VIII. Providence, 22-27 de agosto de 1983 (volumen I) - Asociación ...

Palabras de acogida de Geoffrey W. Ribbans,
presidente de la Comisión Local Organizadora
Héroe orfool, héroe o necio: así reza el título de un estudio conocido
sobre la máxima obra narrativa en lengua española. No sé si la tarea que
en Brown University hemos emprendido se debería calificar de heroica o
de necia, pero estoy plenamente convencido de que es cabalmente quijotesca.
Sospecho que nuestra empresa, como la magistral creación cervantina,
participa de cierta esencial ambigüedad entre los dos extremos. El hecho
es que somos pocos, muy pocos, los héroes o los necios, los que hemos
tenido la temeridad de organizar este Congreso, el primero de nuestra
Asociación, como todos saben, celebrado en los Estados Unidos. De
las escuelas graduadas norteamericanas más prestigiosas, es indudable que
somos la que menos profesores tiene. En estas condiciones nos hemos
acercado a veces, debo confesarlo, a la desesperación de refugiarnos en el
lema de Brown, In Deo speramus, pero gracias a la excepcional dedicación
de nuestro equipo, que incluye representantes (todos ellos doctorados de
Brown, por cierto), de universidades vecinas, hemos podido salvarnos 1 .
En esta misma mesa presidencial se encuentran los dos amigos, compañeros
que conmigo encabezan este equipo: el vicepresidente de la Comisión
Local, José Amor y Vázquez, y el secretario de la misma, A. David
Kossoff 2 .
1 Al agradecer muy de veras a todos los miembros de la Comisión Local Organizadora, me es
grato destacar a estos representantes: Alice Clemente, de Smith College; James Iffland, de Boston
University; Ruth Kossoff, de la Universidad de Rhode Island; Nelson Orringer, de la Universidad de
Connecticut.
2 Me incumbe sobremanera testimoniar la deuda en que estamos todos los asistentes al Congreso
con los queridos colegas Amor y Kossoff, que durante largos meses y años de preparación no escatimaron
esfuerzos para conseguir el éxito de este Octavo Congreso. Me complace notar que los
excepcionales méritos del secretario del mismo, David Kossoff, a quien le ha tocado forzosamente la
parte más intensa de la organización, han sido reconocidos por el Rey y el gobierno de España al
concederle la encomienda de la Orden de Isabel la Católica en mavo de 1984.