Compañera te doy que no sierva... Muchas veces me he preguntado ...

- )Dónde has estado toda la tarde? -gritaba mi padre.
- En casa de mi madre, tú lo sabes -contestaba mi
madre.
- )Y qué coZo se te ha perdido allí, si puede
saberse?
- No empieces otra vez, por favor...
- No empiezo, sigo. )Qué se te ha perdido a ti allí?
Y mi madre tenía que empezar a dar explicaciones
absurdas como la propia pelea, que había ido a
encargarle no sé qué cosa, o a llevarle el plato que se
trajo la tarde antes con un poco de flan para los niZos.
- )Qué pasa, que tú no sabes hacer flan? -esperaba
en vano una respuesta-. )O es que el de tu madre está
más bueno?
Si mi madre respondía a sus estúpidas preguntas, la
bronca se hacía interminable, y si no contestaba, su
cólera iba subiendo hasta niveles impensables.
- )Qué pasa, que ya no te acuerdas del pobre
Anselmo? )Que te pasas el día alcahueteando en la
calle como si aquí no hubiera nada que hacer?
Mi madre contenía a duras penas su rabia,
intentando hacer razonar a aquel hombre que por
momentos se convertía en una fiera.
- Ya te lo he dicho, he tenido que ir porque maZana
va a la ciudad, y me tiene que traer de allí una cosa que
aquí no hay. )O quieres que vaya yo a buscarla?
Largos silencios se entremezclaban con las palabras
acaloradas de mi padre, como si preparara en silencio,
sin prisas, su siguiente ataque.
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