Preparación para Movilización - Paul-Timothy

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Preparación y Movilización –Libro 3
© 2000 Patterson y O´Connor
III. TRATAMIENTO DE LOS SENTIMIENTOS
DOLOROSOS
A. Cómo reconocer los síntomas de una
enfermedad mental
Si una persona sufre de una enfermedad mental, no debemos decir que
está en pecado. Tampoco debemos decir que le falta la fe en Dios. Las
enfermedades mentales son como las del cuerpo. Pueden pegar a cualquier
persona, al justo igual que al injusto. A veces una enfermedad viene por el
pecado, a veces no (Juan 9:1-3; Job 2:3-9). ¿Por qué no debemos pensar
que una enfermedad de la mente sólo viene por el pecado?
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Los primeros síntomas de una enfermedad mental se miran cuando las
ideas de uno llegan a un extremo. Causan daño a la persona y a su familia.
No se refiere a ideas diferentes sino extremas y dañinas. Esto se aplica en
los siguientes párrafos.
Hay distintos tipos de personalidades. Dios ha hecho a cada
persona distinta. No debemos buscar que cada persona tenga ideas iguales.
Cada persona debe aceptar la personalidad y las capacidades que Dios le ha
dado. No tratemos de cambiar las personas sólo por motivo de sus
diferencias.
Pero una persona puede dejar que sus ideas le lleven a un extremo
perjudicial. Cuando sus pensamientos dañan a sí mismo o a otras personas,
debemos aconsejarle. Cuando vemos un cambio radical en la manera de
vivir de una persona, sin ver ninguna razón, debemos tener una charla con
ella para aconsejarle. Debemos escucharle hasta averiguar lo que está
molestándole. Pueden ser necesarias varias sesiones. ¿Cuáles son las
ideas extremas que hacen daño? Consideremos las distintas ideas y
personalidades: