />

laminares de los virus de la encefalomiocarditis, de la enfermedad de Aujeszky, de la<br />

diarrea viral bovina y de la <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong> africana. Para determinar la sensibilidad analítica,<br />

se utilizaron los conjugados frente a antígenos laminares de células PK-15 infectadas con<br />

multiplicidad de infección decreciente de la cepa Alfort.<br />

Para evaluar la estabilidad de los conjugados (ver acápite 3.1.7) se ensayaron mensualmente<br />

tres muestras de conjugado por lote, almacenados entre 4 o C-8 o C y a -20ºC en el caso de<br />

los fluorescentes, y a -20 o C en el caso de los enzimáticos.<br />

3.2.3. Evaluación de criterios sobre el desempeño de los ensayos: Se evaluó la<br />

capacidad del ensayo de IFD para detectar antígenos virales en 10 muestras de<br />

amígdalas de cerdos experimentalmente infectados (ver acápite 3.1.6). Estas muestras<br />

fueron evaluadas paralelamente por un ensayo de ELISA (Rhône-Mérieux, Francia) para<br />

la detección de antígenos.


La sensibilidad y especificidad diagnósticas relativas de ambos ensayos se evaluaron frente a<br />

un conjugado fluorescente policlonal específico de referencia (CISA-INIA/Valdeolmos, Madrid,<br />

España) en células infectadas por diferentes cepas/aislados y en cortes por congelación de<br />

órganos de animales que presentaron signos clínicos y lesiones compatibles con PPC y de<br />

animales procedentes de una piara no vacunada y sin historia de la enfermedad.<br />

La repetibilidad del ensayo (ver acápite 3.1.7) se evaluó con 10 muestras de cortes de<br />

órganos positivas y 10 negativas por triplicado, durante tres días.<br />

3.3. Aislamiento viral.<br />

El procedimiento de aislamiento viral se estableció básicamente de acuerdo a Terpstra,<br />

1996, con modificaciones orientadas a optimizar las condiciones del ensayo.<br />

3.3.1. Preparación de los cultivos celulares: Se preparó una suspensión de<br />

células PK-15 a una concentración de 2 x 10 6 células/mL en medio MEM de<br />

crecimiento y se dispensó 1 mL de la misma por tubo de cultivo celular con y sin<br />

cubreobjetos.<br />

3.3.2. Inoculación de los cultivos celulares: Se evaluaron dos procedimientos de<br />

inoculación de la muestra - preparada según se describe en el acápite 3.1.4. - en los<br />

cultivos celulares, con vistas a facilitar el revelado posterior de la multiplicación viral. Por<br />

una parte, se inocularon directamente 0,2 mL de muestra/tubo de cultivo, sobre células


ecién sembradas en tubos sin cubreobjetos y por otra, se inoculó de igual forma y en<br />

las mismas condiciones, pero en tubos con cubreobjetos. Cinco tubos no se inocularon<br />

para emplearlos como controles.<br />

La incubación de los cultivos celulares se realizó a 37ºC y se evaluó la multiplicación<br />

viral a diferentes tiempos, entre 24 y 96 horas post-inoculación.<br />

3.3.3. Evaluación de la multiplicación viral: Transcurrido el tiempo de incubación los<br />

cubreobjetos son lavados dos veces con PBS y fijados con acetona fría (calidad<br />

reactivo) por 10 min, mientras que las células procedentes de los tubos sin<br />

cubreobjetos, son preparadas como antígenos laminares según se describe en el<br />

acápite 3.1.5.<br />

Los antígenos virales son detectados por IFD según se describe en el acápite 3.2.2.<br />

3.4. Transcripción reversa acoplada a la reacción en cadena de la polimerasa (RT-<br />

PCR).<br />

3.4.1. Obtención de ARN: Con el propósito de optimizar la extracción de ARN se<br />

evaluaron dos métodos de extracción. Para esto, se partió de la cepa Alfort (título 10 5<br />

DICT50/mL), de la que se realizaron diluciones seriadas base 10 en medio MEM de<br />

mantenimiento o en extractos de bazo de cerdos sanos, preparados según se describe en<br />

el acápite 3.1.4. Para ambos métodos se tomaron 500 µL de cada dilución, que se<br />

incubaron, en el caso de los extractos de órganos, con SDS 0.2 % y proteinasa K 0.1<br />

mg/mL (concentraciones finales) a 56ºC por 25 min.<br />

En el primer método, se extrajo el ARN con igual volumen de fenol saturado con buffer<br />

citrato 100 mM pH 4,0 : cloroformo (vol/vol), luego de mezclar en vortex por 1 min y<br />

centrifugar a 13 000 g por 5 min a 4ºC, se tomó la fase acuosa, a la que se le agregó 1/10


del volumen final de TNE (Tris 100 mM, NaCl 150 mM, EDTA 5mM, pH 8,0) y se<br />

precipitó con dos volúmenes de etanol absoluto a -20ºC toda la noche, se centrifugó y el<br />

precipitado se resuspendió en 10 µL de agua desionizada libre de ARNasa. El ARN se<br />

utilizó directamente o se conservó a -80°C.<br />

En el segundo método, se extrajo el ARN con igual volumen de fenol saturado con tampón<br />

TE (Tris 10 mM, EDTA 1 mM, pH 7,5) y dos fenolizaciones más, con una solución de fenol<br />

saturado con tampón TE : cloroformo (vol:vol), alcohol isoamílico (1 %) y hidroxiquinoleína<br />

(1 mg/mL), se mezcló en vortex por 1 min y se centrifugó a 13 000 g por 5 min a 4ºC. La<br />

fase acuosa se trató con igual volumen de cloroformo-alcohol isoamílico (49:1), se<br />

precipitó, se resuspendió y se conservó de igual forma que en el método anterior<br />

(Rodríguez y col., 1992).<br />

El ensayo de comparar ambos procedimientos, se realizó a partir de diluciones de la cepa<br />

Alfort titulada, en un extracto de bazo sano por triplicado.<br />

3.4.2. Cebadores: La pareja de cebadores para la detección de todas las especies virales<br />

dentro del género Pestivirus (Pest1-Pest2) se tomó de la literatura (Wirz, B. y col., 1993) y<br />

corresponde a la región 5' no codificante del genoma viral. La pareja de cebadores capaz<br />

de detectar específicamente el virus de PPC fue diseñada a partir del alineamiento de dos<br />

cepas de PPC: Alfort (Meyers y col., 1989) y Brescia (Moorman y col., 1990) y tres de<br />

BVD: Osloss (Renard y col., 1987), NADL (Collett y col., 1988b) y SD1 (Deng y Brock,<br />

1992) con el paquete de programas GCG (Devereux y col., 1984) y el programa Hint PCR<br />

(Dopazo y Sobrino, 1993), a partir de establecer la búsqueda en las regiones que fueran<br />

altamente conservadas entre las cepas de PPC y altamente divergentes entre las cepas<br />

de PPC y BVD. Entre los pares de cebadores suministrados por el programa se<br />

seleccionó una pareja (PPC1-PPC2) correspondiente al gen putativo de la polimerasa<br />

(NS5B).


3.4.3. Desarrollo y Estandarización: Una vez estandarizados las concentraciones de los<br />

reactivos y los parámetros de la reacción, se estableció el ensayo como se describe a<br />

continuación.<br />

Se emplearon 2,5 µL de ARN como material de partida para la reacción de amplificación,<br />

que combinó la transcripción reversa del ARN seguida de la amplificación con Taqpolimerasa,<br />

en un solo tubo de reacción. Se realizó un paso previo de calentamiento a<br />

90°C durante 5 min con enfriamiento rápido en hielo por 5 min que contribuyó a exponer<br />

el genoma viral, luego se incubó en 94 µL de una mezcla de Tris 10 mM pH 8,3, KCl 50<br />

mM, MgCl 1,5 mM, gelatina 0,01 %, dithiotreitol 10 mM y deoxinucleósido trifosfato 5 mM<br />

de cada uno. Se le agregó 1 µL (40 U) de inhibidor de ribonucleasa de placenta humana<br />

(HPRI), 1 µL (200 ng) del cebador antisentido y 0,5 µL (10 U) de transcriptasa reversa del<br />

virus de la mieloblastosis aviar (Seikagaku America, Inc.). Después de 40 min a 42ºC, se<br />

añadieron a la reacción 1 µL (200 ng) del cebador sentido, 0,5 µL (2,5 U) de Taq-<br />

Polimerasa (Perkin-Elmer) y dos gotas de aceite mineral (Sigma).<br />

Las muestras fueron amplificadas por un programa que incluyó primero, una incubación a<br />

94°C por 2,5 min seguida por, 35 ciclos de desnaturalización a 94°C por 15 seg,<br />

alineamiento a 58°C por 30 seg, extensión a 72°C por 30 seg y, una extensión final a<br />

72°C por 10 min en un termociclador (MJ research, Inc.).<br />

Los productos de la RT-PCR fueron analizados por electroforesis en agarosa al<br />

2 % en TBE (Tris-borato 45 mM, EDTA 1 mM, pH 8,0) con 0,5 µg/mL de bromuro de<br />

etidio, se utilizó el marcador de peso molecular V pBR322 DNA HaeIII (Bœrinhger-<br />

Mannheim, GmbH-Germany) como patrón.<br />

Para confirmar la especificidad del fragmento de amplificación obtenido, se determinó la<br />

secuencia de nucleotidos del producto obtenido de la amplificación de los ARN de las<br />

cepas Alfort y Ames (ver acápite 3.1.8).


Para definir la sensibilidad analítica del ensayo de RT-PCR en sobrenadantes de cultivos<br />

celulares infectados, se realizaron diluciones seriadas base 10 de la cepa Alfort con título<br />

conocido, en medio de cultivo. Para ello se partió de ARN extraído de cada dilución de la<br />

suspensión viral.<br />

Por otra parte, para determinar la sensibilidad analítica del ensayo realizado a partir de<br />

extractos de órganos, se infectó experimentalmente un extracto de órgano negativo a PPC<br />

con una suspensión de la cepa Alfort de título conocido y se realizaron diluciones base 10<br />

en este extracto, de cada una de las cuales se realizó la extracción del ARN.<br />

Para evaluar la especificidad analítica se empleó como molde de la reacción de RT-PCR,<br />

ARN extraído de cepas/aislados de PPC y BVD.<br />

3.4.4. Evaluación de criterios sobre el desempeño del ensayo: Para evaluar la<br />

sensibilidad y especificidad diagnósticas relativas se empleó el ensayo de RT-PCR frente<br />

a la IFD, en un total de 25 extractos de órganos, procedentes de animales sacrificados por<br />

presentar signos clínicos y lesiones compatibles con PPC, y 7 de animales procedentes de<br />

una piara no vacunada y sin historia de la enfermedad. Para ello se emplearon tres tipos<br />

de órganos diferentes, amígdala, bazo y ganglio linfático.<br />

Además, para evaluar el potencial del procedimiento como instrumento para el diagnóstico<br />

en animales vivos, se analizaron muestras de suero y buffy coat provenientes del<br />

experimento descrito en el epígrafe 3.1.5. Estos resultados fueron comparados con los<br />

obtenidos a través de un ensayo de ELISA (Rhône-Mérieux, Francia), para la detección<br />

de antígenos del virus de la PPC, en estas muestras.<br />

La repetibilidad del ensayo (ver acápite 3.1.5) se evaluó con 10 muestras de ARN,<br />

extraído a partir de sobrenadantes de cultivo de células infectadas con el virus de la PPC y


no infectadas, y 10 extractos de órganos de cerdos con resultados positivos y negativos<br />

previos, por triplicado cada día durante tres días.<br />

3.5. Neutralización de la peroxidasa (NPLA).<br />

3.5.1. Desarrollo y Estandarización: El ensayo se estandarizó según describe Terpstra,<br />

1996, para esto se emplearon como muestras tres sueros hiperinmunes<br />

(ver acápite 3.2.1), y tres sueros negativos procedentes de una unidad donde no se<br />

vacuna ni se ha presentado la enfermedad. Brevemente, se diluyeron los sueros 1:25 en<br />

medio de crecimiento, en placas de poliestireno estériles de fondo plano para un volumen<br />

final de 50 µL, se añadieron 50 µL de suspensión viral de la cepa Alfort ajustada a 100<br />

