en pdf - Libre Pensamiento
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ocurri<strong>en</strong>do lo que hay que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tar. Todos los estudios<br />
de victimización que exist<strong>en</strong> indican que siete de cada<br />
diez víctimas del hampa desbordada ca<strong>en</strong> <strong>en</strong> los barrios.<br />
En consecu<strong>en</strong>cia, una política de seguridad que <strong>en</strong> vez<br />
de hacerse “bu<strong>en</strong>a pr<strong>en</strong>sa” busque salvar vidas t<strong>en</strong>dría<br />
que t<strong>en</strong>er a los barrios como esc<strong>en</strong>ario prefer<strong>en</strong>te de<br />
sus esfuerzos.<br />
Ahora bi<strong>en</strong>, ubicados los barrios como el espacio prefer<strong>en</strong>te<br />
para el combate contra el hampa, ¿qué hacer allí?<br />
Cuando la policía va a los barrios, g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te lanzan<br />
redadas indiscriminadas. Paradas de autobuses, camionetas<br />
y rústicos que cubr<strong>en</strong> rutas troncales se v<strong>en</strong> asediadas<br />
por funcionarios exigi<strong>en</strong>do docum<strong>en</strong>tos de id<strong>en</strong>tidad<br />
y someti<strong>en</strong>do a pasajeros y transeúntes a requisas,<br />
muchas veces humillantes. La g<strong>en</strong>te del barrio es tratada<br />
como criminales, mi<strong>en</strong>tras los auténticos delincu<strong>en</strong>tes<br />
disfrutan del espectáculo desde la seguridad de sus guaridas.<br />
Las pocas, poquísimas veces que la fuerza pública<br />
se aproxima a los escondites de los criminales lo hac<strong>en</strong><br />
con las luces de las “cocteleras” <strong>en</strong>c<strong>en</strong>didas y las sir<strong>en</strong>as a<br />
todo volum<strong>en</strong>, como dici<strong>en</strong>do “aquí vamos, escóndanse o<br />
váyanse, no los queremos <strong>en</strong>contrar…”<br />
Si el mal es el delito y el terr<strong>en</strong>o son los barrios, lo<br />
que supuestam<strong>en</strong>te no debe hacerse es hostigar a toda<br />
la población, irrespetando a qui<strong>en</strong>es merec<strong>en</strong> protección<br />
<strong>en</strong> vez de nuevas agresiones. Lo que procedería es ubicar<br />
los focos. Y <strong>en</strong> los barrios tales sitios son bi<strong>en</strong> conoci-<br />
dos: los lugares <strong>en</strong> que se v<strong>en</strong>de piedra, crack, cocaína y<br />
hasta heroína; las “conchas” <strong>en</strong> las que se suele guardar<br />
y repartir el botín de robos y asaltos; los lugares para<br />
“<strong>en</strong>friar” vehículos robados, los “deshuesaderos” para<br />
tales vehículos cuando son destinados a la v<strong>en</strong>ta de<br />
repuestos e incluso los lugares para la quema de aquellos<br />
que son utilizados para cometer otros crím<strong>en</strong>es; todos<br />
esos núcleos de la actividad criminal son más que conocidos<br />
por cualquiera que viva o visite el barrio, con la<br />
curiosa excepción de los atolondrados integrantes de la<br />
fuerza pública.<br />
Ese sospechoso despiste policial debe t<strong>en</strong>erse <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta<br />
al considerar la relación de viol<strong>en</strong>cia criminal con narcotráfico<br />
y armam<strong>en</strong>tismo. Es claro según las estadísticas,<br />
que un <strong>en</strong>orme porc<strong>en</strong>taje de los caídos son víctimas de<br />
armas de fuego, y que <strong>en</strong> la inm<strong>en</strong>sa mayoría de los casos<br />
los victimarios se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran bajo efecto de las drogas (o<br />
están protegi<strong>en</strong>do o int<strong>en</strong>tando agrandar el área <strong>en</strong> que<br />
controlan su tráfico y distribución). Pero lo cierto es que<br />
el desarme (como política de Estado, no como “operativo”<br />
ejecutado para las cámaras y por cortos períodos) y<br />
la real destrucción de circuitos mayores del narcotráfico,<br />
tropiezan con el insuperable obstáculo de las múltiples<br />
complicidades y relaciones simbióticas <strong>en</strong>tre organizaciones<br />
delictivas y qui<strong>en</strong>es hipotéticam<strong>en</strong>te deb<strong>en</strong> combatirlas<br />
[ver Hernández Parra 2010]. De seguidas, veamos<br />
este tema con algo más de detalle.<br />
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