Untitled - tonisoler

—Verás, sabes que en los últimos años he realizado una serie de
inversiones inmobiliarias bastante desafortunadas. He conseguido
deshacerme de algunas de ellas negociando con los bancos y otras las
he vendido por debajo de su coste. La perdida ha sido de millones de
euros, pero he conseguido salvar la fábrica —dijo, con orgullo.
—Zapatero a tus zapatos —solté, casi sin pensar.
—¡Exacto! —exclamó.
—Entonces, ¿cuál es el problema? —pregunté.
—El problema es muy sencillo. Y la solución eres tú.
Silencio. Nos mirábamos fijamente a los ojos, enfrentados en
nuestros asientos e intentando adivinar cada uno lo que pasaba por
la cabeza del otro.
—Aún me queda una cosa por arreglar. Hace aproximadamente
un año y medio, compré unos terrenos en la zona norte de Valencia.
Se suponía que iban a terminar siendo un magnífico campo de golf
de dieciocho hoyos, con una urbanización de viviendas de lujo a su
alrededor. ¿Me vas siguiendo ya? —preguntó con complicidad.
Recordé al instante mi visita de tan sólo hace tres días a un suelo de
esas características. La expresión en su cara me decía que se trataba
del mismo terreno.
—Sé que estuviste hablando con el técnico municipal el viernes —
confesó, con una sonrisa traviesa en la cara.
—No conseguí gran cosa, la verdad. Parece que la actual
corporación de Gobierno no tiene mucho interés en ratificar ese
proyecto. Además, aún no está aprobado el programa por Conselleria;
está pendiente el informe de Impacto Medioambiental, aunque de eso
puedo ocuparme. El problema, en mi opinión, es que hasta que no
cambie el color político del Ayuntamiento, si es que cambia en las
próximas elecciones, va a ser muy difícil sacarlo adelante.
—Lo sé. Precisamente soy yo el que lo está retrasando —dijo,
echándose hacia atrás todo lo que el respaldo de su sillón le permitió.
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