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Las hormigas - Fieras, alimañas y sabandijas

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gías, son capaces de asumir todas las derivaciones más perversas del acuerdo mercenario.<br />

<strong>Las</strong> grandes federaciones de <strong>hormigas</strong> rojas se contentaron reforzando su ejército con numerosas<br />

legiones de <strong>hormigas</strong> extranjeras, todas ellas unidas bajo la única bandera olorosa belokiana.<br />

La 103.683 se acerca a las mercenarias enanas. Les pregunta si han oído hablar de la creación de<br />

una arma secreta en Shi-gae-pu, un arma capaz de acabar en un momento con toda una expedición de<br />

veintiocho <strong>hormigas</strong> rojas. <strong>Las</strong> enanas contestan que nunca han visto ni oído hablar de nada tan eficaz.<br />

<strong>Las</strong> 103.683 pregunta a otras mercenarias. Una amarilla pretende haber asistido a tal prodigio. Sin<br />

embargo, no se trataba de un ataque de enanas... sino de una pera podrida que había caído<br />

inesperadamente de un árbol. Todo el mundo emite chispeantes feromonas de risa. Ese es el sentido<br />

del humor típico de las amarillas.<br />

103.683 sube a una sala donde se entrenan unas colegas. <strong>Las</strong> conoce individualmente a todas ellas.<br />

La escuchan con atención y creen lo que dice. El grupo de «investigación del arma secreta de las<br />

enanas» pronto reúne a más de treinta guerreras decididas. ¡Ah, si 327 lo viese!<br />

Atención, una banda organizada intenta destruir a aquellas y aquellos que hacen averiguaciones.<br />

Seguramente son mercenarias rojas al servicio de las enanas. Se las puede identificar, todas ellas<br />

huelen a roca.<br />

Como medida de seguridad, deciden tener su primera reunión en lo más profundo de la ciudad, en<br />

una de las salas más bajas del nivel quincuagésimo. Nadie baja nunca hasta allí, así que deberían tener<br />

tranquilidad para preparar su ofensiva.<br />

Pero el cuerpo de 103.683 le indica una brusca aceleración del tiempo. 23°. Se despide y se apresura<br />

para acudir a su cita con 327 y 56.<br />

ESTÉTICA. ¿Qué hay que sea más hermoso que una hormiga? Sus líneas son curvas y<br />

depuradas, su aerodinamismo perfecto. Toda la carrocería del insecto está estudiada para<br />

que cada miembro encaje perfectamente en el lugar previsto a este efecto. Cada articulación<br />

es una maravilla mecánica. <strong>Las</strong> placas encajan como si las hubiese concebido un diseñador<br />

asistido por un ordenador. Nada rechina, no hay ni un roce. La cabeza triangular penetra en<br />

el aire, las patas largas y articuladas le prestan al cuerpo una cómoda suspensión a ras del<br />

suelo. Es como un automóvil deportivo italiano.<br />

<strong>Las</strong> garras le permiten caminar por el techo. Los ojos tienen una visión panorámica de<br />

180°. <strong>Las</strong> antenas reciben selectivamente miles de informaciones para nosotros invisibles, y<br />

su extremidad puede servir como martillo. El abdomen está lleno de bolsillos, esclusas,<br />

compartimentos en los que el insecto puede almacenar productos químicos. <strong>Las</strong> mandíbulas<br />

cortan, pinzan, cogen. Una red formidable de tubos internos le permite lanzar mensajes<br />

olorosos.<br />

50<br />

EDMOND WELLS<br />

Enciclopedia del saber relativo y absoluto.<br />

Nicolás no quería irse a dormir. Aún estaba ante el televisor. <strong>Las</strong> noticias acababan de terminar con<br />

el anuncio del regreso de la sonda Marco Polo. La conclusión era que no había el menor vestigio de<br />

vida en los sistemas solares próximos. Todos los planetas que la sonda había visitado sólo habían<br />

ofrecido imágenes de desiertos rocosos o de superficies líquidas amoniacales. Ni el menor musgo, ni la<br />

más pequeñas ameba, ni el menor microbio.<br />

Y Nicolás se dijo: «¿Y si papá tuviese razón? ¿Y si fuésemos la única forma de vida inteligente de<br />

todo el universo?» Evidentemente, resultaba decepcionante, pero parecía ser verdad.<br />

Tras las noticias, daban un gran reportaje de la serie «Culturas del mundo», dedicado hoy al<br />

problema de las castas en la India.<br />

«Los hindúes pertenecen de por vida a su casta de nacimiento. Cada casta funciona según su propio

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