Tubulopatías - sepeap
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de aminoácidos dibásicos. Desde el punto<br />
de vista clínico, se diferencian: el tipo<br />
I, que muchas veces se describe asociado<br />
con un retraso mental aislado, y el tipo<br />
II, en el que existe una intolerancia a<br />
las proteínas alimentarias, cuya ingesta<br />
excesiva causa hiperamoniemia con episodios<br />
de coma. Otros síntomas que se<br />
observan en el tipo II son: diarrea, retraso<br />
del desarrollo ponderoestatural y hepatomegalia.<br />
Enfermedad de Hartnup<br />
Se trata de una enfermedad infrecuente,<br />
su incidencia es de 1/20.000, transmitida<br />
según el modo autosómico recesivo,<br />
que resulta de un defecto de transporte<br />
de los aminoácidos neutros en el tubo<br />
digestivo y en el túbulo renal. Los síntomas<br />
clínicos dependen únicamente de<br />
la alteración intestinal y se trata de signos<br />
de pelagra y de alteraciones neurológicas<br />
intermitentes (movimientos anormales y<br />
crisis de ataxia). Estos síntomas resultan<br />
de la disminución de la absorción intestinal<br />
de triptófano, el cual es transformado<br />
por las bacterias en derivados indólicos<br />
que son tóxicos para el sistema nervioso;<br />
al mismo tiempo, sobreviene una<br />
carencia de nicotinamida, que en situaciones<br />
normales se elabora parcialmente<br />
a partir del triptófano alimentario.<br />
La detección de la alteración tubular<br />
ayuda a confirmar el diagnóstico, ya que<br />
en estos enfermos es sencilla la identificación<br />
de la aminoaciduria excesiva (glutamina,<br />
asparragina, histidina, serina, treonina,<br />
fenilalanina, tirosina y triptófano).<br />
La única manifestación renal que se observa<br />
es la aminoaciduria, que es permanente<br />
y definitiva, siendo la función renal<br />
normal. El pronóstico es bueno, con el tratamiento<br />
basado en la administración de<br />
nicotinamida.<br />
Otras aminoacidurias elementales<br />
Se han descrito: cistinurias aislada, lisinurias,<br />
acidurias dicarboxílicas (aspartato<br />
y glutamato), histidinurias e iminoglicinurias<br />
(prolina, hidroxiprolina y glicina).<br />
En la mayoría de los casos, se trata de<br />
anomalías asintomáticas, excepto la cistinuria<br />
que causa litiasis, y algunas formas<br />
de histidinuria asociada a alteraciones cerebrales.<br />
Habitualmente, la aminoaciduria<br />
es únicamente un signo para el diag-<br />
nóstico, y generalmente la alteración se<br />
localiza en la mucosa intestinal.<br />
Hipouricemia renal congénita<br />
La hipouricemia aislada de origen<br />
renal puede pasar clínicamente desapercibida<br />
o asociada a otras entidades<br />
clínicas.<br />
Esta anomalía de carácter hereditario<br />
puede ser absolutamente latente o acompañarse<br />
de litiasis, con sus síntomas clínicos<br />
habituales. Fuera de la hipouricemia<br />
y del aumento importante de la depuración<br />
de ácido úrico, no se observan alteraciones<br />
renales, excepto algunos casos que<br />
cursan con hipercalciuria y osteoporosis.<br />
Existen muchas otras alteraciones que<br />
pueden acompañarse de hipouricemia de<br />
origen renal, principalmente el síndrome<br />
de Fanconi, cualquiera sea su causa, y la<br />
secreción inapropiada de hormona antidiurética<br />
(ADH). La hipouricemia también<br />
puede ser prerrenal, como en los casos<br />
de xantinuria, de deficiencia de adenina<br />
fosforribosil transferasa o, en ciertos casos,<br />
tras la administración de alopurinol.<br />
