Untitled - tonisoler

Me quedé mirándole con cara de sorpresa. No entendía cómo podía
estar frenando un proyecto en el que tenía dinero invertido y tampoco
sabía de qué manera lo estaba haciendo. Le interrogué con la mirada
durante unos segundos esperando una explicación.
—Voy a serte absolutamente sincero. Confío en ti y en tu discreción
y, como ya te he dicho, en estos momentos eres mi única vía de
salvación.
Aguantó unos segundos más la respuesta en el aire y, por fin,
incorporándose y apoyando las manos en el escritorio, se decidió a
confesar.
—Tengo comprados al alcalde, al secretario y al técnico municipal
para que no se apruebe. Por lo menos, no hasta julio del año que viene.
—Para eso aún quedan doce meses —dije, haciendo un cálculo fácil.
—Cierto, pero las elecciones serán antes de esa fecha y la oposición
está como loca por llevar adelante el proyecto. Yo tengo un cuarenta
y dos por ciento del total de los terrenos que componen el PAI e
invertí nueve millones de euros en su compra. Aún me quedan por
desembolsar otros nueve millones más en esa fecha. Y verás, no los
tengo y, por supuesto, ninguna entidad de crédito está dispuesta a
financiarme. No obstante, si por alguna acción divina o humana no se
aprobase definitivamente antes de julio del año que viene, se resolvería
el contrato de compraventa que firmé, lo cual, no sólo me liberaría
de tener que hacer frente a ese último pago, sino que recuperaría el
ochenta por ciento de lo invertido hasta ahora, ¿comprendes? —me
preguntó.
—Entiendo, pero, ¿dónde entro yo en todo esto? —le pregunté,
aunque ya empezaba a adivinar lo que esperaba de mí.
—Resulta que el cincuenta y ocho por ciento restante de los
terrenos pertenecen ahora al Banco de la Hispanidad, ¿te suena?
—Me suena, sí —contesté con una mueca.
—Y el nuevo delegado de la zona de Levante, que se supone que
debe ocuparse de ponerlo en marcha cuanto antes, casualmente eres
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