DICT50 /50 µL en medio de crecimiento, se incubó a 37ºC por 1 hora en atmósfera húmeda<br />

con 5 % de CO2.<br />

Transcurrido este tiempo, se añadieron a todos los pozos 50 µL de células PK-15<br />

ajustadas a 5 x 10 5 células/mL en medio de crecimiento y se incubó en las condiciones<br />

anteriormente descritas por 48 horas. Se retiró el medio de las placas, se lavaron las<br />

células con PBS y finalmente se secaron a 80ºC, por una hora y media.<br />

Una vez secas las placas para el revelado de la reacción se usó, durante la fase de<br />

estandarización, un suero de cerdo hiperinmune contra PPC de referencia (INIA, España),<br />

diluido 1/100 en PBS-Tween 20 al 0,05 % (PBS-T), se incubó por 1 hora a 37ºC en<br />

cámara húmeda, luego se retiró, se lavaron las células tres veces con PBS-T y se<br />

añadieron 50 µL/pocillo del conjugado Proteína A - Peroxidasa (Sigma), diluido 1/1 000 en<br />

PBS-T y se incubó una hora en las mismas condiciones. Al concluir la incubación se lavó<br />

dos veces con PBS-T y una vez con PBS. Se adicionó la solución de sustrato-cromógeno<br />

(peróxido de hidrógeno y AEC) que se incubó a temperatura ambiente por 15 min.<br />

Finalmente, se frenó la reacción retirando el sustrato y añadiendo 50 µL/pocillo de PBS, y<br />

se observó al microscopio o visualmente la tinción de la monocapa celular.


Una vez estandarizadas las condiciones del ensayo se evaluaron los sueros hiperinmunes<br />

obtenidos, se titularon para usarlos como suero detector, se escogió el de mayor título y se<br />

evaluaron las siguientes modificaciones: sustitución del sistema de revelado indirecto -<br />

suero detector / Proteína A – Peroxidasa (Sigma) - por el conjugado específico de la<br />

inmunoperoxidasa directa (<strong>CENSA</strong>/C-kure) para acortar el ensayo una hora; conjugado<br />

anti-IgG de cerdo (<strong>CENSA</strong>/ C-kure) / Peroxidasa en lugar de Proteína A - Peroxidasa;<br />

dilución más adecuada de las muestras para lograr la detección de los sueros débiles<br />

positivos; empleo de las células PK-15, en monocapa o recién sembradas, para tratar de<br />

acortar el ensayo 24-48 horas. Todas estas modificaciones se evaluaron utilizando 10<br />

sueros positivos y 10 negativos.<br />

Se evaluó la especificidad analítica del ensayo con 60 sueros de bovino reactores por<br />

seroneutralización a dos cepas de BVDV (NADL y Oregon).<br />

3.5.2. Evaluación de criterios sobre el desempeño del ensayo: Se evaluaron la<br />

sensibilidad y especificidad diagnósticas (ver acápite 3.1.7) con 70 sueros de cerdo<br />

experimentalmente infectados (ver acápite 3.1.6) y 20 sueros negativos de estos animales<br />

antes de ser infectados, los cuales provenían de madres no vacunadas de piaras sin<br />

historia de la enfermedad. Estos sueros fueron además evaluados por un ELISA para la<br />

detección de anticuerpos a pestivirus (Rhône- Mérieux, Francia).<br />

Se evaluaron la sensibilidad y especificidad diagnósticas relativas (ver acápite 3.1.7) frente<br />

a dos juegos de ELISA comerciales, uno para la detección de anticuerpos específicos al<br />

virus de la PPC, CEDITEST-CTB/ELISA, ID-DLO, Holanda, con 30 sueros de cerdo y<br />

otro para la detección de anticuerpos a pestivirus, CIVTEST HC/PPC, HIPRA, S.A.,<br />

España, frente a 225 sueros de cerdo. Los sueros de cerdo empleados correspondían a<br />

animales de diferentes edades y provenían de una piara vacunada y otra no vacunada.<br />

Para evaluar la repetibilidad (ver acápite 3.1.7), se utilizó la forma indirecta de revelado<br />

que incluye suero detector /Proteína A (Sigma), con 40 sueros de cerdos positivos (hijos


de madres vacunadas) y 40 sueros de cerdos negativos provenientes de una piara no<br />

vacunada y sin historia de la enfermedad, por triplicado repetidos durante tres días.<br />

3.5.3. Análisis de correlación: Para medir la posible relación entre los resultados del<br />

ELISA (Rhône-Mérieux, Francia) para determinación de anticuerpos y del NPLA, se<br />

calculó el coeficiente de correlación lineal entre los valores brindados por ambos ensayos,<br />

a través del programa de computación Microsoft ® Excel 97.<br />

3.6. Caracterización genómica de aislados y análisis filogenético.<br />

3.6.1. Virus: Datos acerca de las cepas y aislados que se emplearon en este estudio se<br />

presentan en la Tabla 1.<br />

3.6.2. RT-PCR: Para la obtención de la banda a secuenciar se empleó la pareja de<br />

cebadores descrita por Lowings y col., 1996, para amplificar una región de 230 pb del<br />

producto E2 correspondientes a los nucleotidos 2467-2486 y 2716-2738 de la cepa Alfort.<br />

Se emplearon 2 µL de ARN como material de partida para las amplificaciones de RT-<br />

PCR. Brevemente, el ARN se incubó en 10 mM Tris (pH 8,3), 50 mM KCl, 1,5 mM MgCl,<br />

0.01 % gelatina, 10 mM dithiotreitol, 100 M de cada deoxinucleósido trifosfato, 40 U de<br />

inhibidor de ribonucleasa de placenta humana, 200 ng del cebador antisentido y 10 U de<br />

transcriptasa reversa del virus de la mieloblastosis aviar (Seikagaku America, Inc.), en un<br />

volumen final de 100 µL. Después de 40 min a 42ºC, se añadieron a la reacción 200 ng del<br />

cebador sentido, 2,5 U de Taq-Polimerasa (Perkin-Elmer) y dos gotas de aceite mineral<br />

(Sigma). Las muestras fueron amplificadas según el programa indicado por Lowings y col.,<br />

1996.<br />

3.6.3. Secuenciación: La secuenciación de ácidos núcleicos se realizó según se describe<br />

en el acápite 3.1.8.


3.6.4. Análisis de computación: Se realizó el alineamiento de secuencias usando el<br />

programa de alineamiento múltiple de secuencias CLUSTAL V (Higgings y col., 1992). El<br />

árbol filogenético fue construido con el programa de computación Windows Easy Tree<br />

(Dopazo y Sobrino, 1993). El método empleado fue NEIGHBOR-JOINING (Saitou y Nei,<br />

1987).<br />

4. RESULTADOS Y DISCUSION<br />

4.1. Inmunofluorescencia e Inmunoperoxidasa directas.<br />

4.1.1. Obtención de conjugados: El título medio de los sueros hiperinmunes obtenidos<br />

fue de 1: 800 por NPLA, lo que coincide con los resultados de Correa, (1991), quien<br />

empleó un esquema de inmunización similar con resultados satisfactorios. El título de los 5<br />

lotes de conjugado fluorescente y 3 lotes de conjugado enzimático producidos fue de 1:16<br />

y 1:50 respectivamente.<br />

4.1.2. Desarrollo y Estandarización: En la optimización de las condiciones del ensayo de<br />

IFD, los parámetros más importantes de la reacción resultaron ser la temperatura y el tiempo<br />

de incubación del conjugado fluorescente que se establecieron finalmente a 37ºC durante 1<br />

hora, ya que a pesar de que en 30 min se obtenía una fluorescencia específica e intensa en<br />

las células infectadas y no se observaba tinción de fondo en las células no infectadas, tal y<br />

como reportan otros autores (Dinter, 1989; Coba y Correa, 1993), las muestras con menor<br />

número de células infectadas requerían un tiempo de incubación mayor que se estableció en


1 hora, con lo que aumentó la sensibilidad de la técnica. El procedimiento de IFD quedó<br />

establecido finalmente como se muestra en la figura 1.<br />

Luego de estandarizado el procedimiento se observó una fluorescencia verde brillante en<br />

el citoplasma de las células infectadas, mientras que los núcleos no fluorescían (figura 2).<br />

En la figura 3 se observan células fluorescentes en una sección positiva de un corte por<br />

congelación de bazo de cerdo infectado por el virus de la PPC.<br />

Figura 1. Esquema del procedimiento de IFD.<br />

Figura 2. Células PK-15 fluorescentes infectadas por la cepa Alfort.<br />

Figura 3. Células fluorescentes en corte por congelación de bazo de cerdo infectado por<br />

el virus de la PPC.<br />

En la estandarización de las condiciones del ensayo de IPD, se determinó que en cuanto<br />

a:<br />

♦ El tratamiento previo de los cortes de tejidos con una solución de peróxido de<br />

hidrógeno, para consumir la actividad de peroxidasa endógena que puede estar<br />

presente en los tejidos animales, no mostró diferencias entre las muestras tratadas y<br />

no tratadas, por lo que no se incluyó en el procedimiento. La actividad de peroxidasa<br />

endógena aparece con preferencia en la secresión de las mucosas y en las células<br />

inflamatorias (Dinter, 1989) y provoca tinción no específica en ensayos de<br />

inmunoperoxidasa. En la detección de este virus a partir de cortes de muestras de<br />

órganos no se reportan inconvenientes por actividad de peroxidasa endógena<br />

(Terpstra, 1996) lo que coincide con estos resultados.<br />

♦ Los diferentes diluentes del conjugado. Al emplear OVA al 1 % en PBS se reducía<br />

considerablemente la tinción de las células con relación al empleo del PBS y el TBS.


