Dile adiós a tus temores - ReunidosOnLine
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214 Marcos Witt DILE ADIÓS A TUS TEMORES 215<br />
que Él nos conozca a nosotros y nosotros lo conozcamos a Él. Mien<br />
tras más tiempo de intimidad pasemos con Él, mayor será la profundi<br />
dad de la relación entre nosotros. Como en cualquier amistad, la clave<br />
se encuentra en la palabra «tiempo». Si nunca invertimos tiempo en<br />
una amistad, nunca florecerá. Si no pasamos tiempo con nuestra fami<br />
lia, nunca seremos amigos. Si no pasamos tiempo con nuestro cón<br />
yuge, nunca desarrollaremos el nivel de intimidad que se requiere<br />
para mantener una buena relación matrimonial. De la misma manera<br />
sucede con Dios. Nunca lo podremos conocer si no pasamos tiempo<br />
con Él. Debemos verlo como una parte vital y fundamental en el desa<br />
rrollo de nuestra relación con Él. Lo que necesitamos es pasar más<br />
tiempo con Dios.<br />
Como hemos aprendido hasta aquí, el temor es una fortaleza<br />
que se levanta frente a lo que se desconoce. Al mismo tiempo, com<br />
prendimos que aquello que oímos producirá fe o temor, y cuando<br />
sembramos temor, la cosecha producirá tormento en nuestra vida. Sin<br />
embargo, mientras más tiempo pasemos desarrollando una relación<br />
con Dios, menos pasaremos operando en temor. Cuando ejercitamos<br />
nuestro amor a Dios haciendo 10 que Él nos dice que hagamos, el<br />
temor abandona nuestra vida. Mientras cultivemos el amor por el<br />
Padre, caminaremos en ausencia de temor. La preocupación y el temor<br />
son cánceres que tratan de destruimos desde nuestro interior. Ambas<br />
son armas de tormento. Si finalmente aceptáramos el infinito poder<br />
del Padre y Su amor por nosotros, nunca caminaríamos más en el<br />
temor. Dios nos creó y está al tanto de todo 10 que nos sucede.<br />
Podemos acercamos «con confianza al trono de la gracia para<br />
que recibamos el oportuno socorro» (Hebreos 4 :16).<br />
Comenzamos este libro hablando acerca de que «en el amor no<br />
hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor» (1 Juan 4:8).<br />
Pero al llegar al final de estas páginas quisiera concluir con una afir<br />
mación absoluta que deseo resumir en esta frase: «Cuando logre com<br />
prender que todas las emociones negativas provienen del temor y las<br />
positivas del amor, empezaré a llenarme del amor de Dios y a libe<br />
rarme de los miedos».