Raquitismo vitamina D dependiente<br />
tipo I<br />
El raquitismo vitamina D dependiente<br />
tipo I es una rara forma de raquitismo debida<br />
a un defecto de producción de calcitriol.<br />
En este raro cuadro, existe un déficit<br />
en la producción de calcitriol debido a un<br />
defecto en la actividad de la 25-hidroxivitamina<br />
D 1-alfa-hidroxilasa a nivel tubular<br />
proximal renal. Ésta es una enzima mitocondrial<br />
ligada al citocromo P450, de la<br />
que se han descrito mutaciones en el gen<br />
que se expresa selectivamente en el túbulo<br />
contorneado proximal renal.<br />
Acidosis tubular renal proximal (tipo II<br />
o tipo III)<br />
La acidosis tubular renal proximal se<br />
manifiesta como una acidosis metabólica<br />
hiperclorémica con incapacidad de<br />
acidificar la orina por debajo de un pH<br />
de 5,5 y excreción de bicarbonato en orina<br />
elevada.<br />
La acidosis tubular renal (ATR) es un<br />
síndrome clínico de acidosis metabólica<br />
hiperclorémica debido a una incapacidad<br />
de acidificar normalmente la orina. Existen<br />
diferentes mecanismos causales de<br />
acidosis metabólica de origen tubular, así<br />
como varias clasificaciones fisiopatológicas.<br />
La alteración funcional característica<br />
de las acidosis proximales es un defecto<br />
de la reabsorción de bicarbonatos que<br />
provoca una excreción fraccionada superior<br />
al 15% cuando existen niveles plasmáticos<br />
de 22 mmol/L en el lactante y 26<br />
mmol/L en el adulto, originando un descenso<br />
mantenido del bicarbonato plasmático.<br />
El gap urinario es negativo (Cl – ><br />
Na + + K + ) y la excreción de bicarbonato<br />
en orina elevada. Tras la corrección de la<br />
bicarbonatemia, puede comprobarse que<br />
los mecanismos de acidificación del túbulo<br />
distal funcionan normalmente, con<br />
capacidad de disminuir el pH urinario a<br />
menos de 5,5 (la excreción de iones H + ,<br />
y en particular la de los iones NH4 + se encuentra<br />
conservada).<br />
Existen diferentes afecciones que pueden<br />
causar una acidosis proximal, tratándose<br />
en la mayoría de los casos de un síndrome<br />
de insuficiencia tubular compleja<br />
(síndrome de Fanconi), siendo la cistinosis<br />
la causa principal de este síndrome.<br />
En la mayoría de los casos, se manifiesta<br />
como una acidosis severa raramente acompañada<br />
de nefrocalcinosis, ya que la citraturia<br />
se conserva; en cambio, el raquitismo<br />
es frecuente y resulta, al menos<br />
en parte, de la pérdida de fósforo. Asimismo,<br />
se han señalado casos de pérdida<br />
aislada de bicarbonato en lactantes<br />
que presentan retraso de la curva de crecimiento.<br />
Esta alteración puede resultar<br />
de una falta de maduración tubular y no<br />
suele persistir más allá de los primeros<br />
años de vida. Un tipo de acidosis proximal<br />
grave y letal resulta de una deficiencia<br />
de la anhidrasa carbónica de tipo II,<br />
asociándose a osteoporosis y calcificaciones<br />
cerebrales. El déficit enzimático<br />
puede detectarse en los glóbulos rojos y<br />
el trasplante de médula ósea puede hacer<br />
posible la supervivencia del enfermo.<br />
Desde el punto de vista terapéutico,<br />
por lo general, la pérdida proximal de bicarbonato<br />
es tan importante que se requiere<br />
la administración de altas dosis de<br />
bicarbonato (de 5 a 20 mmol/kg/día) con<br />
el fin de mantener una bicarbonatemia de<br />
por lo menos 20 mmol/L, lo cual es a ve- 367