Se determinó el uso del PBS como diluente del conjugado porque con el mismo se<br />

obtenía la coloración más fuerte en las células infectadas.<br />

♦ Las condiciones de temperatura y el tiempo de incubación del conjugado enzimático.<br />

La mejor tinción de las células infectadas con el fondo más bajo para las células no<br />

infectadas empleadas como control negativo se obtuvo al incubar las muestras con el<br />

conjugado durante 1 hora a 37ºC. Como ha sido reportado (Terpstra, 1996) para este<br />

virus.<br />

♦ Los cromógenos evaluados. El cromógeno AEC produjo la tinción más intensa en las<br />

células infectadas.<br />

El procedimiento de IPD quedó establecido finalmente como se resume en la figura 4.<br />

Los conjugados enzimáticos mostraron una tinción de color rojo en el citoplasma de las<br />

células de cultivo infectadas (figura 5).<br />

Los conjugados fluorescentes y enzimáticos no demostraron reactividad frente a las cepas<br />

virales heterólogas: encefalomiocarditis, enfermedad de Aujezky y <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong> africana y<br />

sí una débil reacción frente al virus de la diarrea viral bovina. El resultado, obtenido en el<br />

caso de este último virus, corresponde a lo reportado en la literatura con relación a la<br />

reacción cruzada que presentan los virus de la PPC y la BVD en este tipo de ensayos<br />

(Moennig y Plagemann, 1992).<br />

Figura 4. Ensayo de IPD sobre células PK-15 infectadas con la cepa Alfort del virus de la<br />

PPC.<br />

La especificidad analítica demostrada por estos conjugados los hace confiables en la<br />

detección de pestivirus, ya que no hay interferencias con los virus de cerdos más


frecuentes en nuestro medio, ni con el virus de la <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong> africana agente causal de<br />

esta grave enfermedad exótica, sobre la que se mantiene una constante vigilancia<br />

epizootiológica.<br />

Figura 5. Esquema del procedimiento de IPD.<br />

Los conjugados fluorescentes y enzimáticos mostraron una elevada sensibilidad analítica<br />

al ser capaces de detectar hasta 5,6 DICT50 del virus de la PPC, lo cual resulta más que<br />

satisfactorio para la identificación de las infecciones agudas en las que aparecen elevados<br />

niveles de virus en sangre y por tanto en otros tejidos (Liess, 1987).<br />

Los conjugados policlonales fluorescentes y enzimáticos para la detección de antígenos<br />

del virus de la PPC resultaron estables hasta los 12 meses de fabricados a –20ºC y hasta<br />

los 6 meses entre 4 y 8ºC.<br />

4.1.3. Evaluación de criterios sobre el desempeño de los ensayos: Las 10 muestras<br />

de amígdalas del experimento de infección (ver acápite 3.1.6.), consideradas como<br />

verdadero positivas, evaluadas por IFD y por un ensayo de ELISA comercial (Rhône-<br />

Mérieux, Francia) para la detección de virus resultaron positivas. Los resultados<br />

concordaron por ambos ensayos que además, demostraron ser capaces de detectar el<br />

virus vacunal y mostraron su presencia en el animal al menos hasta 24 días después de la<br />

vacunación. Por lo tanto, se propone que para el diagnóstico deben tomarse muestras de<br />

animales con más de 30 días de vacunados.<br />

La sensibilidad y especificidad diagnósticas relativas de los conjugados fluorescentes<br />

obtenidos frente al conjugado fluorescente de referencia (CISA-INIA/Valdeolmos, Madrid,<br />

España) fue de 100% en 10 muestras de cultivos de células PK15 infectadas con cepas y<br />

aislados del virus de la PPC y 5 de células de cultivo no infectadas, además de en 160<br />

cortes por congelación de órganos procedentes de 90 casos clínicos de PPC y en 60 de<br />

cerdos aparentemente sanos.


Los conjugados enzimáticos mostraron un 100% de sensibilidad y especificidad<br />

diagnósticas relativas frente al conjugado fluorescente de referencia en 7 muestras de<br />

cultivos de células PK15 infectadas con cepas y aislados del virus de la PPC y en 5 de<br />

células de cultivo no infectadas, además de 75 cortes por congelación de órganos<br />

procedentes de 25 casos clínicos de PPC y 24 cortes por congelación de órganos de<br />

cerdos aparentemente sanos.<br />

La IFD y la IPD comparten el mismo principio: la detección de antígenos en células<br />

infectadas por técnicas de inmunotinción. De ahí la concordancia en los resultados de<br />

sensibilidad y especificidad obtenidos.<br />

Los ensayos inmunohistoquímicos son ampliamente empleados en el diagnóstico (Dinter,<br />

1989) ya que combinan la sensibilidad de las técnicas histológicas con la especificidad de<br />

las técnicas inmunológicas.<br />

Los conjugados fluorescentes han permitido establecer el diagnóstico primario en 4 032<br />

muestras de cortes por congelación de órganos de cerdos y en más de 80 aislados virales<br />

en células en cultivo, al emplear la IFD para el diagnóstico primario de PPC durante la<br />

epizootia de esta enfermedad que nos afecta desde el año 1993. Estos conjugados han<br />

sido empleados además para titular cepas y aislados del virus de la PPC.<br />

La repetibilidad de ambos ensayos fue de 100% para todas las muestras evaluadas.<br />

Ambos ensayos demostraron ser rápidos, sencillos y fáciles de realizar tanto para la<br />

detección del virus de la PPC en muestras de órganos de animales afectados como para<br />

revelar la presencia de antígenos virales en células de cultivo infectadas.<br />

Estos procedimientos inmunohistoquímicos, brindan la posibilidad de realizar un<br />

diagnóstico primario, económico, sencillo, rápido, sensible y específico a partir de<br />

muestras de órganos in situ y permiten identificar con rapidez los virus crecidos en<br />

cultivos celulares, lo que es imprescindible por tratarse de virus no citopatogénicos. Sin


embargo, no son útiles para el diagnóstico en animales vivos, requisito indispensable para<br />

la detección de cerdos persistentemente infectados, que constituyen el principal reservorio<br />

del virus (Van Oirschot, 1988), ni para la detección de infecciones de PPC crónicas ya que<br />

son interferidos por los anticuerpos específicos contra el virus presentes en estos casos<br />

(Liu y col., 1991).<br />

4.2. Aislamiento viral.<br />

En la estandarización de las condiciones del ensayo de aislamiento viral, se determinó que<br />

en cuanto a:<br />

♦ Los métodos para la homogenización de las muestras de órganos. El homogenizador<br />

eléctrico producía la mejor disgregación de las células del tejido, sin embargo,<br />

presentaba el inconveniente práctico de que a pesar de la desinfección de la barra<br />

realizada entre muestra y muestra, las mismas podían ser contaminadas unas con<br />

otras, por lo que se decidió emplear el homogenizador de vidrio, con el cual se obtenía<br />

una buena homogenización del tejido y era posible disponer de un homogenizador<br />

estéril para cada muestra.<br />

♦ Los métodos para evitar la contaminación de los cultivos celulares. La filtración mostró<br />

ser el único procedimiento capaz de asegurar la esterilidad en todas las muestras<br />

evaluadas. El tratamiento con antibióticos se reporta como suficiente para asegurar la<br />

esterilidad de los cultivos (Terpstra, 1996), sin embargo, se demostró que en nuestro<br />

medio con elevadas condiciones de temperatura y humedad, es indispensable filtrar las<br />

muestras.<br />

♦ Los procedimientos para facilitar el revelado de la multiplicación viral. La preparación y<br />

el empleo de los antígenos laminares, para la identificación del virus por métodos<br />

inmunohistoquímicos, resultó ser menos laboriosa y de más fácil ejecución que la<br />

manipulación de los cubreobjetos, que fue engorrosa y consumió mucho tiempo.


♦ El tiempo de incubación de las células de cultivo una vez inoculadas, en que se obtenía<br />

con mayor consistencia una fluorescencia específica e intensa de las células<br />

infectadas era de 48 horas. Esto coincide con lo reportado por Terpstra, 1996 que<br />

indica que, las muestras deben ser procesadas entre 24 y 72 horas después de haber<br />

sido inoculadas.<br />

El virus aislado se detectó a través de ensayos inmunohistoquímicos de<br />

inmunofluorescencia e inmunoperoxidasa directas y de transcripción reversa acoplada a la<br />

reacción en cadena de la polimerasa.<br />

Las condiciones finales establecidas para el aislamiento viral se muestran en la figura 6.<br />

De las 100 muestras procesadas para aislamiento viral se obtuvieron 39 aislados,<br />

identificados como pestivirus por IFD e IPD; 35 fueron evaluados, para el diagnóstico<br />

diferencial con pestivirus, con un panel de anticuerpos monoclonales (CVL- Weybridge,<br />

UK) y fueron identificados como virus de la PPC. La RT- PCR fue útil para identificar los<br />

aislamientos a partir de sobrenadantes de cultivo y esto se confirmó en los 13 aislados<br />

evaluados, previamente identificados por anticuerpos monoclonales.<br />

Figura 6. Esquema del aislamiento viral en cultivos celulares.<br />

4.3. Transcripción reversa acoplada a la reacción en cadena de la polimerasa.<br />

4.3.1. Obtención de ARN: Dentro de la estandarización de las condiciones del ensayo<br />

de RT-PCR, el procedimiento de extracción del ARN constituye un paso muy<br />

importante (Vilçek y col., 1994), sobre todo, cuando se parte de muestras clínicas, por<br />

la elevada actividad de ribonucleasas endógenas y la concentración variable del virus.


La relativa pureza e integridad del ARN aislado son críticas para su uso efectivo como<br />

molde en este tipo de ensayo.<br />

El tratamiento con proteinasa K en presencia de detergente previo al aislamiento del ARN<br />

demostró ser crítico, sobre todo, cuando se trabaja con muestras clínicas, en las cuales<br />

se requiere una efectiva desnaturalización de los complejos de nucleoproteínas unido a la<br />

inactivación de la actividad de ribonucleasas endógenas que se liberan con la disrupción<br />

de los tejidos y las células.<br />

La figura 6 muestra el fragmento de 174 pb obtenido por amplificación en RT-PCR a partir<br />

del ARN aislado de las diferentes diluciones del virus de título conocido, por ambos<br />

métodos de extracción de ARN evaluados. Al emplear como molde de la reacción el ARN<br />

extraído a partir de una suspensión de la cepa Alfort, diluida en extracto de bazo no<br />

infectado, la dilución mayor que resultó en una amplificación positiva correspondió a 2<br />

DICT50 por el primer método descrito, mientras que, por el segundo método fue de 20<br />

DICT50.<br />

En un intento por mejorar la sensibilidad del ensayo a partir de muestras clínicas, mientras<br />

se asegura un protocolo rápido y fácil, se empleó un juego comercial para el aislamiento<br />

de ARN (TriPureIsolation Reagent, Boehringer Mannheim). Sin embargo, la sensibilidad<br />

del ensayo no aumentó al emplear este procedimiento basado en el método desarrollado<br />

por Chomczynski y Sacchi, (1987).<br />

A partir de estos resultados, se adoptó como método de extracción de ARN el primer<br />

método descrito, que consta de un solo paso de extracción con fenol-cloroformo y<br />

posterior precipitación en etanol. La mayor sensibilidad analítica obtenida por este<br />

procedimiento puede estar relacionada con el hecho de que en el mismo se emplea un<br />

tampón de pH ácido para saturar el fenol, lo que permite que a partir de muestras con<br />

pequeñas cantidades de ARN y altos niveles de ARNsas endógenas haya pérdidas<br />

mínimas de ARN (Sambrook y col., 1989), por otra parte, la sencillez del procedimiento


con un solo paso de extracción reduce la pérdida de ARN que se incrementa con el<br />

número de pasos involucrados en el protocolo de purificación.<br />

El procedimiento, que tiene la ventaja de que se realiza en un solo tubo de reacción, es<br />

fácil de realizar con pequeñas cantidades de muestras clínicas o cultivos celulares y<br />

permite procesar múltiples muestras. El empleo de un simple paso de extracción<br />

fenol/cloroformo, resulta más económico, simplifica el procedimiento, posibilita brindar un<br />

diagnóstico más rápido y expone menos al personal del laboratorio a estas sustancias<br />

tóxicas, al eliminar la necesidad de realizar pasos de extracción selectiva en solventes<br />

orgánicos (Chomczynski y Sacchi, 1987) que alargan el proceso.<br />

4.3.2. Cebadores: La aplicación del programa Hint PCR en la búsqueda de las regiones<br />

conservadas del genoma del virus de la PPC, que además, divergieran del genoma del<br />

BVDV, permitió identificar varios pares de cebadores, de ellos, sobre la base de la<br />

eficiencia de amplificación empleando un programa de amplificación general, se<br />

seleccionaron dos oligonucleotidos: PPC1/PPC2, de los que se predijo que amplificaban<br />

un fragmento de ADN de 174 pb dentro del gen correspondiente a la proteína noestructural<br />

