E - Hogar de Cristo

CON QUIENES Y DÓNDE
NUESTRA SOCIAS, LAS PROTAGONISTAS DE ESTA HISTORIA
Marcela Gómez, voluntaria E
42
¿Cómo son ellas?
• Madres a temprana edad y abuelas jóvenes
(después de los 30 años)
• Tienen entre 3 y 5 hijos de edades pequeñas
• Terminaron primaria, pero no la secundaria
• No practican escritura, por lo que les cuesta
expresarse por este medio
• Tienen pequeños negocios (venta por
catálogo)
• Viven con parejas, algunas están en
su segundo compromiso (estas últimas
denuncian capítulos de violencia)
• En su infancia sufrieron episodios de
abandono y maltrato
• Migrantes, provienen de pequeños pueblos
o del campo
• Su gran sueño es legalizar la tierra para
tener una vivienda propia.
• Todas creen que “para ser alguien en la vida
hay que estudiar” lo que se ha convertido
en una fuerte visión esperanzadora hacia el
futuro encarnado en sus hijos, olvidando su
condición de mujer en el presente.
• Su comida favorita es el seco de pollo y el
arroz con menestra.
n lo particular trabajamos con ellas, y
por eso son las grandes protagonistas
de las páginas que hasta la fecha tiene
escritas Hogar de Cristo. Cuando hablamos de
nuestras socias abiertamente, pocos entienden el
sentido que tiene la palabra “socia” para nosotros.
Ellas forman parte de nuestro día a día y de allí
que la familiaridad con que nos referimos a ellas
en ocasiones nos sorprende a nosotros mismos.
Acuñamos el término “socia-socio” porque
encierra una relación bidireccional, a diferencia del
concepto “beneficiario” que guarda una visión más
asistencialista y vertical (“yo te doy – tú recibes”)
o del concepto “cliente”, donde se trata de una
transacción en que cada parte busca para sí el
mayor beneficio.
Valientes, generosas, entregadas,
multifuncionales y luchadoras, así es
como las hemos descubierto en este
hermoso proyecto…
Ser socios, por el contrario, apunta más bien a un
sueño compartido, a una tarea conjunta, a sentirse
vinculado a la suerte del otro. Al saberse socias,
ellas se empoderan de su cambio y la relación
se afianza con el esfuerzo de ambas partes. Las
socias son parte de Hogar de Cristo, nuestra labor
va enfocada siempre a mejorar sus vidas y la de sus
familias; creemos en ellas y hoy, a punto de cumplir
los 41 años, ofrecemos a nuestros lectores un lado
que muy pocos identifican y
a que a nosotros nos llena de
satisfacción: redescubrirlas a
través del proyecto emprendido
por el Proceso de Formación
y Capacitación, en el que
colabora nuestra voluntaria
colombiana Marcela Gómez
(entrevistada).
La propuesta se denomina
“Mujeres de Hogar de Cristo”.
En ella visibilizamos su valentía,
sentimientos y capacidad
de lucha. No se pierda sus
historias contada en primera
persona, a través de gráficas
y toda la esencia captada
por Marcela que con cámara
fotográfica, lápiz y papel, logró
que se reconocieran como
protagonistas de su vida. Nos
acerca a los pensamientos
más íntimos que envuelve su
cotidianidad ¡Bienvenidos!
¿Qué busca el proyecto?
Trata de ayudarnos a
entender las experiencias
de vida como generadoras
de saberes y conocimientos
valiosos, como seres humanos
que dentro de su día a día
han sido protagonistas de
pequeños actos llenos de
valentía, de amor, de rebeldía,
de rabia, de dolor y entrega,
que son dignos de contar pero
que desafortunadamente
pasan desapercibidos
como parte de una realidad
marginal y olvidada. Los
escritos realizados por las
socias son un acto simbólico
que las empodera como
protagonistas sociales, dan a
conocer su realidad desde sus
propias voces y perspectivas,
pero sobre todo desde una
posición dignificante.
32
mujeres forman parte de la
experiencia
¿Es muy difícil acceder
a su espacio?
Es un proceso lento,
de mucha paciencia e
insistencia, tienes que pelear
con el tiempo y el espacio con
un montón de factores, entre
el esposo que no las deja salir
de la casa, la condición de
43