Tubulopatías - sepeap
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ción urinaria persistente de glucosa en<br />
presencia de cifras normales de glucemia<br />
y, por tanto, cantidades normales de glucosa<br />
filtrada. El único signo que manifiesta<br />
es bioquímico, que a veces se observa<br />
únicamente después de las comidas, sin<br />
ningún otro síntoma tubular.<br />
Es una enfermedad benigna, relativamente<br />
frecuente (incidencia 1/500 nacimientos),<br />
debida a un defecto específico<br />
en el túbulo proximal, asociada a diferentes<br />
patrones hereditarios. Se describen<br />
dos tipos de glucosuria renal: el<br />
tipo A, que se caracteriza por una disminución<br />
de la reabsorción de glucosa, y el<br />
tipo B, en el que la reabsorción de glucosa<br />
se altera poco. De hecho, parece<br />
existir una continuidad entre ambos tipos<br />
que, por otro lado, pueden observarse en<br />
una misma familia. Se ignora aún cuáles<br />
son los genes y las proteínas que intervienen<br />
en esta alteración. Un gen candidato<br />
posible de esta alteración es el cotransportador<br />
SGLT-2, localizado en<br />
16p11.2-p12, que transporta una molécula<br />
de sodio y una molécula de glucosa<br />
en el lado epitelial de la célula tubular<br />
proximal.<br />
La glucosuria renal no se acompaña<br />
de un mayor riesgo de presentar diabetes<br />
mellitus y no requiere tratamiento, siendo,<br />
por tanto, una anomalía cuya gravedad<br />
se limita a un diagnóstico erróneo de<br />
diabetes sacarina y, por ende, a tratamientos<br />
intempestivos. Antes de confirmar<br />
el diagnóstico de glucosuria renal,<br />
debe tenerse en cuenta que la orina contiene<br />
65 mg/L de glucosa como promedio<br />
y que esta cantidad es mucho mayor en<br />
los prematuros, en quienes se pueden observar<br />
concentraciones de hasta 1,50 g/L.<br />
Defectos en la reabsorción de<br />
aminoácidos. Aminoaciduria<br />
La excreción anormal de aminoácidos<br />
puede aparecer como un defecto<br />
aislado de la función de reabsorción del<br />
túbulo proximal, siendo la cistinuria la<br />
entidad más frecuente, causante de hasta<br />
un 8% de las litiasis renales.<br />
La excreción anormal de aminoácidos<br />
puede aparecer como un defecto aislado<br />
de la función de reabsorción del túbulo<br />
proximal. Este mecanismo es similar<br />
al de la glucosa, es decir, que implica<br />
un sistema de transporte específico para<br />
cada uno de los grupos de aminoácidos<br />
(básicos, neutros o ácidos). En el niño<br />
normal, la aminoaciduria es muy baja,<br />
apareciendo ocasionalmente mínimas<br />
cantidades de glicina y de histidina. Además<br />
de los defectos de reabsorción tubular,<br />
la hiperaminoaciduria puede tener<br />
un origen prerrenal, en caso de enfermedad<br />
del metabolismo de aminoácidos<br />
específicos.<br />
De los numerosos trastornos tubulares<br />
manifestados como una aminoaciduria,<br />
el más significativo es la cistinuria, que<br />
se debe a un fallo de la reabsorción de<br />
los aminoácidos dibásicos.<br />
Cistinuria<br />
Constituye el tipo más frecuente de<br />
anomalía del transporte específico de los<br />
aminoácidos, con una incidencia estimada<br />
de 1/7.000 a 1/15.000 nacimientos.<br />
Este trastorno hereditario tiene en general<br />
un carácter autosómico recesivo, y afecta<br />
al transporte tubular renal e intestinal<br />
de los aminoácidos dibásicos.<br />
La cistinuria se caracteriza por una<br />
excreción urinaria excesiva de cistina, lisina,<br />
arginina y ornitina. El mecanismo<br />