NS5B. Los datos acerca de la pareja de cebadores diseñada se muestran en<br />

la Tabla 2.<br />

Tabla 2. Cebadores genotipo-específico usados para la amplificación por<br />

RT-PCR del ARN del virus de la PPC.<br />

Cebador Secuencia<br />

PPC1<br />

Sentido<br />

(5'-3')<br />

CCTGAGGACCAAACACATGTTG<br />

Posición<br />

Genoma a<br />

10.230-10.251<br />

Talla<br />

producto<br />

(pb)<br />

174


PPC2<br />

Antisentido<br />

TGGTGGAAGTTGGTTGTGTCTG 10.403-10.382<br />

a La numeración de los nucleotidos corresponde a la secuencia de la cepa Alfort del virus<br />

de la PPC (Meyers y col., 1989).<br />

Estos cebadores fueron seleccionados solo sobre la base de la homología de secuencia<br />

de ácidos nucleicos a lo largo de todo el genoma viral sin tomar en cuenta las regiones<br />

codificantes de proteínas, a diferencia de otros autores que han centrado la búsqueda<br />

de cebadores capaces de establecer una detección diferencial de pestivirus en regiones<br />

codificantes de proteínas descritas como de baja homología entre las cepas del virus de<br />

la PPC y el BVDV (Katz y col., 1993), con lo cual se reducen las posibilidades de<br />

encontrar parejas de cebadores eficientes solo a estas regiones. La pareja de<br />

cebadores para la detección general de pestivirus está reportada y extensivamente<br />

evaluada por Wirz, B. y col. (1993) y corresponde a la región 5' no codificante del<br />

genoma viral, la cual es altamente conservada entre las cepas virales.<br />

4.3.3. Desarrollo y Estandarización: Como parte de la estandarización del ensayo de<br />

RT-PCR, se establecieron las condiciones del programa de amplificación general,<br />

previamente empleado, que requirió ser optimizado para que los fragmentos de<br />

amplificación pudieran ser consistentemente visualizados con ambas parejas de<br />

cebadores. El parámetro más importante de la reacción demostró ser la temperatura de<br />

alineamiento, que se seleccionó finalmente a 58°C, la cual está 8ºC y entre 6 y 4ºC por<br />

debajo de las temperaturas de fusión de las parejas de cebadores PPC1/PPC2 y<br />

PEST1/PEST2, respectivamente. Las condiciones del ensayo fueron optimizadas,<br />

resultando en un programa con 35 ciclos de amplificación, idéntico para ambas parejas de<br />

cebadores, lo que está relacionado con la similitud en las temperaturas de fusión, 66ºC<br />

para PPC 1-2, 64ºC para PEST1 y 62ºC para PEST2, y con el hecho de que las<br />

longitudes de los productos amplificados en ambos casos no difieren demasiado, 174 pb y<br />

74 pb para PPC1/PPC2 y PEST1/PEST2 respectivamente. El ensayo se realiza en


presencia de inhibidores de ARNsas (HPRI) y todos los procedimientos son realizados en<br />

hielo, lo que disminuye significativamente la velocidad de degradación del ARN.<br />

Una vez optimizados los parámetros de amplificación se obtuvieron resultados<br />

consistentes, con claras bandas visualizadas en geles de agarosa teñidos con bromuro de<br />

etidio. Se confirmó la especificidad del fragmento de amplificación obtenido a partir de<br />

ARN de las cepas Alfort y Ames por secuenciación de nucleotidos. En ambos casos, las<br />

secuencias obtenidas correspondieron a aquellas del fragmento amplificado.<br />

El ensayo consta de dos pasos, la generación de un ADNc a partir del ARN viral y la<br />

posterior amplificación de este ADNc con Taq-polimerasa. Las dos reacciones son<br />

combinadas en el mismo tubo de reacción, lo cual reduce significativamente el tiempo del<br />

ensayo, disminuye los riesgos de contaminación y facilita el manejo de un mayor número<br />

de muestras.<br />

Al evaluar la sensibilidad analítica (ver acápite 3.1.7) se alcanzaron amplificaciones<br />

positivas, cuando se utilizaron como material de partida diluciones de sobrenadantes de<br />

células infectadas, correspondientes a 0,4 DICT50 o menores. Para estimar la sensibilidad<br />

analítica del ensayo a partir de extractos de órganos, se exploró la capacidad del<br />

procedimiento para amplificar ARN extraído de diluciones seriadas de la cepa Alfort en<br />

extracto de bazo negativo. La mayor dilución que resultó en una amplificación positiva del<br />

ARN viral correspondió a 2 DICT50. Estos resultados fueron idénticos para ambas parejas<br />

de cebadores.<br />

La sensibilidad en la detección del virus resultó elevada y adecuada para el diagnóstico ya<br />

que detectó la presencia del virus en muestras de órganos. Por otra parte el nivel de<br />

detección resultó el mismo para ambas parejas de cebadores, lo que puede estar<br />

relacionado con el hecho de que la longitud del producto de amplificación es pequeña en<br />

ambos casos, lo cual está a favor de una mayor sensibilidad en la detección (Innis y<br />

Gelfand, 1990)


La sensibilidad analítica obtenida al emplear el protocolo de RT-PCR descrito parece ser<br />

mayor que la reportada previamente (Wirz y col., 1993). Es de esperar que, el<br />

procedimiento de extracción con fenol resultara en una exposición de las moléculas molde<br />

más efectiva que la obtenida con el tratamiento por calor usado por Wirz y col., (1993). La<br />

sensibilidad analítica del ensayo resultó mayor con el virus propagado in vitro que con el<br />

ARN molde obtenido a partir de muestras de tejidos porcinos, la cual es una muestra más<br />

contaminada y con mayor actividad de ribonucleasas endógenas.<br />

La especificidad analítica (ver acápite 3.1.7) se estableció en sobrenadantes de cultivos<br />

celulares infectados. La figura 7 muestra el fragmento de 74 pb obtenido con la pareja de<br />

cebadores generales PEST1/PEST2, a partir de sobrenadantes de cultivos celulares<br />

infectados con 7 cepas de referencia de pestivirus y utilizando como control negativo<br />

sobrenadantes de células no infectadas. En la figura 8 se muestra el fragmento de 174<br />

pb obtenido de la amplificación de tres cepas de referencia de PPC, con la pareja de<br />

cebadores específica PPC1/PPC2, mientras que no se observaron productos de ADN en<br />

los carriles correspondientes a tres cepas de referencia de BVDV y a sobrenadante de<br />

células no-infectadas.<br />

La especificidad analítica (ver acápite 3.1.7) de la amplificación fue, posteriormente,<br />

analizada utilizando ARN extraído de 19 aislados de PPC (16 aislados de Cuba y 3 de<br />

España). Se observó amplificación positiva de una banda de ADN de la talla esperada,<br />

con todas las cepas/aislados de PPC evaluados (tabla 3). Además, no se observó<br />

amplificación con el ARN de 4 cepas de referencia y vacunales de BVDV y 7 aislados de<br />

campo de este virus (tabla 3). En todos los casos, la presencia de ARN en las muestras de<br />

BVDV fue confirmada, ya que fueron eficientemente amplificados con los cebadores<br />

PEST1 y PEST2 (Wirz y col., 1993). Estos resultados confirmaron la especificidad analítica<br />

de la amplificación por RT-PCR, basada en el uso de los cebadores PPC1/PPC2.


Tabla 3. Amplificación por RT-PCR de ARN del virus de la PPC, usando los cebadores<br />

PPC1 y PPC2, en sobrenadantes de células de cultivo infectadas.<br />

Virus Cepa o Aislado a Amplificación b<br />

PPC ALFORT +<br />

PAV-250 +<br />

AMES +<br />

MARGARITA +<br />

“C” +<br />

157/93 +<br />

198/93 +<br />

34/96 +<br />

38/96 +<br />

41/96 +<br />

95/96 +<br />

146/96 +<br />

167/96 +<br />

253/96 +<br />

14/97 +<br />

15/97 +<br />

Es1/97 c +<br />

Es2/97 c +<br />

Es3/97 c +<br />

BVDV NADL -<br />

OREGON -<br />

SINGER -<br />

MUCOSIFFA -<br />

VC/96 -


Virus Cepa o Aislado a Amplificación b<br />

GR1/96 -<br />

GR2/96 -<br />

GR3/96 -<br />

GR4/98 -<br />

GR5/97 -<br />

GR6/97 -<br />

a<br />

Los diferentes virus analizados son indicados como sigue: Cepas de referencia y<br />

vacunales, en negritas.<br />

b<br />

La detección de un fragmento de ADN de la talla esperada, 174 pb, por análisis de los<br />

productos de reacción del RT-PCR en geles de agarosa, fue considerada como<br />

amplificación positiva.<br />

c<br />

Virus aislados en España en 1997.<br />

4.3.4. Evaluación de criterios sobre el desempeño del ensayo: En la tabla 4 son<br />

comparadas las amplificaciones obtenidas por RT-PCR y los resultados de IFD<br />

correspondientes, en muestras de órganos. Se alcanzaron amplificaciones positivas de<br />

RT-PCR en todas excepto una de las 25 muestras de campo analizadas, mientras que,<br />

la detección directa del virus de la PPC en órganos por IFD fue positiva solo en 22 de<br />

las muestras evaluadas. La presencia del virus en las 2 muestras que fueron positivas<br />

por RT-PCR (32/97 y 33/97) fue confirmada como positiva por aislamiento en células<br />

PK-15, mientras que la muestra negativa por RT-PCR se mantuvo negativa por<br />

aislamiento en cultivos celulares. Además, para confirmar la especificidad de este<br />

ensayo, no se observó amplificación en muestras de animales no-infectados. Del<br />

análisis de estos resultados el ensayo de RT-PCR muestra una especificidad<br />

diagnóstica relativa del 100 %, mientras que demostró mayor sensibilidad diagnóstica<br />

relativa que la IFD en cortes por congelación de órganos.<br />

Se compararon los resultados obtenidos por el ensayo de RT-PCR y por un ensayo de<br />

ELISA (Rhône-Mérieux, Francia) para la detección de antígeno del virus de la PPC en<br />

muestras de suero y buffy coat de cerdos vacunados (tabla 5) (ver acápite 3.1.6). Del


total de muestras dos resultaron positivas y dos negativas por ambos ensayos. Otras<br />

dos muestras fueron detectadas como dudosas (buffy coat 65 y 69) por el ELISA debido<br />

a que, probablemente, luego de transcurridos 21 días de la vacunación la concentración<br />

del antígeno viral detectado comienza a disminuir y cae en la zona gris del ensayo. Sin<br />

embargo, el RT-PCR fue capaz de determinar que una de estas muestras (65) era<br />

positiva y la otra (69) negativa.


