Tubulopatías - sepeap
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TABLA II.<br />
Excrección<br />
urinaria de<br />
diferentes<br />
sustancias<br />
TABLA III.<br />
Índices urinarios<br />
de utilidad en la<br />
práctica clínica<br />
• Calciuria: mg/kg/24 horas = UCa mg/dl<br />
x dl orina en 24 horas/kg peso.<br />
Valores normales: 2,15 +/- 1,31<br />
mg/kg/día (se considera hipercalciuria<br />
cuando supera 4 mg/kg/día)<br />
• Magnesiuria: mg/kg/24 horas = UMg<br />
mg/dl x dl orina en 24 horas/kg peso.<br />
Valores normales: 1,6 +/- 0,8<br />
mg/kg/día<br />
• Glucosuria: habitualmente no se<br />
detecta en orina excepto si la<br />
glucemia es > 180 mg/dl<br />
• Proteinuria: mg/m 2 /hora = Uproteínas<br />
mg/dl x dl orina hora/m 2 SC<br />
(superficie corporal). Valores<br />
normales < 4 mg/m 2 /hora<br />
• Uácido úrico/UCr (mg/mg): normal 0,4-0,8<br />
• UCa/UCr (mg/mg) normal < 0,2<br />
(en lactantes hasta 0,4 y en<br />
prematuros hasta 0,8)<br />
• UMg/UCr (mg/mg) normal 0,08 +/- 0,04<br />
• UPO4/UCr (mg/mg) normal hasta 1<br />
• Uproteínas/UCr (mg/mg): normal hasta 0,3<br />
(0,5 en lactantes). Un valor de 0,2<br />
equivale a 4 mg/ m 2/hora y un valor<br />
> 2, a 40 mg/m 2/hora, rango nefrótico<br />
síntesis o degradación del receptor V2.<br />
Existen otras formas de diabetes insípida<br />
nefrogénica mucho menos frecuentes, que<br />
se heredan de forma autosómica recesiva<br />
o dominante y que dependen de mutaciones<br />
del gen codificador de la llamada<br />
acuoporina-2, localizado en la región<br />
12q13. Estudios funcionales han demostrado<br />
que las proteínas codificadas por<br />
dicho gen defectuoso no pueden funcionar<br />
como canales acuosos, ya que son incapaces<br />
de incorporarse a la membrana<br />
celular.<br />
Los síntomas se relacionan con la falta<br />
de capacidad para reabsorber agua,<br />
lo que da como resultado poliuria y polidipsia.<br />
Los volúmenes urinarios diarios se<br />
aproximan a los 12 litros y la osmolaridad<br />
y la densidad son bajas. Frecuentemente,<br />
ocurre retraso mental, vejiga atónica e<br />
hidronefrosis.<br />
El tratamiento consiste primariamente<br />
en una adecuada ingestión de agua.<br />
La clorotiacida puede paliar la diabetes;<br />
su mecanismo de acción se desconoce,<br />
pero el medicamento puede actuar por<br />
aumento de la resorción isosmótica en<br />
el segmento proximal del túbulo, secundario<br />
a la contracción volémica.<br />
DIAGNÓSTICO DE SOSPECHA DE LA<br />
ENFERMEDAD TUBULAR RENAL<br />
La disfunción de los túbulos renales<br />
puede tener múltiples manifestaciones<br />
clínicas, que reflejan las muchas funciones<br />
reguladoras de los distintos segmentos<br />
de la nefrona. Una correcta interpretación<br />
de la anamnesis, exploración<br />
y analítica elemental debería ser suficiente<br />
para establecer una sospecha<br />
clínica de tubulopatía.<br />
La disfunción de los túbulos renales<br />
puede tener múltiples manifestaciones clínicas,<br />
que reflejan las muchas funciones<br />
reguladoras de los distintos segmentos<br />
de la nefrona. El diagnóstico preciso de<br />
una tubulopatía puede requerir exámenes<br />
complementarios de cierta complejidad<br />
(pruebas funcionales renales); sin embargo,<br />
una correcta interpretación de la<br />
anamnesis, exploración y analítica elemental<br />
debería ser suficiente para establecer<br />
una sospecha clínica. El volumen<br />
de orina (diuresis), el pH urinario en relación<br />
al sanguíneo y la composición de<br />
las sustancias contenidas en solución sufrirá<br />
modificaciones en sus respectivas<br />
