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Julio 2011
Recupera
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“El sistema
se financia
con los
depósitos no
devueltos por
el consumidor
y con
los ingresos
extraídos en
la etapa final
del proceso.”
p
www.belavistaenginyeria.com
El SDDR
de desbordamiento, aumenta la densidad media del
residuo depositado y disminuye, tanto el número de
contenedores en la vía pública, como de los costes
derivados de la logística de recogida. Este sistema
transforma lo que hoy son residuos o material reciclado
de baja calidad en materia prima útil parar las
industrias.
Una vez el contenedor amarillo llega a la planta de
selección, los residuos de envases ligeros han disminuido,
lo que puede dar lugar a un aumento de la
eficiencia de separación de otras tipologías de material.
Las plantas de clasificación necesarias para la
operación manual del SDDR son más pequeñas y
prácticamente no tienen rechazo, debido a la buena
selección en origen, generando un material recuperado
de alta calidad.
Por otro lado, el valor que el SDDR adjudica al
envase evita su depósito en los contenedores de la
fracción “resto” u “orgánica”, desaparecen de las líneas
de triaje de las plantas de recepción, permitiendo una
preparación de la materia orgánica para su compostaje
más eficiente y simplificando el funcionamiento de
estas líneas.
Los envases recogidos mediante este sistema no se
mezclan con otras tipologías ni se contaminan con
restos orgánicos, gracias a lo cual mejora la calidad
del material recuperado y disminuyen los costes de
acondicionamiento para su posterior reciclado, con
lo que se ahorra en el consumo de agua y energía.
La compactación que llevan a cabo los sistemas
automáticos de devolución aumenta la densidad de
los residuos a transportar, poniendo a disposición
del recuperador un material seleccionado, limpio,
exento de impropios y con una densidad óptima que
disminuirá los costes de transporte y las emisiones de
CO 2 derivadas.
En resumen, se obtienen una serie de ventajas
muy importantes en la gestión de los residuos de
envases: una menor complejidad en la logística de
recogida, menos impropios, un material más limpio
y clasificado, un ahorro en los consumos de agua y
energía para la limpieza del material y la necesidad
de menos intermediarios para la gestión del mismo
material. Es decir, mayores beneficios económicos,
medioambientales y sociales.