Tabla 4. Amplificación por RT-PCR de ARN del virus de la PPC en muestras de<br />

órganos de cerdos infectados naturalmente.<br />

Código Organo RT-PCR amplificación IFD<br />

INFECTADOS<br />

253/96 Bazo + +<br />

169/96 Ganglio + +<br />

121/95 Bazo + +<br />

168/96 Ganglio + +<br />

164/96 Amígdala + +<br />

165/96 Bazo + +<br />

192/96 Bazo + +<br />

163/96 Bazo + +<br />

110/96 Bazo + +<br />

141/96 Bazo + +<br />

185/96 Bazo + +<br />

199/96 Amígdala + +<br />

125/95 Amígdala + +<br />

275/96 Bazo + +<br />

281/96 Bazo + +<br />

14/97 Bazo + +<br />

85 Bazo + +<br />

88 Bazo + +<br />

1-67 Bazo + +<br />

2-62 Bazo + +<br />

25-2/97 Bazo + +<br />

25-M/97 Bazo + +


32/97 Bazo + + a<br />

33/97 Bazo + + a<br />

34/97 Bazo - -<br />

NO-INFECTADOS<br />

68/96 Bazo - -<br />

77/96 Bazo - -<br />

78/96 Amígdala - -<br />

26/96 Amígdala - -<br />

106/96 Bazo - -<br />

35/96 Bazo - -<br />

34/97 Bazo - -<br />

a Estas muestras fueron negativas por IFD, cuando se evaluaron directamente en<br />

cortes de órganos, sin embargo resultaron positivas por IFD después de un pase en<br />

células PK-15.<br />

Tabla 5. Amplificación por RT-PCR de ARN del virus de la PPC en muestras de suero y<br />

buffy coat de cerdos de un experimento de infección<br />

Muestra RT-PCR<br />

ELISA<br />

(Rhône-<br />

Mérieux)<br />

Suero 11 (0 DPV*) - ND**<br />

Suero 39 (0 DPV) - ND<br />

Suero 92 (0 DPV) - ND<br />

Suero 97 (0 DPV) - ND


* Días post-vacunación<br />

** No determinado<br />

Suero 58 (4 DPV) + +<br />

Suero 69 (4 DPV) + +<br />

Suero 11 (7 DPV) + ND<br />

Suero 39 (7 DPV) + ND<br />

Suero 92 (7 DPV) + ND<br />

Suero 97 (7 DPV) + ND<br />

Buffy<br />

DPV)<br />

coat 65 (21<br />

Buffy<br />

DPV)<br />

coat 69 (21<br />

Buffy<br />

DPV)<br />

coat 93 (30<br />

Buffy<br />

DPV)<br />

coat 94 (30<br />

+ Dudoso<br />

- Dudoso<br />

- -<br />

- -<br />

Aunque el número de muestras evaluadas es pequeño la concordancia de los<br />

resultados preliminares obtenidos por ambos ensayos nos habla a favor de la<br />

sensibilidad y especificidad del RT-PCR al emplear muestras obtenidas de animales<br />

vivos e incluso el RT-PCR se mostró capaz de discernir entre muestras que resultan<br />

dudosas por ELISA. Ambos ensayos demostraron ser capaces de detectar el virus<br />

vacunal. Estos resultados coinciden con los de Vanderhallen y Koenen, (1987), que al<br />

comparar varios métodos para la detección del virus de la PPC encontraron más


sensible y específico el ensayo de RT-PCR con relación al ELISA para la detección de<br />

antígeno.<br />

Los ensayos de RT-PCR para el diagnóstico de pestivirus en cerdos han estado<br />

orientados a la detección de estos virus en sobrenadantes de cultivos celulares y<br />

muestras de órganos fundamentalmente (Liu y col., 1991; Katz y col., 1993; Wirz y col.,<br />

1993; Sullivan y Akkina, 1995). Otros autores como, Vilçek y col., (1994), exponen la<br />

necesidad de desarrollar en el futuro métodos para la detección de pestivirus en fluidos<br />

biológicos. Dentro de estos se debe destacar la utilidad del suero como muestra clínica<br />

por su facilidad de obtención, transporte y conservación, lo que permite muestreos<br />

eficientes a mayor escala.<br />

Los reportes de este tipo de ensayos realizados a partir de muestras clínicas tales como<br />

suero, buffy coat o semen son escasos (Harding y col., 1994; Horner y col., 1995) y han<br />

sido evaluados con un número limitado de muestras.<br />

El protocolo de RT-PCR descrito mostró resultados satisfactorios en la detección de virus<br />

en muestras de sueros y buffy coats y debe ser validada su aplicación en el diagnóstico de<br />

la enfermedad en animales vivos, lo que constituye un problema no resuelto en las<br />

investigaciones que se realizan en el ámbito internacional en este campo.<br />

La repetibilidad del ensayo resultó del 100% para las muestras evaluadas.<br />

Este ensayo de RT-PCR puede ser un valioso instrumento para el diagnóstico de<br />

pestivirus en animales con infecciones crónicas, en los cuales los anticuerpos específicos<br />

al virus, pueden interferir en la detección viral al emplear los ensayos inmunohistoquímicos<br />

convencionales (Liu y col., 1991).<br />

4.4. Ensayo de neutralización de la peroxidasa.


4.4.1. Desarrollo y Estandarización: Como resultado de la estandarización del ensayo se<br />

establecieron las siguientes modificaciones: sustitución del sistema de revelado indirecto -<br />

suero detector / Proteína A - Peroxidasa (Sigma) - por el conjugado específico de la<br />

inmunoperoxidasa directa (<strong>CENSA</strong>/C-kure) para acortar el ensayo una hora; conjugado<br />

anti-IgG de cerdo / Peroxidasa (censa/ C-kure) en lugar de Proteína A – Peroxidasa<br />

(Sigma); dilución de las muestras de suero 1:10, pues de lo contrario se escapan sueros<br />

que son débiles positivos; las células PK- 15 pueden ser en monocapa o recién<br />

sembradas en concentración de 5X 10 5 células / mL, de esta última forma se acorta el<br />

ensayo 24-48 horas.<br />

Las condiciones finales establecidas para la realización del ensayo se resumen en la<br />

figura 11<br />

Se observó una coloración rojiza en el citoplasma de las células infectadas, en las cuales<br />

no fue neutralizada por el suero la multiplicación viral, mientras que el suero con<br />

anticuerpos neutralizó la infección por el virus y en los pocillos correspondientes no se<br />

observa esta coloración (figura 12).<br />

En la evaluación de la especificidad analítica, se comprobó según lo descrito para este<br />

ensayo (Terpstra, 1996) que el mismo es capaz de discriminar entre anticuerpos al virus<br />

de la PPC y al BVDV, ya que 60 sueros de bovino reactores por seroneutralización a dos<br />

cepas del BVDV (NADL y Oregon) resultaron negativos por NPLA al virus de la PPC.<br />

4.4.2. Evaluación de criterios sobre el desempeño del ensayo: El ensayo de NPLA<br />

detectó los 70 sueros correspondientes a cerdos experimentalmente infectados (ver<br />

acápite 3.1.6) como positivos y los 20 sueros de estos cerdos antes de infectar como<br />

negativos para un 100 % de especificidad y sensibillidad diagnóstica. El ensayo de ELISA<br />

para determinación de anticuerpos (Rhône-Mérieux, Francia) concordó en un 100 % con


el NPLA, al evaluar estos sueros para un 100 % de sensibilidad y especificidad<br />

diagnósticas relativas del NPLA frente a este ELISA.<br />

Al emplear ambos ensayos en la evaluación de estos sueros, se observó una tendencia a<br />

aumentar los títulos del NPLA y los índices de inhibición del ELISA en el tiempo (figura?).<br />

Sin embargo, al tratar de correlacionar estos ensayos se obtuvo un gráfico de dispersión<br />

(figura ¿) de los valores obtenidos por ambos procedimientos, a partir de los mismos<br />

sueros (ver acápite 3.4.5), donde puede observarse que existe una gran dispersión de los<br />

datos, ya que para un mismo título de NPLA se mueven en un amplio rango los índices de<br />

inhibición del ELISA.<br />

El coeficiente de correlación lineal calculado, fue de solo 0,51, lo que confirmó la baja<br />

correlación que existe entre ambos ensayos.<br />

Estos resultados confirman la utilidad del NPLA, que permite a diferencia del ELISA<br />

conocer los títulos de anticuerpos y específicamente de los neutralizantes, que son los<br />

relevantes cuando se evalúa la protección conferida por la vacunación frente al virus, esto<br />

debe tenerse en cuenta en las evaluaciones que requieran conocer no solo la presencia<br />

sino además estimar la cantidad y calidad de los anticuerpos.<br />

Por otra parte los resultados obtenidos por el ensayo NPLA concordaron con los del juego<br />

CEDITEST-CTB/ELISA en un 100 %, al obtener por ambos procedimientos 8 sueros<br />

positivos y 23 negativos.<br />

Sin embargo, con el juego CIVTEST HC/PPC se obtuvo una concordancia de 89 % ya<br />

que resultaron 191 sueros positivos y 19 negativos por ambas pruebas, pero el NPLA<br />

detectó anticuerpos en 15 sueros que resultaron negativos por el ELISA CIVTEST<br />

HC/PPC, por lo que podemos decir que el ensayo de NPLA resultó más sensible que el<br />

juego de HIPRA teniendo en consideración los resultados obtenidos frente a otros juegos<br />

comerciales.


Se determinó que la repetibilidad del ensayo fue del 100%.<br />

4.5. Diagnóstico.<br />

Los resultados de esta tesis constituyen en sí una metodología valiosa que propone un<br />

algoritmo para el diagnóstico de la <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong> clásica (Figura 18) y establece que,<br />

ante una sospecha de la enfermedad, debe procederse del modo que sigue:<br />

1. La muestra que se ha de enviar al laboratorio debe provenir de animales sin vacunar o<br />

de más de treinta días de vacunados.<br />

2. Debe descartarse que se trate de <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong> africana (PPA), cuyo cuadro clínico y<br />

lesional resulta indistinguible de PPC (Terpstra, 1996).<br />

3. En caso de que el resultado sea negativo a PPA, se debe realizar el ensayo de<br />

inmunofluorescencia directa (IFD) en cortes por congelación de muestras de órganos<br />

para la detección de antígenos de pestivirus in situ.<br />

4. Si el resultado es positivo frente a pestivirus y se requiere un diagnóstico diferencial,<br />

debe realizarse a través del ensayo de RT-PCR.<br />

5. En caso de ser negativo, debe realizarse también el ensayo de RT-PCR.<br />

6. Si se mantiene el resultado negativo, se debe intentar el aislamiento del virus en<br />

cultivos celulares para su detección por IFD.<br />

7. Si se obtiene el aislamiento del virus y es necesario el diagnóstico diferencial de<br />

pestivirus, se debe realizar a través del RT-PCR.<br />

8. Se requieren tres pases por cultivos celulares para informar un resultado negativo.<br />

4.6. Caracterización genómica de aislados y análisis filogenético.


Los cebadores de la región E2 detectaron todas las cepas y aislados evaluados,<br />

obteniéndose claras bandas de amplificación visualizadas en geles de agarosa con<br />

bromuro de etidio.<br />

El alineamiento de las secuencias nucleotídicas de los fragmentos de 230 pb se muestra<br />

en figura 12. Como se observa, existen regiones del genoma altamente conservadas entre<br />

las cepas evaluadas y otras muestran mayor variación. Los aislados 157/93, 198/93,<br />

Soroa/93, AJT/93 y Camacho/93 por una parte; 34/96 y 38/96 por otra; así como 14/97 y<br />

15/97 resultaron idénticos entre sí en la región evaluada. Se debe señalar que, la<br />

secuencia de la cepa Margarita fue obtenida de sobrenadante de células PK15 infectadas<br />

y directamente a partir de ARN extraído de la semilla del virus liofilizado y en ambos casos<br />

se obtuvieron resultados idénticos.<br />

El árbol filogenético construido con los datos de secuencias obtenidos en este trabajo y los<br />

reportados en la literatura, correspondientes a cepas representativas de diferentes<br />

subgrupos, se presentan en la figura 13<br />

Los aislados cubanos secuenciados se localizaron en el grupo 1 subgrupo 1.2 y resultaron<br />

estar muy próximos. Las mayores distancias se observan entre cuatro aislados de la zona<br />

oriental del país y el resto correspondientes a la región occidental (figura 13).<br />

