La amistad espiritual - Autores Catolicos
La amistad espiritual - Autores Catolicos
La amistad espiritual - Autores Catolicos
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
UN EJEMPLO DE LA PROPIA EXPERIENCIA<br />
[33.] W ALTER DANIEL. - No te enojes si habla. Desea saber si consideras iracundo a aquel a<br />
quien ya antes mencionó Graciano Y que has recibido en tu <strong>amistad</strong>.<br />
[34.] ELREDO - Sí, pero no en la <strong>amistad</strong>.<br />
[35.] GRACIANO. - Par favor, ¿qué significa no ser colérico en la <strong>amistad</strong>?<br />
[36.] ELREDO. - ¿Dudáis de nuestra <strong>amistad</strong>?<br />
GRACIANO. - De ninguna manera.<br />
ELREDO. - ¿Cuándo oísteis que haya habido entre nosotras riñas, ira, disensiones, emulaciones a<br />
contiendas?<br />
GRACIANO. - Nunca, pero no la atribuimos a él, sino a tu paciencia.<br />
[37.] ELREDO. - Erráis. Porque ira que no refrena el afecto, nunca será refrenada por la paciencia<br />
de otro.. <strong>La</strong> paciencia sólo sirve para excitar más al furor"" porque el colérica experimenta algún<br />
alivio cuando el otro, poniéndose a su altura, accede a discutir.<br />
En cuanto al amigo de quien estamos hablando, tanto respeta los derechos de nuestra <strong>amistad</strong>, que si<br />
alguna vez llega a excitarse a decir algo inconveniente, un sólo gesto me basta para calmarlo. Nada<br />
dice en público que me pueda molestar y para desahogarse busca siempre la intimidad.<br />
[38.] No lo tendría por tan virtuoso y digno de alabanza, si no obrara así por <strong>amistad</strong>. Y cuando,<br />
coma suele pasar, discutimos en algo, cede a mis deseos, aunque a menudo es mi voluntad la que se<br />
pliega a la suya.<br />
LAS ACTITUDES CON QUE PODEMOS CORREGIR AL AMIGO<br />
[39.] WALTER DANIEL. - Ya has satisfecho suficientemente a Graciano.. Quisiera que ahora me<br />
escuches: si alguno, incautamente, se une en <strong>amistad</strong> con sujetos indeseables, de los que ya nos<br />
previniste, o si personas dignas de nuestra elección, según los criterios que no. diste, llegan a caer en<br />
los mismos o en peores defectos, ¿qué fidelidad se les debe guardar o qué conducta debemos tener<br />
con ellos?<br />
[40.] ELREDO. - Si es posible, debemos ser muy prudentes en la elección y probación, no sea que<br />
nos apresuremos a entregar nuestra dilección a los indignos. Son dignos de la <strong>amistad</strong> aquellos en<br />
quienes se dan motivos suficientes para nuestra dilección. Sin embargo, también en los que han sido<br />
probados y reputados dignos aparecen con frecuencia defectos, tanto en sus relaciones con sus<br />
amigos como con los extraños, que redundan en infamia para los amigos. A tales amigos se les debe<br />
atender con todo cuidado para que sanen. [41.] Si no se lo consiguiera inmediatamente, no por eso<br />
se debe romper al punto la <strong>amistad</strong>, 'sino, como dijo alguien elegantemente: Conviene ir<br />
paulatinamente deshabituándose, a no ser que se trate de tan intolerable injuria, que no sea recto ni<br />
honesto diferir la separación o la ruptura. o. Pues si un amigo tramase algo contra su padre o su<br />
patria y necesitara una inmediata e indiferible corrección, no es traicionar la <strong>amistad</strong> descubrirlo<br />
como enemigo público.<br />
EL CASO DE LA AMISTAD QUE SE ROMPE<br />
[42.] Existen otros vicios, por cuya causa no se debe romper la <strong>amistad</strong> sino disolverla de a poco, sin<br />
llegar, con todo, a la enemistad, fuente de contiendas y afrentas: Es vergonzoso estar en guerra con<br />
quien se ha vivido familiarmente:'<br />
[43.] En vano sufrirías los defectos del que recibiste en tu <strong>amistad</strong>. Hay algunos que, aunque se<br />
porten de forma que no pueden ser amados, si llega a sucederles algo desagradable, echan la culpa al<br />
29