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MARVIN HARRIS, NUESTRA ESPECIE.pdf - faces

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El árbol de la vida<br />

Queda la cuestión de saber dónde y cuándo apareció el afarensis. En el período comprendido<br />

entre hace 4 y 8 millones de años, el registro fósil sobre el origen de los homínidos aparece casi en<br />

blanco. Todo lo que sabemos es que hace 8 millones de años vivieron en Africa varios tipos de simios<br />

extinguidos hace mucho tiempo, unos grandes, otros pequeños, que se caracterizaban por presentar<br />

gran diversidad de mandíbulas y dientes. Los especialistas en evolución de primates no humanos han<br />

propuesto de vez en cuando a una u otra de estas criaturas como antepasados de los homínidos. Pero<br />

no ha podido probarse ninguna de estas afirmaciones. Véase el reciente destronamiento de los simios<br />

de una especie con 9 millones de años, denominada Ramapithecus, tenidos hace algún tiempo por<br />

antecesores del afarensis y ahora, conforme a datos más recientes, considerados antepasados del<br />

orangután.<br />

Para hacerse una idea de los antepasados del afarensis pueden utilizarse, a falta de fósiles,<br />

varios métodos bioquímicos. Un conjunto de procedimientos se basa en el análisis de las cadenas de<br />

aminoácidos presentes en proteínas como la hemoglobina. Cuanto mayor es el parecido entre las<br />

cadenas, más estrecha es la relación entre las especies. Las técnicas recombinantes que determinan las<br />

secuencias reales de pares básicos presentes en los genes permiten conseguir mediciones más precisas<br />

de las diferencias genéticas entre dos especies. Con otro procedimiento se mide la fuerza respectiva de<br />

las reacciones inmunológicas creadas por la introducción de una sustancia extraña determinada en la<br />

sangre de dos especies diferentes. Cuanto más parecida es la fuerza de la reacción, más cercano es el<br />

parentesco entre las especies. Como cabía esperar de los datos anatómicos, todos estos procedimientos<br />

muestran que los humanos y los simios vivientes de Africa -chimpancés y gorilas tienen entre sí una<br />

relación más estrecha que con otras especies.<br />

Las técnicas inmunológicas pueden utilizarse también para calcular el tiempo transcurrido<br />

desde el comienzo de la separación de dos especies, siempre que las diferencias inmunológicas se<br />

acumulen al mismo ritmo durante un largo período de tiempo. Basándose en este supuesto, Vincent<br />

Sarich, de la Universidad de California en Berkeley, considera que gorilas, chimpancés y seres<br />

humanos tuvieron un antepasado común hace no más de 6 millones de años, lo que significa que el<br />

afarensis nos sitúa a 1 ó 2 millones de años del antepasado común de los grandes simios y los<br />

homínidos.<br />

El árbol de la vida ha crecido, ramificándose y echando tallos y retoños durante más de 3.000<br />

millones de años. Entre las ramas que pertenecen al orden de los primates, existe una con 30 millones<br />

de años que corresponde a los simios. En los retoños que florecen al final de una de las ramificaciones<br />

de esta rama se sitúan los grandes simios vivos de Africa. Cerca, en un lugar oculto aún por el follaje,<br />

la rama de los simios da origen a la que ocupa nuestra familia zoológica: los homínidos. Nuestra<br />

especie, género Homo, especie sapiens (Horno sapiens), es un retoño de una ramita situada al final de<br />

ésta.<br />

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