concentraciones.<br />
Orientación diagnóstica<br />
En la evaluación de un paciente en<br />
quien se sospeche una tubulopatía, el esquema<br />
diagnóstico se basa en una adecuada<br />
anamnesis en la que se recojan posibles<br />
antecedentes familiares de enfermedad<br />
tubular y/o consanguinidad, y los<br />
antecedentes obstétricos y neonatales.<br />
Antes de sospechar una tubulopatía, se<br />
descartarán anomalías estructurales de la<br />
vía urinaria (hipoplasia-displasia renal, uropatías<br />
severas) o nefropatías con descenso<br />
del filtrado glomerular (insuficiencia<br />
renal crónica, nefronoptisis), en las que<br />
está reducida la capacidad de concentración<br />
urinaria. Es determinante documentar<br />
el desarrollo ponderoestatural y<br />
una detallada historia dietética, con síntomas<br />
sugestivos de avidez por determinados<br />
alimentos, valorando la ingesta de<br />
líquidos y diuresis.<br />
En la exploración física, debe recogerse<br />
una completa exploración general<br />
y por aparatos (raquitismo y órganos de<br />
los sentidos), presión arterial, crecimiento,<br />
desarrollo y estado nutricional y esta-<br />
do de hidratación. Asimismo, debe recogerse<br />
la administración de fármacos capaces<br />
de alterar la función tubular y la de<br />
enfermedades concomitantes. La aparición<br />
de edemas, macrohematuria, lesiones<br />
cutáneas de vasculitis u oliguria (diuresis<br />
< 500 ml/24 horas/1,73 m 2 ; en lactantes<br />
< 1 ml/kg/hora) orienta hacia anomalías<br />
de la función glomerular más que<br />
a alteraciones tubulares. Debe procederse<br />
a una exploración rutinaria de la orina,<br />
que incluye la inspección ocular, el análisis<br />
mediante tiras reactivas y un estudio<br />
del sedimento urinario. La hematuria<br />
macroscópica, los cilindros, la proteinuria<br />
en rango nefrótico (> 40 mg/m 2 /hora,<br />
o índice urinario proteínas/creatinina<br />
(mg/mg) > 2) sugieren patología glomerular.<br />
En todos los grupos de edad, las manifestaciones<br />
clínicas más destacables<br />
son los síntomas de deshidratación, astenia,<br />
anorexia y avidez por el agua, o cualquier<br />
alteración hidroelectrolítica o del<br />
equilibrio ácido base no justificada. Asimismo,<br />
debe considerarse la presencia<br />
de una tubulopatía ante cuadros de litiasis<br />
renal bilateral y/o recidivante. Una litiasis<br />
no radioopaca nos debe hacer pensar<br />
en la posibilidad de una cistinuria, una<br />
hematuria no filiada obligaría a descartar<br />
una hipercalciuria. En estos últimos supuestos,<br />
deberían realizarse unos exámenes<br />
complementarios concretos como<br />
el test de Brand o la cuantificación de la<br />
calciuria. La presencia de glucosuria obligaría<br />
a la determinación de la glucemia,<br />
que si es normal orientaría al diagnóstico<br />
de una glucosuria renal.<br />
En otros casos, el diagnóstico puede<br />
representar más dificultades. Cuadros<br />
clínicos con graves problemas de desarrollo,<br />
poliuria, episodios repetidos de deshidratación,<br />
etc., deben hacer sospechar<br />
la posibilidad de una tubulopatía compleja.<br />
En estos casos, el defecto funcional del<br />
túbulo provoca alteraciones del medio interno<br />
que se refleja en alteraciones electrolíticas<br />
y del equilibrio ácido-base. Pueden<br />
existir también marcadas alteraciones<br />
del metabolismo calcio-fósforo como<br />
ocurre en el síndrome de Fanconi.<br />
Es frecuente que las tubulopatías complejas<br />
se manifiesten en los niños coincidiendo<br />
con cuadros intercurrentes de gastroenteritis,<br />
que descompensan el inesta-