8 Semana Santa 2011 <strong>Jueves</strong>, <strong>21</strong> <strong>de</strong> <strong>abril</strong> <strong>de</strong> 2011 Agustín Lorenzo entrega una insignia a la Hermandad <strong>de</strong> Penitencia. A la <strong>de</strong>recha, Lorenzo junto a Eduardo Vidal, actual «bombardino». José María Sadia Ni se imaginaba el astorgano Agustín Lorenzo que su i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> participar en el <strong>de</strong>sfile <strong>de</strong> la Hermandad <strong>de</strong> Penitencia le convertiría en un personaje casi mítico en el mundo semanasantero. Aquello fue en 1968, y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces no falló a ninguna cita durante 41 años seguidos, cuatro décadas largas en las que su interpretación <strong>de</strong>l tosco instrumento ha generado miles <strong>de</strong> escalofríos entre los habitantes <strong>de</strong> la madrugada <strong>de</strong>l Miércoles Santo. El «bombardino <strong>de</strong> las capas» fue el apodo ganado a pulso, como si el intérprete y su instrumento fueran una sola realidad. Así ha sido. En la mañana <strong>de</strong> ayer, el leonés regresó a su segunda casa y participó en una ceremonia tan sencilla y austera como exhibe en la calle <strong>La</strong>s Capas. Entre la lluvia intermitente, el templo <strong>de</strong> San Claudio <strong>de</strong> Olivares alojaba ya al Cristo <strong>de</strong>l Amparo, montado en andas junto a sus cardos. Junto al altar <strong>de</strong> la iglesia figura ya el bombardino, un instrumento que casa a la perfección con el carácter zamorano: recio y orgulloso. Agustín Lorenzo ha cedido a la hermandad el que quizá fuera su objeto más preciado, el mismo que le acompañó durante esos 41 años <strong>de</strong> salmodias ininterrumpidas, llantos <strong>de</strong> viento que clamaban al cielo por la muerte <strong>de</strong>l Cristo <strong>de</strong> Olivares. «Es un instrumento muy antiguo y don<strong>de</strong> mejor pue<strong>de</strong> estar es en esta iglesia», <strong>de</strong>cía Agustín Lorenzo a una representación <strong>de</strong> <strong>La</strong>s Capas, li<strong>de</strong>rada por el presi<strong>de</strong>nte Antonio MartínAlén y en la que se encontraba su sucesor, el músico EduardoVidal.Agra<strong>de</strong>cido por todo y alegre, el «bombardino» recordó sus 41 años <strong>de</strong> militancia continuada en <strong>La</strong>s Capas, incluido aquel año en el que viajó a <strong>Zamora</strong> con el dolor en el alma por el fallecimiento <strong>de</strong> su madre. «No soy un hombre <strong>de</strong> palabras», reconoció.Y los zamoranos lo saben. Es una persona <strong>de</strong> lágrimas musicales que han conmovido a generacio- nes <strong>de</strong> amantes <strong>de</strong> esta tradición.Y eso no lo pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir cualquiera. El astorgano incluso dio las gracias a los medios <strong>de</strong> comunicación, que nunca se cansaron <strong>de</strong> contar cómo propuso a la Hermandad <strong>de</strong> Penitencia su iniciativa y cómo logró calcar un ritual casi marcial cada vez que se acercaba la Sema- na Santa. Como símbolo <strong>de</strong> gratitud, Lorenzo entregó una pequeña figurita representando a un hermano <strong>de</strong> <strong>La</strong>s Capas y recibió, por parte <strong>de</strong> la directiva, la reproducción <strong>de</strong> la cúpula gallonada <strong>de</strong> la Catedral, el símbolo <strong>de</strong> <strong>Zamora</strong>, igual que él lo es <strong>de</strong> la noche <strong>de</strong>l Miércoles Santo. Tras la foto <strong>de</strong> familia junto al Cristo <strong>de</strong>l Amparo, Lorenzo <strong>de</strong>jó el templo <strong>de</strong> San Claudio <strong>de</strong> Olivares con la tranquilidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber cumplido. Reportaje El llanto <strong>de</strong>l Amparo Agustín Lorenzo, «bombardino <strong>de</strong> las Capas», entrega el mítico instrumento a la Hermandad <strong>de</strong> Penitencia en un sencillo y emotivo acto en Olivares FOTO JAVIER DE LA FUENTE Arriba, varios miembros <strong>de</strong> <strong>La</strong>s Capas con Antonio Martín Alén (presi<strong>de</strong>nte) y Agustín Lorenzo, en el centro. A la izquierda, Lorenzo <strong>de</strong>sfila con su bombardino en un lejano Miércoles Santo. En cuatro décadas, Lorenzo nunca faltó a su cita, incluida la Semana Santa en la que falleció su madre FOTOS JAVIER DE LA FUENTE En el altar <strong>de</strong>l templo románico, <strong>de</strong>ja un elemento que bien podría equipararse a cualquiera <strong>de</strong> los ornamentos pétreos <strong>de</strong> la propia iglesia, porque ya forma parte <strong>de</strong> su esencia. «He venido a traer un viejo amigo», reconoció. El mismo que ha amparado cada madrugada, frecuentementegéli- da, en sus brazos. Al tiempo, echaba mano <strong>de</strong> su capa para resguardar <strong>de</strong> la noche el corazón <strong>de</strong>l instrumento, que ha sabido contar, como nadie, a través <strong>de</strong> la música lo que los zamoranos no han sabido hacer con palabras. Porque cuando las Capas Pardas están en la calle, el nudo en la garganta sólo encontró consuelo en un reguero <strong>de</strong> salmodias, compañeras inseparables <strong>de</strong> la mirada serena <strong>de</strong>l Cristo <strong>de</strong>l Amparo.
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