La amistad espiritual - Autores Catolicos
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disimular por causa del lugar y hasta excusado, sin faltar con todo a la verdad, esperando hallarse<br />
solos para darse la debida corrección. Del mismo modo, cuando el amigo anda con la cabeza<br />
ocupada en muchas cosas, no es el momento propicio para una advertencia e, igualmente, cuando<br />
está conmovido o perturbado, hasta que, sosegado el tumulto, sea capaz de oír la corrección. [113.]<br />
Cuando el rey David, arrastrado por la concupiscencia, añadió el homicidio al adulterio, el profeta<br />
Natán, que debía corregido, por deferencia a la majestad real, no le reprochó su crimen súbitamente<br />
ni con ánimo ofuscado. Antes bien, convenientemente lo disimuló y, por su prudencia, obtuvo que<br />
contra si mismo declarara el rey!<br />
LA AMISTAD Y LOS FAVORES ENTRE AMIGOS. EL EJEMPLO DE JESÚS, PEDRO y<br />
JUAN<br />
[114.] W ALTER DANIEL. - Esta distinción me gusta mucho. Dime ahora: si un amigo fuera<br />
poderoso, capaz de promover a honores y dignidades a quien quisiera, ¿debe favorecer a los que<br />
ama y le aman, anteponiendo los que ama más a los que ama menos? 21<br />
[115.] ELREDO. - Es interesante estudiar cómo se debe cultivar la <strong>amistad</strong> en esa situación. Hay<br />
algunos que no se creen amados cuando no se los promueve; se tienen por despreciados si no se les<br />
da un cargo o un puesto. De donde sabemos que se han originado no pequeñas discordias entre los<br />
que se consideraban amigos. Así, a la indignación siguió la separación, y a la separación la<br />
maledicencia. Por eso, hay que ser muy cauteloso en la adjudicación de oficios o dignidades -especialmente<br />
eclesiales-, sin tener en cuenta lo que puedes dar, sino lo que puede soportar aquel a quien<br />
das. [116.] Hay muchos que son dignos de nuestra dilección, pero no de promoción. A muchos con<br />
razón alabamos dulcemente, pero implicados en cargos y negocios seria grave falta para nosotros y<br />
sumo peligro para ellos. En estas cosas hay que gobernarse por la razón, no por el sentimiento, no<br />
imponiendo ni cargo ni carga a los que consideramos amigos, sino a los, que consideramos aptos.<br />
Sin embargo, en paridad de competencia, no es reprobable que el afecto pueda tener parte en la<br />
elección:. [ll7.] Nadie se diga despreciado por no ser promovido. Cuando el Señor Jesús prefirió a<br />
Pedro sobre Juan, no le retiró a éste su afecto por el hecho de darle a Pedro el primado."3 A Pedro<br />
encomendó su Iglesia, a Juan su dulcísima Madre."- A Pedro dio las llaves del reino:5 para Juan<br />
reservaba los secretos de su pecho. Para Pedro la altura, para Juan la familiaridad. Pedro, a pesar de<br />
estar constituido en autoridad, tembló y temió como los demás al decir Jesús: Uno de vosotros me<br />
entregará;26 Juan, participando de la valentía del pecho del Señor, por sugerencia de Pedro, le<br />
preguntó quién era [el traidor]. A Pedro lo envió a la acción; para Juan se reservó el afecto, porque<br />
así, dijo. quiero que permanezca hasta que yo vuelva."7 Nos ha dado ejemplo para que obremos del<br />
mismo modo.26<br />
ELREDO PARTICULARIZA: sus DOS ÍNTIMOS. LA DULCE UNIÓN CON GODOFREDO<br />
- [ll8.] Demos al amigo todo nuestro amor, nuestra donación, nuestra ternura y nuestra caridad. En<br />
cuanto a los cargos y cargas fútiles, impongámosle sólo lo que prescribe la razón, sabiendo que<br />
nunca amará de veras el amigo que apetece cosas viles y despreciables, porque tener amigo no le es<br />
suficiente. .<br />
Hay que precaverse cuidadosamente de que un afecto demasiado tierno se oponga al bien general,29<br />
lo que podría suceder si no consentimos en apartar de nosotros o imponer algún cargo a los que más<br />
amamos, cuando ello redundaría en beneficio de todos. Amistad ordenada es aquella en que la razón<br />
rige el afecto, atendiendo a la utilidad de todos, más que el gusto particular [ll9.] Me acuerdo en este<br />
momento de dos de mis amigos ya muertos, pero que están vivos para mí y lo seguirán estando.31<br />
El primero lo fue desde el comienzo de mi conversión, por cierta semejanza en nuestras costumbres<br />
e ideales:2 siendo yo un adolescente. Al otro, lo elegí casi desde su infancia y después de haberlo