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Tubulopatías - sepeap

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374<br />

TABLA II.<br />

Excrección<br />

urinaria de<br />

diferentes<br />

sustancias<br />

TABLA III.<br />

Índices urinarios<br />

de utilidad en la<br />

práctica clínica<br />

• Calciuria: mg/kg/24 horas = UCa mg/dl<br />

x dl orina en 24 horas/kg peso.<br />

Valores normales: 2,15 +/- 1,31<br />

mg/kg/día (se considera hipercalciuria<br />

cuando supera 4 mg/kg/día)<br />

• Magnesiuria: mg/kg/24 horas = UMg<br />

mg/dl x dl orina en 24 horas/kg peso.<br />

Valores normales: 1,6 +/- 0,8<br />

mg/kg/día<br />

• Glucosuria: habitualmente no se<br />

detecta en orina excepto si la<br />

glucemia es > 180 mg/dl<br />

• Proteinuria: mg/m 2 /hora = Uproteínas<br />

mg/dl x dl orina hora/m 2 SC<br />

(superficie corporal). Valores<br />

normales < 4 mg/m 2 /hora<br />

• Uácido úrico/UCr (mg/mg): normal 0,4-0,8<br />

• UCa/UCr (mg/mg) normal < 0,2<br />

(en lactantes hasta 0,4 y en<br />

prematuros hasta 0,8)<br />

• UMg/UCr (mg/mg) normal 0,08 +/- 0,04<br />

• UPO4/UCr (mg/mg) normal hasta 1<br />

• Uproteínas/UCr (mg/mg): normal hasta 0,3<br />

(0,5 en lactantes). Un valor de 0,2<br />

equivale a 4 mg/ m 2/hora y un valor<br />

> 2, a 40 mg/m 2/hora, rango nefrótico<br />

síntesis o degradación del receptor V2.<br />

Existen otras formas de diabetes insípida<br />

nefrogénica mucho menos frecuentes, que<br />

se heredan de forma autosómica recesiva<br />

o dominante y que dependen de mutaciones<br />

del gen codificador de la llamada<br />

acuoporina-2, localizado en la región<br />

12q13. Estudios funcionales han demostrado<br />

que las proteínas codificadas por<br />

dicho gen defectuoso no pueden funcionar<br />

como canales acuosos, ya que son incapaces<br />

de incorporarse a la membrana<br />

celular.<br />

Los síntomas se relacionan con la falta<br />

de capacidad para reabsorber agua,<br />

lo que da como resultado poliuria y polidipsia.<br />

Los volúmenes urinarios diarios se<br />

aproximan a los 12 litros y la osmolaridad<br />

y la densidad son bajas. Frecuentemente,<br />

ocurre retraso mental, vejiga atónica e<br />

hidronefrosis.<br />

El tratamiento consiste primariamente<br />

en una adecuada ingestión de agua.<br />

La clorotiacida puede paliar la diabetes;<br />

su mecanismo de acción se desconoce,<br />

pero el medicamento puede actuar por<br />

aumento de la resorción isosmótica en<br />

el segmento proximal del túbulo, secundario<br />

a la contracción volémica.<br />

DIAGNÓSTICO DE SOSPECHA DE LA<br />

ENFERMEDAD TUBULAR RENAL<br />

La disfunción de los túbulos renales<br />

puede tener múltiples manifestaciones<br />

clínicas, que reflejan las muchas funciones<br />

reguladoras de los distintos segmentos<br />

de la nefrona. Una correcta interpretación<br />

de la anamnesis, exploración<br />

y analítica elemental debería ser suficiente<br />

para establecer una sospecha<br />

clínica de tubulopatía.<br />

La disfunción de los túbulos renales<br />

puede tener múltiples manifestaciones clínicas,<br />

que reflejan las muchas funciones<br />

reguladoras de los distintos segmentos<br />

de la nefrona. El diagnóstico preciso de<br />

una tubulopatía puede requerir exámenes<br />

complementarios de cierta complejidad<br />

(pruebas funcionales renales); sin embargo,<br />

una correcta interpretación de la<br />

anamnesis, exploración y analítica elemental<br />

debería ser suficiente para establecer<br />

una sospecha clínica. El volumen<br />

de orina (diuresis), el pH urinario en relación<br />

al sanguíneo y la composición de<br />

las sustancias contenidas en solución sufrirá<br />

modificaciones en sus respectivas<br />

concentraciones.<br />

Orientación diagnóstica<br />

En la evaluación de un paciente en<br />

quien se sospeche una tubulopatía, el esquema<br />

diagnóstico se basa en una adecuada<br />

anamnesis en la que se recojan posibles<br />

antecedentes familiares de enfermedad<br />

tubular y/o consanguinidad, y los<br />

antecedentes obstétricos y neonatales.<br />

Antes de sospechar una tubulopatía, se<br />

descartarán anomalías estructurales de la<br />

vía urinaria (hipoplasia-displasia renal, uropatías<br />

severas) o nefropatías con descenso<br />

del filtrado glomerular (insuficiencia<br />

renal crónica, nefronoptisis), en las que<br />

está reducida la capacidad de concentración<br />

urinaria. Es determinante documentar<br />

el desarrollo ponderoestatural y<br />

una detallada historia dietética, con síntomas<br />

sugestivos de avidez por determinados<br />

alimentos, valorando la ingesta de<br />

líquidos y diuresis.<br />

En la exploración física, debe recogerse<br />

una completa exploración general<br />

y por aparatos (raquitismo y órganos de<br />

los sentidos), presión arterial, crecimiento,<br />

desarrollo y estado nutricional y esta-<br />

do de hidratación. Asimismo, debe recogerse<br />

la administración de fármacos capaces<br />

de alterar la función tubular y la de<br />

enfermedades concomitantes. La aparición<br />

de edemas, macrohematuria, lesiones<br />

cutáneas de vasculitis u oliguria (diuresis<br />

< 500 ml/24 horas/1,73 m 2 ; en lactantes<br />

< 1 ml/kg/hora) orienta hacia anomalías<br />

de la función glomerular más que<br />

a alteraciones tubulares. Debe procederse<br />

a una exploración rutinaria de la orina,<br />

que incluye la inspección ocular, el análisis<br />

mediante tiras reactivas y un estudio<br />

del sedimento urinario. La hematuria<br />

macroscópica, los cilindros, la proteinuria<br />

en rango nefrótico (> 40 mg/m 2 /hora,<br />

o índice urinario proteínas/creatinina<br />

(mg/mg) > 2) sugieren patología glomerular.<br />

En todos los grupos de edad, las manifestaciones<br />

clínicas más destacables<br />

son los síntomas de deshidratación, astenia,<br />

anorexia y avidez por el agua, o cualquier<br />

alteración hidroelectrolítica o del<br />

equilibrio ácido base no justificada. Asimismo,<br />

debe considerarse la presencia<br />

de una tubulopatía ante cuadros de litiasis<br />

renal bilateral y/o recidivante. Una litiasis<br />

no radioopaca nos debe hacer pensar<br />

en la posibilidad de una cistinuria, una<br />

hematuria no filiada obligaría a descartar<br />

una hipercalciuria. En estos últimos supuestos,<br />

deberían realizarse unos exámenes<br />

complementarios concretos como<br />

el test de Brand o la cuantificación de la<br />

calciuria. La presencia de glucosuria obligaría<br />

a la determinación de la glucemia,<br />

que si es normal orientaría al diagnóstico<br />

de una glucosuria renal.<br />

En otros casos, el diagnóstico puede<br />

representar más dificultades. Cuadros<br />

clínicos con graves problemas de desarrollo,<br />

poliuria, episodios repetidos de deshidratación,<br />

etc., deben hacer sospechar<br />

la posibilidad de una tubulopatía compleja.<br />

En estos casos, el defecto funcional del<br />

túbulo provoca alteraciones del medio interno<br />

que se refleja en alteraciones electrolíticas<br />

y del equilibrio ácido-base. Pueden<br />

existir también marcadas alteraciones<br />

del metabolismo calcio-fósforo como<br />

ocurre en el síndrome de Fanconi.<br />

Es frecuente que las tubulopatías complejas<br />

se manifiesten en los niños coincidiendo<br />

con cuadros intercurrentes de gastroenteritis,<br />

que descompensan el inesta-

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