Algunos aislados produjeron secuencias idénticas en la zona secuenciada y en todos los<br />

casos se trata de virus cercanos, tanto en su fecha de aislamiento como geográficamente,<br />

lo que sugiere que podría tratarse de las mismas variantes virales.<br />

La cepa vacunal “C” empleada en nuestro país para la vacunación está dentro del mismo<br />

subgrupo filogenético de estos aislados (figura 13), al igual que la cepa vacunal PAV-250.<br />

Las variaciones en la secuencias entre aislados, en su mayoría, no afectaron los residuos<br />

de aminoácidos codificados porque afectan la base que se encuentra en la tercera


posición del codón, excepto en el caso de la cepa vacunal ¨C¨ que presenta una<br />

sustitución de aspártico por glutámico, de aspártico por asparagina y de treonina por<br />

metionina con relación a los aislados y un cambio de serina en la cepa Margarita, y los<br />

aislados 14/97 y 15/97 por leucina en el resto (figura 14).<br />

Se ha estimado la razón de evolución de este virus a partir de la variabilidad de<br />

secuencias nucleotídicas, comparando virus de una fuente común pero con diferentes<br />

fechas de aislamiento. Para ello, se consideraron aislados de un área geográfica<br />

específica (Italia central) en un período de 6 años y los valores estimados fueron desde<br />

cero - en algunos casos se observa esta remarcada estabilidad como en virus polacos<br />

(1991-1993), belgas (1990-1994) y austríacos (1990-1992) - hasta 2.7 x 10 -3 sustituciones<br />

por base por año en la región E2. Un valor similar fue obtenido cuando se calculó el<br />

promedio de la razón de evolución de todas las probables relaciones progenitor/progenie<br />

(3.3 x 10 -3 ) del árbol E2 (Lowings, 1996).<br />

En los aislados cubanos secuenciados, correspondientes a un periodo de 3-4 años, el<br />

índice evolutivo, calculado de la variabilidad de la región E2, es de 1,4 x 10 -3 sustituciones<br />

por base por año (figura 15), dentro de los aislados de la región occidental y de<br />

4,3 x 10 -3 y 5,4 x 10 -3 sustituciones por base por año (figura 15) de los aislados de la<br />

región oriental con relación a los virus aislados al inicio del brote, en el año 1993 y<br />

provenientes del occidente del país. Los datos obtenidos a partir de los aislados de la<br />

región occidental, muestran una elevada estabilidad del virus de la PPC en nuestras<br />

condiciones. Entre los aislados del año 1993, correspondientes a occidente y los de la<br />

zona oriental, de los años 1996 y 1997, el índice evolutivo está entre 4,3 x 10 -3 y 5 x 10 -3<br />

(figura 15), que son valores superiores a los reportados internacionalmente y a los<br />

obtenidos en la región occidental, lo que sugiere que se trata de clusters diferentes del<br />

virus, tal y como se observa en el árbol filogenético (figura 13) establecido.<br />

5. DISCUSION GENERAL


Las bases del programa de lucha llevado a cabo en numerosos países para el control y/o<br />

erradicación de la <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong> clásica, se han conformado con la vacunación usada<br />

ampliamente durante muchos años, la estricta vigilancia epizootiológica, un adecuado<br />

soporte diagnóstico y medidas de saneamiento rigurosas.<br />

El diagnóstico de la PPC en nuestro país se limitaba a la detección de pestivirus por IFD<br />

en cortes por congelación de muestras de órganos, para lo cual se contaba con<br />

conjugados fluorescentes importados de la antigua URSS o de producción nacional, sin<br />

los debidos controles de calidad. Por otra parte, no se disponía de una metodología<br />

apropiada a nuestras condiciones para el aislamiento viral, no se contaba con un ensayo<br />

para el diagnóstico diferencial de pestivirus, no era posible detectar el virus en animales<br />

vivos, no existía ningún ensayo para detectar anticuerpos y no se poseían los medios y la<br />

metodología para realizar estudios filogenéticos del virus que explicaran el<br />

comportamiento epizootiológico del brote.<br />

El aislamiento viral en cultivos celulares combinado con técnicas inmunohistoquímicas es<br />

usado comúnmente, posee una elevada sensibilidad, provee un cultivo del agente causal y es<br />

generalmente aceptado como ensayo de referencia para la detección del virus de la PPC. Sin<br />

embargo, requiere la posterior identificación del aislado con anticuerpos monoclonales,<br />

facilidades de laboratorio de cultivo de tejidos, así como de contención para el trabajo con<br />

virus de la PPC virulentos, toma más tiempo de ejecución y es de mayor costo que los<br />

ensayos para la detección directa del virus.<br />

Los procedimientos inmunohistoquímicos desarrollados (IFD e IPD) están dirigidos a la<br />

detección primaria del virus, y se debe señalar que, aunque ambos resultaron rápidos,<br />

sencillos de realizar, sensibles y específicos, la IPD presenta ventajas sobre la IFD, como<br />

son, que no requiere microscopio de fluorescencia, exige menor entrenamiento en la<br />

lectura, los resultados se conservan de forma permanente y permite la detección directa<br />

de aislados en cultivos celulares en placas de microtítulo. Aunque la IPD ha sido evaluada<br />

con un número menor de muestras, constituye una alternativa valiosa frente a la IFD


tradicionalmente usada, sobre todo en laboratorios que no cuenten con microscopio de<br />

fluorescencia.<br />

Para el diagnóstico primario se ofertan comercialmente conjugados específicos,<br />

enzimático y fluorescente, con precios que van desde $0.31 hasta $0.85<br />

USD/determinación, mientras que el producido por nosotros es al menos dos veces más<br />

barato.<br />

La detección de antígenos virales mediante ensayos inmunohistoquímicos in situ puede<br />

ser interferida por la presencia de anticuerpos en animales con infecciones crónicas (Liu y<br />

col., 1991). Sin embargo, en infecciones agudas, debido al efecto inmunosupresor del<br />

virus (Pearson, 1992), la detección de este no debe ser interferida por la presencia de<br />

anticuerpos.<br />

El ensayo de RT-PCR no solo permite identificar los aislados de pestivirus en cultivos<br />

celulares en sustitución del empleo de anticuerpos monoclonales comercializados con este<br />

fin, sino que su aplicación para la detección diferencial del virus de la PPC en órganos de<br />

animales sacrificados, sin previo aislamiento viral y con elevadas sensibilidad y especificidad,<br />

permite la identificación temprana de los animales infectados, lo cual constituye un elemento<br />

clave en el control de un brote de <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong> clásica (Vanderhallen y Koenen, 1996).<br />

Por otra parte la detección de virus mediante RT-PCR, a diferencia de los ensayos<br />

inmunohistoquímicos, no es interferida por la presencia de anticuerpos en el animal.<br />

Debido a que en nuestro país la masa <strong>porcina</strong> está sometida a vacunación no es posible<br />

utilizar la detección de anticuerpos tal y como se realiza en otros países (Koenen y col., 1996;<br />

Saatkamp y col., 1996) para mantener una activa vigilancia epizootiológica dirigida a<br />

identificar animales con formas clínicas crónicas o atípicas de la enfermedad, las cuales son<br />

difíciles de detectar por el veterinario en el campo. Por otra parte, aun cuando se pudiera<br />

utilizar la detección de anticuerpos, esta no permitiría la identificación de los animales


persistentemente infectados con viremia congénita y sin anticuerpos al virus. De ahí que el<br />

ensayo de RT-PCR sea particularmente atractivo para detectar el virus en muestras clínicas<br />

de animales vivos, lo que no es posible con los métodos virológicos convencionales, y<br />

permitiría la identificación de estos animales que no son generalmente reconocidos y pueden<br />

desempeñar un papel importante en la diseminación del virus en el campo (Van Oirschot,<br />

1988).<br />

Debe ser objeto de valoración la aplicación del RT-PCR, previa validación de este ensayo,<br />

con un mayor número de muestras, en animales vivos en centros genéticos, pues esto<br />

contribuiría a la eliminación progresiva de los animales infectados con clínica atípica o sin<br />

clínica aparente que constituyen un importante reservorio del virus en el campo (Liess, 1987).<br />

Para la detección de antígenos se comercializan juegos del tipo ELISA, con precios<br />

variables, ya que están en dependencia del uso o no de anticuerpos monoclonales, y<br />

aunque, la PCR cuesta más cara, permite el diagnóstico diferencial de PPC, tanto en<br />

muestras de animales vivos como en órganos, no necesita del aislamiento viral y es una<br />

opción disponible en ausencia de juegos de ELISA comerciales no siempre de probada<br />

eficacia.<br />

En nuestro país, los ensayos de determinación de anticuerpos no pueden emplearse en la<br />

vigilancia epizootiológica al usarse la vacunación y ser los anticuerpos post-vacunales<br />

indistinguibles de los inducidos por virus salvaje. No obstante, el ensayo de neutralización de<br />

la peroxidasa constituye un valioso instrumento para evaluar el seroperfil de los cerditos hijos<br />

de madres vacunadas y así determinar la edad óptima de la primo vacunación, conocer el<br />

estado inmune de la masa a través de monitoreos de la respuesta humoral post-vacunal,<br />

optimizar el esquema de vacunación y, finalmente, seleccionar los animales necesarios para<br />

los controles de calidad de la vacuna.<br />

Para la detección de anticuerpos, los precios de los juegos comerciales oscilan desde<br />

$1.80 hasta $3.50 USD/determinación, mientras que nuestro procedimiento, el NPLA,<br />

resulta 9 veces más barato, permite titular los anticuerpos y solo detecta los


neutralizantes, que son los relevantes en la protección frente al virus, por lo que resulta<br />

muy útil en los estudios relacionados con la evaluación de vacunas.<br />

La metodología desarrollada, que sirve de base al algoritmo propuesto para el diagnóstico<br />

de PPC, permite en breve tiempo (48-72 horas) descartar <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong> africana y diarrea<br />

viral bovina, lo que reviste gran importancia en el control de la enfermedad y para evitar<br />

que un posible brote de <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong> africana no sea detectado rápidamente al<br />

confundirse en el campo con PPC.<br />

Actualmente, se conoce que para la prevención y control de las enfermedades infecciosas,<br />

es necesario contar, unido al diagnóstico, con información molecular de las entidades<br />

involucradas.<br />

Los nuevos enfoques moleculares posibilitan que los análisis epidemiológicos se<br />

sustenten en un mayor conocimiento del genoma de los patógenos. Estos nuevos<br />

conceptos basados en la posibilidad de secuenciar los ácidos nucleicos, así como en el<br />

estudio de regiones polimórficas de los diferentes aislados, permiten establecer cadenas<br />

filogenéticas entre éstos, para conocer la procedencia, las vías de diseminación y la<br />

evolución de los virus (Lowings y col, 1994, 1996).<br />

Las técnicas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y de secuenciación de ácidos<br />

núcleicos, en conjunto con análisis filogenéticos, han generado información<br />

epidemiológica a escala molecular sobre diversos virus como el de la inmunodeficiencia<br />

humana (Salminen y col, 1993), dengue (Rico-Hesse, 1990), influenza B (Rota y col.,<br />

1992) y fiebre aftosa (Beck y Strohmaier, 1987), entre otros. En Cuba solamente se han<br />

desarrollado estos estudios en VIH (Rolo y col., 1996) y en dengue (Guzmán y col., 1995)<br />

que han dado importantes aportes sobre la evolución de estos virus en nuestro medio.<br />

