Suplemento Jueves 21 de abril - La Opinión de Zamora

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Semana Santa
2011
Son las diez y cuarto de
la noche, no es una noche
cualquiera, es Jueves
Santo en Zamora y
acabo de acceder a Santa María
La Nueva. Lo primero que
hago ir a ver al Yacente y rezarle
una oración. Apenas hay
todavía hermanos en el interior
y puedo escoger el hachón con
el que procesionaré. Conforme
van pasando los minutos van
llegando más hermanos, saludas
a conocidos y a algún amigo
que no ves durante el año o
bien porque están fuera o bien
por el discurrir de la vida y esa
noche es la única en la que os
veis. Las once menos un minuto,
hermanos por favor silencio,
va a comenzar la procesión,
se hacen las once en punto
y se abren las puertas del
templo, la cruz guía inicia la
procesión por las calles medievales
de Zamora, el corazón
bombea a cien por hora. Llega
el momento culmen del recorrido
en la plaza de Viriato,
conforme vamos llegando y
nos colocamos en Viriato; la
emoción, los sentimientos y
recuerdos se hacen más presentes.
Ya se oyen más cerca
los tambores que acompasan el
discurrir del Yacente, entonces
un silencio, desaparece el sonido
de tambor y se escucha
«Misere mei deum...». Llega el
éxtasis es difícil de describir la
cantidad de sensaciones des-
bordadas que se producen
cuando la imagen del Yacente
pasa flotando a tu lado y de
fondo el «Misere» entonado
como banda sonora del Jueves
Santo. En esos segundos te
acuerdas de los seres queridos
Jueves, 21 de abril de 2011
que ya no están entre nosotros,
también le pides por los tuyos
y que te eche una mano en alguna
cosa que necesitas, también
te evades por un rato de
ciertas preocupaciones. Finaliza
la procesión te despides de
los conocidos y pides al Yacente
para que el año que viene
puedas estar con él en esa cita
tan apasionada.
Con ocasión del 70 aniversario
de esta Hermandad en este año
2011 me decidí a recordar a mi
abuelo, hermano fundador junto a
otros ciento dieciséis hermanos fundadores.Aunque
no lo llegue a conocer
ya que falleció tempranamente
y por lo tanto no pudo disfrutar
como otros de esta Hermandad. Era
el mayor de los hermanos fundadores,
al tener 50 años en el año de la
fundación en 1941, estando la media
del resto entre los veinte y veinticinco
años. Como muchos de ellos
pertenecía aAcción Católica, el hilo
conductor entre estas personas que
decidieron fundar la Hermandad.
Mi abuelo solo la vivió hasta 1945,
año en que falleció. Cuando hoy día
se recuerda a la Hermandad por una
familia como si de esta fuera propiedad
y ellos los únicos fundadores,
reivindico y homenajeo a mi
abuelo parte de la historia de la Hermandad
que junto con otras ciento
dieciséis personas crearon lo que es
el legado de la Hermandad que nos
pertenece a cada uno de los que la
formamos hoy en día, de aquellos
como mi abuelo que nos precedieron
y de las generaciones futuras. Con
esto no le quito su mérito a esa familia
simplemente reclamo el mérito
mayor o menor en este caso de mi
abuelo, cabe recordar que una Hermandad
no la forma una sola persona
sino una agrupación, aunque luego
unos hayan realizado más cosas
que otras, cosa que no discuto.
Mi abuelo era hermano de don
AgustínAlbarrán Chaguaceda, sa-
In memorian
En recuerdo y homenaje a mi abuelo Manuel Albarrán
■ A la memoria de uno de los fundadores de la Penitente Hermandad de Jesús Yacente
Ángel Albarrán
Manuel Albarrán (sentado), junto a su esposa, Carmen de la Torre y sus hijos.
cerdote y párroco de la iglesia de
Santa María de La Horta y de don
ÁngelAlbarrán Chaguaceda, abogado
de profesión.
Mi abuelo perteneció al ramo del
comercio, al poseer una tienda de ropa
de caballero en Zamora, primeramente
en la calle de San Torcuato y
después en la plaza de Zorrilla. Casado
con doña Carmen de la Torre Panés.
Tuvo dos hijos, doña Concepción
(tía Conchita)Albarrán de la Torre
y don ManuelAlbarrán de la
Torre.
La herencia del cariño hacia esta
Hermandad ha sido continuada por
tres generaciones más en mi familia.
Mi tío don Pedro Gómez Gómez
(q.e.p.d.), marido de la hermana de
mi padre. Mi primo don Pedro Pablo
GómezAlbarrán, hijo del familiar
anteriormente mencionado.Y
por último el que suscribe estas líneas
Ángel LuisAlbarrán Ramos.
Cuando este próximo Jueves Santo
me reencuentre con elYacente me
acordaré de ti y Pedro, le daré gracias
por estar otro año más y muchos
sentimientos y emociones se
desbordarán de nuevo igual pero diferente
al año anterior en la plaza de
Viriato. Pasará otra Semana Santa
como las estaciones, pasaré cientos
de veces por Viriato y sentiré como
un«flash»deesosmomentosdePasión.
Valgan estas sentidas líneas en
homenaje a mi abuelo, al resto de
fundadores tanto a los que están como
a los que no, a los hermanos en
activo, a los que vendrán y a los de
acera... y que es 70 años no son nada
y todavía queda lo mejor por llegar.
De tu nieto Ángel, con cariño y
admiración.
Dedicado
Camina «El Paso» sin ningún exceso,
con pasito cadencioso, más lento,
por el centro, apenas sin movimiento,
meciendo a Judas abrazando un beso.
¡Cómo aprieta Getsemaní al regreso,
cómo acoge la plaza a El
Prendimiento!
Zamora entera se rinde al evento
y logra sea más sutil el peso.
Recónditas, tras los ojos cerrados,
las lágrimas al banzo se sujetan
evitando que broten con pasión
cuando los cargadores agotados,
a los suyos con cariño, interpretan
un homenaje desde el corazón.
Luis Carlos López