'EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS' - Marq

11. 2. Estratigrafía.
La primera campaña no permitió el establecer una
clara estratigrafia, pues el trabajo con un importante
número de obreros y el hallarnos ante un medio natural
muy distinto, es decir, excavar en arena de playa,
nos creó serias dificultades para definir e individualizar
los posibles estratos, y por ello decidimos parar la excavación
cuando llegamos a los paviQ1entos de los edificios;
ello no obsta para que en una primera noticia publicada
en la revista Sharq AI-Andalus, 2 (1985, 129)
mencionásemos la existencia de una capa de color ceniciento
que cubría parte de la calle, sellando un estrato
de unos treinta centímetros de espesor de arenas sobre
los pavimentos, y que interpretábamos como un segundo
momento de habitabilidad del yacimiento.
La primera estratigrafía clara se obtuvo en el transcurso
de la segunda excavación, como mencionamos
en el apartado anterior, y en concreto en la zona de la
mezquita 1, en donde pudimos establecer dos frentes
estratigráficos, uno en el interior de la mezquita y otro
al exterior, jtHltD a su mihrab.
El frente interior de la mezquita, según se reproduce
en la ilustración, presentaba la siguiente secuencia leida
en el sentido inverso: en la parte inferior, el pavimento
del edificio, compuesto por una capa de unos
cinco centímetros de espesor, formado por la compactación
de la arena mezclada con material orgánico, lo
que le confiere una ligera consistencia; sobre él, sellándolo,
una capa de considerable potencia, más de un
metro de espesor de arena, que encerraba los restos
materiales correspondientes al momento de abandono
del edificio y por último, esta capa de arenas, quedaba
sellada por una capa de unos treinta centímetros de
SECCION POR 1
espesor, muy compacta, formada por la descomposición
dél barro de las paredes y techos.
Este corte nos definía claramente el último momento
de habitabilidad del yacimiento, luego un periodo de
abandono caracterizado por esa espesa capa de arenas
y por último, un proceso brusco de destrucción, cuya
descomposición sellaba todo el conjunto.
. Los rasgos esenciales de esta secuencia, pudimos
confirmarlos en el frente exterior al mihrab de esta
mezquita 1, en donde hallamos los siguientes estratos:
el pavimento de la calle, luego una capa de unos veinte
centímetros de espesor de arenas, y sobre ella un estrato
inclinado de unos cuarenta centímetros de potencia
de las mismas características que el hallado en el interior,
pero acompañado de gran cantidad de fragmentos
de los enlucidos interiores de las mezquitas; de tal for­
°ma que entre ellos pudimos rescatar bastantes fragmentos
con incripciones, pertenecientes a los paneles epigráficos
del interior; esta capa estaba acompañada a su
vez de gran cantidad de sillares procedentes de la destrucción
del mihrab, que nos permitió rehacer el arco
interior del mihrab de la mezquita 1.
La tercera campaña corroboró esta estratigrafía en
extensión, ya que al variar sustancialmente el método
arqueológico, como hemos explicado, pudimos definir
estos niveles de forma sincrónica y en toda la superficie
de los edificios; así, nos encontramos, primero con la
arena virgen y debajo de ella el nivel de destrucción,
compuesto por gran cantidad de piedras provenientes
del derrumbe de los muros y acompañado de una extensa
capa de unos diez centímetros de espesor, no uniforme,
sino en grandes manchas que se había formado
por la descomposición de los tapiales de barro de los