Para el estudio molecular de cepas y aislados del virus de la PPC se han empleado<br />

diversos procedimientos como análisis de patrones de enlazamiento de anticuerpos<br />

monoclonales (Edwards y Sands, 1990), de datos de restricción (Harding y col., 1994) y de


secuencias nucleotídicas (Lowings y col., 1994). Entre estos procedimientos, la mayor<br />

discriminación se reporta con los datos obtenidos del análisis de secuencias (Lowings y<br />

col., 1996).<br />

La selección de las áreas genómicas para secuenciar debe tener en cuenta que estén<br />

flanqueadas por zonas conservadas que permitan detectar todas las cepas estudiadas y<br />

contener regiones variables para identificar variantes del virus. En el caso de PPC, esto<br />

resulta difícil porque sólo se encuentran disponibles los datos de la secuencia genómica<br />

completa de dos cepas: Alfort (Meyers y col., 1989) y Brescia (Moorman y col., 1990). Por<br />

tanto, la selección de los cebadores es empírica y su calidad filogenética no puede ser<br />

predicha por análisis de computación, por lo que para garantizar la calidad del área<br />

seleccionada se debe estudiar un gran número de aislados.<br />

En la literatura se encuentran análisis de comparación de secuencias realizados en<br />

diferentes regiones del genoma viral como el gen putativo de la polimerasa (NS5B) en el<br />

extremo 3´, la región no codificante (NCR) del extremo 5´ y el de la glicoproteína más<br />

importante E2 (gp55). Un estudio de comparación de estas regiones reveló que de estas<br />

tres, la E2 produjo la mejor discriminación y fue capaz de distinguir entre muchos de los<br />

virus que resultaron idénticos por análisis de las otras dos regiones (Lowings y col., 1996).<br />

Por esto, seleccionamos cebadores empleados para amplificar una zona de 230 pb en el<br />

extremo 5´ de la glicoproteína E2, con los cuales se han estudiado 112 virus de todo el<br />

mundo (Lowings y col., 1996).<br />

Los análisis filogenéticos realizados en esta región y en otras regiones genómicas,<br />

(Lowings y col.,1996; Vilçek y col. 1996) muestran que las cepas y aislados de PPC se<br />

dividen en dos grandes grupos. El grupo l está representado por la cepa Brescia e incluye<br />

todos los virus anteriores a 1964, aislados más recientes de cepas no europeas (América<br />

y Asia), todas las cepas vacunales analizadas y en él se localizan los aislados de Cuba,<br />

de acuerdo a nuestros resultados; el ll está representado por la cepa Alfort e incluye los<br />

virus aislados después de 1970, la mayoría europeos y posteriores a 1985.


En este estudio hemos realizado la secuenciación directa del producto de RT-PCR,<br />

correspondiente a la región 5´ del gen E2 (gp55) de la cepa vacunal “C” lapinizada, la<br />

cepa Margarita empleada en el ensayo de desafío de la vacuna, la cepa vacunal PAV-250<br />

y trece aislados correspondientes a diferentes años y diferentes provincias del país, y<br />

hemos analizado esta información aplicando técnicas filogenéticas.<br />

El análisis comparativo de secuencias nucleotídicas de la región E2 del genoma viral ha revelado<br />

dos principales grupos filogenéticos del virus de la PPC (Lowings y col., 1994, 1996; Vilçek y col.,<br />

1996). Acerca de esto, se especula que los datos de secuencias están sesgados hacia Europa<br />

continental (Vilçek y col., 1996), pues solo se dispone de información limitada acerca de aislados<br />

de Suramérica y Asia, lo que no permite asegurar que en estas regiones no existan diferentes<br />

subgrupos virales. Sin embargo, nuestros resultados no distorsionaron la morfología del árbol<br />

filogenético y se agruparon dentro de uno de los subgrupos descritos.<br />

Los aislados del virus de la PPC analizados se agrupan filogenéticamente junto con los<br />

reportados en nuestra área geográfica, y los procedentes de los brotes actuales en la<br />

región occidental son muy similares al aislamiento más antiguo Margarita, lo que sugiere<br />

que el origen de la epizootia no está en una reintroducción de virus externa.<br />

El agrupamiento filogenético de las cepas (figura 15) no guarda relación con la variación<br />

de patogenicidad registrada para ellas (tabla 1), que van desde signos clínicos y lesiones<br />

compatibles con infecciones crónicas o atípicas a formas agudas de la enfermedad. Estos<br />

datos son consistentes con el hecho de que la región secuenciada no revela marcadores<br />

de virulencia (Lowings y col., 1996). No obstante, es necesario subrayar el hecho de que<br />

la virulencia no está solo basada en características intrínsecas de las cepas virales sino<br />

que involucra a factores del hospedero que no se han tenido suficientemente en cuenta<br />

hasta ahora (Depner y col., 1996).<br />

La cepa “C” empleada en la vacunación se encuentra en el mismo subgrupo que los virus<br />

aislados, lo que habla a favor de que confiera protección inmunológica frente a las cepas


circulantes, ya que, además, la región secuenciada se encuentra en el gen de la<br />

glicoproteína principal inductora de anticuerpos neutralizantes y, por lo tanto, involucrada<br />

en la protección.<br />

Las variaciones detectadas entre los virus en cuanto a secuencia nucleotídica no se<br />

traducen en diferencias importantes en la secuencia de aminoácidos deducida, lo que<br />

muestra una elevada conservación de la glicoproteína E2 en los virus circulantes. En todos<br />

los casos se conserva la cisteína del residuo 737 de la cepa Alfort, que está relacionada<br />

con la estructura secundaria de esta proteína y cuya sustitución impide el enlazamiento de<br />

anticuerpos monoclonales neutralizantes a los dominios antigénicos B y C de la<br />

glicoproteína E2, cuya región secuenciada codifica epitopes cruciales para la<br />

neutralización del virus mediada por anticuerpos (Van Rijn y col., 1994).<br />

Nuestros resultados abundan en el conocimiento del estimado de la tasa de mutaciones del<br />

virus de la PPC, de importancia para predecir cambios antigénicos. Este es difícil de<br />

establecer si se tiene en cuenta que, al comparar virus con fechas de aislamiento diferentes,<br />

hay que tener en cuenta que no existen sistemas completamente cerrados en el campo.<br />

Hasta ahora el mejor modelo que se ha empleado para este fin es el que corresponde a<br />

aislados de diferentes brotes de una región de Italia central en un período de seis años<br />

(Lowings y col., 1996).<br />

El modelo cubano es particularmente atractivo para estimar la tasa de mutaciones del virus,<br />

ya que los aislados están muy relacionados, lo que permite distinguirlos de nuevas<br />

reintroducciones, no está afectado por la presencia y el movimiento de jabalíes que<br />

constituyen importantes reservorios del virus en otros países, al tratarse de una isla está<br />

geográficamente aislada y no está sometida a un intercambio comercial importante de<br />

cerdos y sus productos.<br />

Los índices de evolución calculados para los aislados cubanos aportan nuevos datos al<br />

conocimiento acerca de la evolución de este virus, permiten detectar una introducción nueva<br />

y rastrear el origen, muestran que el virus es estable, brindan la información de que la cepa


vacunal en uso es capaz de inducir protección y permiten determinar si una cepa es<br />

adecuada para elaborar una vacuna.<br />

Es de resaltar que el conjunto de estos resultados aporta información de interés acerca del<br />

agrupamiento filogenético y la evolución de estos virus que contribuyen a su conocimiento<br />

internacional.<br />

El resurgimiento de esta enfermedad en Cuba a partir de 1993, después de casi 20 años<br />

de silencio epizoótico, generó múltiples interrogantes acerca del origen del brote, la<br />

posible reintroducción externa del virus y la efectividad de la vacuna, entre otras.<br />

En nuestro país, la enfermedad reapareció en el Occidente y se extendió paulatinamente a<br />

casi todas las provincias coincidiendo con condiciones asociadas al período especial, al<br />

producirse severas afectaciones en la alimentación de los animales, la protección<br />

contraepizoótica, la disponibilidad de la vacuna y su conservación en el campo, entre otras.<br />

Por otra parte, a pesar del programa de vacunación establecido para prevenir la enfermedad<br />

durante estos años y, aun cuando el total de la masa se encuentre debidamente vacunada es<br />

conocido que las vacunas virales impiden la aparición de signos clínicos, pero no<br />

necesariamente la replicación de los virus en el animal (Fenner y col., 1993). Esto supone un<br />

número de animales que podría estar infectado subclínicamente y diseminar el virus. La<br />

aparición inesperada de brotes de la enfermedad se ha explicado en algunos casos por la<br />

existencia de animales persistentemente infectados (Depner y col., 1996) y enfermos crónicos<br />

con signos atípicos que no son detectados (Westergaard, 1996) y constituyen un reservorio<br />

del virus.<br />

En este estudio se observa que los virus de la región occidental son muy similares a la<br />

cepa de desafío de la vacuna, por lo que no se puede descartar la posibilidad de que el<br />

origen de la epizootia esté relacionado con una reintroducción de esta cepa.


Los aislados secuenciados de la región oriental, si bien están relacionados con los de la<br />

zona occidental, se agrupan en un cluster diferente y muestran un índice de evolución, con<br />

relación a los aislados del inicio del brote, superior al reportado internacionalmente para<br />

este virus y al calculado en este trabajo para los aislados del Occidente del país. Esto<br />

sugiere que estas variantes virales no parecen ser el resultado de la evolución en el<br />

campo de los virus aislados al inicio de la epizootia.<br />

Los aislados de la zona oriental podrían ser el resultado de la evolución en el campo de<br />

variantes virales anteriores a la epizootia, representadas por la cepa Margarita, o podrían<br />

corresponder a introducciones desde Haití, país que sufre una importante epizootia de<br />

esta enfermedad (comunicación personal).<br />

Para profundizar en este aspecto, se requiere aumentar el número de aislados<br />

secuenciados del Oriente del país y compararlos con aislados provenientes de países del<br />

área.<br />

Debe destacarse que, por primera vez en Cuba, se realizó un estudio de variabilidad genética<br />

por análisis comparativo de secuencias nucleotídicas de un virus que afecta una especie<br />

animal de importancia económica; este permitió identificar y clasificar variantes del virus de la<br />

PPC presentes en el país.<br />

El análisis de las relaciones filogenéticas entre los diferentes aislados del brote concluyó<br />

que el origen de la epizootia era común, que no estaba en una reintroducción externa y<br />

que la cepa vacunal en uso era capaz de inducir protección. Por otra parte, brindó un<br />

estimado de la tasa de mutaciones del virus con lo que se mostró que el mismo es<br />

bastante estable, lo que permite inferirr que no es necesario sustituir la cepa vacunal con<br />

frecuencia, como ocurre en otras enfermedades virales (Gibbs y col., 1995).<br />

La aplicación de esta metodología permite reconocer cepas introducidas, predecir<br />

cambios antigénicos y conocer la cadena de transmisión del virus en brotes de la<br />

enfermedad.


