'EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS' - Marq

glo IX, motivada por el levantamiento de los muladíes,
así como, de las graves represalias militares y administrativas
subsiguientes a los · intentos de 'Abd AI-Rahman
III de pacificar y controlar la zona, que se plasmaron
en la aceifa realizada por el futuro califa contra los
disidentes de Murcia y Valencia en el año 917
(AZUAR, 1981) y que culminaron con la destitución
de los Banu Sayj como Gobernadores de Callosa-Alicante
en el año 924 y la consiguiente reforma administrativa
del territorio (AZUAR, 1988).
Una vez pacificada la zona, el califa se preocupó de
dos aspectos, uno del control Omeya de toda la zona
costera levantina, y de la defensa militar de la zona,
con el fin de evitar las penetraciones físicas e ideológicas
de los Fatimíes de Egipto.
Respecto al primer punto, baste con analizar la política
de nombramiento de los gobernadores (AZUAR,
1988), y el segundo tema se resolvió con la creación y
fundación de "rábitas" a lo largo de toda la costa mediterránea;
así, conocemos la fundación de las rábitas de
Almería y Tortosa, con el fin de dotar a la zona de una
importante defensa militar y de servir de centro de
aculturación para. la población próxima; en este ámbito,
entendemos nosotros la fundación de esta rábita en
el año 944, según reza la lápida, por un lado defender
militarmente la entrada del Segura y por otro, el que
sirva de foco de aculturación de toda un área, que
como llevamos visto, estaba formada por una población
mayoritariamente muladí.
En esta línea no resulta difícil imaginar, como en el
ecuador del siglo X, a las afueras de la ciudad de AImodóvar
y sobre el solar de su antigua musal.la, se
levantó una rábita que acogería a un importante número
de musulmanes, atendiendo a su tamaño y extensión,
y donde podrían recibir las ayudas y donativos de
importantes familias, como la que construyó los edificios
M-II, M-III Y M-IV dejando constancia en la conocida
lápida fundacional del año 944.
La vida de la rábita siguió desarrollándose de forma
rápida, aumentando paulatinamente su población estable
de musulmanes, así como su importancia religiosa
dentro de Jos ámbitos de AI-Andalus según sus contactos
atestiguados por las cerámicas, que nos hablan de
s
claras relaciones con las marcas medias y superior de
AI-Andalus.
La caida del cqlifato supuso, por razones que nos
son desconocidas, el abandono rápido de la rábita; la
cual, unos años después, quedó definitivamente sepultada
bajo los escombros producidos por el terremoto
que asoló el territorio a mediados del siglo XI, entre
los años 1048-1058.
La rábita no volvió a ser habitada, pero no fue así
con la ciudad de Almodóvar la cual suponemos pudo
recuperarse continuando su vida hasta la conquista del
lugar por los cristianos a mediados del siglo XIII, si
nos atenemos a las noticias que nos aportan las fuentes.
Igualmente, al pervivir esta población no sería extraño
que algunos de sus habitantes visitaran las ruinas de la
rábita, y que en sus paredes dejasen escrito su recuerdo,
como sugiere Carmen Barceló; asímismo, podríamos
presumir de que el lugar abandonado quedará en
el recuerdo como "al-monastir" lo que coincidiría con
la tardía mención del escritor oriental Yaqüt (s. XII) el
cual dice que existe un "al-Monastir" en la costa, entre
Cartagena y Alicante (AZUAR, 1987).
En estas páginas hemos intentado reflejar Jos frutos
de nuestros cuatro años de investigación en una parte
de la rábita, en donde nuestra preocupación mayor ha
sido analizar este yacimiento desde la óptica de la arqueología,
ya que las fuentes son escasas por no decir
nulas, de tal forma que si por ellas hubiera sido, no
existiría esta población; pero gracias a las excavaciones,
sabemos que en el siglo X existió en la zona una
importantísima rábita, la única hasta ahora excavada
en la península, a las afueras de la ciudad de Almodóvar,
la cual es la verdadera "Pompeya islámica" por
descubrir, y es hacia donde dirigiremos nuestros pasos
en un futuro ... ,' pero siempre que se tomen medidas
necesarias para que lo descubierto, no desaparezca por
segunda vez, no como víctima de un terrible terremoto
o del implacable desplazamiento de las dunas, sino por
algo más grave, la burocracia, el desinterés, o la desidia
... ; a veces pienso, si el silencio de mil años que ha
rodeado a esta rábita es fruto de una maldición, cuyo
poder sigue vivo y espero que yo no sea también víctima
de esta fatalidad.