'EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS' - Marq

los contados ejemplares de "cuerda seca parcial" que,
aunque escasos e ínfimos, por la trascendencia del .
tema no podemos obviarlos, por mor de la tranquilidad
de la comunidad científica.
El yacimiento ha proporcionado cuatro fragmentos
decorados con la técnica de la "cuerda seca parcial",
en algunos de ellos se aprecia la presencia de la línea
de manganeso pero en otros no existe y podríamos denominarlos
con la desusada expresión de ejemplares
decorados a "verdugón": Todos estos fragmentos corresponden
al cuerpo o al cuello de jarritas 1 lo que
coincide con la opinión generalizada de que esta técnica
sólo se aplica sobre formas cerradas (Retuerce, Zozaya,
1986; Valdés, 1985, 303, etc.).
La técnica decorativa de estos escasos fragmentos
por sus características podría encuadrarse dentro del
grupo definido por M. Retuerce y J. Zozaya (1986),
como "B-3-b-2-b: cuerda seca parcial sin enmarque de
pintura y uno o dos colores vítreos".
La cronología general del yacimiento, por lo que llevamos
visto, nos encuadraría a estos fragmentos en un
contexto de fines del siglo X y principios del siglo XI,
Y definido por la presencia de una mayoría de objetos
pintados, un sólo fragmento de verde y manganeso,
producciones vidriadasmonócromas y algún fragmento
que podríamos considerar como con restos de "manganeso
sobre melado", pero sin ningún ejemplar de
"cuerda seca total".
. Esta cronología y este contexto ceramológico plantea
ciertos problemas a la vista de los últimos resultados
de la investigación sobre esta técnica decorativa. Así,
la mayoría de los autores la consideran como de época
almorávide o de principios del siglo XII (Duda, 1970;
Lerma, 1986; Rosselló Bordoy, 1978); cronología esta
que queda atestiguada en los recientes hallazgos de los
yacimientos de la marca superior, así, lo encontramos
en el "Hisn" de Piraclés (Huesca), con una cronología
de fines del siglo XI (Escó, Senac, 1987); lo mismo
sucede en el yacimiento musulmán cerca de Fraga
(Huesca) (Montón Broto, 1986): o en los hallazgos del
circo romano de Zaragoza (Viladés, 1986), por no citar
las excavaciones de la Iglesia de San Martí de Lérida
(Gallart, Giralt, Miró, 1986), y en la propia ciudad de
Balaguer (Giralt, 1987). En todos estos yacimientos
aparece la "cuerda seca parcial" en los momentos finales
del asentamiento islámico, es decir, en la primera
mital del siglo XII y sin ir acompañada de la "cuerda
seca total"; fenómeno este, totalmente distinto a lo que
sucede en la zona central o Marca Media, en donde la
hallamos junto a la cuerda seca total, pero con la misma
cronología mencionada, baste con consultar el mencionado
estudio de M. Retuerce y J. Zozaya (1986), o
los trabajos de J. Aguado (1986) sobre las producciones
toledanas, o lo que sucede en la zona de Guadalajara
(Pavón Maldonado, 1984). Situación similar es la
que encontramos en el Sharq AI-Andalus, bien patente
en las cerámicas halladas en la ciudad de Valencia
(B azzana , Lérma, 1983), que ya tuvimos ocasión de
estudiar en nuestra Tesis Doctoral referente a la zona
de Denia (Azuar, 1988) y en donde ya planteamos estas
cuestiones a la vista de las producciones murcianas
(Navarro, 1986) de esta época de fines del siglo XI y
primera mitad del siglo XII.
Los datos son contundentes para reafirmar esta cronología
de final de Tarifas para la cuerda seca parcial,
a la que a la "cuerda seca total"; ahora bien, la aparición
de estos escasos fragmentos en este yacimiento,
nos obliga a replantearnos este tema, pues su cronología
es anterior, de fines del siglo X y principios del
siglo XI, Y su contexto ceramológico es anterior al de
la "cuerda seca total".
Revisando los últimos trabajos nos encontramos que
en las excavaciones llevadas a cabo en la Plaza de
Nuestra Señora de la Olivera de Tortosa, en la tercera
fase, junto a las marmitas y jarras pintadas y ataifores
decorados con la técnica del "verde manganeso" con
motivos antropomórficos, aparecen con profusión jarritas
de asas con· pedúnculo central decoradas con la técnica
de la "cuerda seca parcial" y con una clara cronología
de fines del siglo X y principios del siglo XI (Curtó,
Loriente, Rosario, Ros, 1986). Como vemos es un
contexto cultural similar al nuestro y con una cronología
idéntica; lo mismo sucede en las atarazanas de
"Madinat AI-Mariyya" (Almería) fechado como de la
segunda mitad del siglo X (Dominguez Bedmar, y
otros, 1987); éste contexto lo hallamos también en el
alfar del cementerio de San Nicolás de Murcia, es vias
de publicación y que hemos tenido la suerte de ver,
gracias a la cortesía de J. Navarro.
En resúmen, son escasos pero interesantes ejemplos
que corroboran nuestro hallazgo de la Rábita y que
nos situa ante un nuevo horizonte de comprensión de
DE R