Preparación para Movilización - Paul-Timothy

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Preparación y Movilización –Libro 3
© 2000 Patterson y O´Connor
nada. Se opone a cambios buenos en el hogar y en la iglesia. Como Simón
el fariseo, sólo mira lo malo en otras personas e ideas. Cuando es tan burro
que no hace caso a las ideas de otros, debemos aconsejarle. Debemos
animarle a trabajar mejor con otras personas con nuevas ideas y mostrarle el
beneficio.
Si no le aconsejamos bien, puede llegar a tal extremo que está tan
desanimado y triste que no quiere hablar con nadie o no come. Entonces, él
necesita ayuda profesional. Tendremos que aconsejarle que consulte a un
médico.
La persona desanimada que pasa días sin hablar ni comer necesita
(atención profesional / regaño). Respuesta: Necesita la atención de un
médico siquiatra.
3. EL PERRITO JUGUETÓN
El perrito juguetón representa a personas
que son amigos de todos.
Otro tipo de personalidad es como el perrito
juguetón. Es amigo de todos. Sigue a cualquier
persona. Esta amistad espontánea es muy
buena. Pero si Dios no controla estos
pensamientos, llegan a un extremo peligroso. Uno corre cuando se presenta
la necesidad de ser serio o formal. Sólo busca diversión y rehusa aceptar
responsabilidades. Como el payaso en el circo, sólo sirve para jugar y
bromear. Su optimismo inocente se convierte en un descuido. Su amistad
espontánea le lleva a tener demasiada confianza. No resiste las tentaciones
de sus amigos mundanos. Descuida a su familia; bebe con sus compañeros
incrédulos. No tiene convicciones firmes. Es como Esaú que vendió su
herencia por una sopa. Entonces necesita consejo. Debemos aconsejarle a
confirmar sus convicciones cristianas. Debemos animarle a estar firme y a
guardar amistades entre los hermanos más firmes y formales en la iglesia.
Si no le aconsejamos bien, puede caer más en su error, hasta que
pasa un día alegre y otro día triste, arriba y abajo como un yoyo. Entonces
necesita ayuda profesional. Debe consultar con un médico si manifiestan dos
distintas personalidades, una formal y otra descuidada. Si no les importa más
lo que la gente piensa de ellos, si comienzan a hacer cosas ofensivas o
vestirse demasiado descuidados, o si olvidan todas sus responsabilidades,
necesitan atención de un médico: están enfermos de la mente.