patogénico de esta entidad es un defecto<br />
en el transporte transepitelial de los<br />
aminoácidos, tanto en el túbulo proximal<br />
como en el intestino delgado, existiendo<br />
diferentes fenotipos de acuerdo al grado<br />
de aminoaciduria. El tipo I, que es la más<br />
frecuente, deriva de mutaciones en el gen<br />
que codifica para un transportador de<br />
aminoácidos básicos de gran afinidad<br />
(rBAT) localizado en el cromosoma 2p, y<br />
se manifiesta únicamente en los homocigotos.<br />
En las cistinurias de tipo II y III,<br />
asociadas a mutaciones en un gen situado<br />
en 19q13.1 que parece codificar<br />
una subunidad específica del transportador<br />
rBAT, los individuos heterocigotos<br />
muestran diferentes grados de hiperexcreción<br />
de cistina y de aminoácidos dibásicos<br />
en la orina.<br />
La cistina se distingue por su muy baja<br />
solubilidad en los límites normales del<br />
pH urinario, de 4,5 a 7,0; lo cual, condiciona<br />
la formación de cálculos renales,<br />
cuya característica fundamental es la de<br />
ser poco radiopacos, salvo que contengan<br />
sales cálcicas. La litiasis suele manifestarse<br />
clínicamente en casi todos los ho-<br />
mocigotos; mientras que, en los heterocigotos<br />
cistinúricos, su severidad depende<br />
de la cantidad de cistina excretada. Se<br />
estima que, aproximadamente, entre el<br />
1 y 8% de todas las urolitiasis resultan de<br />
una cistinuria, siendo esta frecuencia mayor<br />
en los niños.<br />
La base del diagnóstico de esta tubulopatía<br />
es la comprobación de una cistinuria<br />
excesiva mediante la reacción del<br />
nitroprusiato en orina (test de Brand) o mediante<br />
una cromatografía de los aminoácidos<br />
urinarios, demostrándose la presencia<br />
excesiva de aminoácidos básicos.<br />
En el caso de litiasis, el análisis de los cálculos<br />
demuestra la presencia de cristales<br />
de cistina, cristales planos y hexagonales,<br />
conteniendo en muchos casos sales<br />
de calcio, sobre todo si existe sobreinfección<br />
bacteriana.<br />
En los individuos con cistinuria, debe<br />
prescribirse un tratamiento preventivo de<br />
la litiasis renal, que consiste en mantener<br />
un volumen urinario elevado y una orina<br />
alcalina. El pH urinario debe mantenerse<br />
por encima de 7,5 mediante la administración<br />
de bicarbonato de sodio y citrato<br />
de sodio más acetazolamida a la hora<br />
de acostarse, con objeto de asegurar<br />
una orina alcalina durante la noche. En<br />
casos refractarios, puede ser necesario<br />
emplear una dieta baja en metionina (precursor<br />
de la cistina) y, si fuera preciso, se<br />
administraría D-penicilamina, que forma<br />
un complejo soluble con la cistina. A largo<br />
plazo, este fármaco puede condicionar<br />
complicaciones diversas (manifestaciones<br />
alérgicas, glomerulonefritis extramembranosa,<br />
etc.), por lo que su administración<br />
se limita a las formas más graves.<br />
También, se han empleado contra<br />
esta enfermedad dos derivados azufrados<br />
que parecen causar menos efectos<br />
secundarios que la D-penicilamina: la<br />
N-acetil D-penicilamina y la alfa mercaptopropionil<br />
glicina.<br />
Aminoaciduria dibásica con intolerancia<br />
a la lisina y a las proteínas<br />
Esta rara afección, que resultaría de<br />
una deficiencia del transportador de los<br />
aminoácidos dibásicos: arginina, ornitina<br />
y lisina, se caracteriza por una excreción<br />
urinaria excesiva de estos aminoácidos,<br />
fundamentalmente lisina, sin aumento de<br />
la cistinuria y pobre absorción intestinal