Tubulopatías - sepeap
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ces difícil de lograr. La importancia de la<br />
carga sódica puede causar otros problemas,<br />
principalmente poliuria, en cuyo caso<br />
las cifras de 18 a 20 mmol/L se deben<br />
considerar como satisfactorias. La administración<br />
de indometacina o de un diurético<br />
tiacídico puede ayudar a equilibrar<br />
la pérdida de bicarbonato.<br />
Disfunción tubular múltiple<br />
o síndrome de Fanconi<br />
(De Toni-Debré-Fanconi)<br />
En la disfunción tubular proximal compleja<br />
se produce una pérdida renal de<br />
fósforo, bicarbonato, sodio, potasio, aminoácidos<br />
y glucosa, manifestándose con<br />
poliuria, acidosis hiperclorémica, deshidratación,<br />
hipopotasemia, debilidad muscular,<br />
raquitismo y falta de medro.<br />
Engloba cualquier disfunción tubular<br />
proximal compleja, completa o parcial, debida<br />
a la alteración de alguno de los procesos<br />
metabólicos tubulares. En este síndrome,<br />
se produce una pérdida renal de<br />
fósforo, bicarbonato, sodio, potasio, aminoácidos<br />
y glucosa; por lo que, el cuadro<br />
clínico básico incluye: poliuria, acidosis<br />
hiperclorémica, deshidratación, hipopotasemia,<br />
debilidad muscular, glucosuria,<br />
hipofosfatemia, raquitismo resistente a la<br />
vitamina D u osteomalacia y falta de medro.<br />
Puede ser idiopático, pero con frecuencia<br />
es secundario a enfermedades<br />
genéticas que debutan en la primera infancia,<br />
siendo la evolución variable dependiendo<br />
de la etiología subyacente.<br />
Además del tratamiento específico de cada<br />
entidad, las medidas incluyen: las sales<br />
de fosfato y metabolitos activos de la<br />
vitamina D, bicarbonato (o citrato) sódico<br />
o potásico, suplementos de potasio y diuréticos<br />
tiacídicos.<br />
Enfermedades metabólicas<br />
Ciertas enfermedades del metabolismo<br />
pueden cursar con una tubulopatía<br />
compleja que, en la mayoría de los casos,<br />
se acompaña de otros síntomas clínicos,<br />
lo cual hace posible evocar su diagnóstico.<br />
Raramente, se trata de una insuficiencia<br />
tubular tan severa como la que se observa<br />
en la cistinosis y, habitualmente, las<br />
alteraciones tubulares son reversibles (p.<br />
ej.: tras la supresión de la galactosa o de<br />
la fructosa alimentaria en la galactosemia<br />
e intolerancia a la fructosa respectivamente).<br />
La enfermedad de Wilson causa<br />
secundariamente una tubulopatía compleja,<br />
pero predominan los signos neurológicos<br />
y/o hepáticos. Estos síntomas pueden<br />
incluir aminoaciduria neutra, glucosuria,<br />
hipofosforemia e hipercalciuria, atenuados<br />
mediante la administración de<br />
agentes alquilantes del cobre. La glucogenosis<br />
hepato-renal de tipo Bickel Fanconi<br />
y la tirosina también pueden causar<br />
un síndrome de De Toni-Debré-Fanconi.<br />
Más recientemente, se ha señalado que<br />
las citopatías mitocondriales con deficiencia<br />
de una enzima de la cadena respiratoria<br />
pueden causar tubulopatía proximal. En<br />
estos casos, los signos extrarrenales orientan<br />
el diagnóstico (afección neurológica o<br />
muscular, afección pancreática, hemática<br />
o cardiaca), pero en ciertos casos el síndrome<br />
tubular predomina o bien inaugura<br />
la enfermedad. El diagnóstico se orienta<br />
al descubrir un aumento de la relación lactato/piruvato,<br />
pero este signo puede faltar<br />
y el único examen que confirma el diagnóstico<br />
