Suplemento Jueves 21 de abril - La Opinión de Zamora

10 PÁGINAS ESPECIALES
Jueves, 21 de abril de 2011
Semana Santa
2011
Arma Christi
La heráldica de
Jesús de Nazaret
■ La cruz es el estandarte y los instrumentos de tormento, sus trofeos
José Andrés Casquero
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de
Dios, al contrario se despojó de su
rango, y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos. Y así, actuando
como un hombre cualquiera, se rebajó hasta
someterse a la muerte, y una muerte de
cruz»
Si la estirpe de un linaje blasona hazañas y hechos
heroicos, la de Cristo, aún siendo de origen divino,
como recuerdan las palabras de la carta del apóstol
de los gentiles —san Pablo— a los cristianos de la
ciudad macedonia de Filipos, que nos sirven de
preámbulo, se forjó con sus padecimientos. Así, la
cruz será su estandarte, y los instrumentos con los
que le atormentaron hasta morir serán sus trofeos;
trofeos que la tradición iconográfica cristiana presentó
como las armas parlantes de su prosapia. Estas
«arma Christi», es decir, los instrumentos y símbolos
protagonistas de su Pasión, ya gozaban en la Edad
Media de extraordinaria popularidad, y sus reliquias
eran veneradas y codiciadas, dado el poder taumatúrgico
que se les atribuía.
A la divulgación de las armas de Cristo contribuyó
el arte, que las incorporó a las representaciones
de la cruz y del crucificado, junto con un asunto no
menos popular, aunque apócrifo, en los programas
pictóricos de los siglos XV y XVI: la misa de san
Gregorio. Narra esta escena el milagro eucarístico de
la aparición de Cristo cuando el papa Gregorio I
—san Gregorio Magno— celebraba el sacrificio de
la misa. Su representación, aunque desde el punto de
vista iconográfico goza de algunas variantes, incluye,
en primer plano, al papa, arrodillado, y con vesti-
duras que denotan su dignidad, acompañado de varios
concelebrantes y ministros. Sobre la mesa de altar
aparece Cristo como «Varón de dolores», es decir,
saliendo del sepulcro, desnudo, coronado de espinas
y rodeado de los instrumentos de la Pasión:
cruz, clavos, lanza, esponja, columna, gallo, escalera,
azotes, tenazas, martillo… dispuestos a modo de
panoplia, aunque en otros casos, como en la tabla del
Museo Lázaro Galdiano, de posible origen zamorano
y atribuida al maestro de Manzanillo, son los ángeles
los que portan los instrumentos en sus manos.
A la popularidad y difusión de este tema es posible
que contribuyesen los grabados alemanes y flamencos,
como el de Alberto Durero, fechado hacia
1511, que ilustra este artículo. Estampas y grabados
no sólo habrían de servir a los artistas para mejor
realizar su trabajo, sino que también jugaron un destacado
papel como elementos de la piedad popular.
La estampa religiosa, en tanto que objeto íntimo,
manifiesta asimismo la difusión que alcanzó la devoción
a las arma Christi, tal y como lo manifiesta el
grabado que a continuación analizamos. Se trata de
un ejemplar pegado en la cubierta de una ejecutoria
de hidalguía despachada a favor de Juan y Hernando
de la Rúa, vecinos de Palencia y Alcalá la Real, respectivamente,
que forma parte del Archivo del Marqués
de Villagodio, actualmente depositado en el Archivo
Histórico Provincial de Zamora. Su estado de
conservación no es muy bueno, toda vez que una
inundación, además de someterlo a las tensiones de
la piel a la que está unido, dejó en el frágil soporte de
papel notorias huellas. Su datación podría ser cercana
a la fecha del mencionado documento —1586—
ya que su grabador, Anton Wierix, estuvo activo en
Bruxelas durante la segunda mitad del siglo XVI.
Fue grabado sobre una plancha rectangular de
320x200 milímetros, que en la parte superior, con letras
capitales romanas y en latín, lleva por título:
«Pasión de Nuestro Señor Jesucristo». Abajo, una leyenda
dispuesta en cuatro líneas, escrita en los mismos
caracteres y lengua, reproduce los versículos
veintiuno a veinticuatro del capítulo segundo de la
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, grabado.