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Compañera te doy que no sierva... Muchas veces me he preguntado ...

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el pan diario, y así llegó Anselmo a la edad de tres<br />

aZos, mientras mi padre, <strong>que</strong> <strong>no</strong> empleaba todo su<br />

tiempo en trabajar, había convenido con mi madre <strong>que</strong><br />

ya era hora de dar un <strong>he</strong>rmanito al chiquitín, y así fue<br />

como justo a los tres aZos nací yo. Ya éramos cuatro a<br />

la <strong>me</strong>sa, y un jornal para todos, aun<strong>que</strong> bien es cierto<br />

<strong>que</strong> por a<strong>que</strong>llas fechas <strong>no</strong> pesaba tanto la crianza de<br />

un hijo. O por lo <strong>me</strong><strong>no</strong>s, eso creo yo.<br />

- )Y Anselmo? -preguntó mi padre de vuelta del<br />

trabajo una tarde-. )No debería estar ya de vuelta del<br />

colegio?<br />

Mi madre <strong>no</strong> pudo disimular su preocupación, y se<br />

echó en brazos de mi padre, sollozando.<br />

Pronto se formó un gran revuelo en la casa, y en<br />

<strong>me</strong><strong>no</strong>s de <strong>me</strong>dia hora estaba <strong>me</strong>dio pueblo buscando al<br />

niZo perdido.<br />

- (Anselmo! -gritaban.<br />

- (Hijo! -decía mi madre.<br />

- )Dónde estás? -gritaba desesperado mi padre-<br />

)Dónde estás, hijo?<br />

Así se les hizo de <strong>no</strong>c<strong>he</strong>, y tuvieron <strong>que</strong> abandonar<br />

la bús<strong>que</strong>da. A la maZana siguien<strong>te</strong>, apenas rompió el<br />

alba, ya estaban todos otra vez en el mon<strong>te</strong>, buscando<br />

a Anselmo. A<strong>que</strong>lla maZana mi madre se <strong>que</strong>dó en<br />

casa, cuidando de mí. Recuerdo su mirada perdida, su<br />

cara <strong>te</strong>rrible<strong>me</strong>n<strong>te</strong> demacrada, sus ojeras delatoras de<br />

toda una <strong>no</strong>c<strong>he</strong> sin dormir. Recuerdo el olor a tostadas<br />

<strong>que</strong>madas en las brasas, tostadas <strong>que</strong> habían de ser para<br />

el desayu<strong>no</strong>, pero <strong>que</strong> <strong>te</strong>rminaron carbonizadas en la<br />

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