08.05.2013 Views

Untitled - tonisoler

Untitled - tonisoler

Untitled - tonisoler

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

contesté. Me lavé las manos en otro cubo de espejos más pequeño,<br />

apartando el cuerpo todo lo que daban mis brazos para no salpicarme<br />

también la camisa, y salí de los aseos en dirección al purgatorio.<br />

Mientras caminaba por el restaurante podía observar a Sonia<br />

y a sus amigas riendo sin parar y al marido perfecto concentrado<br />

en un punto indeterminado, con las manos apretadas a sus orejas.<br />

“Concesiones”, pensé, poniendo cara de gilipollas y acercándome<br />

poco a poco hacia mi asiento. Sonia y sus compañeras de cotilleo no<br />

paraban de reír y de beber. Estaban animadísimas y parecían disfrutar<br />

despellejando, literalmente, a un sinfín de ex compañeras del colegio.<br />

Yo también bebía, pero con otro propósito: intentar no escucharlas.<br />

Las chatis de enfrente habían dejado de mirar, excepto una, la más<br />

guapa de las cuatro, la que, sin duda, había enviado el mensaje. Era<br />

morena, de pelo liso y facciones bonitas, tenía los mofletes sonrosados<br />

y dos hoyuelos justo debajo que le daban un aspecto de niña buena<br />

al sonreír. Ese rasgo juvenil contrastaba con unas pestañas muy<br />

largas, que expresaban con la mirada todo lo contrario. No podía ver<br />

el color de sus ojos desde donde estaba, pero eran cautivadores. No<br />

dejaba de mirarme con esa preciosa sonrisa y ese semblante pícaro de<br />

complicidad. Sin embargo, yo aún no podía reconocerla. Me sonaba<br />

mucho su cara, sabía que en algún momento de mi vida había tenido<br />

algún tipo de confianza con ella, pero no era capaz de ponerle lugar<br />

ni fecha.<br />

Mi pareja y sus amigas seguían bebiendo y riendo. De vez en<br />

cuando me hacían participe de la conversación, sin conseguir de mí<br />

más monosílabos de los que me apetecía regalar. El partido de fútbol<br />

había concluido y Robert se unió a esa insoportable tómbola de<br />

chismorreo. Sonia era lista. Sabía que yo no lo estaba pasando bien<br />

y, sin embargo, no parecía importarle. De vez en cuando me miraba<br />

de soslayo y me lanzaba algún beso al aire como recompensa por mi<br />

aguante al aburrimiento. Yo ya empezaba a sentirme mareado, más<br />

28

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!