El desarrollo de novedosas metodologías para la rápida detección, identificación y<br />

clasificación viral es particularmente valioso en el caso de la PPC, considerando la<br />

importancia epizootiológica y las dificultades para el diagnóstico de esta enfermedad.<br />

Este trabajo permitió contar con medios y metodologías para la detección e identificación,<br />

tanto de virus como de los anticuerpos específicos, y estableció por primera vez la<br />

clasificación filogenética de los virus de la PPC que circulan en nuestro país, lo que resulta<br />

imprescindible para el control y la futura erradicación de la enfermedad.<br />

Con relación a esta enfermedad en nuestro país, se requiere continuar las investigaciones<br />

para optimizar el esquema de vacunación vigente; desarrollar métodos tipo ELISA para la<br />

detección de anticuerpos; aplicar medios diagnosticadores para la detección de animales<br />

persistentemente infectados, al menos en los centros genéticos; extender los conocimientos<br />

acerca de la patogénesis del virus, ampliar el número de aislados secuenciados de diferentes<br />

regiones del país, establecer ensayos para la detección diferencial de virus vacunal y salvaje,<br />

para lo cual será necesario profundizar en los marcadores moleculares de virulencia y<br />

elaborar una vacuna con una metodología más avanzada.<br />

Los medios y métodos de diagnóstico desarrollados permitieron realizar el diagnóstico<br />

virológico en 1344 casos provenientes de casi todas las provincias del país, incluyendo los<br />

centros genéticos, con lo cual se estableció el diagnóstico diferencial con <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong><br />

africana, se determinó la focalidad y se dictaron las medidas contraepizooticas adecuadas a<br />

cada caso.<br />

El conjunto de estos resultados abunda en el conocimiento de las relaciones filogenéticas y la<br />

evolución del virus, lo cual es importante pues se inserta en los estudios que se realizan en<br />

este campo en el ámbito internacional, contribuyó de manera decisiva al control de la<br />

epizootia, ya que en el transcurso del año 1997 y en lo que va de 1998 no se han declarado<br />

nuevos focos, nos esclarece el comportamiento epizootiológico de la enfermedad en Cuba y


inda nuevas herramientas diagnósticas, por lo que contribuye al perfeccionamiento del<br />

Programa Nacional de Lucha contra la PPC.<br />

6. CONCLUSIONES<br />

A partir del análisis de los resultados obtenidos podemos establecer las siguientes<br />

conclusiones:<br />

• Se elaboraron conjugados fluorescentes y enzimáticos y se establecieron los<br />

procedimientos inmunohistoquímicos de inmunofluorescencia e inmunoperoxidasa<br />

directas, que permiten realizar un diagnóstico primario, económico, sencillo, rápido,<br />

sensible y específico a partir de muestras de órganos in situ y detectar con rapidez,<br />

sensibilidad y especificidad, pestivirus multiplicados en cultivos celulares.<br />

• Se estableció una metodología apropiada para el aislamiento viral en cultivos celulares<br />

que, acoplado a los ensayos inmunohistoquímicos y al ensayo de RT-PCR, permiten<br />

realizar un diagnóstico sensible y específico de la enfermedad y posibilitó contar con un<br />

banco de aislados de PPC.<br />

• Se desarrolló un ensayo de RT-PCR para la amplificación diferencial de ARN de<br />

pestivirus. Este ensayo posibilita, en una reacción de un solo paso, identificar, con<br />

rapidez, sensibilidad y especificidad, los virus tanto en sobrenadantes de cultivos celulares<br />

como en especímenes clínicos.<br />

• Se estableció un ensayo de neutralización de la peroxidasa que permite la determinación<br />

económica, sensible y específica de anticuerpos dirigidos contra el virus de la PPC, lo que<br />

brinda la posibilidad de realizar estudios serológicos de interés, con medios de producción<br />

nacional.<br />

• Se conformó un nuevo algoritmo diagnóstico, teniendo en cuenta los procedimientos<br />

desarrollados.


• Los medios y métodos de diagnóstico desarrollados permitieron realizar el diagnóstico<br />

virológico en 1344 casos provenientes de casi todas las provincias del país,<br />

incluyendo los centros genéticos, con lo cual se estableció el diagnóstico diferencial<br />

con <strong>peste</strong> <strong>porcina</strong> africana, se determinó la focalidad y se dictaron las medidas<br />

contraepizooticas adecuadas a cada caso.<br />

• Se estableció una metodología para la caracterización genómica del virus de la PPC,<br />

que permitió el estudio de variabilidad genética por análisis comparativo de secuencias<br />

nucleotídicas de cepas/aislados del virus de la PPC presentes en el país y su<br />

clasificación filogenética.<br />

• Los aislados cubanos secuenciados y la cepa “C”, empleada para la vacunación en<br />

nuestro país, se localizaron en el grupo 1 subgrupo 1.2 del árbol filogenético E2, y<br />

resultaron estar muy próximos. Dentro de los aislados las mayores distancias se<br />

observan entre los de la región occidental y los de la zona oriental del país que se<br />

agrupan en clusters diferentes.<br />

• El análisis de las relaciones filogenéticas entre los diferentes aislados concluyó que el<br />

origen de la epizootia era común, que no estaba en una reintroducción externa, que la<br />

cepa vacunal en uso era capaz de inducir protección y brindó un estimado de la razón de<br />

evolución del virus<br />

7. RECOMENDACIONES<br />

• Realizar la validación de los conjugados fluorescente y enzimático en el Centro Nacional<br />

de Epizootiología y Diagnóstico (CENEDI) y presentar los registros a Control Estatal.


• Extender la aplicación del ensayo de NPLA para la determinación de anticuerpos a los<br />

laboratorios de Control Estatal y CENEDI, para su utilización directa en las evaluaciones<br />

relacionadas con el control de la vacuna, en la optimización del esquema de vacunación<br />

vigente y en otras de interés.<br />

• Validar el empleo del ensayo del RT-PCR para la detección del virus en especímenes<br />

clínicos procedentes de animales vivos, para la identificación de portadores.<br />

• Ampliar el estudio de los aislados de la zona oriental del país, a través de la comparación<br />

de un mayor número de aislados de esta región con otros procedentes de la región.<br />

• Continuar incrementando el banco de aislados para, a través de análisis filogenéticos,<br />

seguir la evolución del virus en el campo, realizar estudios de epidemiología molecular y<br />

detectar posibles nuevas variantes virales.<br />

8. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS<br />

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Código Material de Partida Año Categoría Origen Síntomas y Lesiones<br />

Cepa “C” Preparado vacunal D* D* Hungría Cepa vacunal<br />

Margarit<br />

a<br />

PK15, 5P y Virus<br />

liofilizado<br />

1958 ceba La Habana Cepa virulenta<br />

PAV-250 PK15, 4P 1960 D* EUA Cepa vacunal<br />

157/93 PK15, 4P 1993 Cría Pinar del Río Fiebre, anorexia<br />

Ulceras botonosas<br />

198/93 PK15, 4P 1993 preceba Ciudad Habana Fiebre, desmedro<br />

Infartos marginales en bazo<br />

196/93 PK15, 4P 1993 preceba Matanzas Fiebre, desmedro<br />

Infartos marginales en bazo<br />

CV/93 PK-15, 5P 1993 preceba La Habana Fiebre, anorexia<br />

Panhemorragias<br />

AJT/93 PK-15. 3P 1993 ceba La Habana Anorexia, diarreas<br />

Infartos marginales en bazo<br />

Soroa/93 PK-15, 4P 1993 ceba Pinar del Río Fiebre, diarreas<br />

Panhemorragias<br />

Camach<br />

o/93<br />

PK-15, 4P 1993 ceba La Habana Fiebre, conjuntivitis<br />

Panhemorragias<br />

34/96 PK15, 3P 1996 cría Ciudad Habana. Trastornos neurológicos, diarreas,<br />

Panhemorragias<br />

38/96 PK15, 6P 1996 ceba La Habana Fiebre, anorexia, conjuntivitis, eritema<br />

Panhemorragias


95/96 PK15, 5P 1996 ceba La Habana. Anorexia, trastornos neurológicos<br />

Panhemorragias, Neumonía<br />

253/96 homogenado de bazo 1996 ceba Holguín Alta mortalidad<br />

Panhemorragias<br />

14/97 PK15, 1P 1997 cría Guantánamo Fiebre, diarreas, desmedro<br />

N.A.P**<br />

15/97 PK15, 1P 1997 cerda Guantánamo Cianosis distal<br />

Panhemorragias<br />

32/97 PK-15, 3P 1997 Preceba Stgo. de Cuba Fiebre, anorexia<br />

Panhemorragias<br />

33/97 PK-15, 3P 1997 ceba Stgo. de Cuba Fiebre, diarreas<br />

Panhemorragias<br />

*D=Desconocido, **NAP= No alteraciones anatomopatológicas.


Tabla 2. Cebadores genotipo-específico usados para la amplificación por<br />

RT-PCR del ARN del virus de la PPC.<br />

Cebador Secuencia<br />

PPC1<br />

Sentido<br />

PPC2<br />

Antisentido<br />

(5'-3')<br />

CCTGAGGACCAAACACATGTTG<br />

TGGTGGAAGTTGGTTGTGTCTG<br />

Posición<br />

Genoma a<br />

10.230-10.251<br />

10.403-10.382<br />

Talla<br />

producto<br />

a La numeración de los nucleotidos corresponde a la secuencia de la cepa Alfort del virus de la PPC<br />

(Meyers y col., 1989).<br />

(pb)<br />

174


Tabla 3. Amplificación por RT-PCR de ARN del virus de la PPC, usando los cebadores<br />

PPC1 y PPC2, en sobrenadantes de células de cultivo infectadas.<br />

Virus Cepa o Aislado a Amplificación b<br />

CSFV ALFORT +<br />

PAV-250 +<br />

AMES +<br />

MARGARITA +<br />

“C” +<br />

157/93 +<br />

198/93 +<br />

34/96 +<br />

38/96 +<br />

41/96 +<br />

95/96 +<br />

146/96 +<br />

167/96 +<br />

253/96 +<br />

14/97 +<br />

15/97 +<br />

Es1/97 c +<br />

Es2/97 c +<br />

Es3/97 c +<br />

BVDV NADL -<br />

OREGON -<br />

SINGER -<br />

MUCOSIFFA -<br />

VC/96 -


Virus Cepa o Aislado a Amplificación b<br />

GR1/96 -<br />

GR2/96 -<br />

GR3/96 -<br />

GR4/98 -<br />

GR5/97 -<br />

GR6/97 -<br />

a<br />

Los diferentes virus analizados son indicados como sigue: Cepas de referencia y vacunales, letras<br />

mayúsculas; aislados de campo, letras minúsculas.<br />

b<br />

La detección de un fragmento de ADN de la talla esperada, 174 pb, por análisis de los productos de<br />

reacción del RT-PCR en geles de agarosa, fue considerada como amplificación positiva.<br />

c<br />

Virus aislados en España en 1997.


Tabla 4. Amplificación por RT-PCR de ARN del virus de la PPC en muestras de<br />

órganos de cerdos infectados naturalmente.<br />

Código Organo RT-PCR amplificación IFD<br />

INFECTADOS<br />

253/96 Bazo + +<br />

169/96 Ganglio + +<br />

121/95 Bazo + +<br />

168/96 Ganglio + +<br />

164/96 Amígdala + +<br />

165/96 Bazo + +<br />

192/96 Bazo + +<br />

163/96 Bazo + +<br />

110/96 Bazo + +<br />

141/96 Bazo + +<br />

185/96 Bazo + +<br />

199/96 Amígdala + +<br />

125/95 Amígdala + +<br />

275/96 Bazo + +<br />

281/96 Bazo + +<br />

14/97 Bazo + +<br />

85 Bazo + +<br />

88 Bazo + +<br />

1-67 Bazo + +<br />

2-62 Bazo + +<br />

25-2/97 Bazo + +<br />

25-M/97 Bazo + +<br />

32/97 Bazo + + a<br />

33/97 Bazo + + a<br />

34/97 Bazo - -


NO-INFECTADOS<br />

68/96 Bazo - -<br />

77/96 Bazo - -<br />

78/96 Amígdala - -<br />

26/96 Amígdala - -<br />

106/96 Bazo - -<br />

35/96 Bazo - -<br />

34/97 Bazo - -<br />

a Estas muestras fueron negativas por IFD, cuando se evaluaron directamente en cortes de<br />

órganos, sin embargo resultaron positivas por IFD después de un pase en células PK-15.

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