es la detección del defecto en la<br />
cadena respiratoria mitocondrial tras biopsia<br />
muscular o renal. Las formas más comunes<br />
se deben a alteraciones de los genes<br />
reguladores del complejo III y del complejo<br />
IV (citocromo-C-oxidasa).<br />
Nefritis con anticuerpos antimembrana<br />
basal tubular<br />
Se han descrito algunos casos de glomerulonefritis<br />
con síndrome de insuficiencia<br />
tubular proximal y anticuerpos antitubulares<br />
circulantes. En estos casos, el estudio<br />
por inmunofluorescencia es útil para comprobar<br />
la existencia de una fijación lineal<br />
de anticuerpos a lo largo de las membranas<br />
basales tubulares. Esta nefropatía se<br />
acompaña frecuentemente de una glomerulonefritis<br />
extramembranosa.<br />
Intoxicaciones<br />
Ciertos agentes tóxicos pueden causar<br />
lesiones tubulares proximales y provocar<br />
un síndrome de De Toni-Debré-Fanconi.<br />
Tal es el caso de las tetraciclinas caducadas,<br />
del ácido valproico, de ciertos<br />
antibióticos (gentamicina, cefalotina, etc.),<br />
de ciertos metales (cadmio, uranio, etc.)<br />
u otras sustancias (lisol, ácido maleico,<br />
salicilatos, óxido de tributileno, etc.).<br />
Carencias vitamínicas<br />
Se trata esencialmente del raquitismo<br />
carencial. La avitaminosis D causa una tubulopatía<br />
poco severa que cursa con hiperaminoaciduria<br />
generalizada y acidosis<br />
por disminución del umbral de reabsorción<br />
de bicarbonatos. Se ha evocado<br />
el hiperparatiroidismo como parte de la<br />
sintomatología. Los síntomas de raquitismo<br />
carencial pueden provocar confusión<br />
para el diagnóstico diferencial de otras<br />
enfermedades tubulares que también cursan<br />
con raquitismo u osteomalacia.<br />
Causas diversas<br />
Pueden citarse ciertos síndromes nefróticos<br />
graves corticorresistentes y el mieloma<br />
múltiple. También, se han descrito<br />
casos de síndrome de De Toni-Debré-Fanconi<br />
en pacientes que eliminan grandes<br />
cantidades de cadenas ligeras en la orina<br />
y que no presentan otros síntomas de<br />
mieloma, como si estas proteínas “intoxicaran”<br />
el túbulo proximal; de hecho, se<br />
trata de una patología que se ha descrito<br />
únicamente en los adultos.<br />
Síndrome de De Toni-Debré-Fanconi<br />
idiopático<br />
La detección de signos de insuficiencia<br />
tubular como glucosuria, aminoaciduria,<br />
hipofosfatemia, debe motivar la búsqueda<br />
minuciosa de diferentes etiologías.<br />
Una vez eliminado el diagnóstico de cistinosis<br />
y de las otras causas, que se han<br />
mencionado, el caso puede definirse como<br />
idiopático. Es probable que anteriormente<br />
un cierto número de estos casos<br />
idiopáticos fueran de hecho citopatías mitocondriales;<br />
ya que, éstas se conocen<br />
desde hace poco como causa de tubulopatía.<br />
La edad de inicio de la enfermedad<br />
es variable, muchas veces desde la primera<br />
infancia, pero también mucho más<br />
tarde, hacia los 30 años de edad. Los síntomas<br />
clínicos son esencialmente de tipo<br />
óseo; en los niños, se observa raquitismo<br />
y retraso del crecimiento, y en los adultos,<br />
osteomalacia con dolores óseos, dificultades<br />
para la marcha y, a nivel radiológico,<br />
disminución generalizada de la densidad<br />
ósea, aplastamiento vertebral, y<br />
pseudo fracturas. Desde el punto de vista<br />
paraclínico, se han observado signos<br />
de insuficiencia tubular proximal, que en<br />
muchos casos es total. Histológicamente,