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Spanish - Seventh Day Adventist Reform Movement

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tiempo. El apóstol nos advirtió:<br />

“¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis<br />

que la amistad del mundo es<br />

enemistad contra Dios? Cualquiera,<br />

pues, que quiera ser amigo<br />

del mundo, se constituye enemigo<br />

de Dios” (Santiago 4:4).<br />

A pesar de que nuestro divino<br />

Amigo nos amó y murió por nosotros<br />

pecadores, no se avergüenza<br />

de ser llamado “amigo de publicanos<br />

[recaudadores de impuestos] y<br />

de pecadores” (Mateo 11:19), sin<br />

embargo, no rebaja sus santas normas.<br />

Ama a los pecadores pero no<br />

sus pecados.<br />

Por lo tanto debemos separarnos<br />

de la mundanalidad. Debemos<br />

tener especial cuidado de no participar<br />

en las cosas que hacen nuestros<br />

amigos mundanos.<br />

“Los cristianos que se asocian<br />

con compañías mundanas se están<br />

perjudicando a sí mismos y están<br />

descarriando a otros. Los que temen<br />

a Dios no pueden elegir a los<br />

irreligiosos como compañeros sin<br />

resultar dañados. En esas asociaciones<br />

son puestos bajo la influencia<br />

de principios y costumbres<br />

mundanales, y por influencia de la<br />

compañía y el hábito, la mente<br />

llega a conformarse cada vez más<br />

a las normas mundanas. Su amor<br />

a Dios se enfría, y no tienen más<br />

deseos de estar en comunión con<br />

Él. Llegan a ser ciegos espirituales.<br />

No logran ver ninguna diferencia<br />

particular entre el transgresor<br />

de la ley de Dios, y los que<br />

temen a Dios y guardan sus mandamientos.”<br />

4<br />

También tenemos que tener<br />

cuidado con las cosas de nuestros<br />

amigos dentro de la iglesia. Cristo<br />

es nuestro único Modelo —no<br />

los mortales errados. Hacemos<br />

bien en recordar las palabras del<br />

apóstol:<br />

“Pero en una casa grande, no<br />

solamente hay utensilios de oro y<br />

de plata, sino también de madera<br />

y de barro; y unos son para<br />

usos honrosos, y otros para<br />

usos viles.<br />

“Así que, si alguno se limpia<br />

de estas cosas, será instrumento<br />

para honra, santificado, útil al<br />

Señor, y dispuesto para toda<br />

buena obra” (2 Timoteo 2:20,<br />

21).<br />

Pablo no escondió el hecho<br />

que aun entre cristianos hay los<br />

que no sirven al Señor fielmente,<br />

y él aconsejó a Timoteo a separarse<br />

de los tales.<br />

Alguien puede asistir a las reuniones<br />

de la iglesia o tener padres<br />

piadosos o aun ser registrado en el<br />

libro de la iglesia. Eso no es suficiente<br />

para tener una amistad íntima<br />

con esa persona. La Biblia<br />

dice: “Aun el muchacho es conocido<br />

por sus hechos, si su conducta<br />

fuere limpia y recta” (Proverbios<br />

20:11). Por lo tanto, si las actividades<br />

de una persona no son puras y<br />

rectas, sigue el consejo de Pablo y<br />

apártate de tales actividades.<br />

Dios quiere que elijamos cuidadosamente<br />

a nuestros amigos<br />

porque sabe que seremos afectados<br />

por ellos. Sabe que influyen<br />

en la manera en que hablamos, la<br />

manera en que nos vestimos, la<br />

manera en que cantamos, la manera<br />

en que rendimos culto, y así<br />

sucesivamente. El sabio explicó:<br />

“Hierro con hierro se aguza; Y así<br />

el hombre aguza el rostro de su<br />

amigo” (Proverbios 27:17).<br />

“No erréis; las malas conversaciones<br />

corrompen las buenas costumbres”<br />

(1 Corintios 15:33).<br />

“Huye también de las pasiones<br />

juveniles, y sigue la justicia, la fe,<br />

el amor y la paz, con los que de<br />

corazón limpio invocan al Señor”<br />

(2 Timoteo 2:22).<br />

LA RECOMPENSA DE LA AMISTAD<br />

DE CRISTO<br />

Jesús prometió bendiciones<br />

para el que elige su amistad en lugar<br />

de la amistad del mundo. Recibirá<br />

“cien veces más ahora en<br />

este tiempo; casas, hermanos, hermanas,<br />

madres, hijos, y tierras,<br />

con persecuciones; y en el siglo<br />

venidero la vida eterna” (Marcos<br />

10:30).<br />

Si elegimos el mundo recibiremos<br />

lo que el mundo puede darnos,<br />

pero si elegimos a Jesús re-<br />

cibiremos lo que Jesús puede<br />

darnos. “Y el mundo pasa, y sus<br />

deseos; pero el que hace la voluntad<br />

de Dios permanece para<br />

siempre” (1 Juan 2:17).<br />

Los amigos se defienden unos<br />

a otros. ¿Quieres que Jesús te defienda<br />

ahora así como en el día<br />

del juicio?<br />

Hace muchos años un hombre<br />

fue acusado de un crimen, entonces<br />

pidió a sus amigos que lo ayudaran.<br />

El primer amigo contestó:<br />

“La única cosa que puedo hacer es<br />

comprar un traje nuevo para ti.”<br />

El segundo dijo: “La única cosa<br />

que puedo hacer es llevarte en automóvil<br />

y escoltarte hasta la puerta<br />

del tribunal.” El tercero dijo:<br />

“Compraré un nuevo traje, te llevaré<br />

en automóvil y te escoltaré al<br />

tribunal, y hablaré por ti ante el<br />

juez.”<br />

El primer amigo representa<br />

nuestro dinero —lo único que<br />

puede hacer por nosotros al fin<br />

es la compra del ataúd. El segundo<br />

representa a nuestros<br />

amigos —lo único que pueden<br />

hacer por nosotros al final es<br />

llevarnos a la tumba. El tercero<br />

es Jesús, quien puede darnos el<br />

nuevo traje de su justicia, puede<br />

llevarnos a través del tiempo<br />

que estamos durmiendo en la<br />

tumba y puede defendernos ante<br />

el trono del juicio.<br />

Será el juez (Juan 5:22), pero<br />

ahora quiere ser tu abogado (1<br />

Juan 2:1).<br />

Por lo tanto, elijamos hoy las<br />

bendiciones de su amistad. A todos<br />

los que hacen esta elección, el<br />

Señor dice: “Ya no os llamaré<br />

siervos, porque el siervo no sabe<br />

lo que hace su señor; pero os he<br />

llamado amigos, porque todas las<br />

cosas que oí de mi Padre, os las<br />

he dado a conocer” (Juan 15:15).<br />

Referencias:<br />

1 Palabras de Vida del Gran Maestro,<br />

págs. 154, 155.<br />

2 El Deseado de Todas las Gentes, pág. 33.<br />

3 Testimonios para la Iglesia, tomo 1, pág.<br />

278.<br />

4 Mensajes Selectos, tomo 2, pág. 147.<br />

The <strong>Reform</strong>ation Herald, Vol. 49, No. 6 31

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