CUBIERTAS CINE - Arce Media

cine ´07
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Autorregulación en Cine
La labor de AUTOCONTROL ha
sido especialmente patente en el
marco de la publicidad del cine.
Concretamente, en el sector cine,
la actividad de AUTOCONTROL se
centró, en su momento, en potenciar
la autorregulación frente al
control previo ejercido por el
Instituto de la Cinematografía y
las Artes Audiovisuales (ICAA).
Control previo que desapareció en
1999 tras el Convenio firmado
entre el ICAA, AUTOCONTROL y
los distribuidores.
Los motivos aducidos por dicho
sector para exigir mayores cuotas
de libertad eran diversos y todos
ellos dignos de un estudio en profundidad:
el control previo era una
reminiscencia anterior a la aprobación
de la Ley General de
Publicidad que en el nuevo contexto
carecía de sentido; la primacía
del contenido publicitario
sobre la obra audiovisual en la que
se encuentra; la posibilidad de una
autorregulación de los contenidos
publicitarios; la existencia de normas
diversas en diferentes comunidades
autónomas o la necesidad
de eliminar trámites burocráticos
que coartan la rapidez que necesita
el sector publicitario para dar a
conocer los productos.
Consecuencia de esto y gracias
a la baja conflictividad del sector, se
acordó con la Administración
poner fin al control previo ejercido
por el ICAA, dejando a la industria
la oportunidad de autorregularse.
De manera simultánea a la desaparición
de este control previo,
AUTOCONTROL suscribió un compromiso
ético, junto con las tres
agencias de exclusivas de publicidad
cinematográfica (Distel -ahora
Discine-, Movierecord y R.M.B -
ahora Screenvision-), al asumir el
“Código Ético de publicidad en
Cine”, recuperando tanto la industria
como la sociedad un área de
responsabilidad que hasta entonces
había estado en manos de la
Administración.
Con este Código, formado por
un conjunto de normas aplicables
a las películas publicitarias proyec-
El Jurado de la publicidad
de AUTOCON-
TROL es el encargado
del control del cumplimiento
de las normas
que forman el
Código Ético de
Publicidad en Cine
tadas en las salas de cine, tanto las
agencias de exclusivas de publicidad
cinematográfica como AUTO-
CONTROL, quisieron mostrar su
auténtica voluntad de compromiso
ético con los consumidores, el
mercado y la sociedad en pro de
una comunicación comercial responsable.
A través de este código,
las agencias de exclusivas de
publicidad en cine se comprometieron
a cumplir las normas contempladas
en él, a visionar las películas
publicitarias antes de ser
enviadas a las salas de cine para su
exhibición con la finalidad de evaluar
sus contenidos y procurar una
correcta aplicación de las normas
deontológicas recogidas en este
Código y a nombrar a una persona
encargada de hacer un seguimiento
de la aplicación del Código
que estuviera en contacto permanente
con AUTOCONTROL.
El Jurado de la publicidad de
AUTOCONTROL es el encargado
del control del cumplimiento de las
normas que forman el Código
Ético de Publicidad en Cine resolviendo,
de conformidad con lo previsto
en el Reglamento, las controversias
que le sean presentadas por
cualquier empresa, entidad, consumidor
o asociación que tenga interés
legítimo en que se proceda en
relación con una determinada película
publicitaria, por infracción de
las normas deontológicas reguladoras
de la actividad publicitaria en
general o de la publicidad de cine
en particular.
A día de hoy la
publicidad en cine
sigue siendo un
sector con muy baja
conflictividad
Este código, recoge, además de
los principios generales (veracidad,
legalidad...) normas específicas
referidas a la protección de los
menores, la publicidad de las bebidas
alcohólicas, tabaco y promoción
de películas, y a él se suscribieron
numerosas salas de cine de
toda España.
Para que el compromiso asumido
fuera visible, las salas de cine
adheridas al Código podían exhibir
en sus establecimientos la
pegatina de adhesión al Código
Ético de Publicidad. La pegatina,
reflejo externo del compromiso
adquirido con la sociedad en
beneficio de los espectadores, fue
expuesta por medio centenar de
salas. A través de su adhesión,
éstas se comprometían a respetar
las normas contenidas en el código
y a “informar a los exclusivistas,
con la suficiente antelación,
sobre las películas cinematográficas
que se iban a exhibir y sobre la
calificación que hubieran obtenido
en el ICAA”.
Aunque han pasado varios
años desde la puesta en marcha
de este sistema de autorregulación,
la industria publicitaria, fiel al
compromiso adquirido en ese
momento, sigue apostando por la
autorregulación y, por supuesto,
por la prevención, lo que hace que
a día de hoy la publicidad en cine
siga siendo un sector con muy
baja conflictividad, que ha sabido
autorregularse muy bien y del que
apenas se reciben reclamaciones.